Alta mar ~#Privado

por **Anaïs Favre** Sáb Nov 19, 2016 9:38 pm

Las olas rompían silenciosamente contra la madera del barco, sin que ésta se inmutara lo mas mínimo, siguiendo en su camino, abriendo su paso a través de las mismas. Era consciente de que aún me quedaban unas largas horas en este lugar hasta que el barco llegara a puerto, horas en las que estaba prácticamente a solas con mis pensamientos y las silenciosas olas. No había nada en mi, ni mi atuendo ni mis movimientos, que pudieran llegar a delatar a qué dedicaba mi tiempo. Algo que, gracias a independizarme y alejarme de la zona de los burdeles había sido posible. Ahora no tenía que verme en la penosa situación de tratar con viejos y sudorosos maridos infieles que buscaban calor en otros brazos que no fueran los de sus pobres esposas. Había logrado alejarme de todo eso y no estaba, bajo ningún pretexto, a volver a caer en el mismo agujero oscuro, no cuando me había costado años lograr salir del mismo.

Una sonrisa melancólica se formó en mis labios pensando, por solo unos escasos momentos, en cómo podría haber sido mi vida si mis padres no hubieran querido conseguir mas de lo que tenían; tal vez hubiera podido ser como cualquier otra chica, tal vez hubiera viviendo en una casita humilde, con un marido, con un poco de suerte, agradable y una familia de la que cuidar. Tal vez... mordiéndome ligeramente el labio, arrojé esos pensamientos por la borda, intentando alejarlos de nuevo, enviarlos de nuevo al lugar mas oscuro y cerrado de mi mente de dónde eran escasas las veces que les dejaba salir. Quizás mis inicios habían sido duros, tal vez no había tenido otra opción o quizás había tomado algunas decisiones equivocadas, pero lo que si sabía era que había sido capaz de seguir adelante. A pesar de estar sola, sin familia y de haberlo perdido todo y me hubiera alejado de la vida pacífica que había tenido en mi niñez; había sobrevivido y, con el tiempo había logrado escapar, poco a poco de ese mundo en el que me había metido por necesidad.

Un suspiro pensativo se escapó de mis labios y mi mirada se fijó en el horizonte, ahora prácticamente solo tenía que acompañar a fiestas y eventos sociales a aquellos que se preocupaban demasiado por el qué dirían de ellos si acudían solos, aquellos que no deseaban ser asediados por muchachas ansiosas por casarse con alguno de ellos o simplemente aquellos que necesitaban un poco de compañía que no les juzgara. A eso se habían reducido mis servicios, alejando cualquier intimidad física mas allá de besos en el “peor” de los casos; había sido de esa manera, en que finalmente había sido capaz de encontrar un punto de “confort” en mi trabajo, lejos de todo aquello que había llegado a aborrecer con toda mi alma. Una leve sonrisa se formó en mis labios, quizás mi vida no fuera una pátina impecable, carente de errores, sufrimientos y esfuerzos pero, por fin, ahora era capaz de empezar a dejar atrás el pasado como las olas rotas que el barco dejaba atrás haciendo que, cada vez, estuviera mas y mas cerca de poder cerrar con llave la puerta tras la que tenía encerrados tanto el fantasma de mi pasado, como los recuerdos de éste.