De clase alta a cortesana [Privado +18] *Flashback*

por **Alexês Nyíri** Lun Sep 17, 2012 9:00 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Ya caía la noche, el virus se había expandido hasta nuestras plantaciones, campos y ganados, aunque el virus sólo afectaba a los humanos cabe aclarar.

En nuestra casa ya se respiraba el pánico, dos sirvientas habían sido encontradas sin sangre, aquella epidemia estaba en la casa. Con el terror en nosotras, mi única hermana y yo nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones. Grave error.

Yo aunque tenía 15 años ya no pude soportar ese terror así que me dirigí a la habitación de mi madre, las puertas estaban entre abiertas y entonces lo vi... Aquel virus tenía nombre y un estado físico... era lo que nuestros trabajadores sureños llamaban vampiros. tenía unos ojos azules brillantes, que centellaban como incandecentes, pálido, con una piel como si de mármol se tratase, sujetaba el cuerpo de mí dormida madre y sus sangrientos colmillos estaban en su cuello, succionando la espesa sangre de mi mamá.

Mi madre moría, la persona más importante en mi vida, aquella que crió a mi hermana y a mí sin una figura paterna. Ese ser la mataba y yo estaba paralizada, no podía moverme como si algo me tuviera atada, me era imposible articular palabras, estaba en shock. Pronto, el vampiro terminó, lamió los orificios provocados por los colmillos, y las heridas desaparecieron, como si nunca se hubieran hecho, mas mi madre yacía muerta, no solamente sin sangre, sino, sin alma, estaba como lo hubo estado el vampiro, pálida y éste con un color caucásico, lleno de vida.

Tan pronto como puede reaccionar, me dispuse por inercia a gritar de horror pero el vampiro desapareció y reapareció frente a mí, puso su fría mano sobre mi boca y se acercó a mí, yo temía sufrir la suerte de mi madre pero a la vez lo quería, no quería vivir sin ella. Mas el vampiro me susurro. —¡Niña que mucho has perdido, y más perderás escondete y no salgas!— dijo y caminando se propuso salir, yo no lo iba a permitir así que me arrojé hacía el golpeandolo con coraje mientras lloraba y con sollozos lo maldecía, el vampiro se detuvo y de un golpe me mandó a volar, cayendo en un rincón, después, el vampiro desapareció.
Me puse en pie y corrí al pasillo, pero me detuve frente al ventanal, afuera se había iniciado un incendio, me acerqué más y pude ver una batalla entre vampiros y extrañas criaturas que parecían lobos pero con forma humanoide así como animales que había visto sólo en pinturas o en el circo; leones, leopardos, tigres...
Horrorizada corrí hacía la salida de atrás, lejos de la batalla, salí a campo abierto y corrí tan a prisa como mís pies me lo permitían; fue cuando vi a esa extraña criatura parecida a un lobo siguiendome y antes de que me alcanzara, un vampiro se interpuso encestandole varios golpes, la bestia cayó y para mi sorpresa se convirtió en un hombre, grité y el vampiro me miró irritado, después de eso, no recuerdo nada fue como si me hubiera dormido.

por **Alexês Nyíri** Lun Dic 03, 2012 5:45 pm

Habían pasado ya tres años desde que el vampiro me había llevado con él. De cuando él me había enseñado el reino de Escocia.

Nada parecía cambiar, seguía bebiendo de mi sangre y yo añoraba la suya. Tenía 18 años, ya era un amujer en plenitud y deseaba más que nada en el mundo estar junto a él por siempre, ser una bebedora de sangre como él se hacía llamar mi amado Arleken Lundberg.

Una día me desperté, me adapté a su horario, eran las seis y esperaba a mi amado en el comedor. Arleken siempre se despertaba a la seis y media, al menos ahora que ya compartía el mismo tiempo que él.

Bajó bien vestido alrededor de las siete, toda la servidumbre me trataba más que bien, como si fuera realmente la señora de la casa, aunque la realidad era que era la amante del vampiro, del amo.

Comí para estar fuerte para él, para que tomara de mi sangre. Él siempre me miraba comer, le divertía y amí que me mirara. Había descubierto sus poderes o más bien él me los había no sólo dicho, sino tambiém mostrado. Y yo los aceptaba, pese a que muchas veces su manipulación de la memoria había sido un gran influyente a la hora en la que siendo una niña tomara tan descabelladas ideas.

Nos dirigimos a la bañera a eso de las nueve, habíamos leído algo juntos y cuando nos anunciaron que la bañera estaba lista, que el cuarto estaba preparado entramos a éste y luego al agua caliente.

Nuestros cuerpos desnudos se hicieron uno con el agua, yo fui la que se tuvo que adaptar al agua por supuesto.

por **Arleken Lundberg** Miér Ene 02, 2013 7:09 pm

Ya había dejado de ser una niña, su cuerpo estaba finalmente moldeado y en mí comenzaba la intriga en convertirla en mi compañera por la eternidad o no. Ese dilema me hace recordar mi pasado, a mi maestra Keyla y al rencor que le tengo por hacerme lo que me hizo. Es cierto que Alexês siente por mí amor, o al menos eso me dice mi corazón, ¿pero continuará ese amor cuando deje de vivir, cuándo tenga que matar para sobrevivir?, eso era algo que yo no superé del todo.

Marchamos a la bañera después de estar juntos leyendo, ella ya se había adaptado a mi horas de sueño y ansiosa esperaba como yo el momento del agua caliente, en el que nuestros cuerpos desnudos se rozaban.

La atraje a mi cuerpo y la besé, en su boca, en su cuello y en los pechos, los mordí derramando unas cuantas gotas de sangre y ella se tensó de placer y llevó sus manos a mi cabeza. Busqué su vagina, ese miembro que había estado virgen cuando era una niña y que sería mio en tampoco tiempo.

Ella buscó también mi estimulación para que pudiera de tal forma unirme en ella en la copula. Mientras ella masajeaba y jugaba con mi miembro, yo bebía de ella y después de un juego nos unimos al fin, tan esperado encuentro en ambos. La escuchaba gemir y eso me excitaba, y cuando bebía sus gemidos se intensificaban.

Terminó después de un largo tiempo, la debilidad provocada por la falta de sangre hicieron que el momento concluyera y finalmente me decidí. No la volvería como yo, ya la había hecho sufrir suficiente. Nunca más me volvería a ver y yo nunca más la volvería a ver, no intervendría en su futuro.

Viajamos a París, ella parecía dormir, tan bella, tan linda. Entré en un burdel con ella en brazos y pedí a la madamas un lugar a donde ponerla, la vendí como mi esclava y me marché. Mi bella Alexês como cortesana.

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