Emeraude Archambault

Datos

Nombre: Emeraude Archambault.
Edad: 23 años.
Especie: Humana/Hechicera.
Tipo de clase social o cargo: Clase Alta.
Orientación sexual: Heterosexual.
Lugar de Origen:. Carcasona, Francia

Habilidades

► PODERES INNATOS:

→ Hechicería: Habilidad para hacer que cosas sucedan, ya sean a favor o en contra de alguna persona, por medio de conjuros, hierbas y pociones. Esto incluye altos conocimientos de herbolaria que les permiten hacer también curaciones.
→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder les permite reconocer a licántropos y cambiantes cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida.

► PODERES DESARROLLADOS:

→ Nigromancia: Habilidad que consiste en la adivinación mediante la consulta a los muertos y sus espíritus o cadáveres. Permite controlar temporalmente a alimañas y criaturas muertas para sus propósitos. (No controla a Vampiros).
→ Creación de Ilusiones: Habilidad que le permite crear ilusiones a su alrededor; imitará texturas, sonidos, olores, etc., desconcertando así a su oponente y brindándole una excelente arma defensiva. El poseedor de este don será capaz de entrar a la mente de su adversario con sus ilusiones.
→ Dominación: Capacidad para controlar la voluntad de otro mortal, obligándolo a hacer cosas sin que pueda evitarlo a pesar de resistirse.

Personalidad

El trastorno delirante o la psicosis paranoica, es un tipo de trastorno psicótico que se acuñe a ideas delirantes. La persona que lo padece no llega nunca a cumplir patrones asociados a la esquizofrenia y las alucinaciones no son tan notorias. Sin embargo, pueden tener cortos periodos de alucinaciones de todo tipo, relacionadas con el tema delirante, el cual es la causa principal de dicho trastorno. Aunque la persona que sufra de esta psicosis puede pasar por ser alguien normal, su vida va haciéndose mucho más ansiosa a causa de sus propios delirios.

Y si bien Emeraude está siendo afectada por este trastorno, a diferencia de muchos, lo ha sabido manejar bastante bien, teniéndolo a su favor sin ningún inconveniente. Es más, a veces se induce efectos alucinógenos para poder compensar el tiempo en que su mente no se encuentra trabajando en sus propios delirios. La muerte de sus padres, y la repentina separación de su gemela, la han convertido en una psicótica, y también en una masoquista. Reginald le ha dado demasiadas libertades, y eso no ha hecho sino que empeorar su situación. Le gusta sentirse libre, sin ataduras de ningún tipo, sin presiones, sin nada que perturbe su paz.

A veces inmadura, a veces demasiado segura e independiente. Emeraude suele mostrar facetas que sorprenden a los demás, por ser, quizás, inesperadas. Podría actuar como una muchachita caprichosa, y luego, sin aviso alguno, conformarse con lo que venga, sin molestarse, sin siquiera verse afectada por algo. Puede resultar ser tan apática como interesada a la vez. Tal vez es porque no le agrada que sepan mucho de ella, que conozcan lo que verdaderamente es. Es más, ni ella misma se conoce lo suficiente. Se ha empeñado en callar las voces de su mente, de su propia conciencia; lo ha hecho para no ser un caos, para no sufrir, para no lastimar a más nadie. Porque sí, siente miedo, es insegura; sin embargo, se ha empeñado en ocultarlo bastante bien.

Es leal, a pesar de estar algo demente, sabe cuándo ofrecer, sin esperar nada a cambio, su compañía. Cuando está cuerda puede pasar a ser alguien normal, quizás excesivamente directa, y hasta un poco rebelde. Mientras alucina, ya es otra cosa; todo depende de qué tanto le afecte la idea delirante. Es un poco tosca, a veces un poco pedante, y hasta resulta muy altanera cuando la hacen molestar en menor medida, si se exceden, es un volcán en erupción. Por suerte, esto no es algo tan común en ella. Resulta que a Emeraude es a quien le gusta provocar, molestar y fastidiar hasta volverse insoportable. Le encanta el malestar ajeno (de buena manera) y buscará de aprovecharse siempre de esto, incluso, usando su magia para causar semejantes reacciones. Es una viciosa empedernida, y no ha habido criatura que sepa controlarla o enloquecerla un poco.

