Envy, the deepest sin

Como bien indica su nombre, su origen, su pecado, Envidia es una mujer temperamental, recelosa de su naturaleza, pero que no dudará en exponerla si con ello saca algún beneficio, en especial cuando se trata de someter a los humanos a su voluntad. Hará uso de sus poderes, especialmente idóneos para su tarea, para aquello que alimenta su sed más profunda, una incluso mayor a la de la sangre.
 
Y al igual que ella influye en los otros pecados, éstos lo hacen en ella. No se negará nunca a ser poseída por la ira, la pereza, la gula, la soberbia, la avaricia o la lujuria. La suya es una relación sumamente cercana y disfruta de principio a fin con cada una de sus etapas, de sus debilidades y fortalezas.
 
Desmedida en casi todo lo que hace, no es partidaria del control. Considera que contenerse sólo limita la diversión, los placeres de la vida. Y ella goza con todo lo que puede, intentando prolongar al máximo el sufrimiento ajeno, ya sea de desconocidos o allegados. De hecho, cuanto más conozca a alguien, mayor será el placer de verle caer, arrastrarse y suplicar. Porque, tarde o temprano, todos los seres terrenales se arrepienten de pecar.
 
Es muy libertina en todos los aspectos: mentales, físicos y espirituales.
 

poderes:

 
Aegea Artemis Blackbird es originaria de Grecia, de un pequeño pueblo cuyo nombre ha quedado ya para siempre en el olvido pues todos sus habitantes fueron aniquilados hace ya siglos y su terreno devastado por el fuego y, tiempo después, cubierto de verde por un espeso bosque que ahora pueblan cantidades incontables de animales de distintas especies.

Su infancia es algo en lo que no piensa, pero la recuerda como si fuera ayer. Hija única de su familia, cargada con pesadas expectativas sobre sus hombros. Unas que jamás llegaron a cumplirse porque ella no quiso. Se sentía demasiado para ser una campesina más, la heredera de un negocio por el que no sentía interés alguno. Sin embargo, durante su adolescencia conoció a alguien que despertó en ella la curiosidad y la pasión por una vida que no había apreciado hasta dicho momento. Maxwell Blackbird la acogió como aprendiz y le mostró un mundo nuevo y lleno de sabiduría. La tuvo como esclava de sangre durante más de una década, tiempo en el que compartieron más que sangre. Ella se convirtió en una alumna excepcional, demostrando unas ansias por evolucionar que el padre cuervo no había visto jamás, ni siquiera en su hermana Morrigan y eso que ella ya era toda una aventajada estudiante.

Cuando recibió el abrazo, pasó a ser considerada una más de los Blackbird y adquirió en ese momento su apellido. Jamás abandonó a la familia y viajó con ellos a Francia, donde se asentarían, considerando que aquel era el centro del mundo, donde todo se desarrollaría en el futuro.

Usando sus poderes vampíricos una vez ya transcurridos varios siglos, aprendiendo a dominarlos como si hubiera hasta nacido con ellos, empezó a crear raíces en los bajos fondos de París, adquiriendo establecimientos a punto de la quiebra para hacerlos resurgir y usarlos como tapadera para lo que a ella realmente le interesaba: las peleas clandestinas, los burdeles más escabrosos y cualquier tipo de negocio que fuera considerado pecaminoso e ilegal incluso.

Todos conocen la existencia de los siete pecados capitales, de los estragos que éstos causan en la humanidad, en su libre albedrío y como, con ellos, sólo allanan su caída al infierno. Es un sendero demasiado llamativo, porque la mente nos engaña, nos dice que el placer es bueno, que lo es todo, que seremos incapaces de vivir sin el sexo, el alcohol, la venganza, las luchas, sin ser el mejor. Pero todo eso no es más que una ilusión, que un caramelo puesto frente a los ojos del iluso ser humano que, como un niño, va cegado a tomarlo.
 
Aegea decidió hacerse llamar Envidia por aquellos que aún estaban por conocerla, convencida de ser la que encarnaba al pecado supremo, aquel que los había engendrado a todos.