Élise Lanvin.

○ Atmokinesis: Habilidad para controlar ocasional y relativamente el clima y los sucesos meteorológicos.

○ Alteración de la apariencia: La habilidad de cambiar la forma física. Los cambios son sólo temporales, duran solamente unas horas (máximo), no son permanentes.

○ Dominación: Capacidad para controlar la voluntad de otro mortal, obligándolo a hacer cosas sin que pueda evitarlo a pesar de resistirse.

◘ Hechicería: Habilidad para hacer que cosas sucedan, ya sean a favor o en contra de alguna persona, por medio de conjuros, hierbas y pociones. Esto incluye altos conocimientos de herbolaria que les permiten hacer también curaciones.

◘ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder les permite reconocer a licántropos y cambiantes cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida.

Muchos sucesos han marcado el carácter Élise, suficientes como para que no sea sencillo describirla. La trágica manera en que se vio huérfana y sus posteriores hogar y familia han hecho de ella una mujer independiente, la gusta ganar su dinero y tener ella la última palabra sobre sus clientes. Es dependiente del sexo y lo necesita cada día para sentirse tranquila, pero no es del todo un problema teniendo en cuenta su trabajo. Muy coqueta, quiera o no sexo, su manera de dirigirse a los demás siempre tendrá un toque de flirteo, se sabe hermosa por lo que la falsa modestia brilla por su ausencia y usa sus encantos para conseguir lo que quiere. Nota su propio poder a cada segundo como una bola pesada en su estómago y cuando lo libera es tan solo por dos razones, porque la sobrepasa esa sensación o porque necesita su magia para algo. No tiene grandes aspiraciones en la vida y de hecho está feliz con la que tiene, si es verdad que disfruta de la compañía y las buenas charlas es más bien solitaria pues las amistades no duran debido a su adicción al sexo. No la molestan los malos modales, es más los encuentra divertidos. A pesar de tratarse de una simple puta, se molestó -y aún lo hace- en acabar sus estudios y aprender unos modales dignos que le abren las puertas de casas importantes. No elige a sus clientes en base a su posición social sino a la atracción que despierten en ella y desde luego no todo el mundo lo consigue.

En el 1692 una esclava negra llegó a Salem desde Nueva Orleans. Fue esclavizada años antes en una bahía de las costas guineanas para trabajar en los campos de algodón de las grandes familias sureñas. Su nombre era Tituba y pasen los años que pasen su nombre resonará en los ecos de la historia. Aquella negra es la tatarabuela de Élise y consiguió revolucionar una ciudad entera con su magia. Por aquellos años en que llegó a Salem no se conocía demasiado sobre las brujas, aquella ciudad distaba mucho de ser como Nueva Orleans, por lo que cada rumor, cada palabra en su propia lengua alertaba y asustaba a los ciudadanos. Sus amos la prohibieron hablar con nadie fuera de su finca y por supuesto siempre que se dirigiera a ellos sería en inglés, llegaron a temerla de tal manera que sus castigos eran muy inferiores al del resto de negros que trabajaban allí. Tituba detestaba esa ciudad y a sus habitantes, tanto que se prometió destruirles, pero antes tenía una tarea que cumplir. El poder en su aldea pasaba de madres a hijas, no había un solo hombre con el don de la magia en Kaloum (su hogar) por lo que debía dar a luz a una niña y ponerla a salvo antes de empezar a condenar aquel sitio. Tan solo invitó a un hombre a su lecho y se trataba de un buen hombre, recto, con principios, uno incapaz de deshacerse de la hija que tuvieran cuando ella faltase, porque lo haría. Cuando dio a luz a Marie se la entregó a su padre pues a ella en la plantación no la permitían cuidar del bebé y era mejor sacarla de allí. Fue entonces cuando todo el engranaje empezó a trabajar, desobedeció las normas de sus amos y comenzó a tratar de jóvenes de la ciudad, a leerles el futuro y preparar bebidas para encontrar el amor, curar dolores… de todo. Era un secreto a voces que Tituba era bruja y fueron principalmente dos jóvenes quienes acudieron a ella con ansias de aprender, fue sencillo entrar en sus mentes, manipularlas y hacerlas enfermar con sus propias ideas. Hizo que ambas jóvenes renegaran de sus creencias cristianas formando un revuelo sublime en sus respectivas familias, las bebidas que preparaba Tituba para ellas (que creían que eran para mejorar) las provocaba sudores, vómitos y convulsiones, dando así la impresión de estar poseídas por lo que esos blancos llamaban demonio. Para aquel entonces su hija viajaba lejos de la ciudad por el miedo de su pobre padre a que alguien reclamara su muerte; Tituba no corrió la misma suerte, se la apresó y juzgó por brujería siendo culpable el veredicto. Murió en la horca pero fue la primera de muchas, las dos jóvenes comenzaron a dar los nombres de todas las mujeres a las que habían visto hablando con la negra y fueron muy pocas las que quedaron con vida.


