AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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haciendo negocios (lorraine)
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haciendo negocios (lorraine)
Me encontraba tratando de ampliar mis horizontes en materia laboral, con el exceso de trabajo que habia y las pocas horas de la noche que podría realmente dedicarle a ésto, hacía que aveces fuera un poco aburrido y tedioso en el aspecto de no poder 'poner en línea' a todos mis empleados, pero fuera de ello, había buscado el poder ampliar mi cartera de clientes, y escuche de un lugar peculiar, el cual podría ayudarme un poco a verme más involucrada (si es que realmente fuera físicamente posible) ya que el lugar, al parecer era meramente nocturno, había escuchado de una persona a la cual le gustaba tener dentro de su negocio buenos vinos, así que decidí "ir de visita" a aquel lugar, presentarme y ver si es que realmente podría hacer algún tipo de negocio con ella, aunque a decir verdad me molestaba el hecho de que algunas gentes necesitaran de los 'hombres' para poder tomarme en cuenta, de verdad deseaba que éste no fuera el caso.
Entré al establecimiento y esperé poder hacer contacto con aquella mujer.
Entré al establecimiento y esperé poder hacer contacto con aquella mujer.
Re: haciendo negocios (lorraine)
Al mugriento estante en su Taberna le hacia falta algo, el licor barato que las botellas añejan destilaban era bastante aberrante. El mirar de soslayo los alrededores anunciaban lo denigrante que era entrar a su negocio, un bar de la mala muerte donde los hombres caen a l atardecer para ahogar sus penas, intentar olvidar sus fracasos y arrancarse del corazón el dolor amargo de las traiciones por amor. ¡Patético! Simplemente estúpido… La música infernal se escuchaba al contraste de blasfemias escupidas por labios embriagados, la lasciva en las miradas profana el cálido cuerpo de las damas en el lugar. Las peleas nocturnas se suscitan en uno de los callejones al lado de su negocio, riñas que terminan bañadas en sangre, llamando e invocando a los demonios ocultos entre la penumbra.
Hastiada de tanta miseria, sale de la taberna con una sola idea en su cabeza. Sí, el licor servido allí invitaba a los hombres de la más baja categoría, aunque de vez en cuando los altivos aristócratas osaban pasarse por allí, es por ello que Lorraine decidió terminar por hacer contacto con la heredera de un portentoso negocio. Inertes cuerpos descansaban a las afueras de su bar. Pasa por los callejones ignorando sus alaridos de miseria, resoplando los labios, rodando los ojos. Implorando a Lucifer un atisbo de diversión. La cita, el restaurant de París, uno de los más elegantes de la bendita ciudad. – Grrrr – Gruñe por debajo al sentir en su interior un asco inevitable. El protocolo de los nobles nunca ha sido digno de ella y no comenzará por sucumbir ante las petulancias que estos representan. Lorraine, poseedora de una gran riqueza incontable, hubiese preferido sentir el calor de un abrazo antes que ser la mujer que es ahora, pero no existe tiempo, ni espacio en esta tonta realidad donde la lamia pueda arrepentirse de sus pecados, por algo es el demonio más temido en la penumbra, su trabajo le ha costado ganarse ese título y no lo perderá por la subliminal idea de una redención “¡Jamás, Lorraine! Jamás…”
Su vestido se arrastra ondeante entre las piedras del camino, sus manos sujetan entre los dedos la tela del atavío para poder caminar con mayor facilidad entre los rincones sombríos de París. Esas finas manos están cubiertas por guantes de encaje negro, contrastando con su vestimenta blanquecina, de su marmóreo cuello pende un ónix que resalta lo pálido que puede llegar a ser su piel bajo la luz de la inmensa luna. Los cabellos de la mujer se alzan por encima de su cabeza, en un peinado digno de la realeza, pero es tan solo una vil máscara de diplomacia…
Al llegar al punto de reunión, un fuerte escalofrío recorre los cuerpos de los mortales al mirarla atravesar el umbral de la puerta principal. Es una mujer hermosa, solitaria, imponente e intimidante. Su sonrisa se dirige hasta el lacayo que ha de encontrarle a la Madame un lugar apropiado, la escolta hasta una de las mesas vacías, sin embargo la fémina niega con su cabeza. – Busco a Madeimoselle Sherant – El tono melodioso de su voz derrite al mortal, logrando que sus débiles rodillas flagelaran, esta a punto de desvanecerse. Se pueden percibir los acelerados latidos de su corazón y en sus pensamientos el delirio obsceno con el que la mayoría sueña al imaginarse a Lorraine semidesnuda bajo la luz de la pálida luna, una poesía erótica, una canción depravada. Las fantasías que se tiñen después de un tono escarlata… Gira su cabeza por encima del hombro y como aparición diabólica una niña se presenta ante sus ojos.
Hastiada de tanta miseria, sale de la taberna con una sola idea en su cabeza. Sí, el licor servido allí invitaba a los hombres de la más baja categoría, aunque de vez en cuando los altivos aristócratas osaban pasarse por allí, es por ello que Lorraine decidió terminar por hacer contacto con la heredera de un portentoso negocio. Inertes cuerpos descansaban a las afueras de su bar. Pasa por los callejones ignorando sus alaridos de miseria, resoplando los labios, rodando los ojos. Implorando a Lucifer un atisbo de diversión. La cita, el restaurant de París, uno de los más elegantes de la bendita ciudad. – Grrrr – Gruñe por debajo al sentir en su interior un asco inevitable. El protocolo de los nobles nunca ha sido digno de ella y no comenzará por sucumbir ante las petulancias que estos representan. Lorraine, poseedora de una gran riqueza incontable, hubiese preferido sentir el calor de un abrazo antes que ser la mujer que es ahora, pero no existe tiempo, ni espacio en esta tonta realidad donde la lamia pueda arrepentirse de sus pecados, por algo es el demonio más temido en la penumbra, su trabajo le ha costado ganarse ese título y no lo perderá por la subliminal idea de una redención “¡Jamás, Lorraine! Jamás…”
Su vestido se arrastra ondeante entre las piedras del camino, sus manos sujetan entre los dedos la tela del atavío para poder caminar con mayor facilidad entre los rincones sombríos de París. Esas finas manos están cubiertas por guantes de encaje negro, contrastando con su vestimenta blanquecina, de su marmóreo cuello pende un ónix que resalta lo pálido que puede llegar a ser su piel bajo la luz de la inmensa luna. Los cabellos de la mujer se alzan por encima de su cabeza, en un peinado digno de la realeza, pero es tan solo una vil máscara de diplomacia…
Al llegar al punto de reunión, un fuerte escalofrío recorre los cuerpos de los mortales al mirarla atravesar el umbral de la puerta principal. Es una mujer hermosa, solitaria, imponente e intimidante. Su sonrisa se dirige hasta el lacayo que ha de encontrarle a la Madame un lugar apropiado, la escolta hasta una de las mesas vacías, sin embargo la fémina niega con su cabeza. – Busco a Madeimoselle Sherant – El tono melodioso de su voz derrite al mortal, logrando que sus débiles rodillas flagelaran, esta a punto de desvanecerse. Se pueden percibir los acelerados latidos de su corazón y en sus pensamientos el delirio obsceno con el que la mayoría sueña al imaginarse a Lorraine semidesnuda bajo la luz de la pálida luna, una poesía erótica, una canción depravada. Las fantasías que se tiñen después de un tono escarlata… Gira su cabeza por encima del hombro y como aparición diabólica una niña se presenta ante sus ojos.
{FDR: Lamento la tardanza Madame }
Hela Von Fanel- Vampiro Clase Alta
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Re: haciendo negocios (lorraine)
El papel que llababa sostenido en la mano, ya se notaba considerablemente gastado lo habia visto ya varias veces repasando la dirección, el nombre de la propietaria de aquel lugar, me había vestido sumamente elegante, el vestido mas caro que poseía habia pensado que era digno para tratar de hacer negocios.
El nombre de la propietaria retumababa en mis oidos como si necesitara tener una retentiva mas alla de la que ya poseía, suspire, mire a todos lados mirando a las personas que ahí se encontraba, el lugar no parecía muy fino pero aun así no era de los peores lugares de los que me encontraba o de los peores que hubiesen pisado mis pies.
Me acerque al cantinero-Disculpe Monseur, ¿podría indicarme si se encuentra Mademoiselle Von Fanel, me han dicho que es la dueña del lugar-Vi que realmente me miraba extrañado, y con un gesto de su cabeza me señaló el lugar en donde se encontraba, giré mi cabeza y ahi la vi, era una vampiresa de extrema belleza, mirarla dolia.
Con gracia y agilidad me dirigi hasta ella dirigiendole una sonrisa sincera-Un placer conocerla Mademoaselle Von Fanel, supongo...-extendí mi mano a modo de saludo, sin quitar la sonrisa de mis labios-Mi nombre es Beldandi Sherant a sus órdenes-Miré a los ojos a aquella vampiresa, era inevitable saber que era una de los mios, una vampiresa, era algo que a lo mejor podría suavizar o por lo menos en mi opinión podría facilitar las cosas.
