Trabajo solo (Axel)

por **Seth Kana** Vie Ene 27, 2017 4:16 pm

Llevaba varias semanas detrás de aquella escurridiza manada. No era demasiado amplia, lo que les permitía moverse por los bosques apenas dejando rastros. No cabía duda que se trataban de licantropos, esclavos como yo de la luna llena, que cometían atrocidades guiados por ella.

Por las evidencias, el olor, algo me decía que eran dos hembras y un macho, una de ellas en cinta, posiblemente, la alfa de las dos.
El no tenia mi envergadura, al menos las huellas encontradas por su transformación no superaban las mías, eso implicaba su desventaja si madre luna nos encontraba. Claro que, en cuanto al número, me superaban por dos.

Algo que no me iba a amedrantar, mas conociendo la desesperación de los aldeanos, que no solo habían visto sesgados sus ganados, si no que habían padecido como durante los últimos meses, desaparecían varios niños en las lindes del bosque.
Toque de queda habían puesto para perseverar sus especie, mas bien sabia que si el alimento no llegaba a ellos, cada vez serian mas osados incluso llegando a traspasar las fronteras de la aldea en busca de caza.

Cuanto mas me aproximaba a esas bestias mas me daba cuenta de que me trasformaba en una de ellas, mis ojos ámbar, escrutaban cada resquicio de hierba, ramas partidas, todo lo que pudiera indicar que por allí habían pasado esos monstruos sedientos de sangre.
Mi olfato no solía equivocarse, estaba cerca, dudaba que estuvieran vigilandome, mas bien, huían de mi, no querían problemas con una mujer apunto de parir.
Deberían haberlo pensado antes de sajar la vida de niños inocentes.

Por experiencia sabia que si probabas la carne humana no habría vuelta atrás, esos licantropos no se alimentaban de animales, su menú eran los humanos, sobre todo niños de carne tierna y huesos frágiles.

Me detuve a beber en el arroyo, estaba sediento, demasiado tiempo sin descanso persiguiéndolos.
Todos mis sentidos se pusieron alerta, saqué rápidamente sendas dagas de mi cinto, buscando con mi mirada al dueño de las pisadas, no eran los lobos. Un hombre, solo, mi edad aproximadamente.

-Vete por donde has venido cazador, trabajo solo -exclamé desafiante.

por **Axel Blackmore** Vie Ene 27, 2017 4:56 pm

Las últimas semanas estaban siendo agotadoras, el reclutamiento iba bien, el asunto de la Logia de magos le traía algo desbordado, pero ya tenían designado al hechicero que iba a hacer de Consejero y al menos ese asunto empezaba a aflojar. Pero sobre todo el asunto de la Inquisición era el tira y afloja que más quebraderos de cabeza le traía. Había aceptado la ayuda de un inmortal porque no podían solos con tanta amenaza, aún eran muy vulnerables, y justo por eso habían conseguido capturar a Assur Black, que casi había costado la vida de Aveline a cambio. Y los muy capullos les habían desmantelado la sede de Versalles sólo para presionar y que lo entregasen. Serían cazadores de segunda, sin el apoyo del Vaticano, sin sus fondos ni conocimientos, pero no iba a agachar la cabeza ante la todopoderosa Inquisición. Había una normas del juego, y es que todos estaban cazando a las criaturas que amenazaban a la humanidad, pero los fanáticos no estaban por la labor de unir fuerzas sino de romper todavía más. Pues él no iba a ayudarles, se guiaría por los propios principios de su Orden. Y al final del cuento, si querían mala leche, él era británico, su frio desprecio sería todo cuanto obtendrían.

Decidió ir a la abadía de Saint- Cyr a comprobar lo que la Inquisición había hecho con su retén, su refugio. Lo habían desmantelado por completo y habían puesto un grueso canando para evitar la entrada. Se internó en los bosques de Versailles a dar un paseo y dispar su cólera cuando se encontró con el hombre que sacó unas dagas.

Se detuvo calibrando el nivel de alerta que debía tener. Un extraño en el bosque con dagas...podía ser un salteador, un delincuente, un cazador...podía ser mil cosas, pero tenía pinta de saber usarlas. Entonces le llamó cazador. ¿Como lo sabía?

