Haciendo mi ronda [Maxime]

por Invitado Miér Ago 11, 2010 2:57 pm

Otro día mas de aquel caluroso verano el joven moreno despertaba en su día libre de colegio, sin embargo, no libre para hacer el bago o practicar algún hobby, era día de trabajo para aquel chico con el pelo revoloteado y en ropa interior como solía dormir las noches de verano. El sueño le hacía difícil el simple hecho de pensar que ese día tenía que ir a trabajar en su ronda de la hora de comer y la merienda, sin embargo así era.
Se levantó de la cama con paso tembloroso y se dirigió al cuarto de baño donde se aseó por completo, después salió y se vistió con el uniforme ya que no le daría tiempo a cambiarse allí ya que, se había levantado lo suficientemente tarde como para que si no se daba prisa, podría acabar despedido, asique sin desayunar ni nada salió a la calle notando como el sol caía sobre el haciéndole aún mas difícil la carrera que tenía que realizar hasta su trabajo.

Corría todo lo rápido que podía por las calles parisinas, comenzando a sudar y se sacudió el pelo que ahora llevaba un tanto despeinado. Intentando no ser atropellado esquivó varios carros pidiendo perdón ya que estos le insultaban por casi hacerles volcar.

Su llegada tan solo un poco tardía recibió el honor de miradas hostiles por parte de sus compañeros de trabajo que le dijeron que se pusiera de inmediato a trabajar. Así hizo, el joven se puso en su puesto de trabajo y fue por las mesas preguntando lo que quería la gente de una manera amable y cortés.

por **Maxime D'Carlo** Miér Ago 11, 2010 3:48 pm

Los dias de verano eran sin duda frustrantes para una mujer, ya que por protocolo y educación se debian llevar aquellos vestidos amplios y pomposos cotidianos de la epoca sofocaban para hacerle compañia a los ajustados corsés que apretaban los pulmones de la mujer que caminaba por las calles de Paris con un periodico en las manos.
Las personas le observaban de forma curiosa y renegante, pues las mujeres e aquella epoca no tenian porque estar informadas y era practicamente inutil que trataran de estarlo, de nada les seviria.
Pero ella comprendia mas que nadie lo que una mujer significaba e la sociedad, por su trabajo poco reconocido, todos lo hombres babeaban por las mujeres del burdel y daban lo que fiera por pasar una noche con ellas, eso era lo que bia subido el ego femenino de Maxime (el cual, jamas seria capaz de negar)
El sombrero alto cubria levemente su rostro con la malla de color negro que resaltaba sus ojos, pudo ver como algunos hombres que caminaban por las calles le reconocian, sus rostros lo expresaban todo.
Aun no habia llegado al burdel, por lo tanto, por el momento era una mujer comun, a la cual solo los hombres podian criticar en compalia de sus amigos, pues las mujeres (como antes se dijo), no estaban informadas ni siquiera de las andadurias de sus maridos.
Iba riendo de la vida, de la baja posicion que las mujeres habia ganado en esta sociedad; además, porsupuesto, de uno que otro pensamiento gracioso de las pobres mujeres esclavizadas a sus hombres, cuando Maxime D'Carlo, mas que nadie sabia lo muy irrespetuosos que eran.
Un golte le hizo soltar el periodico dajandolo caer al suelo, la gente murmuro por lo bajo, al parecer no era la unica con la que aquel hombe que corria habia chocado.
Pero nadie se inmuto y continuaron su camino, ella, por el contrariot omo de nuevo su periodico y con paso rapido esquivo a las personas con el afan de seguir al muchacho, se detuvo en un cafñe donde le observo por la vidriera.
Con el entrecejo frunsido se sento en una mesa.
-Caballero- murmuro, carraspeando la garganta y levantando muy suavemente su guante cubierto por el negro encaje de los guantes. -Creo que usted, me ha...-buscó la palabvra de la forma mas cortez que pudo. -Atropellado- dijo finalmente, acentuando un poco de mas la palabra -En su carrera por la calle- las palabras tenian un poco de sarcasmo, pero no se iba a qeudar parada ante semejate espectaculo.

por Invitado Miér Ago 11, 2010 4:02 pm

Aquel día no estaba yendo muy bien para aquel joven, había demasiada gente llamándole y los pedidos se le iban acumulando con el paso del tiempo notando de paso las miradas de sus compañeros de trabajo clavadas en el por ser el nuevo del lugar, además de haber llegado tarde que inevitablemente le restaba puntos para no ser despedido de aquel trabajo que necesitaba con urgencia para mantener el pequeño cuarto en el que vivía y para por lo menos poder comer algo decente.

Agotado sin dejar de ir de un lugar para otro escuchó su estómago que pedía algo de comer, era evidente que debería de haberse cogido aunque fuera un misero trozo de pan para comérselo durante la carrera a su lugar de trabajo, y así podría aguantar un poco mas el hambre, pero al no ser así obligatoriamente se tendía que aguantar.

El chico se distrajo un momento al escuchar alguien que le llamaba y se dirigió al lugar, una joven de cabellos dorados le llamaba. Escuchó atentamente lo que ella le decía, al parecer había sido una de las muchas personas a la que había atropellado como dijo ella por el camino para llegar a trabajar. El joven se sintió avergonzado y con la cabeza gacha pidió disculpas educadamente a aquella joven por su mala educación -Disculpeme, no era mi intención, necesitaba llegar al trabajo-

por **Maxime D'Carlo** Miér Ago 11, 2010 5:37 pm

La mujer escuchando muy atentamente la explicaciones del muchacho arqueo una ceja, claramente eceptica de lo que decia, pues estaba algo indignada en su interior por la prisa con la cual (literalmente) el se la habia llevado por delante.

Fruncio levemente el etrecejo y continuo mirandole, por un momento prolongado, pues el chico parecia apurado en su trabajo, perop a ella, en el fondo de su oscuro corazón, no l importaba e absoluto.
-La prixima vez un "permitame" me encantaria, Monseiur- dijo ella aun con las cejas casi juntas.
-¿Puede darme un latte?- dijo ella, manteniendo un gesto un poco altanero. -Pero, por favor, no me lo heche ensima..-comento y rapidamete trato de relajarse un poco mas.
-por favor- susurro, logrando bajar el tono. -Si fuera tan amable- culmino, sonriendo levemente, pues su reaccion claramente no habia sido la mejor.

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