De clase alta a cortesana [Privado +18] *Flashback*

por **Alexês Nyíri** Lun Sep 17, 2012 9:00 pm

Ya caía la noche, el virus se había expandido hasta nuestras plantaciones, campos y ganados, aunque el virus sólo afectaba a los humanos cabe aclarar.

En nuestra casa ya se respiraba el pánico, dos sirvientas habían sido encontradas sin sangre, aquella epidemia estaba en la casa. Con el terror en nosotras, mi única hermana y yo nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones. Grave error.

Yo aunque tenía 15 años ya no pude soportar ese terror así que me dirigí a la habitación de mi madre, las puertas estaban entre abiertas y entonces lo vi... Aquel virus tenía nombre y un estado físico... era lo que nuestros trabajadores sureños llamaban vampiros. tenía unos ojos azules brillantes, que centellaban como incandecentes, pálido, con una piel como si de mármol se tratase, sujetaba el cuerpo de mí dormida madre y sus sangrientos colmillos estaban en su cuello, succionando la espesa sangre de mi mamá.

Mi madre moría, la persona más importante en mi vida, aquella que crió a mi hermana y a mí sin una figura paterna. Ese ser la mataba y yo estaba paralizada, no podía moverme como si algo me tuviera atada, me era imposible articular palabras, estaba en shock. Pronto, el vampiro terminó, lamió los orificios provocados por los colmillos, y las heridas desaparecieron, como si nunca se hubieran hecho, mas mi madre yacía muerta, no solamente sin sangre, sino, sin alma, estaba como lo hubo estado el vampiro, pálida y éste con un color caucásico, lleno de vida.

Tan pronto como puede reaccionar, me dispuse por inercia a gritar de horror pero el vampiro desapareció y reapareció frente a mí, puso su fría mano sobre mi boca y se acercó a mí, yo temía sufrir la suerte de mi madre pero a la vez lo quería, no quería vivir sin ella. Mas el vampiro me susurro. —¡Niña que mucho has perdido, y más perderás escondete y no salgas!— dijo y caminando se propuso salir, yo no lo iba a permitir así que me arrojé hacía el golpeandolo con coraje mientras lloraba y con sollozos lo maldecía, el vampiro se detuvo y de un golpe me mandó a volar, cayendo en un rincón, después, el vampiro desapareció.
Me puse en pie y corrí al pasillo, pero me detuve frente al ventanal, afuera se había iniciado un incendio, me acerqué más y pude ver una batalla entre vampiros y extrañas criaturas que parecían lobos pero con forma humanoide así como animales que había visto sólo en pinturas o en el circo; leones, leopardos, tigres...
Horrorizada corrí hacía la salida de atrás, lejos de la batalla, salí a campo abierto y corrí tan a prisa como mís pies me lo permitían; fue cuando vi a esa extraña criatura parecida a un lobo siguiendome y antes de que me alcanzara, un vampiro se interpuso encestandole varios golpes, la bestia cayó y para mi sorpresa se convirtió en un hombre, grité y el vampiro me miró irritado, después de eso, no recuerdo nada fue como si me hubiera dormido.

por **Arleken Lundberg** Miér Sep 19, 2012 9:39 pm

Regresaba de París, había incrementado mi lenguaje en francés, alemán, inglés y ruso, pues sólo hablaba latín y el tosco nórdico. Me dirigía a mi castillo en Estocolmo pasé por un campo donde llegaba a encontrar a una hermosa mujer y me la llevaba para alimentarme y darle educación. Sin embargo, aquella noche estaba llena de conflictos.

Había estallado una guerra los licántropos y cambiaformas se habían aliado para rechazar a los vampiros que comenzaban su conquista en esas tierras bajo el dominio de los hijos de la luna. Todo eso lo averigüé gracias al poder de manipulación de memoria que apliqué sobre un licántropo joven que aguardaba en el bosque, refugiándose aterrado por la sangrienta batalla.

El fuego se alzaba sobre una plantación y una hermosa casa de los patrones, a grandes saltos me dirigí hasta la casa en llamas evitando ser alcanzado por los enemigos.

Entonces vi a un licántropo persiguiendo a una pequeña adolescente, di dos saltos más y me interpuse entre la niña y la bestia. —Márchate licántropo, me iré con ella— . Pero el hombre lobo no me obedeció y se agazapó contra mí, soltó garrazos y mordidas que pude evitar fácilmente, esperé y cuando llegó el momento indicado le golpeé dos veces el torso, sujete su cabeza y le rompí el cuello... El licántropo cayó muerto, la niña que contempló todo miró horrorizada como aquella bestia regresaba a ser humano. Aquel impactante suceso hizo que gritara, ¡era normal, una niña desconoce la existencia de licántropos y de pronto ve a uno morir y regresar a su estado original!

