Fakhri -el protector-

De carácter firme y generalmente mala actitud que se nota por su ceño arrugado, Fakhri es uno de esos esclavos que más que ayudar como la mayoría, sirve más bien de protector o de escudo, algo en lo que ha descubierto que es muy bueno, sobre todo debido a su imponente estatura y complexión física, aspectos que le han ayudado también a conocer más del mundo que él creía lejos de su alcance, esto ya que su ama insiste siempre es llevarle a donde ella va.

Demasiado impulsivo; eso puede hacer que se crea que es violento o que no sirve como buen esclavo, pero la realidad es que le es bastante complicado retener sus impulsos y eso le ha llevado a muchos problemas. Violento intencionado solo cuando se meten con su ama a quien esta dispuesto a proteger a costa de su propia vida.

Fakhri es silencioso y le cuesta hablar incluso cuando es su ama quien se lo pide, de hecho, con su ama es con quien ha mantenido las conversaciones más largas y aunque su rostro no permita que se note, eso siempre lo hace feliz.

Para él, muchos de los sentimientos que ha experimentado al lado de su ama son completamente nuevos pues antes de conocerla era más una cosa que alguien con un poco de valor. Es entonces gracias a la mujer que salvo su vida que Fakhri ahora ha descubierto que es más que una cosa y que puede lograr salvar la vida de más esclavos; aunque suele preocuparse mucho por su ama, pues no le gusta que ella trate de salvar al mundo de las injusticias ya que él preferiría ser quien se pusiera en la línea de fuego, algo que sabe ella jamás permitiría, no cuando se trata de salvar esclavos o mujeres de su tierra natal.

Desde su nacimiento, la vida de Fakhri estuvo ligada a la esclavitud. Hijo de una mujer abusada, mujer que después de dar a luz fue obligada a abandonar a su pequeño para irse a servir a una casa lejos de su pueblo natal, pueblo donde el recién nacido Fakhri fue criado por otras mujeres, viviendo de milagro pues en aquella aldea nacían casi tantos niños como morían. Para su buena o mala fortuna, Fakhri fue de esos niños que sobrevivió y a la edad de siete años fue vendido como esclavo, comenzando así su pesada travesía de vida.

Debido a su juventud y a que aún lo consideraban un esclavo moldeable al antojo del comprador, Fakhri fue vendido rápidamente y llevado hasta una ciudad muy diferente a la suya pues su primer amo resulto ser un hombre adinerado que vivía en Rusia. La diferencia del clima y los trabajos que era obligado a trabajar terminaron por pagar la factura en su salud, esa que se deterioro rápidamente y obligo al comprador a regalar al niño, a quien no daban más de algunas semanas de vida a un amigo suyo, un individuo que había ido desde Inglaterra. Así pues, Fakhri cambio de residencia una vez más y el clima no tan extremo de las tierras inglesas como el de las rusas, lo llevó a mejorar de salud pero no de vida, ya que el nuevo amo al que pertenecía era más exigente que el anterior y mucho más violento, pues golpeaba a todos sus esclavos sin motivos aparentes.

Los constantes maltratos volvieron a Fakhri un niño aislado y silencioso, que se limitaba a cumplir con sus deberes para no llevarse golpes de parte de su amo, sin embargo, sus intentos de hacer las cosas debidamente no siempre eran correctos y en varias ocasiones acabo siendo golpeado, acabando casi al borde de la muerte en al menos tres ocasiones. La última ocasión que tuvo un encuentro cercano con la muerte en aquella casa tenía once años y fue tras esa golpiza que su verdadero carácter salió a la luz, tornándose un jovencito impulsivo y de mal carácter, que hacía lo que debía pero que siempre parecía retar con su mirada a su amo, ese que trato de reprenderlo muchas más veces a base de golpes, esos que ya no parecían surtir efecto en Fakhri que a la edad de trece años, acabó por ser vendido una vez más a los traficantes de esclavos.

La siguiente ocasión que fue puesto a la venta, fue comprado por una pareja que se lo llevó a trabajar arduamente en una granja, donde no era explotado al máximo pero tampoco era tratado de una manera agradable, sin embargo, aquel lugar era el mejor que había conocido y Fakhri decidió que era un buen sitió para él. Trabajo en aquella granja por años, siendo probablemente ese el motivo de su complexión poderosa. La vida en la granja le resultaba agradable, tanto que creyó que permanecería en aquel lugar hasta que muriera y quizás habría sido así de no ser porque sus amos, gente de alcurnia que lentamente se sumergió en deudas, despertaron un día siendo personas pobres que no podían mantenerse ni a si mismos, situación que les llevó a vender todo cuanto poseían, incluidos aquellos a los que les servían. Fakhri, que para ese momento tenía ya treinta años volvió entonces a las manos de los traficantes.

Los traficantes que lo compraron lo llevaron de ciudad en ciudad, pero debido a su edad y otro poco a que su físico causaba temor, nadie quería comprarlo, siendo así como se convirtió en el saco de golpes de los traficantes. Aquellos hombres pues, mantenían atado a Fakhri y después de un buen día o un mal día, lo golpeaban y fue de esa manera durante algunas semanas, hasta que Fakhri no pudo soportar más y aprovechando que uno de los traficantes, que se encontraba demasiado ebrio para su propio bien olvidaba amarrarle las manos, Fakhri lo golpeo hasta romperle la nariz. Ese violento pero sobre todo inadecuado acto lo llevó a ganarse la peor golpiza de su vida, esa que lo dejó al borde de la muerte, tal y como cuando era niño. Sabiendo entonces él que de recuperarse volvería a ser solamente un saco de carne para los traficantes, Fakhri se dispuso a morir y fue esa noche, cuando creía que todo estaba perdido que apareció su salvadora.

Kim Jang una joven de origen coreano, demasiado valiente y dispuesta a cambiar las cosas, que pasó por una situación similar a la de él, llegó al campamento de los traficantes para liberar a todos los esclavos que eran mantenidos ahí, pero al ver la muchacha el estado de Fakhri, decidió llevarlo con ella a París con al esperanza de que se recuperará. En la ciudad aquella, él se recupero una vez más y al hacerlo, encontró un nuevo hogar y una nueva ama, una que le dio nuevos motivos para sobrevivir.