Prémonition || Lance Hramn

por **Liliane Aleksandrova** Lun Mayo 15, 2017 9:53 am

Llevaba días sin saber nada sobre Lance, se hacía muy extraña ahora la vuelta a la rutina, la escasez de drama e intensidad que era inherente al vampiro. Lo cierto es que la había venido bien tener espacio para sí misma y para su familia, pudo regresar a la huerta y vender en el mercado, echó las cartas en más de una ocasión… pero el artista había prometido ir a verla al poblado y no lo había cumplido. Las preguntas flotaban en su mente, sobre todo dos, ¿le habría pasado algo? y se había olvidado ya de ella?. La respuesta a la primera pregunta la asustaba pues –a su pesar- le quería, cosa que ningún otro había conseguido y la segunda… simplemente prefería no saberla. Se debatió día y noche entre adivinar el futuro de Lance o no hacerlo, pocas habían sido las ocasiones en que había jugado con los vaivenes del destino sin previa petición del interesado, era como inmiscuirse en una parte muy privada de la vida ajena. Tomó la decisión al despertarse tras un sueño, aquello había sido más que un mero sueño o pesadilla, volvió a tener la sensación en el estómago de que lo que había visto era algo por venir. Aun con el nudo en el estómago y la respiración agitada por la imagen, se puso manos a la obra bajo la luz de un par de velas. La vieja baraja de cartas voló entre sus dedos hasta seleccionar las que sintió que debía voltear. Su temor se confirmó y supo que Lance estaba en peligro. Luna llena, mucho miedo convertido en odio y un incendio. Esos tres factores la decían cuándo, por qué y qué se llevaría a cabo contra el vampiro.

Salió de la cabaña y alzó la mirada al cielo esperando no ver una luna llena entre las nubes. Oh, no… se puso las primeras botas que tuvo a mano y salió corriendo a montar el caballo que Lance la dejó para regresar al poblado en su despedida. Si legaba a tiempo sería en gran parte gracias al animal. No tuvo tiempo de ensillarlo, por lo que apretó los muslos contra los costados del semental y se sujetó con fuerza a sus crines. Sentía miedo, demasiado, tanto que notaba el corazón bombear a un ritmo frenético. El camino hasta la inmensa casa de su ¿amigo? se hizo más largo que nunca, parecía no haber más que calles y calles que se alargaban. Tan solo escuchaba los cascos del caballo a galope entre los edificios, era noche cerrada y por tanto –salvo alguna fulana y borrachos- no quedaba nadie despierto. Al llegar vio la verja abierta pero no la sorprendió pues toda la casa tenía aspecto de abandonada. Ato al animal y se adentró por el jardín esperando encontrar a Lance ojalá en sus cabales, pero al menos vivo. -Vete de aquí niña-, ahogó un grito cuando un hombre salió de las caballerizas con un candelabro en la mano, -vete o no vivirás para contarlo, él no merece vivir-, olía a alcohol, era el rostro que había visto en sueños y por tanto debía o alejarlo de allí o alertar a Lance. -No, por favor… Deja esas velas, sé que no eres un asesino-, ¿ganaría tiempo?¿la escucharía Lance? Ni siquiera sabía si estaba allí, pero así lo sentía. Un movimiento fugaz la hizo mirar hacia arriba, hacia una de las ventanas del piso superior. Distracción que el hombre aprovechó para entrar en la casa corriendo, -¡noooo!-, le siguió como pudo y saltó sobre su espalda intentando impedir que viera para que avanzase más, -¡LANCE!-