La niña comenzó a gritar, ¡demonios tenía que suceder! Me acerqué a ella tan de prisa que no pudo reaccionar, tomé su delicado cuerpecillo y le clavé mis colmillos en su suave y frío cuello, su sangre comenzó a brotar a borbotones; ¡Ah que delicia! Mientras bebí usando la manipulación de memoria estrujé sus recuerdos, aquellas visiones y su sangre me excitaron, me perdí en ese espectáculo y cuando sentí que llegaba al límite dejé de beber. Deposité su cuerpo en el suelo y me dediqué a contemplarla. ¡Qué hermosa, eres la niña más hermosa que he visto en mi vida inmortal! le susurré como si ella pudiese escucharme y entonces debatí en mí ¿la dejaría ahí, a su suerte?, no, ¿cómo haría semejante barbaridad? Me la llevaré, sí, eso es lo que haré, beberé de su sangre cuando me apetezca, será mi amante así como yo lo fui para mi mentora.

La recogí del suelo y la llevé a mi pecho, besé su frente y con mi manipulación de memoria borré aquel momento en la que la ataqué y le hice creer que se desvaneció por la impresión, esa idea quedó muy bien implantada y luego de confirmar que así fue, me marché con ella.

Antes del amanecer llegamos al castillo, la llevé a los calabozos, le dejé comida y me retiré a dormir.

por **Alexês Nyíri** Jue Sep 20, 2012 1:33 pm

No sé cuanto tiempo estuve inconsciente pero un terror sí me invadio cuando desperté y me vi encerrada en una espantosa prisión.

Olía a húmeda, los barrotes tenían oxido e inclusive observé salir a una rata de su madriguera ubicada en la celda de enfrente. No pude evitar ante semejante atrocidad. Cuando reaccioné comencé a llorar. -¿Dónde estoy?- dije en voz alta, casi gritando esperando que mi raptor hiciera presencia, sin embargo no lo hizo y seguí llorando.

-¿Por qué me estáis haciendo esto, qué le he hecho? Muestrese cobarde- grité en sollozos y llevé mis manos a los ojos, no paraba de llorar y después pensé en mi familia comencé a recordar el tragico final de mi madre y la incognita de saber que le sucedió a mi hermana me aterró más que aquel horroroso lugar donde me hallaba presa.

-¿Será de día, tarde o noche?- me pregunté después de un tiempo que no podía medir, no estaba segura si el tiempo se me había hecho largo o corto, sólo me iluminaban antorchas en aquel encerrado y oscuro lugar. Y cuando me dio hambre me di cuenta de un plato de comida dispuesto cerca de la entrada, me acerqué a él y vi su contenido. Era un estofado de conejo, con papas y zanahoria; y entonces le grité -¿Y cómo querés que me coma esto?, está frío y huele mal que no soy un animal para que me des vuestras miserias. ¡Comase vos su estofado!- y lo arrojé afuera de mi celda.

Fue entonces que se escuchó como se abría una puerta, se escucharon pasos bajando de una escalera de piedra y yo temerosa me pegue a la pared, busqué un rincón y mis ojos se humedecieron.

por **Arleken Lundberg** Sáb Sep 22, 2012 4:15 pm

Ya anochecía, desperté y salí de mi habitación; ubicada en la torre más alta del complejo. Conforme bajaba las escaleras escuchaba los llantos de la niña.

Me apresuré a bajar hasta que finalmente llegué a las puertas que conducían a los calabozos subterraneos. Abrí la puerta haciendo mucho ruido, pues de la celda de la niña a la puerta era un largo camino y a oídos mortales muy difícil era escucharlos.

Bajé las escaleras y entonces escuché el latido de corazón de la niña, seguía sollozando pero un temor crecía en ella. Me invocó pensando que no haría presencia y ahora, al descubrir que sus llamados eran escuchados por supuesto que sería obvio tener miedo.

Y llegué a la celda, ella estaba en un rincón sollozando y mirándome con terror. Yo en cambio la miraba con interés, usé la manipulación de memoria para saber que había sucedido en mi letargo, puede ver y escuchar todo cuanto había dicho y pensado; eso me hizo ver la comida tirada fuera de los barrotes correosos y me irrité.

Ella me miraba con un terror y odio que me sentí conmovido, sin embargo, ella no podía articular palabras, ni siquiera moverse. Abrí la celda e ingresé a pasos lentos, introduciendole más pánico del que ya tenía, me agaché al estar junto a ella, me volví a introducir a su mente gracias a mi manipulación de memoria y descubrí su nombre, Alexês Nyíri, hermoso nombre y que apellido, único, incluso más que el mío.

La niña de pronto cambió su mirada a una inocencia que me enamoró, luego, usé mi control de emociones y la niña se fue acercando a mí, seducida, entregándose a mí. La tomé en mis brazos y le clavé los colmillos en su liso cuello, su espesa y deliciosa sangre inundó mi garganta, cerré los ojos entregandome al placer; la sangre de aquella niña era ambrosia lo mejor que mi cuerpo había probado, la calidez cubrió cada rincón de mi cuerpo y los sentimientos que ella me transmitía me conmocionaron a un nivel totalmente superior a la vida misma.

