Love Me Like You Do - Everard Woodgate

Solo contaba con 21 años de edad cuando su padre presenta ante ella un joven de clase alta que logra cautivar la atención de Yvaine, estos comienzan a conocerse y al final de cuentas comienzan a jugar el juego del amor. Estos llegan a comprometerse y comenzar a preparar todo para la boda, pero su felicidad no dura mucho porque con 25 años de edad pierde a su amado que es alcanzado por una bala mientras estaba de casería. Eso la dejo desbastada en verdad, porque solo faltaban dos semanas para casarse con su amado y luego de dos meses sus padres se mueren en un accidente mientras iban en su carruaje el cual misteriosamente se fue por un barranco lo cual hace que esta sienta mas dolor dentro de ella. Yvaine se había jurado a si misma que no volvería a enamorarse luego de que su prometido muria, esta siempre ha sido de lo mas cuidadosa en las cosas del amor por el miedo a salir sufriendo como esa vez.

Hace una semana tras esta acepto oficial mente la propuesta de noviazgo de Everard Woodgate, un joven de clase alta que ha conocido hace tres meses atrás en una de las tantas fiestas que es invitada por ser de la realeza. Esta como siempre estaba alejándose de la gente que solo buscaba hablar de alianzas o de que esta vaya a su hogar para hacer amistades y de ello mas luego sacar un beneficio porque si eres amigo de la realeza muchas puertas se te abren, así que solo quería estar sola unos momentos antes de irse a la fiesta. Yvaine no olvida como este se acerco a pedirle una pieza de baile porque la había visto toda la noche sin bailar y esto la cautiva un poco, ya que es la única persona en toda la fiesta que se acerca a ella para hacer algo que no tenga que ver con negocio u alianzas por lo cual acepta bailar con el.

Pasadas varias piezas de baile mas de la primera, esta termina conversando con el de todo un poco y así comenzó a crecer un interés por el caballero Woodgate. Ahora ya han pasado tres mese desde que se conocen y tienen una semana de pareja, por lo que ha decidido pasar todo el día en la casa de este. Yvaine quería conocer el hogar de este porque nunca había venido, siempre se veían donde esta se queda o en cualquier otro lugar que no fuera su hogar y por fin eso se acabaría porque estaba con su carruaje en frente de ella. Su empleado encargado de guiar el carruaje, se desmonta para abrirle la puerta y así esta salir para esperar que su novio llegue a donde ella esta para darle la bienvenida a su hogar.

Por alguna razón, me sentía nervioso, inquieto... No seria la primera vez que me encontraría con ella, pero, hoy es diferente, especial, o no tanto. Luego de tantas escusas para evitar que ella viniera hasta aquí, la Mansión Woodgate, esta vez no pude negarme, accedí con gran pésame, no me malinterpretéis, quiero esa mujer, la quiero como no he querido a nadie antes, aunque, la verdad, nunca he querido a otra persona antes que Yvaine.
Ella ya estaba por llegar, estoy seguro de ello, de solo pensarlo mi corazón palpitaba mas y mas rápido, jamas había sentido algo así antes, en toda mi vida, de hecho, no he sentido felicidad alguna desde que era pequeño, sino hasta aquel día en uno de esos tantos bailes que realizaban las familias de la alta sociedad. A mi no me gustan esa clase de eventos, ni eventos de algún otro tipo, pero no tenia mas remedio que acceder, ya que necesitaba hacerme ver al menos una sola vez, para que los demás sepan que existo, que estoy ahí... Y fue una fortuna haber asistido a aquel baile, pues ahí la conocí.
Ella estaba en un rincón, sola, como si quisiera estarlo, y tal vez así era, he de admitirlo, me cautivo desde el primer instante en que la vi, era una hermosa dama, tal vez la mujer mas bella que haya visto jamas. No pude evitar invitarla a bailar, ya que si no lo hacia el arrepentimiento me perseguiría hasta la tumba, por suerte, ella accedió, no podía creerlo, era la primera vez que invitaba a bailar a una chica.
Una de las pocas cosas buenas que aprendí en mi estadía con aquella bruja fue el baile, que, no es mi intención presumir, pero soy muy bueno.
Después de que la fiesta acabara seguimos encontrándonos en otros eventos y lugares, me enamoraba cada día mas, y yo sentía que ella sentía lo mismo hacia mi, pero de eso ya han pasado tres meses, llevamos una semana de pareja, y ella esta por venir a mi casa, tuve que esconder varias cosas bajo llave, ya que no me gustaría ver su reacción si descubre lo que realmente soy, un... un monstruo, un hechicero que practica la magia negra, que por mi toda mi familia esta muerta, que soy un asesino y a la vez una victima del miedo de un hombre que no quería perder a su hijo, jamas permitiré que ella sepa algo sobre mi pasado, no podría perdonármelo, ni ella ni yo...
Cuando mire por la ventana, ella ya estaba frente a la puerta y el carruaje detrás suyo, entonces abrí la puerta y camine hacia ella, cada paso que daba lo hacia sin apartar mis ojos de los suyos, los cuales me cautivaban mas que cualquier hechizo que pudiese aprender, cuando por fin estaba frente a ella, tome su mano y la bese, ella parecía sonrojada pero a su vez sonreía, yo sonreí también, ha decir verdad es lo único que me hizo reír desde hace mucho tiempo, acto seguido la invite a entrar, por fin estábamos los dos en la mansión.