— Disculpe... el bosque no es de su propiedad. De hecho este pertenece al Conde de la Rochefucauld.— Se metió las manos en los bolsillos, tan campante, observando al hombre. Axel no tenía aire depredador ni actitud amenazadora.— ¿Qué me ha delatado? Ha sabido usted de inmediato lo que soy.

por **Seth Kana** Sáb Ene 28, 2017 10:28 am

Su actitud no era beligerante, no tenia ningún ansia de pelea, y a decir verdad, tampoco yo. Tenia trabajo, y el tiempo escaseaba. Alcé la vista, apenas unas cuatro horas para que la dama blanca coronara el cielo. Para ese entonces debía haber regresado a la mansión de Agarwaen, las cadenas debían surcar mi piel, la bestia tenia que estar a buen recaudo, lo que les daba a las otras tres bestias una noche de ventaja, si no daba antes con ellas.

Me agaché para mojar mi nuca, alzándome con cierta despreocupación. Mis ojos se alzaron hasta los de aquel hombre que parecía no entender mi don.
-Es fácil, portáis armas, no las típicas de los caballeros parisienses, esas de fuego que tanto están de moda ahora. No se ven a simple vista, lo que me hace deducir que sabéis darles uso.
Eso y que vuestras manos están plagadas de callos, no de labrar el campo, si no de empuñar el acero.
Os movéis como un elefante en una cacharreria, os oí llegar hace tiempo, paso seguro, no me teméis y eso solo puede indicar dos cosas o que sabéis defenderos o que sois un capullo.
Por ultimo, vuestro atuendo os deja cierta movilidad para poder blandir el arma a voluntad. Apestáis a cazador señor.

Sonreí divertido cruzándome por su lado, podía notar cierto desconcierto en él, no le culpaba, digamos que mis sentidos hacían que me fuera sumamente fácil percatarme de los pequeños detalles.
-Si no tenéis nada mas que decir, estoy perdiendo el tiempo y el mio es muy valioso.
Siento si estas tierras pertenecen a uno u otro conde. Yo soy de Mikonos,Grecia. No me someto a las leyes del resto del mundo, nos regimos por las propias, mas si sois algún guarda de este hombre, podéis enviar la multa a mi señor por mi osadia, estoy seguro de que Agarwaen os abonará la suma necesaria para que este encuentro nunca haya tenido lugar. Ahora si me disculpáis...el trabajo me espera.

Me agache al percatarme de que en el suelo, cerca de aquel hombre había una gota de sangre, fresca. Unté mis dedos en ella, llevándomela a la nariz.
Esa mujer estaba de parto, seguramente no habrían podido avanzar demasiado, lo que me daba cierta ventaja, el encuentro seria inminente.

por **Axel Blackmore** Sáb Ene 28, 2017 3:50 pm

Axel lo miró entornando los ojos. Su gesto casi impasible parecía denotar cierto desinterés, pero era todo lo contrario, sólo que el británico solía mostrar esa expresión imperturbable y esa compostura. De esa forma sus interlocutores nunca sabían a ciencia cierta lo que le estaba pasando por la cabeza al inglés. Finalmente soltó un silbido.

— ffffiiiuuuu... vaya. Increíble. Eso es tener dotes de deducción, sí señor. Aunque yo diría que es usted un poco tramposo. Por su forma de vestir y moverse está habituado a campar a sus anchas por la naturaleza. Ni siquiera el explorador más capacitado podría escucharme "hace rato" pues tiene el viento en contra, y por la forma en la que ha olido esa sangre, o es usted cazador o es la presa. Y no tiene pinta de lo segundo.— Caminó describiendo un círculo alrededor de Seth.— asi pues...¿qué es usted? ¿Un cambiante? ¿un licántropo? ¿quizás un brujo elementalista con el don de la visión?

Cuando el hombre levantó la vista hacia el cielo lo tuvo más claro.

— Oh. Luna llena. No hace falta que conteste. Va detrás de algo... más bien alguien. Entiendo que no quiera detenerse a charlas con desconocidos, pero me veo en la obligación de advertirle. Espero que ese alguien no sea un humano, porque entonces tendré que matarlo, y no pensaba estropear este traje hoy.

Desplazó la mano por la casaca para apoyarla en la cintura y dejar "disimuladamente" a la vista una de las armas que portaba: una daga de plata.

por **Seth Kana** Dom Ene 29, 2017 12:15 pm

El cazador decidió rodearme como si fuera capaz de intercambiar los roles siendo presa el depredador. Negué dejando escapar una carcajada, aun tratando de centrar mis sentidos para dar con el paradero de esa manada que de no ser cazada seguirían matando.
-Tiene razón, confieso -dije en tono jocoso -me ha descubierto señor leñador, mas no persigo a caperucita si no a otro lobo feroz, tres para ser exacto.

