Recuerdos en alta mar - Flasback - privado

por **Rainero Bleier** Sáb Dic 23, 2017 10:17 pm

Volver a dejar Corea, su tierra, había hecho que la nostalgia de aquellos momentos perdidos en el tiempo, dolieran más de lo que de por si deberían herir. Choi Min, se encontraba en el camarote contiguo al principal, donde viajaba la sobrina de su jefe y amigo, el temible vampiro que era embajador de Corea, en París y en cualquier lugar del mundo que no fuera el país de la calma matutina. El día había amanecido extremadamente frío, tanto así que a pesar de lo abrigados que se encontraban, los marineros preferían quedarse en la zona de la bodega y literas.

Como era de costumbre, el hechicero se dedicó a recorrer el barco, buscando posibles amenazas, cuando comprobó que éstas no existían, concluyó su recorrido en la cubierta, en la zona de proa, allí, dejó que sus ojos contemplaran el horizonte lejano, que confundía sus limites, entre el cielo y el océano. Las nubes plomizas, daban un espectáculo digno de ser contemplado, Choi Min, cerró los ojos y pensó en sus padres, en el triste destino de ésto en manos de los inquisidores, y en su pequeña hermana, que había casi desfallecido, al momento en que él se presentó a rescatarla. Había tenido suerte, pues si se hubiera demorado un día mas, la pequeña habría muerto sin remedio, pero logró sacarla de aquel infierno, permitiendo que las heridas, tanto físicas como psicológicas, fueran desapareciendo del pequeño ser que cuidó como las delicadas flores de un cerezo. Hoy, volvía a París, con la convicción que encontraría nuevamente a su hermana, ésta vez, convertida en una bella, fuerte y justa mujer. Sonrió, mientras, recordaba como había disfrutado de la primera vez que la viera reír, aquella dulce niña, había sonreído feliz, ante el majestuoso paisaje de la nieve cayendo en los campos ingleses. Choi Min, cerró sus ojos y recordó los copos de nieve cayendo lentamente por aquel verde campo, cuando una sensación de frío, le hizo abrir nuevamente los ojos, entonces observó maravillado, como los primeros copos de nieve caían sobre la embarcación, un fenómeno casi mágico se presentaba ante él, la nieve caía sobre el océano que lo alejaba de su pasado y lo acercaba a su futuro, a ese que lo llevaría nuevamente a los brazos de su querida hermana, sonrió, mientras atrapaba un copo de nieve, - Espérame querida mía, pronto volveremos a encontrarnos - susurró, dejando que el pequeño copo se disolviera al calor de su piel.