Adiós para siempre, Gianna

por **Katharina Von Steiger** Mar Jul 04, 2017 7:59 pm

04 de Julio
9:50pm

No puedo creer todavía que ella ya no está, no puedo hacerme a la idea, ni siquiera cuando tengo su cuerpo enfriándose frente a mí. Ahora, debe llevar unos diez minutos muerta, y permanezco sentada cerca como esperando a que abra los ojos asustada, o furiosa, o hambrienta o lo que sea. Aguardo a que la luna llena despierte su licantropía y le devuelva la vida, aunque en el fondo sé que eso no sucederá. Ay, mi querida Gianna, mi única hermana me ha sido arrebatada por el egoísmo de otros como ella, uno que la maldijo al morderla, y el otro que la mató al ilusionarla y dejarla finalmente embarazada. Ahora no tengo idea cómo cuidaré a ese bebé, ni siquiera sé cómo llamarle, porque ella nunca me dijo qué nombres le gustaban, porque también le arrebataron eso. Sólo sé que si Gianna puede vernos, estará tranquila al saber que la plata que se inyectó no alcanzó a afectar a su hijo, extrajimos a tiempo lo necesario, aunque el niño quedó con unas marcas en una de sus piernas, pero nada de consideración, él está sano.

¿Qué carajos pensaba Gianna para inyectarse plata líquida? Quiero pensar que no sabía de su embarazo y que quiso experimentar con ella misma, aunque por supuesto, no estoy segura, jamás pudimos hablarlo. En más o menos dos horas llegarán a arreglar su cuerpo, he contratado a alguien que hará el trabajo en silencio y se irá sin más. He comprado su silencio, sí, pero también espero haber logrado lo mismo con su paz. Nadie rezará ahora, ni me acompañará a dejarla bajo tierra a escondidas; por eso no lamento haber fingido su muerte antes, al menos pudieron decirle un falso adiós, uno lo suficientemente hipócrita porque por dentro la juzgaban. Él también estuvo allí, casi sentí sufrir al padre del niño que ahora escucho llorar muy cerca. Debe tener frío y hambre, pero no tengo muy claro lo que debo o no hacer, supongo que deberé contratar a alguien para él, aunque ahora debo calmar mi llanto y el suyo, porque ese pequeño es lo único que tendré para siempre de Gianna. Astor, ese bastardo, cree que el hijo que tendría con mi hermana está muerto, si es que en realidad me creyó que era suyo. Jamás va a enterarse, no merece un pedazo de la vida de ella, porque de hecho se le parece bastante, por suerte. Lo cuidaré con mi vida aunque deba permanecer en París en lugar de Italia. Sólo yo sabré de él, a quien he decidido, de manera inmediata, que llamaré Lukas. Lukas Castiglione. Jamás Gray.