Alcé la cabeza para contemplar el cielo, pocas eran las horas que me quedaban, tenia que ser raudo o esto se pondría muy feo.
-En algo mas tiene razón, el tiempo apremia y no es difícil saber que cuando la dama blanca corone el cielo, vos tendréis un problema si no estáis lejos.
Para vuestra tranquilidad os confesaré que tampoco tengo intención alguna de que os manchéis el traje, por eso os aconsejo que sigáis vuestro camino, no me gustaría tener que usar esto.

Imitando su gesto aparté mi chaleco dejando a la vista las dagas que mi cinto sustentaban.
-Y ahora, amigo, porque no hacemos como si nunca se hubiera producido este encuentro. Os aseguro que no amenazo vida humana alguna, soy tan cazador como vos, no penséis que sois el único que odia a esas bestias..creerme, yo lo hago mucho mas, pues dentro de mi encierro a una de ellas.

Dejé escapar le aire de forma pesada, si la mujer estaba dando a luz, las cosas eran mas complicadas. El macho estaría muy violento, también la beta y ese bebe que naciera no era culpable de nada. La maldición no se hereda, tan solo se contrae..su destino tenia que alejarse del de la manada.
Busqué con la mirada al otro cazador, al final iba a necesitarlo.
-Son dos hembras y un macho. Una de las lobas esta gestando, posiblemente pariendo en estos momentos.
Puedo matar a los tres, pero no arriesgarme a llevarme al bebe. Si no llegara a tiempo a encadenarme lo destrozaría convertido en licantropo, si pruebas la sangre humana no hay vuelta atrás. Necesito que te encargues de esa criatura, dejarla a merced de las alimañas del bosque tras destruir a sus padres tampoco es una opción.

Busqué una respuesta, afirmativa o negativa, necesitaba fuera inmediata, no tenia tiempo para charlas, ni explicaciones vanas, ya sabia todo cuanto necesitaba saber, si era un cazador me ayudaría, acabaríamos con esto y aun tendría tiempo para tomar el camino de regreso y quedar encadenado antes de que los primeros haces de luz plata bañaran mi cuerpo.

por **Axel Blackmore** Mar Ene 31, 2017 3:40 pm

Así que el licántropo era un cazador de monstruos de su misma especie. Normalmente la Orden se centraba más en los vampiros porque eran más enrevesados, ladinos, sibilinos e inteligentes. Los vampiros habían conseguido infiltrarse entre la sociedad humana y medrar de una forma que ninguna otra especie parásita había conseguido. Los licántropos sin embargo habían quedado más relegados a manadas, a zonas boscosas y rurales, encasillados en un salvajismo bestial que los reducía más a bestias que a criaturas místicas. Los licántropos descontrolados eran los únicos a los que perseguían, pero era mucho más complejo dar con informacion anticipada sobre ellos, ya que era mucho más difícil infiltrar humanos en sus filas.

Quizás ese hombre pudiere serle útil de alguna forma. O Quizás aquel numerito fuera solo una emboscada para que cuando Axel lo acompañase, el resto de lobos lo cazaran a él. El inglés sopesó la situación. ¿Y si era lo segundo? Mantuvo un tono sereno sin acritud, como el que está conversando sobre el tiempo.

— Verá, mi instinto me dice que en verdad es cierto lo que me ha dicho, pero pensandolo con calma, también podría ser una emboscada, y en cuanto nos adentremos en el bosque, su manada podría darme caza y nadie sabría qué ha pasado aquí. ¿Por qué habría de ayudarle?

por **Seth Kana** Vie Feb 03, 2017 12:06 pm

No tenia tiempo que perder, quizás mi carácter algo huraño no ayuda en absoluto a la hora de pedir “por favor” la ayuda de nadie. Mas la luna no esperaba y de trasformarme en ese bosque, cerca de la aldea, tendríamos un problema.
-No voy a intentar convencerte, tendrás que confiar o no hacerlo. Mas hazlo rápido, no tengo todo el tiempo que me gustaría para invitarte a unas jarras y hacer unas bromas que te llevaran a confiar en mi.

