Choques inintencionados

por **Gisela Bellpuig** Mar Dic 13, 2016 10:04 am

Como de costumbre, en el momento en que los primeros asomaron por mi ventana no tardé mucho en salirme de la cama y empezar a moverme y organizar todo para salir lo mas pronto posible, era cierto que no tenía clases hasta dentro de unas horas, pero una vez me encontraba despierta era incapaz de permanecer mucho tiempo en el mismo lugar, o no sin hacer algo que me mantuviera ocupada. Recogiéndome la melena con un par de ganchillos, me dispuse a salir en busca de mi típico desayuno en la cafeteria puesto a que sentía cierta debilidad por su chocolate caliente algo que, sin que yo me lo propusiera, se vio truncado en el momento de que, encontrándome a poca distancia pude percibir a alguien mayor, probablemente mas mayor que mi hermano, desplomarse sin que nada o nadie le tocara. Soltando un ligero suspiro y negando con la cabeza, me prometí a mi misma que ya iría por mi desayuno en el momento después de que me ocupara de él y con esa premisa en mente, me acerqué hacia dónde se encontraba para arrodillarme a su lado e intentar que volviera en si algo que fue imposible a todos los efectos. Consciente de ello, y del hecho de yo sola no tenía la fuerza física suficiente cómo para levantarle y transportarle hacia otro sitio, recorrí el lugar con la mirada, buscando a alguien que me pudiera ayudar a transportarlo hacia el hospital en dónde finalmente lo pudieran atender pero no fui capaz de divisar a nadie, nadie, algo que en gran parte era normal puesto que normalmente la mayoría aún dormía o se acababa de despertar y seguían en casa. Soltando un ligero resoplido me concentré intentando levantarle con cuidado haciendo uso de mis habilidades mágicas y, en cuando por fin lo conseguí, empecé a desplazarlo tan rápido como pude hacia el hospital en dónde por fin le atendieron y le instalaron en una habitación y, para mi desgracia, me pidieron que permaneciera ahí para avisar a las enfermeras en cuando despertara poniendo fin, con ello, a la posibilidad de conseguir mi querido y adorado chocolate caliente y obligándome a tener que conformarme a tomar el chocolate de máquina del hospital que, a todas luces no era para nada tan bueno como el que solía desayunar, pero lo peor no fue eso, lo peor fue el tiempo, los minutos pasaban con demasiada lentitud y a cada minuto que pasaba yo me iba sintiendo mas y mas cómo un león enjaulado. Estaba a punto de estallar en el momento en que percibí movimiento en la cama por lo que dirigí de nuevo mi mirada hacia ahí en el momento en que empezaba a volver en si, soltando un suspiro me estiré de la falda para acomodarla un poco antes de acercarme para observarle un poco mas de cerca, si, era mayor que mi hermano —por fin despiertas viejales —dije finalmente en el momento en que se despertó del todo mientras entrecerraba ligeramente mis ojos, echándole una última mirada antes de girarme hacia la ventana antes de proseguir con mis propias palabras— las enfermeras han tenido que alimentarte vía intravenosa, dijeron que era completamente normal que te desmayaras teniendo en cuenta lo poco que te cuidabas —fruncí ligeramente el ceño a la ventana era cierto que no tenía que pagar mi frustración por tener que permanecer encerrada en este pequeño cuarto hasta que el señor despertara y también era cierto que se encontraba en mi propia naturaleza el hecho de querer ayudar siempre a quién lo necesitara, cómo había sido el caso, pero eso no quitaba el hecho de que el conjunto de hechos me hubiera molestado ligeramente a pesar de que sabía perfectamente que había realizado una buena obra ya que, probablemente, otro lo hubiera dejado tumbado en la calle hasta que él mismo se despertara y se volviera a su casa o se fuera por su mismo pie hacia el hospital para que le atendieran como era debido.