Elise O'Shaughnessy ID

Datos

Nombre: Elise O'Shaughnessy.
Edad: Aparente: 40 años | Real: 80 años.
Especie: Cambiante felino.
Tipo de clase social o cargo: Clase alta.
Orientación sexual: Heterosexual.
Lugar de Origen: Mánchester, Inglaterra.

Habilidades

► HABILIDADES Y ATRIBUTOS INNATOS:

→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Longevidad. Sus demás atributos dependen de los animales en que se transforma. Los cambiantes no pueden convertirse en varios animales que no tengan nada en común entre sí, pueden transformarse hasta en tres animales distintos siempre y cuando pertenezcan a la misma familia de animales.

► PODERES INNATOS:

→ Transformación: Habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa. Cuando el cambiante está en su forma transformada aumenta un 50% su potencia física.
→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.
→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros cambiantes o licántropos cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida y su característico olor
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► PODERES DESARROLLADOS:

→ Bloqueo mental: Es la habilidad para bloquear su mente y nadie (ni siquiera los vampiros que leen mentes) pueden saber lo que piensa.
→ Visión compartida y visión remota: Habilidad de poder ver a través de los ojos de los demás o en otros casos, hacer que los demás puedan ver lo que estamos viendo en ese momento. Esta habilidad funciona únicamente cuando se toca a la persona.
→ Rastreo: Poder de rastrear la localización de un objeto o criatura. El personaje puede descubrir la situación de cualquier persona a la que conozca, donde quiera que esté el blanco en un radio de veinte kilómetros.

Personalidad

Una de las palabras que definen mejor a Elise es independencia. Ella ha figurado, desde temprana edad, como una persona muy segura de sí misma, casi como esos líderes que no titubean a la hora de tomar alguna decisión importante. Elise siempre se ha caracterizado por poseer un carácter regio, inquebrantable, como un muro forjado con el mineral más resistente. Pocas veces se le ha visto bajar la guardia o desistir de sus planes, al contrario, cuando se le mete algo entre ceja y ceja, no descansa hasta cumplir su propósito. Podría decirse que ni siquiera demuestra que no posee miedo alguno que la perturbe, mucho menos cuando ha estado involucrada en situaciones verdaderamente nefastas

Elise de las personas que si cae, vuelve a levantarse, pero jamás tropieza con la misma piedra, es más bien consciente que de los errores también se aprende, que la vida en sí misma es un aprendizaje constante. Quizá, estas mismas actitudes la conviertan en una mujer un tanto liberal para su época; aunque no se considera una anarquista o alguien que vaya en contra de la moral de la misma sociedad, intentando defender los derechos de otros. Es un tema que ha consultado a sus estudiantes, desde luego, sólo que prefiere no involucrarse demasiado, ella tiene sus propias normas, y eso es lo único que le interesa.

Aunque pueda parecer una mujer pasional, no lo es. El tema de los sentimientos no es algo que la toque mucho; por supuesto, no niega que las emociones pueden llegar a desbordarse y afectarle en determinadas situaciones, sin embargo, prefiere no dedicarles tiempo, pues siente que no vale la pena arruinarse tanto. Elise ha aprendido a equilibrar su psiquis, sobre todo por estar casada con alguien tan cansino como Wyatt O'Shaughnessy. Y la experiencia le ha brindado suficientes motivos para no permitirse flaquear, aunque, lamentablemente, el mal humor que arrastran los años sí que se ha hecho muy común en ella, y por más que ha intentado lidiar con ello, no ha sido tan sencillo. Básicamente ha tenido que aprender a lidiar con la amargura de la edad, y también de las responsabilidades, y ni la vasta inteligencia es contricante para ello.

Historia

Elise, Elise, Elise... El señor Sherwood no paraba de repetir el nombre, como si le supiera a gloria, porque él siempre quiso tener a una hija, luego de que su esposa hubiera concebido a tres niños antes de su último embarazo. ¡Una niña! Sí, el señor Sherwood estaba feliz, y lo estuvo mucho más cuando su hija nació. Qué alegría para la familia! Ojalá y ella fuera una gran artista como su padre, incluso como el menor de los hijos varones... ojalá hasta tuviera talento para los negocios, ¡o para la educación! Ojalá...

Elise nació en el seno de una familia inglesa, de buena posición, involucrada con el negocio del arte. Ella fue, desde un principio, una niña querida, que accedió a la mejor educación de la época, y a la que no vieron como una renta para casar en un futuro, porque el señor Sherwood no era tan conservador, y prefería que fuese su hija quien eligiera sobre lo mejor para su futuro; mientras tanto, .tendría que forjar su carácter y conocimiento, tanto como lo hizo con sus demás hijos, pues necesitaba que sus herederos fueran lo más capaces posibles, sobre todo si iban a quedarse con los negocios familiares. Y Elise destacó, por encima de todos, lo hizo. Hasta causó celos en uno de sus hermanos, pero nada tan grave para arruinar su relación, porque, al fin y al cabo, él terminó dedicándose a las leyes, mientras ella pulía sus habilidades en la administración de las galerías de arte que pertenecían a su padre, la gran empresa de los Sherwood desde hacía varias generaciones.

