Let me show you... [Isobella]

por **Donovan O'Mallon** Miér Nov 10, 2010 8:14 pm

¡Loco!, maniaco libre bailando a la luz de la luna, brote de adrenalina al estar rodeado de tanto silencio sepulcral. Amanted e su libertad que le era proporcionada por la muerte misma, que hilarante e ironica escena, un muerto platicando con otros, haciendolos bailar y gozar de su compañía.

En medio de aquel campo de tristezas y olvidos, se encontraba una atrayente figura, motivo de mil y un ilusiones, con las rodillas clavadas en la húmeda tierra, su violín a un lado, la camisa de lino abierta deando al descubierto su pecho de marmol, brazos extendidos en señal de cruxificcion, que ironía, su cabello amarrado en una coleta con mechones sueltos pegados a su cara debido a la humedad del ambiente.

Había estado así por mucho tiempo, desde que cayó el último rayo del atardecer hasta ahora que la negrura de la noche cubria todo a su paso, inundando su cuerpo con las sensaciones imaginarias que le producía el estar en medio de tan "sacrosanto" lugar, como en espera de la llegada de alguien, la sentía venir, la esperaba con ansias...

por **Isobella A. Van Trousse** Miér Nov 10, 2010 9:13 pm

20 de Septiembre de 1800. Una fecha triste para ella. La fecha en que se había entrado de tan horrible noticia. Años atrás, su madre había muerto. Sin más remedio, nada que hacer, nada que pensar en ese instante.

Sacudió la cabeza mientras caminaba entre las lápidas del sombrío & oscuro cementerio. Aun siendo de día, para ser exactos. Medio día. La luz del sol era tenue, como si este huyéra de aquel triste & solitario lugar.

Después de un esfuerzo, encontró su lápida. Recogió su vestido para poder sentarse a su lado, poder platicar con su difunta madre, sobre lo mucho que la añoraba. Cómo extrañaba una caricia materna ... consejos ... nada comparado con cualquier otro tipo de cariño.
Soltó un sollozo al pasar la mano por el poder de la lápida.

El tiempo pasó muy rápido, contándole a su madre sus sentimientos, últimas cosas que había hecho & ... cosas sin sentido.

Sin darse cuenta, se quedó profundamente dormida, recostada en el pasto.
Al despertar, se dió cuenta de que ya había oscurecido & que era peligroso permanecer en ese lugar más tiempo. Se levantó con dificultad, viéndo que su vestido estaba lleno de suciedad. Bufó rodándo los ojos.

Caminó desorientada entre las lápidas, cada vez más espantada, no supo a donde iba. Vislumbró una figura masculina, con piel como el mármol & bastante brillosa a la luz de la luna.

Se detuvo en seco, mientras su respiración se tornaba agitada & entrecortada, acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja.

por **Donovan O'Mallon** Miér Nov 10, 2010 10:48 pm

Había percibido su aroma desde que llegó, sintió su presencia mas no la buscó; prefirió dejar pasar el tiempo, ahondar en sus propios pensamientos y dejarla actuar con los suyos.

La llamó con el pensamiento y la atrajo hacia él, mas al tenerla a sus espaldas no se inmutó; controló los locos impulsos de ir hacia ella al momento en que su aroma se hizó mas fuerte al oír sus pasos dirigiendose hacia donde el descansaba, escuchó los latidos de su corazón e imitó la respiración de aquella joven criatura.

No emitió sonido alguno simplemente tomó con suavidad su violín, y comenzó a tocar; una melodía profunda, melancólica y un poco tórrida. Las cuerdas se desnudaban bajo sus dedos permitiendo que el maestro las dominara; inundó el ambiente con el eco de las notas rompiendo unas con otras, embelesando hasta a los que dormían plácidamente en sus camas de piedra.

Un demonio dando una sonata, que obscuro romantisismo del deseo encarnado, mas sin embargo hipnotizaba e insitaba a cumplir hasta lo mas obscuros deseos. Terminó aquel concierto y se puso de pie levantando la mirada hacia el cielo sin darle la cara a su nueva acompañante.