Y lo único que deseaba sólo era continuar bebiendo de su sangre.

por **Alexês Nyíri** Mar Sep 25, 2012 12:50 pm

Mi raptor se fue acercando, tenía la piel demasiado blanca, como si fuera de piedra y eso me aterró sin embargo no podía moverme, lo único era sollozar y rezar por que ese hombre o bestía dejara de acercarse.

De pronto, y cuando estaba agachado junto a mí me sentí enamorada por él. Por una extraña fuerza que no se explicar ni describir sentí que le amaba. Lo veía con una luz especial, yo me apresuré a sus brazos como si él fuera imán y yo un metal. Mi raptor se delató como un vampiro, clavó sus inmaculados dientes en mi cuello y sentí como drenaba mi sangre, con una lentitud y delicadeza que más que dolerme me causaba placer.

La sensación de estar en sus brazos, de tener sus colmillos en mi cuello y la absorción de mi sangre me excitaron, no había experimentado un placer tal cual, y entonces pude ver aquella noche en la que mi vida cambió... este raptor era el vampiro que me había salvado y ahora yo era su prisionera.

Pero a cada segundo me sentía más débil, perdí las fuerzas con las que mis brazos sujetaban su cuello y éstos cayeron flacidos al suelo, pude ver que el tono de piel en aquel vampiro cambiaba y mis ojos se cerraban poco a poco. De pronto sentí que el vampiro no bebía más, aquella llama de placer se apagó y yo decía entre balbuceos -No pares, continúa- deseándolo, añorándolo; con certeza sabía que si continuaba moriría pero aquel placer lo merecía, quería seguir sintiendolo una vez más.

por **Arleken Lundberg** Sáb Sep 29, 2012 11:48 pm

Bebí a un ritmo lento, saboreando la sangre y cuando me di cuenta ella ya estaba llegando al límite, si continuaba la perdería y eso no era lo que pretendía.

Así que dejé de beber y a mi sorpresa le escuché decir –No pares, continúa– , y esas palabras las repetía una y otra vez, sin embargo, y pese a mis deseos ella no tenía la fuerza suficiente así que usé mi persuación para sugerirle dormir y obedeció.

La niña se quedó dormida, agotada y tan pálida como lo hube estado yo minutos antes, me quedé ahí, atento a ella, escuchando su corazón esta vez me había excedido perderme en el placer de esa sangre pudo haberle causado la muerte a la niña, habría matado a un alma inocente y eso me atormentó. La contemplé y después le acaricié el rostro, el cabello –Nada te pasará, yo cuidaré de ti mi amada niña–. Luego la cargué y me la llevé en brazos, subí por las viejas escaleras hasta llegar a la sala de estar, de un piso de madera, mis zapatos de satén hicieron un ruido elegante hasta que llegué a las escaleras principales, comencé mi ascenso hasta que finalmente llegamos a una habitación.

Puse a la niña en la cama, ya tenía desarrollado su cuerpo, lucía una piernas atleticas y unos pechos medios, bien firmes. La desnudé y después me acerqué al ropero de la habitación y de ése saqué un hermoso vestido rojo, con plieges en la falda negros, un tanto gótico peor elegante, la vestí con ropa interior negra, cubrí sus piernas con unas medias negras que le llegaron 10 centímetros por arriba de sus rodillas y tenían dos moños rojos, después la coloqué el vestido. Nuevamente me dirigí al ropero y esta vez saqué unas zapatillas de satén negras y se las calzé; cuando al fin estaba vestida sonreí, me enamoré ante tal belleza y le besé la frente, –¡Mi amada, mi amante!– dije.

Salí de la habitación y bajé hasta la cocina donde ordené a uno de mis esclavos preparar una comida digna para una princesa, después subí nuevamente hasta la habitación para encontrarla dormida. La volví a tomar en brazos y bajé al comedor, la senté en una silla y esperé a que sirvieran la comida, cuando estó sucedió entré en su mente gracias a la manipulación de la memoria y le inducí a despertar, a levantarse del letargo.

por **Alexês Nyíri** Lun Oct 01, 2012 2:41 pm

Estaba tan débil que ya no podía implorarle al vampiro que continuara y caí en la inconsciencia.

No sé cuanto tiempo dormí, lo que si recuerdo fueron esos extraños sueños; era como si aquel vampiro viviera en mi mente, me veía acostada y él se me acercaba, tomaba asiento junto a mí y al oído me susurraba -Despierta princesa- y entonces desperté.

Me encontraba en un gran comedor, con velas dispuestas y la comida servida y frente a mí, estaba el vampiro; después vi que llevaba puesto un hermoso vestido rojo aunque mi cuerpo estaba sucio. Sentí miedo, un pavor que recorrió hasta mi espina dorsal y que en lugar de hacerme temblar sentí la sensación de un cosquilleo en el estomago.

Y el vampiro me miraba, esos ojos oscuros con un brillo especial me contemplaban, me desnudaban y atravezaban mi cuerpo, era una mirada llena de una pasión intrigadora. pero él no se movía, no parpadeaba era como si fuera solo una estatua hasta que de pronto habló.