Desde muy joven fue una mujer independiente, dedicada al trabajo, a diferencia de las mujeres corrientes de aquel entonces. Quizá se le recriminaban las cosas por parte de otras personas, pero Elise jamás bajó la cara ante nadie, sino que demostró, con creces, quién mandaba, con ese orgullo felino del que era poseedora, como todos los demás miembros de la familia Sherwood. Se propuso a viajar y a conocer lo suficiente del vasto mundo que la rodeaba, porque tenía ese privilegio, y, desde luego, lo aprovechó. Era libre, tal vez demasiado; le gustaba serlo... Sin embargo, con el pasar de los años, y a pesar de su posición, cuando llegó el momento indicado, Elise supo que no podía librarse de ello. Ni siquiera sus hermanos pudieron hacerlo. Ni siquiera con su magnífica inteligencia y brillante habilidad para expresarse, logró cambiar las cosas a su favor.

Resultaba que el señor Sherwood no era tan condescendiente en algunas cosas, como fingía serlo, así que, cierta vez, decidió que lo mejor era que Elise se casara. ¡Estaba eligiendo por ella! Eso la disgustó enormemente. Pero, ¿qué más podía hacer? Su padre había hecho tanto por ella; tal vez podría aceptar bajo sus propias condiciones, y lo hizo de ese modo... Aunque no estaba completamente segura. Elise aseguraba que no necesitaba de un matrimonio para ser importante y salir adelante, pero su padre no compartía su opinión, sobre todo cuando aquella unión representaba un buen negocio para los Sherwood, antes de irse a la bancarrota, debido a los excesos que se atribuyeron sus hijos varones. Un enorme problema, a decir verdad. La decisión de salvar todo el mercado de la familia quedaba en manos de ella, y tuvo que ceder, muy a su pesar, no sin dejar de mostrar su inigualable carácter y habilidad para negociar, inclusive en ese momento.

Elise no conocía del todo a su futuro esposo, salvo que se llamaba Wyatt y ostentaba el apellido O'Shaughnessy. Ah, y que también era un hombre de negocios, además de ser relativamente mayor que ella. Todo indicaba que aquello no iba a funcionar tan maravilloso como quizá esperaban los demás; pero la realidad demostraba que eso no era algo tan sustancial, pues sus intereses viajaban en otras direcciones; ya luego tendrían tiempo para conocerse, y todas esas cosas que se supone debían hacer los esposos... El caso es que Wyatt y Elise, simplemente, se habían comprometido por conveniencia y nada más. ¡Y ya! Fin de las historias con supuestos finales felices.

El matrimonio O'Shaughnessy demostró solidez ante todos, y, aunque en un principio podría decirse que sí existía empatía entre ambos, las cosas no iban a ser tan sencillas, y eso sólo sustentaba el decir de que las apariencias engañan. Wyatt y Elise eran el mejor manifiesto de ello, sobre todo cuando ya llevaban suficiente tiempo de casados, y los excesos empezaron a hacerse presentes, en especial durante el embarazo de Elise.

¿Quién se lo iba a creer? Ella tendría un hijo, aunque nunca estuvieron planificados los herederos, al final sí que habría uno. Sin embargo, la noticia no fue suficiente para contener la soez de Wyatt, por lo que Elise tuvo que pasar el tiempo de su embarazo sola, aguantando las tonterías de su esposo, a pesar de no encontrarse en el mejor momento, pues, durante todos esos meses, su salud se complicó. Incluso, estuvo a punto de tener una pérdida, y no sería la primera... Por fortuna, aquello no ocurrió esta vez, y su hijo pudo nacer sano, sin ningún problema de salud que afectara su desarrollo. Aunque Elise antes no se había mostrado realmente convencida de tener hijos, Rhett cambió por mucho esa opinión; le devolvió esa independencia que creyó estaba perdiendo; por suerte, no fue así.

Ella se dedicó por completo a la crianza de su hijo, y lo hizo prácticamente sola, pues Wyatt no asumía su papel como debía hacerlo, y, en realidad, no representó un mayor problema para Elise, pero sí para su heredero. Cuando el chico empezó a tener más uso de razón de la situación, apegándose más a su madre, su rechazo, y constantes discusiones con su padre, se hicieron se intensificaron. La adolescencia empeoró las cosas; incluso, los problemas aumentaron en el preciso momento en que su mente llevaba más edad que la engañosa apariencia de un joven de diecisiete años, la misma que presume hoy en día, cuando el matrimonio de los O'Shaughnessy se ha convertido en una completa farsa.

Wyatt y Elise han tomado posiciones diferentes, y aunque ante todos sigan demostrando que son un matrimonio completamente funcional, la realidad es absolutamente diferente. Elise hasta decidió aceptar un cargo en la Academia de París sólo para mantenerse alejada de su esposo; su hijo también ha ido con ella, debido a su mala relación con Wyatt. Pero ninguno podrá librarse tan fácilmente del otro.

Datos Extras

→Actualmente posee un cargo como rectora de la facultad de Filosofía y Letras en la Académie de París. También administra varias galerías de arte que ha recuperado con el tiempo
→Es excesivamente sobreprotectora con su hijo, a un punto que podría considerarse enfermizo.
→Está al tanto de que su marido no es el más fiel, pero ella no se queda atrás, sólo que prefiere cuidarse las espaldas para conservar las apariencias.
→Hasta el momento vive en París únicamente con Rhett y espera que eso se prolongue más de lo deseado, usando como excusa su nuevo trabajo, pues no tiene intenciones de regresar a Inglaterra.
→Es agnóstica.
→Ambidiestra desde la edad de seis años..