Ladeé la cabeza al escuchar el inequívoco ruido de una rama quebrarse, el olor no me llegaba pues estábamos en contra del viento, mas por como crujió el portador no pesaba demasiado. Posiblemente era la beta de la manada, aunque no podía estar seguro de ello.

Miré al cazador, ligero movimiento de ojos señalandole la posición de la licantropa, esperaba que me compendiara.
-espero que volvamos a coincidir -le dije llevándome la mano a un lateral de la cabeza despidiéndome a modo de soldado.

No me costo demasiado perderme entre la maleza. En el mas absoluto silencio rodeé a la mujer que nos espiaba.
De ese modo quedaría cercada por el cazador de frente y por mi a sus espaldas. Ella nos llevaría a la madriguera que hubieran elegido para engendrar a su descendiente, eso nos daría no solo la ventaja de poder atacar por sorpresa si no la ventaja de ganar un tiempo que necesitábamos.

Desconocía los métodos de este cazador, por eso yo trabajaba solo, los míos estaban claros, no hacia prisioneros. Tenia claro la naturaleza de los tres, así como que habían matado a niños despedazandolos, no había motivo para mantenerlos con vida.

por **Axel Blackmore** Sáb Feb 04, 2017 12:03 pm

Bien, ya estaba metido hasta las cejas en aquel asunto aunque no lo hubiera buscado. No iba preparado para matar un licántropo en frenesí, pero si estaba en forma humana, algo podria hacer.

Se agachó y levantó el pantalón sacando un cuchillo de doble filo bañado de plata que llevaba atado al lateral del gemelo. Se colocó en posición de guardia y peinó todo el lugar con la vista para tratar de encontrar la mayor ventaja en caso de ataque. Necesitaba algo para cubrirse si por lo que fuera los licantropos fueran armados con algo que disparase a distancia, aunque no solía ser así.

Los crujidos se intensificaron y poco tiempo después la silueta de la mujer se dibujó en el bosque.

— Bonito día para dar un paseo, no cree?.— el inglés saludó a la mujer como si aquello fuera lo más normal del mundo, pero sujetaba un cuchillo en la mano y ella tenía pinta amenazadora, con los ojos inyectados en sangre y de apariencia bestial. La loba avanzó hacia él sacando las garras, empezando a transformarse, pero Axel estaba ya curtido en esas lides y se abalanzó hacia delante, lanzando el cuchillo directamente a su muslo, eso la enrabietaría, pero no la mataría, el otro tipo estaba detrás y seguramente la querría cazar viva.

Efectivamente la licántropa detuvo su transformación al recibir el impacto del arma de plata en su músculo y emitió un gruñido. El cazador se acercó con el objetivo de taparle la boca para que no gritase y los delatara, pero el otro licántropo llegó antes a ella.

por **Seth Kana** Lun Feb 13, 2017 11:20 am

Al parecer el inglés había llegado antes que yo a la presa, una que se lanzo como beta en busca de salvar a la desesperada a sus dos alfas y a las crías que pronto engendrarían.
Cerré los ojos por el olor a sangre, herida abierta, fresca, mis ojos se tronaron ámbar.
Los dos habían entrado en confrontación directa, al parecer el audaz cazador había logrado parar su trasformación. Aquello solo era un parche, cuando luchas con lobos, no sirven las medias tintas. Todo o nada.

Me acerqué por detrás, sorpresa lo que vi reflejado en sus ojos cuando ya me tuvo demasiado cerca, el filo de mi cuchillo de plato, reflejo por encima de su cabeza su amarillenta mirada. Dos bestias que se miraban de frente antes de la muerte.
Mi cuchillo rebano su garganta, la sujeté con fuerza mientras lanzaba sus garras expirando su ultimo aliento, ahogándose con su propia sangre.

Pude casi ver la desaprobación en los ojos de mi improvisado compañero, no tenia tiempo que perder con prisioneros, ya había comprobado que habían probado carne humana, no había redención para ellos.
No esperaba que entendiera mis métodos, mas a mi jamas me tembló el pulso pese a ser uno de ellos.
-Vamos, la guarida ha de estar cerca -aseguré sin dar importancia al suceso.
Limpie mi rostro con la manga de los pequeños salpicones de carmesí de la extraña y me adentre sin mirar atrás en la espesa maleza del frondoso bosque que nos ofrecía cobijo.