-Deberías de comer que estáis muy débil- dijo con una voz inhumana.

Me cohibí y agaché la mirada, estaba triste y ese placer que había sentido cuando estaba en sus brazos, cuando bebía de mi sangre me parecía un sueño efímero, algo imposible y que sin embargo era muy real. El vampiro seguía mirandome y entonces comencé a beber de la sopa con la hermosa cuchara de cristal, me acerqué un pan, cogí un tenedor y un cuchillo y lo rebané. entonces el vampiro se echó a reír.

-Deja las formalidades sé que tienes hambre... Sólo come- esas palabras me hechizaron y comencé a comer como lo haría un hambriado, cogía panes y con las manos los partía, después un hombre de edad avanzada y vestido de gala me acercó un plato con carne en un jugo que no supe de que era y la devoré, y cuando terminé me sentí apenada, me dio vergüenza es espectáculo que debí de haber hecho, luego, miré el vestido para comprobar que no se había ensuciado. No, estaba intacto cogí una servilleta y me limpié la boca.

El vampiro seguía mirandome y entonces me puse en pie enojada y golpeé la mesa, luego le dije -¿Quién eres y cómo te has atrevido a secuestrarme?- pero el vampiro no respondió.

por **Arleken Lundberg** Miér Oct 10, 2012 12:34 pm

La niña lucía realmente molesta, -¿Qué por qué la había secuestrado?- que clase de pregunta tan absurda era, Arleken casi se quiso echar a reír, que inocencia después de todo era una niña.

No le contestó, no encontraba un importante sentido darle una explicación a una niña, le era irrelevante y ni quería hacerlo.

Pero la niña de pie seguía manteniendo ese semblante.

-Amada mía ven a mis brazos- dijo el vampiro usando su control de emociones, -tu quieres venir a mí- continuó con la persuasión y la niña caminó hasta el vampiro.

El conde extendió los brazos y la tomó con delicadeza, la acurrucó y mientras le acariciaba el cabello clavó sus inmaculados dientes blancos en el cuello, la ambrosía sangre de la niña emergió inundando la garganta de Arleken, el placer recorrió el cuerpo llegando al corazón y sintió ganas de llorar. Perdido en el deleite de la sangre sobrepaso el límite de la niña y cuando se dio cuenta la pequeña Alexês ya no tenía pulso.

Arleken la miró horrorizado, nunca había quitado una vida humana y menos de un ser del que se había enamorado, entonces se le ocurrió algo, el vampiro abrió la boca de la niña, luego se mordió la muñeca y dejó caer unas cuantas gotas de su sangre... Como de un milagro se tratase la niña despertó, en una reacción como de alguien que recobra el sentido luego de casi morir ahogado.

por **Alexês Nyíri** Vie Oct 12, 2012 12:04 pm

El vampiro no respondió, sólo me llamó y como si de un hechizo sentí deseos ir con él entregarme a sus brazos.

Era como si estuviera durmiendo, caminé con sutileza, languidamente y él me extendió los brazos, yo me le arrojé y sentí como me brindaba su calor, su cariño y después, sus colmillos en mi cuello y gemí de placer. Nuevamente aquella sensación extraordinaria recorría mi piel, mi cuerpo, mi sangre era succionada y cada vena que se quedaba sin sangre suspiraba de placer.

Entonces me sentí débil, muy débil y cansada, cerré mis ojos como si durmiera, pero no lo estaba.

Me encontraba en un lugar en blanco, en una nada, y allí sólo estaba yo, desnuda, pero no sentía nada, no había tristeza, no había ira, sólo sosiego y armonía.

Comencé a caminar sin rumbo, no temía nada y no me preocupaba nada, pero quería caminar sin un objetivo, sin tener algo que buscar y empecé a silbar y luego baile, reí y no sabía porque hacía eso, lo único era que me agradaba y no tenía por qué saberlo.

Me detuve nuevamente y en el lugar comenzó a derramarse una pintura roja, y como si de un recipiente se tratase fue cubriendo el lugar y llenandolo y aquel líquido llegó a mi cuerpo y a mí boca y supe que era sangre y muy pronto quedé sumergida, Luego, sentí que me empujaban desde abajo y los sentimientos comenzaron a llegar nuevamente, la ira, la tristeza, la confusión y me negaba a salir del recipiente, pero no podía evitarlo y como si fuera un sueño desperté. Me costaba respirar.

-Tranquila mi amada, respira con calma- dijo aquel demonio y yo lloré, de nuevo estaba con él y la sangre aún la palpaba en mi lengua, el sabor de ella me hizo olvidar por momentos lo que había ocurrido. -Quiero más sangre- le dije.

por **Arleken Lundberg** Vie Oct 12, 2012 6:01 pm

Y al despertar me pidió mi sangre, me horroricé y dudé, -¿acaso está transformándose en una bebedora de sangre?-, lo único que hice fue acariciar su largo cabello dorado.