Emeraude puede reaccionar de muchas maneras, puede ser muchas cosas, nunca se sabe con ella. Quizás sea muy temperamental, quizás no. Ella es una caja de Pandora; la luz y la oscuridad habitan en ella. Los vicios y las virtudes también. Es blanco y negro, pero también una perfecta escala de grises. Nunca se podrá esperar nada de esta chica, porque puede sorprender, e incluso aburrir, si así se lo propone.

Historia

Los Archambault lograron cumplir su deseo de ser padres después de tantos intentos; después de tantas pérdidas, las mismas que dejaban a Clarisse sumida en largos estados de depresión. Pero para su sorpresa, y felicidad, ya casi rondando los cuarenta años, quedó encinta, no sólo de uno, sino de dos. Ella concebiría gemelos, y nada más feliz para el matrimonio que fuese de ese modo, a pesar del riesgo que representaba para su edad. Incluso, los demás familiares estuvieron contentos por la magnífica noticia. Sin embargo, sólo una persona demostró su descontento, en especial por el hecho de que serían dos en un mismo parto. Aunque la anciana tía de Clarisse no reveló más detalles, esto no logró desmotivar a la futura madre, quien se esmeró por cuidarse más y hacer todo lo posible para evitar otro aborto espontáneo.

Después de nueve meses nacieron Emeraude y Eliette. Las niñas fueron una bendición para los Archambault, y desde pequeñas se les brindó todo el cariño y amor que muchos niños desearían. Formarían parte de un hogar con todos los lujos a los que otros tantos no podían acceder. Las pequeñas se refugiaron en los brazos de su madre en un fraternal abrazo, y cuando estaban en su cuna, se protegían a sí mismas con este gesto tan tierno para todos. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro, y las buenas familias no siempre son lo que dicen ser. Los Archambault no eran la excepción. Emeraude y Eliette no tuvieron oportunidad de elegir a su familia, aunque tenían a los padres más amorosos, habían nacido en el linaje equivocado, el mismo que las había condenado desde el momento en que estuvieron en el vientre de su madre.

Las niñas crecían saludables, sin ningún mal que las afectara, pero había cosas que se empezaban a hacer evidentes, en especial, la extraña conexión que ambas poseían. Emeraude y Eliette siempre estaban juntas y parecía que eran capaces de predecir los movimientos de la otra, como si existiera algún vínculo telepático entre ellas. Aunque actuaban de manera independiente, y cada una estuviera forjando su propia personalidad, no quedaba duda que había algo más que las hacía permanecer unidas casi todo el tiempo. A los padres les parecía un gesto adorable que sus dos únicas hijas fueran de ese modo, pero la verdad se ocultaba tras aquella máscara de ternura.

El primer incidente extraño que ocurrió con las infantas, generó dudas, en especial en Clarisse; sin embargo, no quiso alarmarse tanto, a pesar de lo curioso del hecho. Resultaba que Eliette empezaba a desarrollar alergias a ciertas cosas, en especial durante la primavera, algo que no era de gran temor, sólo debía cuidarse lo suficiente. Pero, existían ocasiones que a la pequeña le sangraba la nariz, y en una de esas tantas veces, Emeraude experimentó lo mismo, a pesar de no ser alérgica a nada. Clarisse se sintió conmocionada por el hecho, ya que no era la primera vez que ocurrían situaciones similares. Era como si las gemelas, aparte de estar tan íntimamente conectadas, sufrieran los daños físicos al mismo tiempo. Aunque no fuera  algo que se repetía de manera consecutiva, si generaba cierto malestar en los padres, y todo se debía a los secretos mejores guardados de los Archambault. Uno de ellos era la magia negra, la cual había dejado de ser practicada desde hacía un par de generaciones atrás. ¿La razón? Estaba por revelarse en los siguientes años de vida de Emeraude y Eliette.

