Antiguo imperio

por **Nikolai E. Kozlov** Vie Dic 02, 2016 11:54 pm

La colilla del tabaco toca los labios, los malos hábitos se arraigan con los años y este hombre lo sabe por demás. Espera sentado, recargado en el tronco de un enorme árbol, a la hermosa Hada que alguna vez se fue su más cruda y desesperada obsesión. Exhala el humo formando aros que se desvaneces gradualmente antes de volver a dar otra calada al tabaco.

Parpadea pesado, su mirada le permiten divisar a lo lejos la clara silueta de reloj de arena que la caracteriza, “Desnuda” piensa moviendo la cabeza de izquierda a derecha en ironía, su risa se escucha ante las ocurrencias de su mejor amiga. Siempre imponiendo, haciendo y provocando su inquebrantable voluntad. Para él habría sido más fácil aceptar el vuelo, para ella sería ir en contra de su naturaleza, lo sabe a la perfección.

Da una última calada terminando el tabaco y aplasta la colilla en la suela de su bota antes de recibirla. Admira su verdadero ser, los largo y alborotados risos rojos, pequeños brotes de hiedra enredados en sus piernas y brazos volviéndose más densos en las partes adecuadas cubriendo y adornando su desnudez, la blanca y cremosa piel expuesta a él. Es la representación ideal de un personaje de cuento de hadas, un toque a su personalidad incomparable.

–Llevo horas esperándote hermosa– expresa socaron y provocador alzando una ceja observando a detalle el cuerpo de la mujer desde los pies hasta atrapar su mirada.

por **Nikolai E. Kozlov** Miér Sep 20, 2017 5:06 pm

Y ahora esta de donde mierdas había salido. Entre que la pelirroja le saltaba al otro y la blanca salía cual bruja de lanada. Con lo que debieron ser todas mis fuerzas, le incruste el puño en la mejilla a uno de los lobos del piso que aun agonizaba y estaba por terminar de transformarse en un humano. Un intenso dolor se extendió por su cara, por cada hueso y cada diente. Decía algo el maldito pero sus palabras sonaron ahogadas por culpa de los destrozados labios y el corte que se había hecho en la lengua. Estaba seguro de que le había rolo la mandíbula y los pómulos junto con unos cuantos huesos mios. Pate la cabeza y agarre a la pelirroja de la cadera —Yo la pido a esta jefe, igual y me gano un besito —Ella retrocedió con tanta rapidez que perdió un poco el equilibrio, incluso la escuche decir algo parecido a ¡Jodido cabrón!

Joder, no pude ni responder porque el suelo comenzó a retumbar alrededor de nosotros y de repente, surgieron unos enormes brazos espinosos de la tierra. Al instante sentí como si una docena de manos me tocara. Un agónico dolor me atravesó mientras retorcían y tiraban de mis extremidades. Pero no solo era a mi, los demás también tenían problemas. Las pelinegra y pelirroja parecían haber actuado de manera muy rápida y estaban sobre los arboles mientras nosotros peleábamos con aquello que salía de las entrañas de la tierra. Magia negra.

Empecé a perder el sentido de la realidad al escuchar un feroz y sonoro gruñido de licántropo. Se comenzaba a oscureció mi visión, aunque mis oídos siguieron funcionando. ¡Dios!, el dolor era insoportable, estaba a punto de perder la consciencia. Pero no, aquello que se sentía, que se escuchaba y todo lo que sucedía no era algo para nada normal, ni siquiera en la escancia de lo sobrenatural.

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