Me volvió a pedir la sangre como si la necesitase y volví a preguntarme lo mismo, sin embargo, ella seguía viva, lo podía sentir, el color de su cuerpo regresaba, su calor y el corazón se regularizaba fue cuando decidí actuar y mediante la persuación le hice saber que no la necesitaba, que tenía que dormir y nada más.

Pero al parecer la sangre había incrementado el poder de su mente y volvió a pedir la sangre, eso me inquietó y ahora usando la manipulación de la memoria logré hacerle saber que nunca probó mi sangre y lo creyó, volví a persuadirla -Necesitas ir a dormir- le dije con tono afectuoso, y la acurruqué, mi niña, mi amada.

Escuché su suspiró en mi pecho y afirmó.

-Te llevaré, ahora cierra tus ojos amor mio- le susurré y cuando se quedó dormida la cargué y la llevé a mi cuarto.

Su cuerpo era tan delicado, tan frágil y mientras subíamos mi amor para ella creció y deseé que estuviéramos juntos por siempre, mas eso no sería posible, ella envejecería y la vería morir, pero antes vería como su bello y perfecto cuerpo perdía su atractivo, se marchitara.

Cuando llegaron hasta la habitación, la desvestí y contemplé su cuerpo desnudo unos minutos, luego le vestí una pijama de lana, acomodé su cuerpo bajo las sábanas y le besé el rostro.

Y ahí me quedé, viéndola dormir el tiempo transcurría pero no para mí y cuando escuché el llamado de la puerta respondí. Era mi mayordomo anunciándome que la mañana se avecinaba yo asentí, vaya su hermosura me había segado tanto que no me percaté de aquello.

Luego de que ella estaba en mi habitación yo me moví a otra a descansar y antes de caer en un profundo sueño pensé -Tengo que hacer que Alexês duerma también en las mañanas-

por **Alexês Nyíri** Mar Oct 16, 2012 3:12 pm

Todo parecía un sueño cuando desperté en una lujosa habitación, la cama era muy cómoda así como la pijama de lana que me brindaba el calor que necesitaba, me sentía débil por lo que no me paré hasta que el mayordomo del vampiro tocó la puerta.

-Su almuerzo está servido señorita- dijo.

El hombre de figura rechoncha entró y abrió las cortinas dejándo que la luz bañara el cuarto y le escuché susurrar. -Al fin puedo abrir estás cortinas-.

Yo apenas me moví y le pedí que se marchara, me vestiría.

-En la silla podrá encontrar un vestido que mi amo dispuso para usted, y el baño está listo- y se fue.

Me levanté y caminé hasta el baño, ubicado frente a la habitación que ocupé aquella noche, me esperaban dos mozas que me ayudaron al baño, eso no era novedoso para mí, pues yo tambien en mi mansión tenía mozas para el baño.

Cuando terminé, me vestí con lo que el vampiro me había preparado y ya con algo de fuerzas bajé hasta el comedor y le grité al mayordomo, -¡¿Dónde está tu amo?, sé que es un vampiro llevame hasta él!- Pero el mayordomo no respondió, molesta golpeé la mesa como una niña berrinchuda.

-Come algo pequeña, luego te llevaré con él- dijo con tranquilidad.

-¡No, quiero verlo ahora!- insistí.

-No será posible, mejor come pequeña o no te llevaré con él-

Molesta me senté y crucé los brazos esperando la comida con en cejo fruncido. Comí rápido, sin perder la elegancia con la que me habían educado y cuando terminé me levanté y busqué al mayordomo y éste ya no estaba.

Busqué por todas las habitaciones hasta que hallé la puerta principal, la abrí y vi unos hermosos jardines y más allá las rejas de salida. Corrí esperándo que aquellas puertas no estaran cerradas y para mi fortuna no lo estaban.

Las abrí y corrí tan rápido como mis piernas podían, visualicé un bosque y entré después me di cuenta que su mansión estaba en una montaña dado que estaba corriendo en descenso, me cansé y me detuve, luego continué con más calma, no sabía donde estaba pero de lo que sí estaba segura era que encontraría mi casa.

Cuando menos me di cuenta la noche cayó y yo ya tenía hambre.

por **Arleken Lundberg** Miér Oct 17, 2012 1:13 pm

Arleken se había ido con una gran satisfacción que no había experimentado desde que se hallaba en brazos de su creadora siendo él mortal, y precisamente soñó, algo no muy común en los inmortales, él primer sueño desde que fue inmortal.

Aquel sueño databa de la época en la que era mortal y vivía bajo la protección de su creadora y era también, su alimento. Eso era lo que Arleken hacía con Alexês y aunque no le pareció irónico si curioso.

Cuando despertó del letargo no sintió palpitar el corazón de Alexês, no escuchó sus palabras se dirigió la cuarto donde le había dejado y no la encontró ahí, una ira comenzó a invadirle.

Usó la manipulación de la memoria sobre una mucama y descubrió algo aterrador para Arleken, Alexês había desaparecido.