Luego de que su prometido muriera esta pensó que no volvería a ser feliz con otro hombre, ya que la había puesto tan difícil a tantos hombres que llego a imaginar que no se volvería a topar con alguien mas que quisiera soportarla. Pero todo cambio cuando hace tres meses atrás conoció a Everard, no pensó que con solo un par de bailes una noche terminaría enamorándose de el con el paso de los días y riendo en gran manera con solo ver su rostro sonriendo hacia ella haciendo que olvidara lo malo de su pasado para abrazar un nuevo presente a su lado. Yvaine por un momento llego a imaginarse muriendo sola, pero ahora con la llegada de su novio se veía con una gran familia y teniendo unos de esos finales felices que tienen algunas de las tantas historias que ha leído.

Estaba fuera del carruaje y miro la gran mansión en la que vive su amado, para luego toparse la mirada con el cuando este abre la puerta para encontrarse con ella. Yvaine comienza a caminar hacia el, para toparse con el en medio del camino, su amado tomo sus manos y la beso con tal ternura que esta no pudo sentir como se sonrojaba por ese acto tan puro de este. Luego de ese acto este con una señal de sus mano la invita a seguir adelante, por lo que esta se toma de la mano de este para comenzar a caminar hacia dentro de la mansión y conocerla por dentro. No podía negar que estaba un poco emocionada, porque si en un futuro las cosas llegan hasta el matrimonio, esta podía ser su nuevo hogar lejos de su natal Escocia.

- Me alegra mucho estar a tu lado, te he extrañado horrores y solo tenia dos días sin verte.- Le expreso mientras va caminando a la par con el, a decir verdad no podía creer lo cursi que podía ser. Tenia dos días sin verlo porque ella tuvo que hacer unas encomiendas de su titulo por lo cual se le fue imposible verlo y por mas loco que parezca no hubo un momento que no dejara de pensar en el, eso le confirma que se ha vuelto a enamorar una vez mas de un hombre. Solo espera que esta vez las cosas salgan bien para los dos y puedan tener un final feliz como desea, porque no aguantaría una vez mas perder a una persona a la cual aprendió amar.

Ella ya estaba aquí, y, por unos instantes, olvide todas las preocupaciones que tenia hasta el momento... Simplemente con mirarla, era como si todo el mal del mundo desapareciese y solo quedásemos nosotros dos en una inmensa luz, jamas había sentido algo como esto, estaba completamente a su merced, creo que si me pidiese que me tirara de un puente lo haría sin pensármelo dos veces... yo... haría cualquier cosa con tal de ver su sonrisa. Sin embargo, una vez que ella puso un pie dentro de la mansión, todas esas preocupaciones regresaron...
Yo no me opongo a que ella conozca mi casa, pero aquí hay mas cosas que muebles viejos y vajillas de plata, tuve que esconder todos mis artilugios y libros de magia en un cofre bajo llave el cual puse en el sótano y ocultar todo archivo que este relacionado con mi pasado entre los libros de la biblioteca, que, ahora que lo pienso, creo que habría sido buena idea guardarlos en el cofre con las cosas de hechicería, seré tonto...  Sin dudas lo ultimo que esta en mi lista de deseos es que la gente sepa de mi pasado, y no quiero que ella comience a indagar, mientras menos se sepa mejor, solo espero que nadie que haya a conocido a mi familia empiece a sospechar de lo ocurrido, tuve que quemar la casa Woodgate para que todo pareciese un accidente, pero ahora no es tiempo de pensar en ello, estoy aquí, en París, lejos de las tierras Woodgate, a un mar de distancia, y estoy con la mujer mas hermosa que podría existir, esto es todo lo que siempre quise, una vida normal y a alguien que me quiera.
- Yo también me alegro de verte, estos dos días fueron un infierno sin ti, y no estoy exagerando, hasta tuve que ir a otra de esas fiestas de clase alta, me sentía tan solo, ¿como pudiste abandonarme tanto tiempo?- Dije con un tono burlón mientras la miraba a los ojos esperando dibujar una sonrisa en su rostro, y lo hice.
- La próxima vez que tengas un viaje de negocios, déjame ir contigo.- Le bese la mejilla, luego tome su mano y la lleve hasta el centro de la habitación. - ¿Y bien? ¿Que quieres hacer primero en la lúgubre y terrorífica mansión Woodgate?- Le pregunte, y espero por Dios que no quiera ir al sótano, claro que ninguna persona normal querría hacer eso, pero la suerte nunca esta del lado de uno.