El nombre de la propietaria retumababa en mis oidos como si necesitara tener una retentiva mas alla de la que ya poseía, suspire, mire a todos lados mirando a las personas que ahí se encontraba, el lugar no parecía muy fino pero aun así no era de los peores lugares de los que me encontraba o de los peores que hubiesen pisado mis pies.
Me acerque al cantinero-Disculpe Monseur, ¿podría indicarme si se encuentra Mademoiselle Von Fanel, me han dicho que es la dueña del lugar-Vi que realmente me miraba extrañado, y con un gesto de su cabeza me señaló el lugar en donde se encontraba, giré mi cabeza y ahi la vi, era una vampiresa de extrema belleza, mirarla dolia.
Con gracia y agilidad me dirigi hasta ella dirigiendole una sonrisa sincera-Un placer conocerla Mademoaselle Von Fanel, supongo...-extendí mi mano a modo de saludo, sin quitar la sonrisa de mis labios-Mi nombre es Beldandi Sherant a sus órdenes-Miré a los ojos a aquella vampiresa, era inevitable saber que era una de los mios, una vampiresa, era algo que a lo mejor podría suavizar o por lo menos en mi opinión podría facilitar las cosas.
Re: haciendo negocios (lorraine)
Indiscutible, simplemente la belleza de esa mujercita era indescriptible. Su hermoso cabello rojizo cae al lado de su rostro como las llamas de la puerta al infierno, los ojos celestes al contraste de su pálida piel, son igual a dos luceros en el firmamento, tan atrapantes, hechizantes. El aura vampírica que despide esta tan jodidamente llena de atracción que Lorraine se siente atrapada en un laberinto sin salida. En sus dos siglos de inmortalidad, nunca imagino encontrarse algo tan semejante como lo que sus pupilas verdes se encontraban admirando en este preciso momento. Sacude su cabeza para incorporarse a la realidad, para ver si así se desvanece la ilusión de la inocencia.
El camino recorrido por la pequeña ninfa parece florecer tras sus pasos, aromatizando con su perfume toda la habitación. La representación de su cuerpecillo se puede comparar con el vuelo de una mariposa en la primavera, tan magníficamente llena de magia, esplendor, hermosura… El mirarla por ese efímero segundo hace que los ojos de Lorraine ardan por su delicada figura. – Ladies, pueden sentarse por aquí – Musito una voz masculina con el temor y la excitación de haber irrumpido en la conversación de las féminas. La fémina levanta la mirada hasta el caballero y lo fulmina con la misma, este al sentir el odio estancado en aquel silencio realiza una sutil reverencia para marcharse del lugar.
Frente a frente, vampiro a vampiro… Se reconocen los siglos que las separan, la sabiduría suspendida en el tiempo sin hacer que las marcas de este corrompan su delicada piel. – El pacer es todo mío Madeimoselle – Estrecha su mano con la de ella y agrega una reverencia, el maldito protocolo enfermizo generado entre la sociedad a través de los años. Con un ademán de su mano le indica sentarse en la mesa que el camarero les había preparado con anterioridad. Al caer su cuerpo sobre la silla aparece un caballero preparado para tomar su orden, es una reverenda lástima que en ese lugar no sirvan sangre fresca dentro de una delicada copa de cristal. - ¿Algo que se le apetezca? – Pregunta con la diplomacia descrita en cada una de sus facciones, su perfección hace saber a los presentes el status en el que se encuentra, más por dentro ruega romper con cualquier indicio de educación.
El camino recorrido por la pequeña ninfa parece florecer tras sus pasos, aromatizando con su perfume toda la habitación. La representación de su cuerpecillo se puede comparar con el vuelo de una mariposa en la primavera, tan magníficamente llena de magia, esplendor, hermosura… El mirarla por ese efímero segundo hace que los ojos de Lorraine ardan por su delicada figura. – Ladies, pueden sentarse por aquí – Musito una voz masculina con el temor y la excitación de haber irrumpido en la conversación de las féminas. La fémina levanta la mirada hasta el caballero y lo fulmina con la misma, este al sentir el odio estancado en aquel silencio realiza una sutil reverencia para marcharse del lugar.
Frente a frente, vampiro a vampiro… Se reconocen los siglos que las separan, la sabiduría suspendida en el tiempo sin hacer que las marcas de este corrompan su delicada piel. – El pacer es todo mío Madeimoselle – Estrecha su mano con la de ella y agrega una reverencia, el maldito protocolo enfermizo generado entre la sociedad a través de los años. Con un ademán de su mano le indica sentarse en la mesa que el camarero les había preparado con anterioridad. Al caer su cuerpo sobre la silla aparece un caballero preparado para tomar su orden, es una reverenda lástima que en ese lugar no sirvan sangre fresca dentro de una delicada copa de cristal. - ¿Algo que se le apetezca? – Pregunta con la diplomacia descrita en cada una de sus facciones, su perfección hace saber a los presentes el status en el que se encuentra, más por dentro ruega romper con cualquier indicio de educación.
Hela Von Fanel- Vampiro Clase Alta
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Re: haciendo negocios (lorraine)
Respodí a la reverencia de la vampiresa que estaba frente a mi, con una amplia sonrisa, de no ser que el caballero hubiese desistido de ofrecernos una mesa, el dulce canto de su voz no hubiera retumbado en la habitación cual canto de los ángeles.
La atmósfera vampírica que se respiraba a su alrededor era endemoniadamente abrazadora, en el sentido de que era reconfortante y me sentía en suma confianza, un caballero más se acercó a la mesa tratando de tomar una orden, la cual no podría complacer, y una vez mas el canto de su voz me ensimismó en pensamientos jamás imaginados, en pensamientos que jamás creí poder permitirme, aclaré suavemente mi voz tratando de sacar a mi propia mente de ese tipo de pensamientos.
-Por el momento estoy bien así mademoiselle, y si me lo permite, prefiero hablar de los temas que me hicieron venir el día de hoy a visitarla poniendome a sus órdenes para lo que guste-volví a sonreír ampliamente esperando que aquella vampiresa de una hermosura tan galante pudiera realizar su orden con entera libertad
La atmósfera vampírica que se respiraba a su alrededor era endemoniadamente abrazadora, en el sentido de que era reconfortante y me sentía en suma confianza, un caballero más se acercó a la mesa tratando de tomar una orden, la cual no podría complacer, y una vez mas el canto de su voz me ensimismó en pensamientos jamás imaginados, en pensamientos que jamás creí poder permitirme, aclaré suavemente mi voz tratando de sacar a mi propia mente de ese tipo de pensamientos.
-Por el momento estoy bien así mademoiselle, y si me lo permite, prefiero hablar de los temas que me hicieron venir el día de hoy a visitarla poniendome a sus órdenes para lo que guste-volví a sonreír ampliamente esperando que aquella vampiresa de una hermosura tan galante pudiera realizar su orden con entera libertad
Re: haciendo negocios (lorraine)
Sí, una digna representante del vampirismo, la madeimoselle Sherant tiene todas y cada una de las cualidades que se le envidian al condenado más ella posee una ventaja que ha logrado capturar la atención de Lorraine, su figura. Lo delicado de su rostro al igual que la descomunal imagen que representa su cuerpo son armas letales para cualquiera, la muerte para quien ose cruzarse en su camino, la dama frente a ella es un letal conjunto de divinidad con perdición, la mueca de Lorraine es una sádica sonrisa, imagina y crea situaciones en las cuales esa pequeña visión destroza con sus angelicales movimientos los cuerpos considerados su cena.
El perfume de vos destila la más alocada de las fragancias, la lamia no se cansará de disfrutar de aquel efluvio y es que es tan excitante que siente el rugir de su lujuria. Inducirla a su mundo, a su vicio de insanas pasiones se le ha convertido en una obsesión “Nada es lo que parece” Se dice a si misma cayendo en un laberinto sin salida, no escucha con atención las palabras de la dama, pues esta ensimismada en sus propias telarañas mentales; promiscuidad. – De acuerdo – Asiente una sola vez con su cabeza. Despide al camarero con una sonrisa sutil, más sus ojos esconde la verdad, una sola mirada basto para que este quedara atrapado en su embrujo – Necesito que me instruya en el arte de la vinicultura, me gustaría establecer con usted un convenio – Pese a que sus palabras son diplomáticas, bajo esa máscara de aristócrata perfecta se encuentra una mujer de liviandad implícita y no descansará hasta que su fantasía para con Lady Sheran sea cumplida.
