Las notas no son las mismas hoy ni ayer || Marion

por **Bran & Ben Chevalier** Vie Jul 21, 2017 10:16 pm

Seis años de matrimonio el que llevaba el mayor de la casa Chevalier, en todo ese tiempo no ha habido problema y menos discusiones; como haberlas cuando el pasa poco tiempo dentro de la casa con el fin de llevar los negocios familiares y el estatus que tenían sin olvidar la búsqueda de su madre ¿Cuánto tiempo ha pasado desde las últimas noticias que tuvieron de ella? Cada rastro en el mapa del mundo los llevaba lejos y otros días cerca de donde estaban residiendo, sin contar que entre los dos el mayor hacia todo el trabajo mientras el menor se dedicaba a cuidar la casa y a la esposa de su hermano ¿idóneo? Quien sabe

Bran, el mayor, se encontraba de viaje hace unos meses atrás en España para hacer negocios con la industria y el comercio de nuevas telas, abrir una tienda en esas tierras sería conveniente para ellos para entrar de lleno al mercado inglés; Aquella mañana, llegó una carta a la mansión donde vivían los tres informando a su hermano los últimos acontecimientos, pero él se encontraba en medio del salón de música tocando el piano con ojos cerrados disfrutando de la melodía a esas horas en la mañana, tan temprano que había olvidado el desayuno.

Alexander su perro Golden entró por la gran puerta del salón corriendo hasta donde su amo estaba sentado practicando, se mantuvo al pie del piano viendo como su dueño deslizaba aquellos dedos por entre las teclas del instrumento como retumbaban contra sus largos dedos y como su apariencia mostraba que no había podido dormir en toda la noche, apenas llevaba el pantalón de dormir, sin la camisa.

La puerta se abrió mostrando el cuerpo de una persona, sus ojos se abrieron en ese momento con el sudor cayendo de su frente, toda la noche había pasado corriendo entre los bosques buscando relajarse, que ahora podía hacerlo con el piano hasta que sus ojos vieron aquella figura y entonó mal la melodía.

Silencio se escuchó en ese momento, uno algo incómodo por la apariencia que tenía [b]–¿Señora, Chevalier? Disculpe mi presentación, iré a cambiarme para poder desayunar con usted– sonrió al ponerse de pie reverenciando a su cuñada y la razón de sus malestares nocturnos.

por **Marion Lefebvre** Sáb Jul 29, 2017 9:12 pm

Se miro al espejo acomodando uno de los dijes en el cabello recogido muy al estilo francés, los adornos habían llegado desde España tan solo hacia unos días atrás junto a un juego de joyería de oro elegantemente decorado con diamantes. El elegante y delicado collar adornaba su cuello y aretes a juego colgaban de sus lóbulos y una hermosa pulsera ricamente decorada al igual que las piezas que hacia juego. Percibió que aquel día se miraba peculiarmente bonita, con un vestido color crema con detalles en color oro y flores con un escote cuadrado. Le habría encantado que su marido la viera, cada dia se areglaba de forma exquisita solo pensando en su deleite, un deleite que tenia meses sin poder disfrutar pues llevaba meses en España, algo que la hacia sentir un tanto abandonada.

Mientras que Bran, su marido, pasaba mas tiempo fuera de su hogar que en compañía de su esposa e hijo. Su cuñado cuidaba de ellos, atendiendo los negocios en la ciudad, administrando las cuentas locales y asistiendo a las reuniones sociales junto a ella y haciendo de figura paterna para el pequeño que estaba por cumplir seis años.

Salió de su habitación frotándose las manos. Y al tomar el pasillo principal comenzó a escucho la una peculiar tonada, al comenzar a bajar las escaleras las notas del piano comenzaron a mezclarse en una melodía cadenciosa, intensa y apasionada. –Buen dia – saludo a una de las jóvenes del servicio que subía en dirección a la habitación de su pequeño niño.

Al dirigirse al salón de música, Alexander el perro golden de su cuñado paso animado en la misma dirección meneando la cola, Marion no pudo evitar sonreír ante el acto de la mascota. Minutos después de que el canino entrara ella hizo acto de presencia quedándose muda al mirar la vestimenta de su cuñado, sus mejillas se sonrojaron. Desvió la mirada y frotándose las manos como acostumbraba cada que se ponía nerviosa, cosa que pasaba muy a menudo en presencia de Ben –Buen dia– susurro intentando no mirarle pero al momento en que paso a su lado no pudo evitar acariciar con la mirada la piel desnuda de aquel hombre que le era prohibido sobre todos los demás. –Por… por supuesto… yo… yo esperare un momento… Le vere… en… en… – a Marion se le seco la boca y las palabras se escapaban de su mente, se giro para mirarle a los ojos –En… El… para desayunar– alcanzo a decir antes de apartar la mirada al girarse.

Lo que acababa de hacer deliberadamente estaba mal. Así que se acerco al piano deseando que su cuñado se alejara. Se sentó al banquillo pasando los dedos por las teclas del piano pensando en que tan solo unos momentos antes habían sido tocadas con pasión por aquel que le era prohibido.

por **Bran & Ben Chevalier** Dom Ago 27, 2017 1:07 am

A penas y cruzó la puerta cerrándose tras de él, sintió la madera como un soporte para su peso al descansar luego de aquel fugaz encuentro. Se le hacía difícil resistirse a los encantos de su cuñada más cuando percibía su aroma, su belleza al pintarla junto a su hermano en un retrato único, esa era la razón por la que estaba tocando para olvidar aquella figura, aquellos ojos, sus apetecibles labios. Hizo acopio de toda su fuerza de voluntad

Escuchó como su cuñada tocaba las teclas del piano una vez más, las notas lo estaban lastimando hasta que tomó su propia fuerza arrancando toda idea descabellada de su cabeza para ir a arreglarse y estar presentable junto a su familiar. Sí, eso era lo que se repetía a cada rato que ambos eran familia y nada más. Dejó que el agua se llevara todos sus pensamientos desde los más inadecuados hasta los superficiales, su ropa era casual como para pasear por el campo o montar a caballos, pero él estaría toda la tarde tocando su piano cumpliendo con lo que le ha encomendado su hermano: “Cuidar a su esposa”.

Bajo directo al comedor tomando su lugar en la mesa mirando al asiento de su hermano y su derecha donde era el lugar de su esposa, justo frente a él. Suspiró y una de las doncellas entró –No se preocupe, yo iré por la señora mientras sirva el desayuno– sonrió al ponerse de pie caminando hacia el cuarto de música, al abrir vio a su cuñada y le sonrió –Si desea aprender a tocar no hace falta, puedo contratar a alguien que le enseñe, no creo que quiera aprender de mi la señora de la casa, pero aun así puedo darle unas lecciones básicas– toco el piano el inicio caminando y deslizando la mano hacia donde estaba ella tocando sus las teclas agudas del piano que sonaron melodiosas –El desayuno está servido, luego podre enseñarle lo que usted guste y mientras toca puedo pintarla siguiendo las órdenes de mi hermano de hacer hermosas pinturas de usted– suspiro mirándole a los ojos engañándose él mismo.

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