Volvía a estar enamorada una vez mas y con mas fuerzas de lo que logro hacer una vez pasada, quizás porque la primera vez fue algo un poco planeado conocer al chico del cual se enamoro. Ahora con el, todo había sido como esperaba conocer al hombre de su sueños y fue algo que se dio natural que fue lo mas importante de todo ello.  Everard se ha vuelto esa persona que la hace sonreír a cada momento, hacer que su cabeza este en las nubes y su pies algunas veces no estén tocando el suelo porque esta flotando de la alegría que siente gracias el. Yvaine se siente como una adolescente, pero es es bueno porque sabe que esta viviendo con cada célula de su cuerpo este amor que va creciendo con mas fuerzas en su interior y sienta en su interior que este sera el hombre con el cual se va a casar en algún momento de su vida.
Lo miraba de pies a cabeza y no podía creer que esta maravilloso hombre este a su lado, porque desde su llegada a París se había topado con muchos hombres pero nada se compara con la conexión que este reaccionar en ella. Yvaine va casi entrando a la casa, cuando sigue conversando tierna mente  con su amado y ve su casa como se ve lo cual hace pensar que no tiene sentido el miedo de este a que ella no conociera su hogar que se ve de lo mas normal como cualquier otro. Esta llego a pensar que su casa estaba en mal estado y que el dinero que debía gastar era mucho, por eso no deseaba que esta viera su casa, pero mientras mas ve lo ve todo en perfecto estado.
- Bueno tome un carruaje que me llevo lejos de ti, así pude abandonarte y ponerse hacer cosas de la realeza. Me la pase llena de hombres guapos hablando leyes, ademas de una que otro asunto que tiene que ver con la vida de los monarcas, etc.- Dijo en forma de broma porque de verdad no se divirtió mucho, sino que la paso muy mal porque estaba llena de viejos verdes molestandole nada mas y era la mas jóvenes de los presentes en esa ocasión.
- Claro que te llevare, eso dalo por hecho.- Confeso sinceramente, mientras recibe los beso de este en la mejilla como la mano y al final esta lo besa en las dos mejillas.- Quiero me muestres donde duermes primero, luego todo lo que desees.- Sentencio con una gran sonrisa, porque seguro no pensó pediría ver la cama primero.

No recuerdo un solo momento en el que haya sido feliz antes de que ella apareciese en mi vida... ni siquiera en mi niñez. La bruja que me crió me dijo que cosas como el amor o la felicidad son monótonas en esta vida, y que lo que realmente perdura es el conocimiento, hubo un tiempo en el que realmente creí en sus palabras, pero después de conocer a Yvaine, todo cambio, mi visión del mundo, mi forma de sentir, algo cambio en mi, y estoy muy agradecido por ello.
- ¿Acabas de llegar a mi casa y lo primero que pides ver es mi habitación? Hay salones mucho mas interesantes y mas bonitos.- Le dije mientras acomodaba las cortinas del salón principal. - Pero, si es lo que quieres, tus deseos son ordenes.- Me incline de forma burlona y le ofrecí mi mano, ella la tomo sonriente y la guié por la casa.
- Bueno, mi habitación esta en el segundo piso, te daré un pequeño recorrido hasta entonces.- La iba guiando por una gran galería con varias puertas. - Bueno, esta es la galería principal, nada interesante, un par de estantes por aquí, un par de armaduras viejas por allá, y las puertas llevan a varias habitaciones vacías, la mayoría están sin usar, hay mucho polvo.- Ella miraba a su alrededor sonriendo, como si le gustase lo que estaba viendo, para mi no era la gran cosa, la mansión Woodgate de Inglaterra era simplemente hermosa, sus decorados, el tallado en sus paredes, todo, pero eso quedo ya en el pasado.
Cuando llegamos a la cocina frene para enseñársela. - Aquí es donde se hace la magia.- Ja, buen chiste, sobretodo viniendo de un mago.- Con magia me refiero a la comida, tal vez algún día pueda cocinarte algo.- Le tome de la mano y la guié hasta unas escaleras. - Por aquí se va al segundo piso, bueno, creo que eso ya te lo imaginaste, pues, son escaleras.- Cuando llegamos al segundo piso la guié por un largo pasillo hasta la habitación del fondo.
- Bienvenida...- Abrí la puerta. - A mi humilde cueva, aquí duermo y paso la mayor parte del día, sentado en ese escritorio, normalmente leyendo.- Señale la cama. - Eso de allí es una cama, la gente la usa para dormir, o para otras cosas, tal vez lo sepas, tal vez no, incluso tal vez tengas una - Sonreí, ella también, fue casi al unisono, finalmente ambos nos sentamos en la cama, uno al lado del otro.
- Bueno, ya sabes donde duermo, ¿Que quieres hacer ahora?- Le pregunte...