El perfume de vos destila la más alocada de las fragancias, la lamia no se cansará de disfrutar de aquel efluvio y es que es tan excitante que siente el rugir de su lujuria. Inducirla a su mundo, a su vicio de insanas pasiones se le ha convertido en una obsesión “Nada es lo que parece” Se dice a si misma cayendo en un laberinto sin salida, no escucha con atención las palabras de la dama, pues esta ensimismada en sus propias telarañas mentales; promiscuidad. – De acuerdo – Asiente una sola vez con su cabeza. Despide al camarero con una sonrisa sutil, más sus ojos esconde la verdad, una sola mirada basto para que este quedara atrapado en su embrujo – Necesito que me instruya en el arte de la vinicultura, me gustaría establecer con usted un convenio – Pese a que sus palabras son diplomáticas, bajo esa máscara de aristócrata perfecta se encuentra una mujer de liviandad implícita y no descansará hasta que su fantasía para con Lady Sheran sea cumplida.
Hela Von Fanel- Vampiro Clase Alta
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Re: haciendo negocios (lorraine)
off: disculpa la tardanza, y espero que el cambio de avatar no afecte demasiado u.ú disculpa, es que el otro me había aburrido ñ.ñ
on:
Aquella mademoiselle hacía despertar en mí cosas absolutamente extrañas, escuchaba con atención y miraba a lady Von Fanel absorta en su belleza, cualquier cosa que ella dijera sonaba tal cual los mismos ángeles hablaran, lo cual era absolutamente tan extraño...
Vi como despedía al camarero que parecía hipnotizado cuando laydy Von Fanel le habló pero no havía otra cosa más que comparecer al pobre hombre, esta sexy vampiresa haría éso y mucho más a todos aquellos con quien 'intimara' con ella... absolutamente hipnotizante para cualquiera... incluyendome-Mademoiselle Von Fanel... Me parece excelente, ¿Que tipo de convenio porpone?-Mi mirada seguía en la suya, mi cuerpo se hizo ligeramente hacia adelante, logrando llenar mis narinas con el perfume exquisito de su piel, a lo cual no pude evitar quererlo de un solo golpe, pero mi conducta propia no me lo permitía, los negocios eran lo mío y sin duda un tema del cual disfrutaba mucho hablar.
on:
Aquella mademoiselle hacía despertar en mí cosas absolutamente extrañas, escuchaba con atención y miraba a lady Von Fanel absorta en su belleza, cualquier cosa que ella dijera sonaba tal cual los mismos ángeles hablaran, lo cual era absolutamente tan extraño...
Vi como despedía al camarero que parecía hipnotizado cuando laydy Von Fanel le habló pero no havía otra cosa más que comparecer al pobre hombre, esta sexy vampiresa haría éso y mucho más a todos aquellos con quien 'intimara' con ella... absolutamente hipnotizante para cualquiera... incluyendome-Mademoiselle Von Fanel... Me parece excelente, ¿Que tipo de convenio porpone?-Mi mirada seguía en la suya, mi cuerpo se hizo ligeramente hacia adelante, logrando llenar mis narinas con el perfume exquisito de su piel, a lo cual no pude evitar quererlo de un solo golpe, pero mi conducta propia no me lo permitía, los negocios eran lo mío y sin duda un tema del cual disfrutaba mucho hablar.
Re: haciendo negocios (lorraine)
“Briza invernal, piérdete en mis entrañas, enfría mi alma pero jamás mudes mis pérfidas palabras”
Sus ojos, fijos, negros… La noche envidia la posesión de ese par de ónix en su rostro. El néctar que despide su cuerpo no pasa desapercibido en la mente de los presentes. Libidinosos, pederastas. Sus pensamientos divagan de entre el cuerpo de la mujer al de esa niña que aparenta ser un querubín bajado desde los aposentos del cielo. La conversación es menuda, aún sin importancia pero la mirada de los caballeros se posa en ambas figuras. Es imperceptible la forma en la que Lorraine desvía su vista hasta lo exterior, observa acechante las formas que le rodean, asquerosidades que no pretende atender, fantasías sexuales que exceden sus límites en la paciencia y seducción ¿Cómo sucumbir ante simples mortales cuando frente a sus esmeraldas una briza invernal le aclama? Sonríe con sarna al sentir su vientre llamarla en un bramido descomunal. “Sí, ya lo sé” Se sumerge en sus pensamientos callando las voces que lentamente comienzan a advertirle un desequilibrio mental. Es algo tan delicado lo que esta viviendo con esa vampiresa, extraño, delirante, agobiante, excitante…
Una copa se posa en la mesa, en su interior guarda el fino líquido carmesí de una vena ultrajada, es la misma en la muñeca del mesero que la sirve. Su mueca se incendia aún más, aquea una ceja y mancha su labios con la sangre. Derrocha la sensualidad sin darse cuenta, es su naturaleza, su arma más letal pero no es solo cosa suya, lady Sherant despierta en ella pasiones que nadie más había logrado, quizá se deba a la verdad escondida en su pasado, tal vez sea otra locura más instalada en su cabeza o tan solo un desliz que no desea perderse, no lo sabe… Lo único coherente en sus pensamientos es que la atracción es inevitable – Necesitaré que me provea de licor, mi taberna está un poco abandonada. He de suponer que se debe al tipo de alcohol que se sirve – Se encoge de hombros, al reconocer las historias de terror manipuladas en su nombre, en su leyenda – Así pues, pretendo renovar el negocio… - Termina por decir clavando sus ojos en los de Sherant, mataría por perder la formalidad entre ambas y robar un roce más placentero que la briza en las palabras.
Una copa se posa en la mesa, en su interior guarda el fino líquido carmesí de una vena ultrajada, es la misma en la muñeca del mesero que la sirve. Su mueca se incendia aún más, aquea una ceja y mancha su labios con la sangre. Derrocha la sensualidad sin darse cuenta, es su naturaleza, su arma más letal pero no es solo cosa suya, lady Sherant despierta en ella pasiones que nadie más había logrado, quizá se deba a la verdad escondida en su pasado, tal vez sea otra locura más instalada en su cabeza o tan solo un desliz que no desea perderse, no lo sabe… Lo único coherente en sus pensamientos es que la atracción es inevitable – Necesitaré que me provea de licor, mi taberna está un poco abandonada. He de suponer que se debe al tipo de alcohol que se sirve – Se encoge de hombros, al reconocer las historias de terror manipuladas en su nombre, en su leyenda – Así pues, pretendo renovar el negocio… - Termina por decir clavando sus ojos en los de Sherant, mataría por perder la formalidad entre ambas y robar un roce más placentero que la briza en las palabras.
Hela Von Fanel- Vampiro Clase Alta
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Re: haciendo negocios (lorraine)
La sensualidad derrochada por la vampiresa que tenía enfrente, notablemente llamaba la atención de todos los presentes, pero había algo que era diferente en ésta atmósfera, me sentía sola, pero no una soledad que te abraza y hunde hasta el fondo de la depresión, no, más que eso era una soledad en la que me percibía sólo con Lorrane.
El simple susurro de su nombre en mi cabeza hacía que todo girara diferente, todo lo veía desde otra perspectiva, como si en ésta atmósfera, en éste lugar, en el aquí y en el ahora tan sólo existiéramos ella y yo, una gota de sangre se derramaba por su labio, en su labio rojo, un rojo carmesí, tan sensual, tan delirante.
Reprochándome a mi misma de los pensamientos a los que me obligaba a pensar estando aquí y ahora era inquietante, nunca podría haberme imaginado siquiera a una vampiresa tan hermosa, tan aturdidoramente sensual.
Salí de mi aturdimiento para poder escuchar las bellas frases que de su voz salían, era una petición amable y que sin duda tenía que hacer cumplir, ¿Cómo poder negarme a algo que ella me pidiera?, era simplemente imposible, ni siquiera podría hacerme a la idea de decir un simple no a la vampiresa, además, ¿Por qué un no? Si a ambas nos beneficiaria en este trato de negocios.
Pero aun así, algo me hacía pensar que no estábamos cerrando un trato únicamente por negocios, mi intuición trataba de advertirme, la razón, pero deliberadamente decidí ocultarlo, callarlo, ahogarlo, ocultarlo, no quería darme cuenta realmente de lo que mi mente y mi deseo querían hacer, no debía de comportarme de otra manera en la que no había sido “educada”, la familia se había encargado de dejarme las raíces sumamente arraigadas en el fondo de mi…
Mi mente decía “escapa de esta locura”, pero mi cuerpo estaba decidió a quedarse, añoraba mas, por lo menos salir de la duda, saber si las miradas de aquella vampiresa iban realmente dedicadas a ella, pero a la vez, una vocecita que se escuchaba sumamente a lo lejos imploraba a la razón, “y si son dedicadas para ti… ¿Qué harás?... ¿correr?” irónicamente mi subconsciente trataba de hacerme entrar en razón, pero mi cuerpo deseaba, la deseaba aunque no me atreviera nunca a aceptarlo.
-Me parece excelente madeimoselle Von Fanel, será un placer hacer negocios con usted-¿Es todo lo que le dirás?, simplemente me das… pena” subconsciente… demonio de subconsciente… “acaso no puedes ser un poco más creativa ¿o qué?, ¿te comió la lengua el gato?” irónico, irracional, ¿luchando con el subconsciente?, intimidante, cierto, pero no podría decirle únicamente dos o tres palabras cada que se me ocurría abrir la boca ¿o sí?