Siempre se concedía un último deseo y tan sólo pidió un cuchillo y un pollo vivo. Quería saber cuál era el destino de su hija y de la futura descendencia de su sangre, esa era su única preocupación pues morir en su cultura suponía liberar el alma para que ocupara otro cuerpo naciente. La sangre siempre había hablado para ella y así lo hizo aquella noche, sus propios poderes pasarían de generación en generación pero apenas se manifestarían hasta la cuarta generación. Esa muchacha sería la más poderosa de su línea de sangre y sería conocedora de sus poderes sin miedo a usarlos.

Esta historia se encargó John –padre de Marie- de contársela a la pequeña, obviamente sin la parte negativa sobre su madre y por ello la mulata sintió amor por la valentía de su madre y odio hacia todos aquellos que la habían apartado de su lado. Una a una las descendientes de Tituba se casaron con hombres blancos haciendo así desaparecer el resto de la raza de la bruja de Salem pero atesorando sus poderes, hasta llegar a Élise. Al contrario que sus predecesoras no tuvo la protección de sus padres. El día en que sus poderes hicieron acto de presencia fue celebrado en casa, su madre sabía que era Élise quien tendría el poder de Tituba y por tanto felicitó a la pequeña, pero nadie supo cómo enseñarla a controlar su don, todo aquel poder emanaba ahora de su interior y sobrepasaba a la pequeña que acabó matando a sus padres empeorando la tormenta que tenían sobre sus cabezas. La niña fue testigo de su propio asesinato aunque no del todo consciente pues lo que vio fue un rayo caer sobre cada uno de ellos, sobrepasada, aterrorizada y sola corrió fuera de casa hasta el primer sitio en que vio gente. Por suerte o por desgracia para ella se trataba del burdel y si bien es verdad que la madame cuidó de ella… no hace falta pensar mucho para adivinar que no creció como el resto de niñas de su edad, sino rodeada de dinero, sudor, putas y hombres. Para ella sin embargo, el deseo sexual aplacó el de culpa y se aferró a él con tal fuerza que ahora sufre una ligera ninfomanía.

Por supuesto para ella no había otra opción que dedicarse a la prostitución, la sensación de ser dominada o dominar –ya fuera a un hombre o a una mujer- y de llegar al orgasmo era lo único que la saciaba. Durante largo tiempo ignoró sus poderes por miedo a lo que pudiera ocasionar pero poco a poco y con ayuda -de su tatarabuela- ha logrado controlarlos y manejarlos de manera impresionante. Su mayor secreto y uno que jamás piensa que llegue a contar a nadie, es que siente en sí misma el espíritu de aquella negra que causó estragos en Salem, es casi como si viviera en ella de alguna forma... Como mujer y como bruja es capaz de hacer caer de rodillas a los más poderosos y de hacer creer a un mendigo que es el rey de Francia. Con ella no sabrás quién usa a quién para qué.

○ Descendiente de Tituba, la bruja negra de Salem.

○ Mató a sus padres, por accidente, a los ocho años cuando se manifestaron en ella sus poderes. Desde entonces vive en el burdel.

○ Ha desarrollado una ligera ninfomanía a raíz de dichos asesinatos. El sexo es lo único que la sacia y la hace sentir bien.

○ Siente el espíritu de su tatarabuela en su interior.

○ Es puta por decisión propia.