-La he estado esperando, ha dormido tan profundamente con un aspecto tan inocente y plácido, que creí inoportuno irrumpir en sus sueños
Dijo esto con una voz gruesa y sensual que derrumbaba cualquier barrera interpuesta entre el y la bella doncella, acomodó los mechones que yacían sobre su cara y giró sobre su propio eje para darle frente a la joven, recibiendola con una cálida y seductora sonrisa.

por **Isobella A. Van Trousse** Jue Nov 11, 2010 4:13 pm

Se quedó en blanco, aunque no del todo, con un solo pensamiento en su mente. Él. El jóven que se encontraba frente a él. ¿Quién era? No se le hacía familiar o seguramente era porque se encontraba desorientada & con la vista nublada.
Al principio, pensó que era mera imaginación suya. Por la urgente necesidad de encontrar a alguien, el no estar sola en tan sombrío lugar.

No apartó la mirada del jóven. Se percató de que era una realidad lo que veía al ver como tomaba su violín & comenzaba a tocar una suave melodía.

Lo escuchó con detenimiento, dejándose llevar. Dispuesta a hacer todo lo que este ser le pidiéra, incluso comenter un asesinato.
Al terminar, parpadeó un par de veces, más desorientada que minutos antes.

Lo observó ponerse de pie, no se percató de todas sus acciones ejecutadas, ya que la obscuridad le impedía ver con claridad.

Pensó en retrocer varios pasos cuando el jóven se encaminó hacia ella, pero sus piernas no le respondían, era como si pesaran toneladas.

Escuchó por primera vez su voz, quedando hipnotizada por sus palabras. Quiso darse una bofetada, por estar cayéndo ante sus pies como una idiota. No lo conocía en lo mínimo.

Abrió con suavidad sus labios cuando el jóven giró en su propio eje. Él tenía una belleza impresionante, que nunca había visto. Algo ... sobrenatural, que encajaba a la perfección con esa noche & el lugar.
No pudo soltar palabra, viéndolo con fijeza. Ni la luna, que brillaba en su máximo esplendor, se podía comparar con el jóven rubio & de tez pálida frente a sus ojos.

por **Donovan O'Mallon** Sáb Nov 13, 2010 4:56 pm

Aspiró profundo el aroma que se desprendia de la joven frente a él, cerró los ojos y volvió a sonreirle. ¿Dejaría que fueran sus instintos lo que tomaran partida de esta noche? ¿o los reprimiría como era su constumbre para entrar en el juego de la seducción?... los dados estaban en el aire.

Dió unos pasos con aire galante, sin acercarse demasiado a la dama, estiró su brazo de tal forma que el arco del violín tocará la barbilla de la joven para levantar más su cara, que escenario tan más lúgrubre y de cierta manera romántica; un eterno demonio hipnitizando con la mirada a una inocente, maldito ladrón de almas.

- ¿O acaso sigue dormida y esto es una pesadilla?, tenerme en sus sueños no debe de ser tan gratificante, de la orden y desapareceré inmediatamente
Esa sonrisa tan cálida y encantadora que enreda sin escapatoria alguna a quien la mira,el tono tan melódico y galante de su voz iba poco a poco tejiendo su red.

por **Isobella A. Van Trousse** Dom Nov 14, 2010 5:58 pm

"No hay en todo el vasto y oscuro mundo de espectros y demonios ninguna criatura tan terrible, ninguna tan temida y aborrecida, y aun así aureolada por una aterradora fascinación, como el vampiro, que en sí mismo no es espectro ni demonio, pero comparte con ellos su naturaleza oscura y posee las misteriosas y terribles cualidades de ambos."
Stephenie Meyer;

Palabras que no fluían, atravesadas en su garganta, como si se hubiera quedado estancada en un pozo sin fondo o en un pantano, donde era difícil salir. Algo le indicaba que ya no había salida, una vez entrada en el inmenso mar de sus ojos, era difícil salir de ellos, se sentía ahogarse en ellos… aunque no de una forma muy desagradable, se podría decir que… al contrario.