Furioso se dirigió a donde el mayordomo lo esperaba, el vampiro pudo escuchar el acelerado corazón de su sirviente, su nerviosismo y su terror, pero Arleken no tendría ninguna clase de consideraciones y cuando llegó hasta él lo tomó del cuello y lo estrelló hasta la pared más cercana, luego lo elevó de los suelos y lo miró con unos ojos inyectados de sangre.

–¿Dónde está Alexês?– le reprendió, pero el mayordomo no respondía, Arleken aplicó más fuerza, después de todo nadie es imprescindible, le tenía afecto a aquel hombre pero no cabía duda que el amor hacía Alexês era mucho mayor. El hombre a penas podía respirar y el vampiro volvió hacer la misma pregunta... No había respuesta.

Con un incremento de ira arrojó al mayordomo al suelo y entró en su mente con la manipulación de la memoria, –¿Dónde estás?–

–¡Esto es inútil!– pensó y amplificó el poder para entrar en todas las mentes de su servidumbre y encontró una pista, el jardinero había encontrado la puerta entreabierta, –¿acaso se marchó?–

Arleken hizo uso de sus habilidades sobrenaturales y salió de la mansión en búsqueda de Alexês, entró al bosque y aplicó manipulación de la memoria poder amplificado hasta que logró entrar en la mente de su amada.

Aumentó su velocidad y se plantó frente a ella, lucía un semblante furioso y miraba a la niña con desprecio y decepción.

–¿Cómo fue qué te atreviste a escapar?– reprendió, pero la niña le miraba de forma retadora lo que irritó al vampiro.

por **Alexês Nyíri** Vie Oct 19, 2012 7:59 pm

El bosque emitía sus propios sonidos, sonidos que me aterrorizaron. Miraba con miedo y andaba de la misma forma, sin embargo, la intención de regresar a mi casa era más fuerte, como un capricho.

En mi camino un sonido me distrajo y frente a mí apareció el vampiro, lucía un semblante furioso y con una voz casi gutural dijo –¿Cómo fue qué te atreviste a escapar?–

-¿Cómo se atrevía a decirme eso?-, le miré de la misma forma que él a mí y le reproché con desprecio. -¿No soy parte de tí, me raptaste y esperas a que me quede contigo y sea tu alimento... VAMPIRO?- y me eché a correr.

En mi fantasiosa huída tropezé y caí por la pendiente y comencé a llorar, él de nuevo estaba frente a mí, yo le miré y me limpié el lágrimar no permitiría que me viera llorar.

-Tu te puedes conseguir a otras víctimas dejame irme, quiero regresar con mi familia- dije pero él no se inmutó, después me tomó del brazo y comenzó a llevarme contra mi voluntad, dimos unos pasos y me zafé, -dejame- insistí.

-No tienes a donde ir, tu familia está muerta- dijo con su voz inhumana.

Me quedé ahí, él tenía razón, yo era consciente de ello, lo había visto.

-Yo te salvé la vida- continuó y extendió sus brazos.

Lo miré y caminé hasta él... -Bebe de mí- dije y me le entregué.

por **Arleken Lundberg** Dom Oct 21, 2012 3:11 pm

Sentí una compasión como nunca antes había sentido, ni en vida mortal. La niña se había dado por vencida, se había resignado a la vida que le diera, a ser mi alimento y eso me hizo sentir mal.

Le había espetado su soledad y eso le lastimó, pero es una niña a esa edad adolescente fácilmente se deprimen, bah.

-Bebe de mí- dijo y se me entregó, la miré y no quise tomarla, me sentía apenado pese a mi a penas controlable deseos de su sangre. La niña me miró con ojos tiernos, como un cachorro mira a su amo para que lo saque a pasear, y sucumbí.

Me agaché y la tomé, la cargué y la acerqué a mí, y luego, clavé mis colmillos en su delicado cuello, la sangre brotó, la ambrosía y el placer llegó a mí. Sentí un cosquilleo recorrer desde mis pies hasta mi nuca, la abrazaba con una pasión y le escuchaba jadear, soltar suspiros que me excitaron y me detuve.

Ella me miró con ojos de enamorada y le besé en los labios. -Cierra los ojos pequeña- dije y ella obedeció.

No durmió, lo sabía, lo sentía, sólo estaba allí tratando de escuchar mi corazón, con sus dedos apretando mi camisa blanca de olanes y cordones y su hermosa sonrisa.

Llegamos hasta la mansión, el mayordomo agachó la cabeza a nuestro paso, apenado temiendo a su amo, pero yo estaba sereno, la sangre de Alexês y el saber que se hallaba conmigo era suficiente para mí.

-Preparen el gran baño- ordené, y dispongan toallas y un vestido para mi amada-.

Alexês tenía los brazos y las manos sucias, la falda igual y al caerse, su dorado cabello había tocado la tierra negra del bosque. De ninguna manera iba a permitir que mi amada luciera de una forma tan deplorable, no cuando ella perteneció a la clase alta, y ahora seguía siendo una noble.