Por suerte el ingles se desenvolvía bien en la ardua tarea de la caza, lejos de ser un peso muerto al que arrastrar, parecía recorrer el bosque tras de mi con velocidad. No lo reconocería, mi orgullo era así, pero sin duda no tenia nada que envidiar a los cazadores de mi país natal.

por **Axel Blackmore** Jue Mar 02, 2017 3:41 am

Recuperó el cuchillo de plata del muslo de la loba y lo limpió en los jirones de ropa que aún pendían de su cadaver. No aprobaba los métodos de Seth, evidentemente, pero ante todo era un cazador pragmático: si estás muerto no puedes aprobar o desaprobar nada. Así que antes su vida que la de ella.

Iba con un caro traje y no era el mejor atuendo para cazar, pero a esas alturas ya daba igual, estaba metido hasta las cejas en aquel despropósito. Él se manejaba mejor contra vampiros, los cazadores de licántropos eran fuertes y veloces, su habilidad principal era la astucia y la destreza con las armas, no la fuerza bruta. Aún así tendría que esforzarse al máximo por salir de aquel huerto indemne.

Siguió a Seth a través de la maleza apretando el paso, excitado por ese inesperado ataque que le obligaba a mantener los sentidos alerta y que hacía que la adrenalina corriese en sus venas a una velocidad de vértigo. Además, para qué mentir, estaba cabreado por la jugarreta de la inquisición y tenía ganas de romper algo, de matar algo y enterrar su frustación. Tenía una carácter templado, nada explosivo, pero todo tenía un límite y agradecía la oportunidad de no tener que llegar a él.

La guarida se hallaba en la falda de la montaña, era una cueva oscura horadada en las piedras.

— tendremos que hacerlos salir, yo ahí dentro no veo nada, no soy un licántropo.— esa era una realidad, una triste. Porque la desventaja de ser humano era lo que hacía que hubiera tantas bajas en sus filas y que tuvieran que ingeniárselas para acabar con esas bestias sanguinarias mucho más adaptadas al medio que ellos.

por **Seth Kana** Jue Mar 09, 2017 7:51 am

Con facilidad encontramos la guarida de ahora la pareja de licantropos, alcé la mirada, apenas me quedaba un hora, dos a lo sumo, sentía mi sangre hervir por dentro, el pobre humano lo iba a pasar mal si nos trasformábamos si esto se alargaba mas de lo esperado.

Asentí al escucharlo, era cierto él no poseía la capaz de ver en la oscuridad, era un mero humano, un cazador.
-No van a salir, la hembra esta de parto -aseguré escuchando los gemidos de esta al fondo de la cueva.

Sin mediar mas palabra me introduje en el interior de la gruta, a fin de cuentas no había llevado al cazador para que me ayudara a luchar, si no para que se hiciera cargo del bebe, en mi poder acabaría desmembrado cuando los haces de luz plata se apoderaran de mi, así que, no había mas opciones, ese ser era inocente, ta humano como el hombre que esperaba fuera.

Mas no alcancé a adentrarme del todo cuando un macho bastante dominante se lanzo sobre mi con dos cuchillos en la mano.
La pelea empezó justo en la puerta, acero, sangre y gruñidos de ambos en peligrosos movimientos sobrenaturales que estampaban nuestros cuerpos contra las paredes.

-¡Axel! -rugí mientras trataba de aniquilar al licantropo que luchaba por su mujer e hijo como un autentico titan -¡la hembra! ¡ve a por ella!

por **Axel Blackmore** Mar Abr 11, 2017 4:56 am

Los nervios de acero del inglés estaban tensos como cuerdas de arco, había entrado en modo de combate, en piloto automático en el cual los instintos dominaban y la razón quedaba en segundo plano, callada y sin molestar. En esos momentos sólo quedaba encomendarse a los años de duros entrenamientos, a los macanismos que su cuerpo ya había interiorizado y no necesitaba perder energía extra en pensar qué movimiento debería hacer a continuación.