Sintió que simplemente… se iría de espaldas al verlo sonreír de esa forma. Maldijo mil veces al sentirse caer en sus redes, en un hechizo profundo del que no estaba segura poder salir. Aunque bendijo mil veces por haberse encontrado a ese hombre… aunque ni ella misma sabía si había sido bueno o malo…

Permaneció con la cabeza gacha, para después sentir que algo tocaba su mentón, aunque no se molestó en saber que era, solamente subió su mirada a la del joven

– ¡No!... –gritó, al darse cuenta de que había alzado bastante la voz, que el eco de esta, resonó en el mármol de cada lápida. Sintiéndose apenada, decidió seguir hablando, pero esta vez, más relajadamente, por el exterior, ya que por dentro, estaba hecha un lío,

– No se vaya, su compañía es muy placentera para mí, pero claro, si usted no opina lo mismo acerca de la mía, no lo obligaré a que se quede –contestó en un suave susurro que esperó a que su acompañante lo escuchara.

“Como si pudieras al menos retener a un hombre ¡Y menos a uno con semejante belleza e hipnotizante mirada que hace que te hele la sangre y que tu corazón lata frenéticamente o se detenga al mismo tiempo!” masculló una voz en su cabeza.

Isobella solía escuchar a esa voz a menudo, ciertas veces tenía razón pero otras no, por lo cual, la ignoraba rotundamente. Este era un caso.

Meditó sus anteriores palabras, ella desearía tener un arma, una razón coherente, algo… para obligarlo a que se quedara a su lado en esa fría y lúgubre noche de otoño.
Pero ella no era nada ni nadie para cometer semejante acto.

Lo que ocurrió después de sus palabras, ni ella misma se lo esperaba, no supo lo que hacía, al percatarse de sus actos, esperó a que no estuviera mal o simplemente, se ganara una condena ante este hombre que la había dejado prendada, en solo unos minutos. Por él, se iría al infierno, si eso ameritaba, perdería su vida por él, haría incluso hasta el acto más horripilante del cual, ella fuera capaz.

Alzó una mano, con suma lentitud, la posó sobre la mejilla del extraño. Su piel era… bastante fría, unos cuantos escalofríos recorrieron su columna vertebral, dejándola anonada.
Se detuvo para mirarlo con fijeza. Su belleza era sobrehumana, forzó un poco la vista, para darse cuenta de que sus ojos eran de un rojo intenso… Ella ya había visto un par de ojos más así… supuso que serían familia…
Era propietario de un hermoso y rubio cabello, que desde su posición, se veía sedoso. Sus facciones eran finas y muy simétricas.

por **Donovan O'Mallon** Lun Nov 15, 2010 9:24 pm

Tanta dulzura y entrega en un súbito instante, su tierna mirada clavada fijamente en él; realmente no merecía tanta admiración pero le gustaba. Escucho el grito de la joven y no pudo mas que esbozar una sonrisa.

Bajo el arco del violín y se acercó más a aquella inocente criatura, se entregaba con pasión ante une bestia y sin saberlo... o quizás su instinto se lo advertía y ella seguí allí ofrenciendole su todo a un alma despiadada, a un satánico ángel de la muerte; sintió la calidez desbordante de la delicada mano que se posaba sobre su mejilla, cerró los ojos y frotó su rostro para sentir mejor la caricia.

-Sus palabras son mis ordenes, no me iré hasta que se harte de mi presencia.
Se acercó más a la joven sintiendo su respiración sobre su pecho, levantó mas la cara de la joven y bajó la suya.
-No veo porque mi presencia le parece placentera, aún así... me quedaré
Su aliento rozó el rostro de la joven por la distancia tan corta entre ellos, acercó aún más su cara y rozó con su boca los rosados labios de su joven acompañante, rodeó con su mano libre su cintura y la acercó mas a él.

Maldito encaminador de almas que las guía hacia su perdición, era su condena por la inmortalidad que se le había otorgado, podría luchar contra eso... pero amaba el hecho de obtener lo que quería, maldecía cada vez que obtenía un nuevo cuerpo, una nueva promesa... pero lo hacía a un lado para gozar de tales beneficios.

¡Oh tierno codero que te acercas inocente a la boca del león!

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