Los Serafines [ Prólogo ] (Privado)

por Circe* Jue Oct 12, 2017 9:47 pm

Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él.

Circe no quería rendirse en su camino hacia la búsqueda de su hija. Supo que se arriesgaba demasiado en irse de esa panda de pirados y que por ello su hija sufriría, por ello tenía que darse muchísima prisa en poder buscarla y lo tenía que hacer demasiado rápido. Había rechazado la oferta de entrar en una estúpida secta vampírica…además de convertirse en un vampiro obviamente, como primer requisito, pero no podía hacerlo. Su hija era lo más importante en este momento y a pesar de que tenía pocos recursos se dejaría la piel en el intento de la búsqueda de su hija…y si por algún casual, le llegase a pasar algo a su querida hija, aquellos vampiros lo lamentarían de sobremanera. En cualquier caso tendría que hacer lo imposible por intentarlo.

Los Serafines Guardianes tendrían que vérselas con su ira si algo le llegase a pasar a su hija. En cualquier caso, logró llegar a la casa en cenizas de sus padres, con una maleta enorme que cogió empezó a meter vestidos que estaban en el sótano, estaban en buen estado y daba gracias a ello, también porque eran de su madre y le estaban un poco anchos pero sobre todo bien y no desagradable a la vista. Cogió alguna imagen que pudiera hacer recordar a sus padres y metiéndola en la maleta se dispuso a coger un carruaje y dirigirse hacia una pequeña guarida en la que una amiga suya cazadora le tenía preparada una cama en la habitación de invitados.

Todo había sido tan rápido que no se dio cuenta de una cosa.

Su uniforme. Su amiga sabía lo que era ella pero ir por ahí sin su capa y con el uniforme a la vista no estaba permitido. Supuestamente, tenían que ser cautelosos los inquisidores en ser vistos. Cualquier sobrenatural que los viera seguramente saldrían corriendo y cogiendo también del sótano una capa oscura de su padre, se la puso sobre su cuerpo, se cubrió con la oscura capucha negra y se subió al carruaje para que por fin pudiera dirigirse hacia en donde le esperaba su amiga cazadora.

Hacía tiempo que no la veía….y ya era hora de verse las caras.