-Tenemos toda clase de Vinos, como que tipo de vinos le interesarían más?, Tenemos Vinos del tipo espumoso seco, Vino Blanco también seco, Vino Blanco Añejo, Vino Rosado, Vino Espumoso Dulce, Si usted lo prefiere, puedo traer por cortesía de la casa cualquiera que deseé o todos, por mi no habría ningún inconveniente, ya que de esa forma usted podría conocer de todos un poco-Sonreí un poco satisfecha, de verdad era que hablar de vinos era mi terreno, e gustaba, además que había sido un trabajo de toda la vida, al que conocía bastante bien.
La mire a los ojos y me perdí en el azul de ellos, no sabía que respondería pero por lo menos ya no me sentía tan tensa como en un principio.
Re: haciendo negocios (lorraine)
Vorágines insospechadas pasean por su cabeza, son tantos pensamientos que cree esta a punto de estallar. El solo hecho de mirar a su compañera esta noche le trae recuerdos de su pasado que pensó haber olvidado, pero esas malditas estacas en sus memorias aún se le clavan profundamente, acabando con su fortaleza, descubriendo una vez más su maldita máscara. Sí, creyó que sentía un fuerte atracción hacia Lady Sherant y muy probablemente así lo sea, pero le es inevitable sentirse tan malo cuando esa mujer tiene todas las trazas de ser una niña, una pequeña infante. Nace pues en Lorraine un instinto descomunal por protegerla al igual que todas las mujercitas en París, es su pasado lo que la impulsa a cometer ese tipo de actos, esta confundida, esta alterada y la sangre en la copa de la cual bebe lentamente se termina, al igual que sus vagancias cerebrales. De poder llorar, de poder sacar fuera todos los resentimientos que le tiene a la vida; lo haría frente a esa mujer, pero no, esa pérfida vampiresa jamás se permitiría que alguien la viese destruida por dentro, no de esta manera.
Perdida en cada una de sus tareas mentales, enfrascada en su propio mundo amargo, tétrico e incluso vacío; escucha a lo lejos las palabras de su acompañante a quien no ha dejado de mirar desde el instante en que la observo al cruzar el umbral de la puerta. Retrae sus manos bruscamente, ya que no ser así seguramente se encontraría tocando sus suaves mejillas, acariciando el sedoso cabello rojizo que se desliza por su nuca. Un atardecer, eso precisamente es lo que el color en su cabello representa, tantas malditas noches debajo de una penumbra total y ella aparece de repente con el fuego rodeándola, con el abismo en sus pupilas ¡Maldición! Es una tortura fingir que solo esta allí por cuestión de negocios. ¿Cómo acercarse un poco más a ella? Descubrir la tragedia que le arrastro a esta maldición, despejar las dudas que lentamente comenzaban a surgir dentro de ella ¿Lascivia? Sí, no puede negar que la belleza femenina que la vampiresa tiene es desgarradoramente atrayente. Es un colapso, es una fractura en su ser, no sabe lo que siente, pretende averiguarlo y no parará hasta lograr su cometido.
Un respingo la trae de regreso, sonríe como quien ha encontrado nuevamente su hogar tras una larga travesía, logra escuchar las últimas palabras de la madame. Vacila un par de segundos antes de responder, escrudiñando en los aposentos de su cabeza para encontrar las palabras apropiadas – He de suponer que lo más apropiado sería ofrecer a mis clientes una variedad en lo que a vinos se refiere, así que me gustaría que me abasteciera de todo el producto que usted fabrica – Toma la copa entre sus manos y le da el último sorbo a la sangre. El mesero se aproxima hasta las damas y vuelve a verter sobre esa copa la sangre que en su muñeca se guarda – Disculpe pero ¿Podríamos dejar las formalidades? Nunca me ha gustado esto del protocolo aristócrata.. – Se encoge ligeramente de hombros.
Perdida en cada una de sus tareas mentales, enfrascada en su propio mundo amargo, tétrico e incluso vacío; escucha a lo lejos las palabras de su acompañante a quien no ha dejado de mirar desde el instante en que la observo al cruzar el umbral de la puerta. Retrae sus manos bruscamente, ya que no ser así seguramente se encontraría tocando sus suaves mejillas, acariciando el sedoso cabello rojizo que se desliza por su nuca. Un atardecer, eso precisamente es lo que el color en su cabello representa, tantas malditas noches debajo de una penumbra total y ella aparece de repente con el fuego rodeándola, con el abismo en sus pupilas ¡Maldición! Es una tortura fingir que solo esta allí por cuestión de negocios. ¿Cómo acercarse un poco más a ella? Descubrir la tragedia que le arrastro a esta maldición, despejar las dudas que lentamente comenzaban a surgir dentro de ella ¿Lascivia? Sí, no puede negar que la belleza femenina que la vampiresa tiene es desgarradoramente atrayente. Es un colapso, es una fractura en su ser, no sabe lo que siente, pretende averiguarlo y no parará hasta lograr su cometido.
Un respingo la trae de regreso, sonríe como quien ha encontrado nuevamente su hogar tras una larga travesía, logra escuchar las últimas palabras de la madame. Vacila un par de segundos antes de responder, escrudiñando en los aposentos de su cabeza para encontrar las palabras apropiadas – He de suponer que lo más apropiado sería ofrecer a mis clientes una variedad en lo que a vinos se refiere, así que me gustaría que me abasteciera de todo el producto que usted fabrica – Toma la copa entre sus manos y le da el último sorbo a la sangre. El mesero se aproxima hasta las damas y vuelve a verter sobre esa copa la sangre que en su muñeca se guarda – Disculpe pero ¿Podríamos dejar las formalidades? Nunca me ha gustado esto del protocolo aristócrata.. – Se encoge ligeramente de hombros.
Hela Von Fanel- Vampiro Clase Alta
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Re: haciendo negocios (lorraine)
La sensualidad que derrocha aquella vampiresa es extremadamente aterradora, por más que pienso en ello mas me envuelve aquella tentación, no pude aguantar mucho más tiempo, éste tipo de actos me ponía sumamente ansiosa, a tal punto que quería beberme la sangre de cualquiera que pasara a mi lado...
Lamentablemente el mesero que se había acercado a ellas sufriría la muerte instantanea a mis manos, suspiré logrando sólo un poco tranquilizarme, y cuando ví que servía de su sangre en la copa de la deslumbrante lorraine pide que le obsequie de lo mismo con un guiño seductor...
Ya no podía soportarlo más, la seducción que emanaba tan natural de mi acompañante me hacía comportarme de la misma manera aunque sabía que no sería lo mismo, no era lo mismo, tan sólo, era como si me contagiara ésa sensualidad tan natural en ella.
El mesero me ofreció una copa, la cual deseaba beberla con demasiado ímpetu, pero las reglas y normas de la sociedad tan arraigadas hasta mi medula espinal me lo impedían-Sería un placer para mí ofrecerle de todos los vinos madeimoselle-Pude decir después de sus palabras tal canto de las sirenas, ¿dejar las formalidades?... Sería una muy buena idea, tanta que pude suspirar un poco y relajarme mucho más, deseaba tanto estar aquí, o tal vez en un lugar mucho mas alejado de todos los curiosos que seguian observándonos.
-Totalmente de acuerdo, a decir verdad a estas alturas todo ése protocolo termina por cansarme, supongo que le pasa lo mismo-Sonrei seductora, más de lo que jamás me había permitido nunca, pero mucho menos de lo que deseaba mostrarle ¿por que ? aun no podía saberlo pero que en definitiva, ya no me importaba.
Ya no trataría de ocultar mi propia naturaleza, no sabia ni el por que ni el como aqui y ahora decidia tal barbaridad, barbaridad por que nunca me habia planteado que pudiera encantarme una vampiresa tan hermosa que dolía mirarla.
Lamentablemente el mesero que se había acercado a ellas sufriría la muerte instantanea a mis manos, suspiré logrando sólo un poco tranquilizarme, y cuando ví que servía de su sangre en la copa de la deslumbrante lorraine pide que le obsequie de lo mismo con un guiño seductor...
Ya no podía soportarlo más, la seducción que emanaba tan natural de mi acompañante me hacía comportarme de la misma manera aunque sabía que no sería lo mismo, no era lo mismo, tan sólo, era como si me contagiara ésa sensualidad tan natural en ella.
El mesero me ofreció una copa, la cual deseaba beberla con demasiado ímpetu, pero las reglas y normas de la sociedad tan arraigadas hasta mi medula espinal me lo impedían-Sería un placer para mí ofrecerle de todos los vinos madeimoselle-Pude decir después de sus palabras tal canto de las sirenas, ¿dejar las formalidades?... Sería una muy buena idea, tanta que pude suspirar un poco y relajarme mucho más, deseaba tanto estar aquí, o tal vez en un lugar mucho mas alejado de todos los curiosos que seguian observándonos.