Emeraude empezó a desarrollar sus habilidades mágicas un poco antes de los seis años, mientras que Eliette parecía no poseer ningún don sobrenatural (hasta ese momento), lo que resultó ser mucho más preocupante para sus padres. La misma historia de las hermanas malditas se estaba repitiendo en las dos niñas, y la tradición apuntaba que debían ser separadas, pero Clarisse no hizo caso. Con el despertar de los poderes de Emeraude, algunos familiares empezaron a morir en circunstancias extrañas. Los espectros malignos de la estirpe fueron arrancados de su letargo con el despertar de la magia de la niña. Los miembros más sensatos de la familia Archambault, los mismos que se habían unido a la Inquisición con la esperanza de limpiar su sangre condenada, acosaron a los padres de las gemelas para que fueran sacrificadas, pero éstos lo consideraron un acto horrible, y simplemente, un día cualquiera, huyeron a París a casa de un familiar del padre de Emeraude y Eliette.

Reginald los recibió con los brazos, estando al tanto de la situación actual. Él, extrañamente, era una excepción, y todo gracias a su peculiar genética; Reginald era un cambiante, y al parecer, estaba a salvo de los extraños maleficios de la estirpe. El buen hombre cuidó de todos en su casa. Incluso despertó la curiosidad en las dos niñas por su peculiar oficio, pues él se dedicaba al sencillo oficio de investigador y también era un personaje sumamente culto.

Pero poco bastó aquella huida para liberarse del inminente castigo. Mientras las habilidades de Emeraude se hacían más latentes, el miedo empezó a acechar a los padres. Y fue en el cumpleaños número seis de las gemelas que todo lo que empezaron Clarisse y su esposo, se derrumbó. Durante la ausencia de Reginald, quien preparaba una sorpresa para sus sobrinas, los padres y las niñas fueron atacados por inquisidores, los mismos que querían separar a las infantas. Ambas intentaron huir, sin embargo, en el intento, Eliette fue atrapada, y para proteger a su hermana, decidió no oponerse. Clarisse y su esposo se valieron de todos los medios para evitar que Eliette fuera apartada de ellos, no obstante, ambos terminaron muriendo en un accidente en coche. La única que se mantuvo cerca de la residencia de Reginald, aunque escondida, fue Emeraude, y cuando el hombre llegó, ella le contó todo, incluyendo, además, que aquel hecho se lo había contado una anciana que solía aparecerse en su habitación durante las noches de luna llena.

Reginald quiso intervenir para que las dos huérfanas estuvieran juntas, pero los otros familiares no dieron el brazo a torcer. Eliette fue llevada con una tía suya, y Emeraude se quedó bajo la protección de Reginald. Ellas no se verían nunca más, no podían estar juntas, habían sido condenadas a sufrir un inexplicable destierro.



Emeraude vivió a partir de ese entonces al lado de Reginald, y aprendió todo lo necesario. Se comunicaba a través de cartas con Eliette y no podía negar que la extrañaba. Incluso, algunas veces ellas se marcaban con dagas para recordar su extraña conexión, sabiendo que nunca más volverían a reencontrarse. Emeraude controló sus habilidades gracias a las enseñanzas de Reginald. Ella no sería la típica señorita de buenos modales, y Reginald así se lo permitía, aunque igual evitaba que ella se descarriara por completo, pues tampoco quería presionarla a límites absurdos, como a las demás chicas. Emeraude se convirtió en una muchacha con demasiadas libertades, aunque encerrada en la atormentada ausencia de su hermana. Buscó otros medios para distraer su mente y olvidar el pasado que la marcó desde su infancia, porque aún no asimila que está maldita.

Se ha quedado en París junto con Reginald y un nuevo miembro de la familia, un joven cambiante, un chico al que le ha tomado afecto, al punto de considerarlo su hermano menor. Tal vez eso le sirva de terapia para olvidar el incidente con Eliette.

Datos Extras

—Es adicta al opio, algo que le oculta a Reginald.
—Se la pasa metiéndose en líos, de los cuales prefiere salir por su cuenta, sin involucrar a nadie.
—Tiene varias cicatrices en el antebrazo, como recuerdo de que Eliette sigue viva.
—Le causa temor encontrarse con su hermana gemela, pues piensa que eso causaría la muerte de Reginald, a quien le ha tomado la estima que se le puede llegar a tener a un padre adoptivo.
—Le gusta dibujar, es una terapia que la relaja desde muy chica.
—Adora a los animales de todo tipo, para ella no existen excepciones.
—Sabe usar perfectamente su magia y la disfruta. Ha aprendido a perderle el miedo a la muerte y a la oscuridad.
—Aunque algunos creen que es atea por completo, resulta que no. Reza todas las noches, en especial, por el alma de sus padres.