El baño estaba listo y ambos entramos, la servidumbre nos dejó solos y las puertas fueron selladas por mí, desde dentro, deje a Alexês en un banco y desnudo entré a la bañera, que parecía un jacuzzi.

-Amor mío... líberate de esas ropas y entra al agua conmigo, ven a mis brazos, entregate a mi que yo me entregaré a ti- dije con persuación.

por **Alexês Nyíri** Dom Oct 21, 2012 7:12 pm

Por unos instantes el vampiro se rehusó a tomarme, mas yo seguí allí, esperando a que decidiera y lo hizo.

La sensación de sus colmillos atrevezar mi piel, la sangre emanar por aquella acción y la succión, cegaron mis pensamientos, era como si nadara en una alberca de placer.

Y terminó, el vampiro dejó de beber eso no me gustaba nada pero ya había comprendido que debía aprender a doblegar ese capricho de que siguiera bebiendo pese a significar mi muerte.

Me sugirió cerrar los ojos y lo hice, me recargué en su pecho una vez que me cargó como si de mi padre se tratase. Sus brazos delgados pero fuertes, tantos como si fueran de piedra me llevaban y sentí un calor, supe que no era provocado por su fría piel, algo me lo proyectaba, -será algún poder sobrenatural del vampiro?- pensaba y me aferraba a su camisa.

Fue como si cayera en un trance, y cuando reaccioné a el, estabamos en un cuarto con un jacuzzi, el vapor humedeció mi piel y el calor hizo presencia.

-Amor mío... líberate de esas ropas y entra al agua conmigo, ven a mis brazos, entregate a mi que yo me entregaré a ti- dijo como ordenandome y yo no me negué, hice cuanto el me dijo, me desnudé olvidando el pudor y caminé hasta el jacuzzi; el agua estaba a una temperatura a punto, rica y llegué hasta el vampiro.

Él me abrazó y sentí su calor, lo miraba directamente a los ojos enamorada de él y su mirada me excitaba, rodeó mi cuerpo con sus brazos semejantes a la piedra, lisos y lampiños, abrazándome, acercándome más a él y me besó en la boca, le regresé el beso y me hizo estremecer tocando mi cuerpo, rozándolo con sus yemas y yo continuaba besándolo, -continúa- pensaba y llegaba a gemir cuando tocaba mis puntos de placer.

-Amor mío... bebe de mí -dije, y cambiamos de postura, yo sobre de él. Le acerqué el cuello pero no lo hacía así que besé yo su duro cuello y regresaba a su boca. -Te amo- le decía pero añoraba que bebiera de mí.

por **Arleken Lundberg** Miér Oct 24, 2012 5:05 pm

Alexês tenía ansias de que bebiera de ella y no era porque lo supiera usando mi manipulación de la memoria no, sus ojos me lo decían, su piel cuando se estremecía.

Acaricié su cabello mientras ella besaba mi cuello, mi amante, mi niña; y la dejaba actuar y ella continuaba ofreciéndome el cuello, pero esta vez no me lo decía y cuando comprendía que no quería regresaba a besarme.

Volvimos a cambiar de postura, yo quería hacerle conocer todos los placeres y evoqué un recuerdo con mi creadora, tomé el cuerpo de Alexês y fui besando su cuello y descendí a sus pechos y el mordí el derecho, succionando un poco de sangre, ella gimió y llevó sus manos a mi cabello casi estrujándolo y deje de beber, continué descendiendo y luego mordí su muñeca derecha y se volvió a estremecer.

Me reincorporé y busqué sus labios, me los ofreció y la besé, bajé mi mano hasta sus partes intimas y le acaricie con sutiliza volvió a estremecerse pero no le permití alejarse de mi boca, con mi mano libre la sujete de la nuca para que sus gemidos se mantuvieran ocultos en mi boca y fueran tragados por mi garganta.

Cuando abandoné esa zona dejé sus labios y riendo se me arrojó besándome por todas partes.

-Ven Alexês, te daré de mi sangre- dije y ella me miró como hipnotizada, indague en su mente y descubrí que nunca pensó que eso podría suceder, ella atendió a mi llamado y la tomé en brazos, luego me mordí la muñeca derecha y dejé que cayeran unas gotas de mi sangre en su boca. Sólo unas...

por **Alexês Nyíri** Jue Oct 25, 2012 1:36 pm

El vampiro movía sus manos por todas las partes de mi cuerpo, me estremecía, gemía y deseaba que aquel momento no terminara fue entonces cuando él, después de alejar sus manos de mi cuerpo me hizo una proposición que nunca llegué a imaginarme.

-Ven Alexês, te daré de mi sangre- estusiasmada me acerqué, dejé que sus brazos como la piedra me abrazarán y como si de un hechizo se tratara alcé mi rostro a él y abrí la boca, el vampiro se hirió la muñeca y sangre emanó, un par de gotas que cayeron en mi lengua.

Mi paladar se extació y yo me estremecí en un ataque que no pude controlar, aquella sangre se infiltraba en mi lengua y llegaba a mi garganta como si se tratase de un gran vaso de agua.