-Totalmente de acuerdo, a decir verdad a estas alturas todo ése protocolo termina por cansarme, supongo que le pasa lo mismo-Sonrei seductora, más de lo que jamás me había permitido nunca, pero mucho menos de lo que deseaba mostrarle ¿por que ? aun no podía saberlo pero que en definitiva, ya no me importaba.
Ya no trataría de ocultar mi propia naturaleza, no sabia ni el por que ni el como aqui y ahora decidia tal barbaridad, barbaridad por que nunca me habia planteado que pudiera encantarme una vampiresa tan hermosa que dolía mirarla.
Re: haciendo negocios (lorraine)
Laberintos…
Comenzaba por perderse lentamente en ese laberinto mal vivido que le acongoja. ¿Como puede mirarla con esa lascivia en sus pupilas si desprecia a quienes hacen lo mismo con las mujeres de su edad, o al menos con esa inocente edad que aparenta? Sí, sus pensamientos divagan entre lo ambiguo y esa sensación amargar que despierta en ella, no puede evitarlo, Lorraine es la lujuria representada en una mujer, una obra digna de admirarse. Se ha vestido tantas veces de las fantasías que logra leer en la mente de los demás, cada deseo que cruzaba por sus cabezas ella los cumplía, solo para ofrecerles un pedazo de paraíso a cambio de su completa y total libertad. Lorraine, Lorraine, es la titiritera de este miserable mundo y lo sabe, es precisamente ese conocimiento el que la hace irresistible pero Beldandi… ¡oh Beldandi! Intento, de verdad trato de erradicar esas ideas en su cabeza. No le mira fijamente por que reconoce sus debilidades y ese par de ojos infinitos que ella posee son la perdición perfecta para cualquiera que se atreviese a mirarle. Un suspiro ¿Qué es un suspiro sin pronunciar un nombre? En este instante cada mohín que la lamia realiza solo posee su nombre.
El sabor de la sangre en su garganta le hace carraspear al sentir como es saciada su hambre; esto no le quita el impertinente deseo que esta sintiendo en su cuerpo; lo erizado de su piel aflora al encontrase la visión de la pelirroja bebiendo sangre mortal “¿Qué será si bebe de mi?” Se pregunta una y otra vez. Una serpiente se enreda en sus piernas, para subir lenta y juguetona sobre su ser. La piel de este maldito animal esta hecho de lujuria y pasión, esa que justamente se le clava en los huesos, su ponzoña no puede ser peor a la excitación que tiene en su sexo al comparar la voz que la vampiresa había utilizado esta vez para responderle. ¿Cómo callar las voces de la locura cuando no se es el único que las escucha? Resistencia. Su tonta y deprimente oposición a ese apetito era inútil, Beldandi también acunaba en su lecho una vorágine que no podía ocultar. La obscenidad se atavía con aquello que está prohibido y esa mujer frente a Lorraine es precisamente algo intocable. No, no quiere decir que esté negando la vampírica adicción que siente ante su perfume o esa subliminal atracción de la cual es víctima; es algo más personal, más íntimo. Su pasado. Beldandi es esa niña a la que nunca debió tocar la perversión.
Sus dientes muerden con cierto desdén e labio inferior, es su respuesta instintiva a la aceleración que sufre en su cuerpo, el mesero se retira una vez que ha llenado ambas copas. Ahora están a solas, el restaurante no tiene más clientes esta noche, es bastante tarde como para que los humanos anduviesen paseando por las calles con hambre en sus estómagos, sería estúpido arriesgar sus vidas por un bocado en el mejor restaurante de París. Las únicas que aún continúan por allí son ellas, eso le deja en claro al gerente que no son nada común pues ¿Qué estarán haciendo un par de damas de su alcurnia a altas horas de la noche y tan solitarias? Una sombría sonrisa se cruzo por su boca, era tan predecible el tipo de cosas que cruzaban en los aposentos de su mente. Lorraine bufa – Tienes razón, es tedioso actuar con la diplomacia perfecta. Me aburre y… - Arroja una delicada carcajada desviando su mirada a la nada – nunca fui precisamente un ídolo de la nobleza – Toma la copa entre sus manos, observa ese punto en el que sus labios se marcaron en el cristal, perfectos, apetecibles… ¡Ironía! La fortaleza de Lorraine se ve debilitada por esa seducción que aflora desde las entrañas de la vampiresa, ella no sabe lo que hace. Esta lacerando lenta y dolorosamente a una lamia, provoca e incita. ¿Cuánto más podrá resistirse a sus impulsos? ¿Acaso pretenderá huir o simplemente actuara en un juego más? No esta tan segura de ganar…
Comenzaba por perderse lentamente en ese laberinto mal vivido que le acongoja. ¿Como puede mirarla con esa lascivia en sus pupilas si desprecia a quienes hacen lo mismo con las mujeres de su edad, o al menos con esa inocente edad que aparenta? Sí, sus pensamientos divagan entre lo ambiguo y esa sensación amargar que despierta en ella, no puede evitarlo, Lorraine es la lujuria representada en una mujer, una obra digna de admirarse. Se ha vestido tantas veces de las fantasías que logra leer en la mente de los demás, cada deseo que cruzaba por sus cabezas ella los cumplía, solo para ofrecerles un pedazo de paraíso a cambio de su completa y total libertad. Lorraine, Lorraine, es la titiritera de este miserable mundo y lo sabe, es precisamente ese conocimiento el que la hace irresistible pero Beldandi… ¡oh Beldandi! Intento, de verdad trato de erradicar esas ideas en su cabeza. No le mira fijamente por que reconoce sus debilidades y ese par de ojos infinitos que ella posee son la perdición perfecta para cualquiera que se atreviese a mirarle. Un suspiro ¿Qué es un suspiro sin pronunciar un nombre? En este instante cada mohín que la lamia realiza solo posee su nombre.
El sabor de la sangre en su garganta le hace carraspear al sentir como es saciada su hambre; esto no le quita el impertinente deseo que esta sintiendo en su cuerpo; lo erizado de su piel aflora al encontrase la visión de la pelirroja bebiendo sangre mortal “¿Qué será si bebe de mi?” Se pregunta una y otra vez. Una serpiente se enreda en sus piernas, para subir lenta y juguetona sobre su ser. La piel de este maldito animal esta hecho de lujuria y pasión, esa que justamente se le clava en los huesos, su ponzoña no puede ser peor a la excitación que tiene en su sexo al comparar la voz que la vampiresa había utilizado esta vez para responderle. ¿Cómo callar las voces de la locura cuando no se es el único que las escucha? Resistencia. Su tonta y deprimente oposición a ese apetito era inútil, Beldandi también acunaba en su lecho una vorágine que no podía ocultar. La obscenidad se atavía con aquello que está prohibido y esa mujer frente a Lorraine es precisamente algo intocable. No, no quiere decir que esté negando la vampírica adicción que siente ante su perfume o esa subliminal atracción de la cual es víctima; es algo más personal, más íntimo. Su pasado. Beldandi es esa niña a la que nunca debió tocar la perversión.
Sus dientes muerden con cierto desdén e labio inferior, es su respuesta instintiva a la aceleración que sufre en su cuerpo, el mesero se retira una vez que ha llenado ambas copas. Ahora están a solas, el restaurante no tiene más clientes esta noche, es bastante tarde como para que los humanos anduviesen paseando por las calles con hambre en sus estómagos, sería estúpido arriesgar sus vidas por un bocado en el mejor restaurante de París. Las únicas que aún continúan por allí son ellas, eso le deja en claro al gerente que no son nada común pues ¿Qué estarán haciendo un par de damas de su alcurnia a altas horas de la noche y tan solitarias? Una sombría sonrisa se cruzo por su boca, era tan predecible el tipo de cosas que cruzaban en los aposentos de su mente. Lorraine bufa – Tienes razón, es tedioso actuar con la diplomacia perfecta. Me aburre y… - Arroja una delicada carcajada desviando su mirada a la nada – nunca fui precisamente un ídolo de la nobleza – Toma la copa entre sus manos, observa ese punto en el que sus labios se marcaron en el cristal, perfectos, apetecibles… ¡Ironía! La fortaleza de Lorraine se ve debilitada por esa seducción que aflora desde las entrañas de la vampiresa, ella no sabe lo que hace. Esta lacerando lenta y dolorosamente a una lamia, provoca e incita. ¿Cuánto más podrá resistirse a sus impulsos? ¿Acaso pretenderá huir o simplemente actuara en un juego más? No esta tan segura de ganar…
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Re: haciendo negocios (lorraine)
Amargura al pensar que no podríamos dar un siguiente paso, la femineidad de esta ardiente vampiresa me hacian entrar en una locura completamente fuera de mi misma fura de todo a lo que estaba acostumbrada y simplemente me sentia completamente abrazada por ésa calida mirada tan llena de pasion y de lujuria hacia mi persona.
Una lujuria a la cual no estaria dispuesta a rechazar, esa lujuria tambien comenzaba a crecer en mi interior, esa lujuria comenzaba a carcomer vivos mis deseos de poder seguir aparentando que nada ocurria.
