Autumn Michelle Sunshine Cunningham #

Autumn es de una tez pálida, suave y tersa, sus ojos son castaños como el color de su cabello, marrón, como la tierra en su etapa fértil.
Es de estatura media, no es alta ni baja, de un medida perfecta, que por decirse, a la mayoría de los hombres les gusta, haciéndola no verse antiestética, de acuerdo a la figura delgada y esbelta que posee, tiene unas manos níveas y gráciles.

Es una persona sincera y honesta, no le agradan las mentiras ni la hipocrecía, aunque en algún momento ella ha cometido ese error, del cual, le ha sido dificil perdonarse.
No es alguien sumamente religiosa, no cree demasiado en el Clero y cosas que van por la misma tangente.

A simple vista, es una persona que parece ser inofensiva, tímida e inclusive introvertida. Sin embargo, las apariencias engañan, Autumn es una chica rara, ya que, puede ser la persona más bondadosa y caritativa del mundo, pero asi mismo, puede ser un ser irreconocible, alguien que es merecedora del odio más profundo de cualquier persona a quien dañe, es merecedora de un desdén del cual nadie debería ganarse.
Puede llegar a ser muy seductora, cuando se lo propone, puede ser bastante caprichosa ante algún objeto o simplemente, persona, sin importarle el costo o las consecuencias, sean buenas o sean malas.
Es capaz de hacer que la vida de la persona en su mira, sea miserable, sin ningún rastro de felicidad, sin emociones, haciéndo desear a la persona estar muerta o simplemente, nunca haber nacido.

Le agrada cuidar a los enfermos, asistiéndo varias veces a la semana al hospital, lo que más le agrada es ver a los niños en el orfanato, contarles un cuento para que su "sufrimiento" dentro de aquel lugar, no sea tan grende, al menos como ella piensa. Porque ella, en algun momento perteneció a aque lugar, que fue su hogar por muchos años.

Esto último, ¿Serán sinceras las acciones que lleva acabo o solo es una fachada para ocultar su verdadera personalidad? ¿Deseas descubrirlo? ¡Vamos!

Nacida en 1780, en la capital de París. Nunca conoció a sus padres, ya que desconocía de su "identidad".
Creció en un orfanato a las afueras de París, críandose como una niña educada, honesta y bondadosa, gracias a las religiosas que en aquel momento estaban a cargo de su tutela y educación.

Las únicas pertenencias que tenía en todo el mundo eran un par de zapatos, un vestido que le era el uniforme del orfanato, una pijama muy humilde y una fotografía, que era de su madre. Cada noche, ella le platicaba a su madre plasmada en la fotografía, todo lo que sentía, lo mucho que sufría al ser maltratada en las calles por su condición social muy humilde, y antes de dormirse, rezaba y depositaba un beso en la foto para después, colocarla debajo de su almohada para poder sentirse más tranquila, para sentir un poco de paz.

Siempre fue una niña solitaria, al estar en el orfanato, no le agradaba demasiado estar con la gente, porque temía que fuera igual a la que podía hallar fuera de esas cuatro paredes en las que vivía.

Creció, vivió su vida siéndo más solitaria que nunca, la única persona con la que hablaba era la fotografía de su madre, que por noches y noches, seguía realizando la rutina, pero con el paso de los años, dejó de rezar, ya no creía en que alguien estuviéra allá.. arriba, porque si lo hubiera, ella no estaría asi, se sentía olvidada de la mano de Dios, por lo que dejó de creer en él.

Comenzó a volverse en una persona dura, que dificilmente mostraba sus sentimientos, ya no cargaba con ese semblante de dolor y tristeza, ya no había atisbo de sentimiento en su rostro.

Su vida dió un giro cuando, a la edad de 18 años, mientras acudía al mercado sobre ruedas para comprar algunos alimentos para el orfanato, encontró a un señor, el cual, se acercó a ella, con el gesto de duda en el rostro, Autumn se sintió incómoda por la mirada del señor que la seguía mientras ella caminaba por los puestos.
Finalmente, el hombre que la miraba, se acercó a ella, como si estuviéra seguro de algo. Autumn se mostró dispuesta a mantener una plática con él, ya que éste se lo pidió.

El hombre le hizo una serie de preguntas, las cuales contestó con sinceridad, Autumn le mostró la fotografía de su madre, que cargaba para todas partes.
El hombre se puso de pie, con la alegría brillando en sus ojos, él le explicó que era su nieta y que su madre, la había buscado desesperadamente por años y que ahora, ella debía recibir el título de condesa de París.

Sumamente alegre, Autumn accedió a irse del orfanato para conocer a su madre, la mujer que había estado amando todos estos años.

Desde ese día, se volvió alguien distinta, y siéndo orgullosa de ocupar el cargo de Condesa de la cual es propietaria ya.