El vampiro sosegó mi cuerpo y me besó, volvió la tranquilidad y lo volvió hacer, sus gotas de sangre cayeron una vez más a mi lengua, esta vez se perdió el sabor de la sangre y mis sentidos gustativos se desbocaron, se confundieron y me pareció ser la bebida más deliciosa que llegué a probar en mi corta vida, como si se tratase de mi última bebida me abalancé a su muñeca para continuar bebiendo, no quería que fueran sólo gotas.

Mas el vampiro no lo permitió y alejó su muñeca de mi alcance, apartándome a mí también y para que no hiciese nada más clavo sus colmillos en mi piel abosorbiendo con avidez mi sangre, el placer nuevamente posesionó mi cuerpo y quedé inconsciente.

por **Arleken Lundberg** Jue Nov 08, 2012 12:33 pm

La idea de dar mi sangre no pareció ser buena idea después de ver como Alexês se lanzaba a mi muñeca. -¿Pero acaso eso no lo hice yo cuando viviendo con la vampiro que me convirtió, me daba su sangre siendo yo mortal?-

Sólo encontré una manera de tranquilizarla, cogí su cuello y clavé mis colmillos, comencé a beber sin control, como un iniciado, tenía que aturdirla; el color de su piel fue totalmente absorbido y entonces, sólo entonces dejé de beber.

Era de noche, saqué el desnudo cuerpo de Alexês y lo llevé a mi habitación, su habitación. Y allí me quedé, viéndola dormir.

Y justo como el día anterior, mi asistente me informó del cercano amanecer. Besé la frente de mi amante y abandoné la habitación.

-Asegúrate de dejarla dormir hasta el atardecer, no se atrevan a despertarla o se las verán conmigo- amenacé a mi asistente y con semblante irritado fui a mi habitación alterna. Para caer en un profundo descanso.

por **Alexês Nyíri** Dom Nov 25, 2012 4:55 pm

Lo último que recordaba luego de despertar en la oscuridad de aquella habitación, de largas cortinas y sedosas sabanas rojas, era, los colmillos del vampiro sobre mi cuello.

De beber su sangre a quedar inconsciente en un lapso tan corto que no tuve tiempo para decir algo.

Me sentía débil y me costó trabajo sentarme en la cama, mi piel lucía un blanco anormal, casi transparente y la respiración era muy aparatosa.

-Anthony- exclamé en un burdo intento de que el mayordomo me escuchase. El cansancio me volvió a cubrir como un manto calido y me volví a quedar dormida.

No sé cuanto tiempo dormí esta vez, sentí que fueron semanas, pero algo me había dicho que habían sido un par de horas. Cuando desperté allí estaba el vampiro, mirándome con sus ojos oscuros, brillantes, intimidantes. Se acercó y sentándose junto a mí me acarició el cabello, estaba tan débil que no lo rechacé, no podía hacerlo. Pero algo me decía que él si sentía esa incomodidad mía, de que si tuviera fueras le diría:

-Apartate, no te me acerqués-

Sin avisarme me tomó y cargandome me llevó hasta el comedor, la comida estaba puesta en la mesa y me invitó a comer.

Como pude fui comiendo, en un principio con languides pero conforme las fuerzas me regresaban, con prisa. Noté que el color de mi piel regresó y cuando terminé el vampiro dijo.

-Te vestirás y nos irémos-

Yo asentí resignada y me marché a mi habitación.

por **Arleken Lundberg** Vie Nov 30, 2012 3:09 pm

Desperté, las ilusiones de ver a mi amada niña me hicieron ir de inmediato a su habitación. Estaba débil, peor sus ojos azules me miraban con odio. Me fui acercando hasta llegar a su cama y me senté. Comencé a acariciar su cabello, percibí su descontento, pero ella no podía hacer nada al respecto. Absolutamente nada con esa debilidad.

La tomé en brazos y le besé la frente, luego la llevé hasta el comedor, ya estaba todo servido y comenzó a comer hasta que estaba completamente satisfecha, el color le había regresado a la piel y antes a algo más me puse de pie.

-Te vestirás y nos iremos- le ordené, ella asintió y me retiré a tomar un baño.

La hice esperar media hora y cuando salí llevaba puesto un hermoso vestido rosa, con líneas en blanco. Ella me miró cual ángel, me sentí enamorado, me agaché a ella y le besé en los labios. Entonces la tomé y la cargué nuevamente.

Salimos de prisa y le dije en un susurro -Sujetate bien-, ella no desobedeció. Arleken comenzó a correr usando uso de su velocidad hasta lo más alto de la montaña. Cuando llegaron hasta arriba, Arleken bajó a Alexês y le acarició los dorados cabellos. -Todo cuando ves es tuyo, mi amor-.

La niña me miró con ternura, dedicándome una sonrisa. Yo se la devolví y me abalancé sobre su cuello una vez más. Se quedó aturdida y en mis brazos fue conducida nuevamente a su habitación.

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