Pero si bien era cierto, la noche apremiaba y nadie podría ser testigo de absolutamente nada de lo que ocurriera o pudiera pasar, en el aquí y ahora, tomé la copa de vino quecontenia la sangre que tanto habian deseado mis labios, que habia deseado mi garganta, la sed de sangre se convertia en una obseción que iba mas alla de las ganas por beberla.
El hecho de estar sumergida en unos ojos que decian mas de lo que me demostraban, me incliné hacia adelante logrando dejar atras el respaldo de mi silla, sin dejar de ver a lorrane, aparté mi mano de la copa, y tome una de sus manos, agradeciendo que el contacto fuera mucho mas agradable de lo que realmente esperaba.
-Lorrane... de verdad que es un gusto y un placer estar aqui con usted, habia tenido mis dudas, las cuales lamento haberlas siquiera pensado-Sonrei completamente perdida en sus ojos que llameaban la misma pasion que yo suponía ver en sus ojos.
off:perdona lo corto es que como que se me fue la inspiracion de repente, sorry el sueño me mata u.u'
Una lujuria a la cual no estaria dispuesta a rechazar, esa lujuria tambien comenzaba a crecer en mi interior, esa lujuria comenzaba a carcomer vivos mis deseos de poder seguir aparentando que nada ocurria.
Pero si bien era cierto, la noche apremiaba y nadie podría ser testigo de absolutamente nada de lo que ocurriera o pudiera pasar, en el aquí y ahora, tomé la copa de vino quecontenia la sangre que tanto habian deseado mis labios, que habia deseado mi garganta, la sed de sangre se convertia en una obseción que iba mas alla de las ganas por beberla.
El hecho de estar sumergida en unos ojos que decian mas de lo que me demostraban, me incliné hacia adelante logrando dejar atras el respaldo de mi silla, sin dejar de ver a lorrane, aparté mi mano de la copa, y tome una de sus manos, agradeciendo que el contacto fuera mucho mas agradable de lo que realmente esperaba.
-Lorrane... de verdad que es un gusto y un placer estar aqui con usted, habia tenido mis dudas, las cuales lamento haberlas siquiera pensado-Sonrei completamente perdida en sus ojos que llameaban la misma pasion que yo suponía ver en sus ojos.
off:perdona lo corto es que como que se me fue la inspiracion de repente, sorry el sueño me mata u.u'
Re: haciendo negocios (lorraine)
Contradicciones
“Ya deja de meterte en su cabeza” Se reprime en silencio, allí donde asegura estar a salvo de cualquier persona, donde nadie más puede leerle solo ella. Su rostro continuaba siendo aquel que resplandece con la cortesía sembrada en sus pupilas, una maldita máscara que no duele al ponerse, que no batalla al colocársela sobre esa maldita expresión que realmente debería tener en ese momento. Sus labios esbozan esa delicada sonrisa, su cuerpo es la representación de toda una dama, su cabello al igual que el perfume que destila dejan saber desde lejos la clase a la cual pertenece, todo es un disfrazas. Nada de eso importa cuando la mente esta completamente pútrida, cuando lo único en el pensamiento es la muerte, la sangre y la lujuria. No le juzguen por ser lo que la sociedad se encargo de edificar en ella, no digan que es una maldita bruja, una arpía o un demonio ¿Qué importa si lo es o no? Es Lorraine quien pagará con creses cada uno de sus pecados, es ese monstruo quien suplicará por su redención en el momento indicado, por ahora…
La delicia que representaba Beldandi ante sus pupilas no puede ser ignorada, toda esa perfección no pasa desapercibida ante la lascivia que lentamente se impregna en su sexo. Sí, en un solo roce se viven miles de sensaciones; en una mirada… el infierno arde hasta en las entrañas. Escucha las palabras de la madame y es un suspiro el que se escapa de sus labios. Sí, también había tenido sus dudas acerca de ese encuentro y ahora estaba más que perdida en sus propios pensares, en esas contradicciones que se apoderan de su cordura. La mirada de Beldandi es la misma que ella posee, siglos acumulados, enmarañados en esos cabellos, en esas cicatrices invisibles en sus pupilas, tantos años de experiencia que… “Jamás tocarás en ella” Se reclama, la sonrisa que tantas veces se asomo en su boca, se ha difuminado por completo. Era una reverenda grosería pensar de esa forma frente a ella. No era la primera vez que lo impúdico se le atoraba en los labios de una mujer, pero esta vez ya no debía mirarle de la misma forma en la que lo hacía en su libertinaje. – Lo admito madame, es más interesante de lo que imaginé – Fugaz, su mano se deposito sobre la de ella, acariciando su dorso, suplicando quizá a que se saciara esa lujuria en su vientre. Se muerde el labio inferior y una gota de sangre emana del lugar, aparece cual joya envenenada por la codicia. Quiere que Beldandi la pruebe, desea que esa mujer le diga que sabe su esencia. Muchos eran los hombres que suplicaban su nombre en las sábanas, pero… “¡La quiero!” Bramo.
Maldice en silencio sus pensamientos, ya no se puede detener y lo antes pareció ser un levantamiento normal, convirtió en el atrevimiento, en la profanación de los labios de Madeimoselle Sherant. Sí, Lorraine perdió la cordura, tan rápida como el relámpago en una tormenta eléctrica, se puso de pie para atravesar la distancia que les separaba; la besa.
{FDR: Tranquila mujer, yo también me he visto abandonada por la inspiración xDD}
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Re: haciendo negocios (lorraine)
Lujuria, pasión y locura, eran los únicos términos en los cuales ahora me podía mover, inimaginables pero a la vez tan profundos e irremediablemente insaciables, deseaba poder hacer más, pero el simple roce de su mano contra la mía daban mucho mas a desear que el simple hecho de estar ahí, helada, fria y a la vez ardiendo dentro de las mismas llamas del infiierno, completamente una contrariedad, imaginandome en los mas profundos placeres de su boca, y en los más recónditos confinamientos de su cuerpo, si... la deseaba tan extrañamente como cierto, aun estaba sola, deseando mas la compañía y un poco de amor, un poco de deseo inspirado por mi misma y sabiendose deseada era lo único que bastaba para sentirse condenada, condenada y rebajada hasta sentirse completamente presa de sus pensamientos para con aquella vampiresa, deseaba poder hacer más con esa mano que tan sólo el simple hecho de una caricia superficial aunque endemoniada mano que osó tocarme para despertar en mí aun mas que el simple placer de la compañía, ahora era más maldita sea.
Maldita suerte que me trajo a la perdición de sus ojos, esos ojos que le demostraban el deseo, esos ojos que la hacían devorarse a si misma en una contrariedad que iba mas alla de la propia naturaleza, era cada vez mas extraño sentirse presa de los placeres meramente mundanos, la pasion consumía mi cuerpo y la locura atropellaba a mi mente, ¿que mas podría pasar? mas que el simple hecho de poder satisfacer la soledad que hasta ahora no me había dado cuenta de que me consumía y me sumía en un obscuro abismo de infinita intranquilidad.
Aquella vampiresa se dirigió a mi a pasos agigantados y cuando menos lo esperé el sabor de sus labios se posaban en los mios, ya nada mas podia hacer mi cuerpo afortunadamente no me respondía, no quería apartarse y deshacer aquel beso que la habia atrapado en el remolino mismo de la belleza misma y la sencualidad innata que aquella vampiresa transpiraba, cerré los ojos por un instante no creyendo que desfrutaba endemoniadamente todo aquello mientras la lujuria salía de mi cuerpo.
La abracé tocandole sus mejillas tan cálidas como nunca había hasta entonces tocado ninguna, por ningun motivo ahora podría deshacer aquel beso que me inducía tantas sensaciones a la vez. Completamente desquiciada por la lujuria respondí a aquel beso tan placentero y arrebatador dejandome llevar.