Se lanzó a la carrera esquivando a los dos lobos que luchaban a muerte para adentrarse en aquella cueva. El olor era fétido, nauseabundo, pues era un cubil sin más. ¿Qué clase de vida le esperaba a aquella criatura que estaba viniendo al mundo? una cueva sucia y maloliente? una existencia rastrera condenada a ser no más que una alimañana en manos de bestias sin razón? No dudó cuando alcanzó a la hembra que acababa de sacar al bebé, el cual todavía tenía el cordón umbilical y estab cubierto de sangre y memebranas de parto. El rostro de la loba cambió, su expresión se volvió feroz y salvaje y Axel entendió que quería proteger a su descendencia, a su legado...¿pero quien protegería al mundo de ella y de sus vástagos? esas decisiones se tomaban con un coste muy alto, su propia humanidad. Pero alguien debía tomarlas y desde luego no quería un mundo plagado de fieras bestias sanguinarias sin control. Hundió la daga que tenía en la bota una y otra vez en el costado de la fiera que se le abalanzó. Pero la loba estaba agitada del parto y apenas pudo asestarle un par de mordiscos y arañazos antes de exhalar su último aliento.
El cuerpo rodó hasta el suelo con los ojos abiertos y Blackmore se agachó a cerrarlos, murmurando.

— No te preocupes, lo cuidaremos...descansa, yo te libero de tu maldición.

Se palpó el hombro donde el bocado había sido más profundo y descubrió varios agujeros de colmillo por donde sangraba, pero sobreviviría. Se quitó la camisa y envolvió con ella al bebé preguntándose cómo narices se había metido en aquel asunto sin comerlo ni beberlo y salió al exterior con la daga en la mano preparado para hacer frente al padre si que éste había dado cuenta de Seth.

por **Seth Kana** Dom Abr 16, 2017 2:49 am

Asesté la ultima puñalada a aquel hombre mientras el cazador se adentraba en la cueva donde le esperaba algo que muy pocos seres humanos presenciaban.
Una bestia dando a luz, claro que aun madre luna no reinaba sobre el firmamento, eso era lo único que le daba una oportunidad al cazador, pues no hay ser mas violento que una loba protegiendo a su prole, bien lo sabia por propia experiencia.
Había luchado contra alguna siendo lobo y admito que pese a que mi tamaño y fuerza eran bastante elevadas, estas parecían ser capaces en ese momento de enormes proezas.

No tardó en salir con su misión cumplida, sesgar la vida de la madre y poner a salvo un bebe que aun nada tenia que ver con la maldición de la licantropia.
Mis ojos ámbar se perdieron en sus azules, había llegado la hora de la despedida, aun me costaba bastante controlarme y trasformado no era menos peligroso que muchos otros.
Debía llegar para ser encadenado en las mazmorras, los míos me esperaban con ese fin, pues yo jamas sajaba vida humana.
-Cuida de él -dije con la voz fría como un tempano de hielo -te debo un favor y no me gusta tener nada pendiente con nadie, si alguna vez me necesitas podrás encontrarme en la mansión de Agarwaen a las afueras de la ciudad, hazme llamar y os atenderé.
Un gesto de respeto inclinando ligeramente la cabeza antes de perderme entre los matorrales del bosque emprendiendo a toda velocidad el camino a casa, a mi refugio.

Llegué justo a tiempo, los primeros haces de luz plata entraron por el ventanal de la mazmorra. Los grilletes ya habían sido colocados en mi cuello, piernas y brazos. Celda cerrada a cal y canto, pronto mi cuerpo cedió contra el suelo empezando a convulsionar, la trasformación empezaba, huesos rotos y una noche en la que la bestia se apoderaba del cazador.

por **Axel Blackmore** Mar Mayo 02, 2017 4:44 am

El cazador se quedó en el bosque solo con la criatura en brazos. Lo envolvió en su chaqueta y caminó resoplando hacia donde se suponía que le debía esperar su caballo. Había ido al bosque de Versailles a hacer un pequeño reconocimiento para saber exactamente cuánto terreno les había comido la Inquisición, y había terminado empapado en sangre y con un bebé licántropo entre brazos.

¿Qué debería hacer con él? o ella... porque... no había mirado lo que era. Ahora recaía sobre su conciencia el haberle arrebatado su derecho a tener familia, una de asesinos sobrenaturales pero a fin de cuentas... su familia. La conciencia de Axel compenzaba a jugarle malas pasadas. Necesitaba llevarselo de allí, ponerlo de momento a buen recaudo, con un ama de cría, y ya pensaría qué hacer con aquel ser.

Tras dejarlo con una familia de confianza, se encerró en su despacho a pensar. ¿Quién podria hacerse cargo del niño? Aveline estaba a puto de casarse y era bastante improbable que tuviera críos, tras la puñalada, sus posibilidades se reducían bastante. ¿Querría su hermana adoptarlo? había posibilidades de que fuera un licántropo. Era un tema peliagudo, pensaría como plantearselo.

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