Venälaina ID

Es cortés, pero no te confundas. No tiene interés por hacer amistad con nadie. Tampoco hace favores. Todo tiene un precio, si estás dispuesto a pagarlo adelante. Reservada. Sus muñecas y creaciones le bastan para conversar. ¿Demente quizás? Ese halo maldito de frialdad e indiferencia a los sentimientos del resto de las personas ha ido creciendo después de la pérdida de afecto hacia sus semejantes. No busca afecto y tampoco está interesada en ofrecerlo. Su amor hacia Geraldine podría ser lo único que la haga cambiar de parecer, aunque le recuerda apenas en sueños, la soledad es su mejor compañía y es lo mejor que pudo encontrar y luchará contra todo y todos para conservar esa paz efímera.

Hela no es una persona violenta, aunque muy dentro de si aún le guarda cierto rencor a su familia por haberse deshecho de ella de manera tan fácil. Aprendió que todo sucede por una razón, toma lo que puede de los que le rodean, conocimientos y algunas partes de su cuerpo ¿Por qué no? Está completamente consciente del alcance de sus habilidades. Manipuladora y caprichosa cuando desea algo. Mantendrá esa imagen que se proyecta en el espejo a toda costa. Sin importar pasar por encima de quien sea, con la excepción de las personas que lleguen a tener un ápice de su confianza.

Evitará a toda costa las conversaciones inútiles o sin sentido. Así mismo las personas que se auto compadecen y viven quejándose de todo. Nadie es víctima de nada. Todos pagamos el precio de nuestros actos. Incluso ella lo ha hecho. Si algo o alguien le molestan no dudará en hacérselo saber, no se toca el corazón ni conoce los límites al momento de usar sus poderes si la situación lo requiere. Sabe de lo que es capaz y utilizará todo su arsenal de habilidades para desaparecer a quien le estorbe o simplemente le moleste.

La llegada de Hela a este mundo fue un suceso que todos ansiaban. La familia de clase alta que se asentó años atrás en las afueras de Oslo fue bendecida dos veces cuando nació Geraldine. Ambas niñas eran inseparables y la alegría del hogar. La mayor parte del tiempo se les veía jugando, podía decirse que aunque sus personalidades eran completamente opuestas, hallaban un punto en común siempre. Hela en ocasiones no comprendía como era que  Geraldine lograba ser tan bondadosa, incluso la servidumbre llegó a pensar que si hubiesen sido gemelas, Hela hubiera sido el lado malvado de dicha representación. Y es que ella poseía un halo singular que la colocaba como una figura de temer. Así pasaron su niñez entre juegos, lecciones y todo lo que sus padres les proveían para que fuesen señoritas de sociedad una vez cumplida la mayoría de edad. Hela había prometido a su hermana que siempre estaría ahí para ella, para protegerla en todo momento sin importar quien fuera.

Antes de cumplir los 10 años y en una noche donde aparentemente todos dormían Hela se aproximó a la habitación de su hermana, le confesó que había estado experimentando cambios, sueños, y las dos últimas noches incluso, que veía personas rondar la mansión. Lo curioso era que dichos personajes eran parte de una secta de hechiceros que fallecieron mucho tiempo atrás. Geraldine se sorprendió más nunca le cuestionó sobre dichos hechos, cosa que Hela agradeció de sobremanera y fue ahí mismo donde la madre de ambas niñas escuchó de manera sorpresiva la conversación. La mañana siguiente cuando Geraldine despertó su hermana no se hallaba en la habitación contigua, pues había sido enviada a otro lugar. Toda la noche los padres de las niñas cuestionaron acerca de dicho comportamiento y llegaron a la conclusión de que podría estar poseída o algo similar y no querían que las habladurías cayeran sobre el apellido de la familia.

Hela despertó en un lugar horrible donde fue obligada a confesar todo lo que ella sabía sobre eventos para normales. Para su sorpresa la niña no estaba tan fuera de contexto y era porque corría la magia por sus venas. Al ver los alcances de sus poderes, empezaron a sedarla constantemente y medicarla al grado de que mediante otros tratamientos le fueron arrancados de manera temporal sus recuerdos. Hela olvidó a su familia por completo pero no el rencor que sentía hacia ellos por haberle abandonado en dicho lugar. Pasaron los años y la joven hechicera encaminó sus poderes a beneficio de dicha secta, hasta que una tarde de Otoño, harta de ser reprimida asesinó a todos y cada uno de los otros hechiceros, incluyendo a su mentor, un viejo de casi 50 años quien en más de una ocasión había intentado abusar de ella. Hela maldijo a todos, a Dios incluso por haberle abandonado.

En forma de afrenta la joven conservó los huesos de su mentor después de desollarlo para confeccionar un rosario. En efecto sus habilidades como titiritero avanzaban a grandes pasos y así mismo dispuso de un par de cadáveres más para convertirlos en muñecas que servían como recipientes de sus mismas almas. De este modo Hela tenía a su servicio no solo a aquellos que había asesinado sino también sus conocimientos y poderes que aprendieron hasta ese entonces. Supo que mediante otros rituales podía conservar su juventud y así podría seguir coleccionando victimas en su ejército de no vivos. La mente maestra que dormía había despertado ya liberando un monstruo que anhela con vengarse de quienes le hicieron daño, pero también de poseer todas las técnicas, todos los aspectos y detalles que la magia encierra.

-Posee una colección amplia de mulecas hechas de hueso, cabello y otras partes de las víctimas que ha asesinado a través de los años.

-Suele pasear de noche.

-El rosario que utiliza en ocasiones está hecho con los huesos del hechiero que le instruyó en la magia negra.

-Realiza rituales de espiritismo en noches de luna llena.

-Odia con fervor a su familia y apenas puede recordar que tuvo una hermana llamada Geraldine.

-Se ha obsesionado con la idea de la inmortalidad. De preservar su alma dentro de algún otro cuerpo para seguir ampliando sus poderes.