Re: haciendo negocios (lorraine)
Prohibiciones
Acaricia sus labios con los suyos, los rosa y se pierde en el dulce sabor que Beldandi despide. Esa mujer ha desgarrado la promiscuidad que en la lamia se escribe, el tétrico y amargo sopor de una locura se redescubre con nuevas caricias. Las damas nunca fueron realmente su obsesión y pese a que puede quererlas, tocarlas, amarlas, sentirlas, humillarlas y demás; ninguna de ellas provoco lo que Lady Sherant ha despertado en Lorraine. Su lengua se abre paso en su boca, despojando a cualquier centinela que se atreva a detenerle, siente en sus entrañas la despiadada flagelación de sus besos. Escudriña cada rincón de ella, sus manos son tentáculos que acaparan el cuerpo de la fémina, se alternan entre su espalda y el cabello, se enredan, se sumergen, se bañan con su perfume, ese hedor que solo una mujer podría poseer. Está más que estigmatizada, las emociones que se acunan en su estomago, pecho, caderas… no son más que una señal de que necesita culminar con sus placeres, satisfacer los instintos más primitivos, bajas que pasiones sin desaparecer aún después de estar muerta. Pero la razón continúa con la batalla, quiere ganar, no pretende ceder ante algo tan sombrío y sacrílego como aquello. Si tan solo Beldandi hubiese aparecido en otro momento de su existencia, en otra etapa, en una en la cual no estuviese él… “¡Lucern!” Exclama su nombre en los pensamientos, separándose bruscamente de ella. Parece que los ojos se le saldrán de las orbitas, está alarmada, no comprende lo que ocurre…
Su cuerpo grita como alma en pena o cuerpo en tortura, que le siga besando, tocando, amando… Y ese maldito corazón que aún no puede palpitar, le reclama a sus acciones, no la dejará sucumbir ante la belleza desgarradora de la dama ¿Cómo apartarse de sus pensamientos si al igual que Lorraine, Beldandi suplica por un poco más? Pasa su dedo índice por la curvatura en su cuello, acaricia delicadamente la piel de la fémina, desde las joyas hasta la barbilla. Tan solo fue una caricia en un segundo, pero para si, la eternidad. Ruge cual bestia encadenada a una prisión, desvía su atención a las copas en la mesa y le importa muy poco que las miradas de los presentes juzguen su comportamiento. Un manotazo, el cristal precipitándose al vacío, el crujir de este partiéndose en mil pedazos, el líquido desplazándose en el suelo, la conmoción en los murmullos, el arrepentimiento en su mirada, la lujuria en sus labios, la seducción en su cuerpo, la perdición en Sherant… Susurrarle al viento su nombre era como escribirle la más perfecta de las poesías al silencio ¡Por todo el maldito infierno! – Discúlpame no quería… - Se da la media vuelta con furia, estrellando sus manos en las caderas, muerde sus labios, arranca un pedazo de ellos, trata de mutilar a su lengua para que no escupiendo palabras impúdicas frente de ella – La verdad es que si lo quiero, te deseo más que a nada en este maldito lugar. Tus ojos, tus labios, tu cuerpo, tu piel… Todo lo que eres me apetece – Se acerca hasta la vampiresa, su rostro frente al de ella, su mirada clavada en sus grandes ojos fijos. Los labios sólo son separados por la escases de los centímetros – Es algo prohibido – Pasa su mano sobre sus mejillas, la mirada que destella en Lorraine no es otra más que la de la demencia. Se muerde el labio inferior saboreándose lo que antes habían probado – Y es lo que me excita – La uña de su dedo hace una pequeña herida en su perfecta piel, una gota de sangre Sherant, emana del rostro impecable, una simple, dulce, apetecible, penetrante gota de sangre inmortal que rápidamente es borrada por la lengua de Lorraine.
Su cuerpo grita como alma en pena o cuerpo en tortura, que le siga besando, tocando, amando… Y ese maldito corazón que aún no puede palpitar, le reclama a sus acciones, no la dejará sucumbir ante la belleza desgarradora de la dama ¿Cómo apartarse de sus pensamientos si al igual que Lorraine, Beldandi suplica por un poco más? Pasa su dedo índice por la curvatura en su cuello, acaricia delicadamente la piel de la fémina, desde las joyas hasta la barbilla. Tan solo fue una caricia en un segundo, pero para si, la eternidad. Ruge cual bestia encadenada a una prisión, desvía su atención a las copas en la mesa y le importa muy poco que las miradas de los presentes juzguen su comportamiento. Un manotazo, el cristal precipitándose al vacío, el crujir de este partiéndose en mil pedazos, el líquido desplazándose en el suelo, la conmoción en los murmullos, el arrepentimiento en su mirada, la lujuria en sus labios, la seducción en su cuerpo, la perdición en Sherant… Susurrarle al viento su nombre era como escribirle la más perfecta de las poesías al silencio ¡Por todo el maldito infierno! – Discúlpame no quería… - Se da la media vuelta con furia, estrellando sus manos en las caderas, muerde sus labios, arranca un pedazo de ellos, trata de mutilar a su lengua para que no escupiendo palabras impúdicas frente de ella – La verdad es que si lo quiero, te deseo más que a nada en este maldito lugar. Tus ojos, tus labios, tu cuerpo, tu piel… Todo lo que eres me apetece – Se acerca hasta la vampiresa, su rostro frente al de ella, su mirada clavada en sus grandes ojos fijos. Los labios sólo son separados por la escases de los centímetros – Es algo prohibido – Pasa su mano sobre sus mejillas, la mirada que destella en Lorraine no es otra más que la de la demencia. Se muerde el labio inferior saboreándose lo que antes habían probado – Y es lo que me excita – La uña de su dedo hace una pequeña herida en su perfecta piel, una gota de sangre Sherant, emana del rostro impecable, una simple, dulce, apetecible, penetrante gota de sangre inmortal que rápidamente es borrada por la lengua de Lorraine.
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Re: haciendo negocios (lorraine)
El beso que Lorrane me había abrazado de una manera completamente diferente, de una forma completamente increible, había sido algo que no había esperado, pero que sin duda, me habia gustado, ¿que demonios ocurria?...
Se apartó de mi y ví su inquietud, a ella no le habia gustado nada, al igual que a mí, ésta separación, la tomé del brazo, y sentí como se debatía internamente por ésta desición, a lo cual mi mente seguía jugando conmigo, mi cuerpo bramaba por su contacto, algo que deseaba con ímpetu.
Ella seguía tan sexy, me atraía su cuerpo en una manera inimaginable, mis dedos acariciaron sus brazos mientras ella daba la vuelta y quedando frente a mi, una de sus uñas, rozó mi mejilla logrando sangrar un poco, pero lo que mas me sorprendió, gustó, agradó y me deleitó fue el sentir el roce de su lengua sobre mi mejilla desaciendose de los rastros de la sangre que habia habido antes en ella.
Mis manos subieron por sus brazos y se detubieron en sus mejillas, lami su barbilla hasta llegar a su boca y besarla pasionalmente de nuevo, con lujuria y desesperación, las mujeres, a decir verdad nunca me habian llamado la atención en ningún aspecto, pero ahora, estaba embelezada por Lorraine, ésta vampiresa de escultural belleza.
Me dejé llevar por la pasion, ocultandole a mi mente la razón, seguí ese apasonado beso y no estaba dispuesta a deshacerlo, primero me desharia de los mirones, de aquellos que lograran interrumpir este momento...
Se apartó de mi y ví su inquietud, a ella no le habia gustado nada, al igual que a mí, ésta separación, la tomé del brazo, y sentí como se debatía internamente por ésta desición, a lo cual mi mente seguía jugando conmigo, mi cuerpo bramaba por su contacto, algo que deseaba con ímpetu.
Ella seguía tan sexy, me atraía su cuerpo en una manera inimaginable, mis dedos acariciaron sus brazos mientras ella daba la vuelta y quedando frente a mi, una de sus uñas, rozó mi mejilla logrando sangrar un poco, pero lo que mas me sorprendió, gustó, agradó y me deleitó fue el sentir el roce de su lengua sobre mi mejilla desaciendose de los rastros de la sangre que habia habido antes en ella.
Mis manos subieron por sus brazos y se detubieron en sus mejillas, lami su barbilla hasta llegar a su boca y besarla pasionalmente de nuevo, con lujuria y desesperación, las mujeres, a decir verdad nunca me habian llamado la atención en ningún aspecto, pero ahora, estaba embelezada por Lorraine, ésta vampiresa de escultural belleza.
Me dejé llevar por la pasion, ocultandole a mi mente la razón, seguí ese apasonado beso y no estaba dispuesta a deshacerlo, primero me desharia de los mirones, de aquellos que lograran interrumpir este momento...
Re: haciendo negocios (lorraine)
Néctar.
La sabia emanada en sus labios es el edén del infierno, un oasis en medio del desierto. La sed jamás ha sido perfectamente saciada como hasta ahora y es que su insólita presencia ya es la puerta a lo que se obtendrá cruzando más allá del umbral y la bienvenida. Sherant ese es su apellido, hay tanto que le describe pero palabras que le quedan estúpidamente cortas. Para edificar un monumento a su honor no hace falta nada más que ver la profundidad de todos y cada uno de los deseos en la mente. ¿Perdición? "oh, Lorraine... te han desarmado, no eres tú, es ella" - Sin duda alguna - Susurra débilmente, alternando sus pupilas desde sus labios hasta sus ojos negros. Este par de ónix que la arrastran, como los caballos en su trote a la carroza y el ataúd al cementerio.
Obscuridad, la lúgubre posada se balancea entre las tinieblas del fuego titilante en esas lámparas sujetas al muro. La gente indiferente a su naturaleza, habla frente a la pareja, sus murmullos destilan el pecado que su iris logran apreciar. Es una aberración lo que miran, lo que aprecian, es el pecado pero ¿A quién le importa? Esa lujuria idiota abraza con sus garras el cuerpo de Lorraine y no existe fuerza en el mundo que pueda acallar el deseo que aflora en su piel. Oír su voz, sentir su piel. Beldandi, Beldandi, Beldandi… ella es el camino al infierno.
En su barbilla, el sendero con su dulce néctar se estremece. Su sexo proclama cada vez más la unión que calmará esa hambre insensata. Ya está colmando sus placeres mentalmente, pero su piel necesita de ese tacto, ese rose imbécil que puede saciar su fúnebre desesperación. ¿Quién lo hubiese imaginado? Una cena de negocios se ha teñido con la sangre de un mortal y la lascivia del demonio. Toma su rostro con ambas manos, se aproxima hasta ella, se acuclilla para estar a su altura, la mira… El vaho de Lorraine se pasea en la comisura de sus labios, pide, suplica, gime, llora, se retuerce. ¿Cuánto dolor estás dispuesta a soportar? Nada, la tortura de no tenerle esta calcinando su cuerpo, una sensación que le agrada pero… ¡No! La lamia pretende beber de su ser.
La sonrisa de la vampiresa destella en liviandad, una carcajada sonora se despide desde sus carnosos labios. Sherant no ha dicho nada, pero el idioma corporal es lo único que le basta para darse cuenta que no es la única demente en ese restaurante. – Larguémonos de aquí, no deseo darles el placer visual de vernos en acción… Tendría que matarlos a todos – La locura en la imagen de Beldandi bañada con sangre mortal, le hace rugir desesperadamente. Baja la mirada hasta su entrepierna y se relame los labios. – Han proclamado tu nombre linda… - Pasa su dedo índice por la barbilla de la mujer, le guiñe un ojo, toma su mando para indicarle el camino que deben de seguir. Ajenos, los mortales se han colapsado en sus entrañas al verla tan jodidamente hermosa y con la lascivia en la cúspide.
Obscuridad, la lúgubre posada se balancea entre las tinieblas del fuego titilante en esas lámparas sujetas al muro. La gente indiferente a su naturaleza, habla frente a la pareja, sus murmullos destilan el pecado que su iris logran apreciar. Es una aberración lo que miran, lo que aprecian, es el pecado pero ¿A quién le importa? Esa lujuria idiota abraza con sus garras el cuerpo de Lorraine y no existe fuerza en el mundo que pueda acallar el deseo que aflora en su piel. Oír su voz, sentir su piel. Beldandi, Beldandi, Beldandi… ella es el camino al infierno.
En su barbilla, el sendero con su dulce néctar se estremece. Su sexo proclama cada vez más la unión que calmará esa hambre insensata. Ya está colmando sus placeres mentalmente, pero su piel necesita de ese tacto, ese rose imbécil que puede saciar su fúnebre desesperación. ¿Quién lo hubiese imaginado? Una cena de negocios se ha teñido con la sangre de un mortal y la lascivia del demonio. Toma su rostro con ambas manos, se aproxima hasta ella, se acuclilla para estar a su altura, la mira… El vaho de Lorraine se pasea en la comisura de sus labios, pide, suplica, gime, llora, se retuerce. ¿Cuánto dolor estás dispuesta a soportar? Nada, la tortura de no tenerle esta calcinando su cuerpo, una sensación que le agrada pero… ¡No! La lamia pretende beber de su ser.
La sonrisa de la vampiresa destella en liviandad, una carcajada sonora se despide desde sus carnosos labios. Sherant no ha dicho nada, pero el idioma corporal es lo único que le basta para darse cuenta que no es la única demente en ese restaurante. – Larguémonos de aquí, no deseo darles el placer visual de vernos en acción… Tendría que matarlos a todos – La locura en la imagen de Beldandi bañada con sangre mortal, le hace rugir desesperadamente. Baja la mirada hasta su entrepierna y se relame los labios. – Han proclamado tu nombre linda… - Pasa su dedo índice por la barbilla de la mujer, le guiñe un ojo, toma su mando para indicarle el camino que deben de seguir. Ajenos, los mortales se han colapsado en sus entrañas al verla tan jodidamente hermosa y con la lascivia en la cúspide.
Hela Von Fanel- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/02/2010
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Re: haciendo negocios (lorraine)
El espectáculo que estabamos dando, simplemente hacíaque mi impaciencia subiera, que las cosas ahi cambiaran, mi propia naturaleza salia a flote muy a mi pensar y muy a pesar de mi gusto, siempre me había considerado como una vampiresa amante de lo que era simplemente diferente a lso gustos de los demás, es decir, siempre había ido en contra de mi propia naturaleza, en contra de lo que era realmente ser un vampiro.
Siempre había llevado al límite mi sed de sangre, pero ahora y en éstos momentos no me importaba bañarme en sangre de todos aquellos curiosos que se encontraban aquí y ahora, éso era lo que me pocía ansiosa, ya que mi sed de sangre estaba satisfecha, pero aún así quería matar a todo aquel que quisiera meterse en ésta mi desición-No te preocupes, que yo estaría dispuesta a matarlos también, a ayudarte claro-Una risa seductora salia de mis labios, aunque claramente yo no estaba acostumbrada a oirme tan desesperada?, no sabia si esa palabra definiría lo que sentía justp ahora y en estos momentos, pero... se me había ocurrido algo... parecía increible todo lo que se me había olvidado al besar los pasionales labios de Lorraine.
-Acabo de recordar que tengo un don-carcajeé un poco, pero no me importaba quedar en evidencia frente a ella, al final de cuentas sabia ella lo mucho que la deseaba y lo mucho que deseaba salir de ahí, pero apesar de mi misma y de mis deseos aun asi no deseaba que tantos humanos salieran muertos y evidenciarnos, las preguntas y los homicidios en masa no eran mi prioridad.
Separandome de Lorraine con un beso pasional y un poco a disgusto de la distancia que pondria entre nosottras, mrodí su labio inferior guiñandole un ojo con absoluta seducción para mi sorpresa, me dirigí a todos los presentes y aprovechando que todos nos miraban, las mirads como por arte de magia se posaron en mí, expectantes y curiosas.
Alce mis manos y sin duda todos me miraron y aproveché a modificar la memoria de todos y cada uno de los presentes dejandome un poco sorprendida del alcance de mi don, ya que si lo habia usado con varias personas, pero no con tantas a la vez, pero era satisfactorio poder borrar de sus mentes lo que Lorraine y yo nos profesabamos, sólo habian visto a dos colegas, cerrando un trato de negocios y saliendo cual amigas del lugar, sin nada que irar y sin nada mas que comentar.
Regrese a lado de Lorraine absolitamente satisfecha de lo que habia hecho, volví a guiñarle un ojo y la tomé de la mano-Soy completamente tuya ahora, podemos ir a donde gustes-La besé de nuevo y dejé que me dirigiera hasta donde ella realmente quisiera ir, estaba para omplacerla por completo, por muy extraño que pareciera.
Siempre había llevado al límite mi sed de sangre, pero ahora y en éstos momentos no me importaba bañarme en sangre de todos aquellos curiosos que se encontraban aquí y ahora, éso era lo que me pocía ansiosa, ya que mi sed de sangre estaba satisfecha, pero aún así quería matar a todo aquel que quisiera meterse en ésta mi desición-No te preocupes, que yo estaría dispuesta a matarlos también, a ayudarte claro-Una risa seductora salia de mis labios, aunque claramente yo no estaba acostumbrada a oirme tan desesperada?, no sabia si esa palabra definiría lo que sentía justp ahora y en estos momentos, pero... se me había ocurrido algo... parecía increible todo lo que se me había olvidado al besar los pasionales labios de Lorraine.
-Acabo de recordar que tengo un don-carcajeé un poco, pero no me importaba quedar en evidencia frente a ella, al final de cuentas sabia ella lo mucho que la deseaba y lo mucho que deseaba salir de ahí, pero apesar de mi misma y de mis deseos aun asi no deseaba que tantos humanos salieran muertos y evidenciarnos, las preguntas y los homicidios en masa no eran mi prioridad.
Separandome de Lorraine con un beso pasional y un poco a disgusto de la distancia que pondria entre nosottras, mrodí su labio inferior guiñandole un ojo con absoluta seducción para mi sorpresa, me dirigí a todos los presentes y aprovechando que todos nos miraban, las mirads como por arte de magia se posaron en mí, expectantes y curiosas.
Alce mis manos y sin duda todos me miraron y aproveché a modificar la memoria de todos y cada uno de los presentes dejandome un poco sorprendida del alcance de mi don, ya que si lo habia usado con varias personas, pero no con tantas a la vez, pero era satisfactorio poder borrar de sus mentes lo que Lorraine y yo nos profesabamos, sólo habian visto a dos colegas, cerrando un trato de negocios y saliendo cual amigas del lugar, sin nada que irar y sin nada mas que comentar.
Regrese a lado de Lorraine absolitamente satisfecha de lo que habia hecho, volví a guiñarle un ojo y la tomé de la mano-Soy completamente tuya ahora, podemos ir a donde gustes-La besé de nuevo y dejé que me dirigiera hasta donde ella realmente quisiera ir, estaba para omplacerla por completo, por muy extraño que pareciera.
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