Leopold Markov — ID

I am drowning, my dear, in seas of fire.

Melancólico, eso es lo que destaca más de alguien como él. Taciturno y pensativo, el autodesprecio suele ser la motivación de muchas de sus acciones. Constantemente está buscando aprobación ajena, y eso lo ha llevado lejos en el abismo en el que se encuentra. Pero sólo así ha logrado acariciar la felicidad y la calma, ¿en realidad es tan terrible lo que ha tenido que hacer en esa búsqueda tan arraigadamente humana? Sabe de sus defectos, y le avergüenzan, pero tampoco tiene la fuerza de voluntad como para para tratar de romper el ciclo de daño.

Inseguro, es alguien que no ve las virtudes que tiene, y prefiere enfocarse en lo malo, eso es algo que siempre lo ha caracterizado, su pesimismo. Prefiere estar solo, pero busca desesperadamente la compañía de aquellos que, él cree, pueden sanar sus heridas, por lo que termina arrastrándose, sin ver las heridas que solo se provoca.

Tiene una naturaleza genuinamente noble, opacada por la autocompasión que lo acompaña, lo que lo vuelve oscuro y silencioso. Jamás va a iniciar él una conversación, o a acercarse si quiera, jamás te va a dejar saber lo necesitado que está en realidad de tener un oído dispuesto para que lo escuche. Y ama, ama con una intensidad tal, que termina por sólo destruirse a sí mismo.

Entonces siempre termina a orillas de la misma playa, del mismo dolor, y del mismo amante que puede hacer con él lo que le plazca, porque cree que sólo ahí es y puede ser feliz, cuando él le sonríe, cuando él le dice cosas hermosas y terribles al oído. Está a su merced, y lo acepta. Una vida distinta ni siquiera cabe en su cabeza.

The tulips are too red in the first place,
they hurt me.
Their redness talks to my wound, it corresponds.

Nació como hijo menor del teniente coronel del ejército inglés, George Bonham y su esposa Francesca Tornhill, miemro también de la aristocracia británica. Eran una de esas parejas perfectas a ojos de la sociedad, con tres hermosos hijos: Georgette, Annalise y Leopold, quien era la gran esperanza de su padre, ¡el varón de la casa! Fue una desgracia que mostrara tan poco interés en actividades como la caza y la guerra, aunque cabalgar siempre se le dio bien, actividad que no pudo realizar tanto como quiso a causa de ser un chiquillo enfermizo. Al contrario, su hermana mayor, Georgette fue la más parecida a su padre, con quien compartía nombre, y poco a poco el niño fue quedando relegado, haciéndose compañía solamente de su hermana Anna.

Si bien jamás le faltó cariño, ni cuidados, conforme fue creciendo, fue sintiendo que decepcionó a su padre, y aunque buscó con ahínco su aprobación, supo que era tarde, mas aún, sus constantes afecciones lo tumbaban en la cama demasiado seguido. De ese modo, la lectura, la escritura y las ciencias se volvieron sus compañeros.

Su última oportunidad de arreglar las cosas con su padre, mismas que él veía de manera desproporcionadamente grande, cuando no eran tan graves, vino en la adolescencia, cuando George le propuso unirse a una academia militar, y con suerte, que siguiera sus planes. Ocultaron su infancia llena de enfermedades y así llegó a Londres, a un internado masculino.

Le fue sumamente difícil adaptarse, aunque académicamente destacó rápido, al menos en la teoría, las actividades físicas siempre se le complicaron, pero se esforzaba. Conoció a Randall Williams, un chico muy hábil en lo físico, pero que tampoco se adaptaba por no provenir de la clase alta. Trabó amistad con él, y fue Randall quien lo ayudó a mejorar en las actividades al aire libre. Su amistad era cercana, y Leo, que escribía constantemente a Anna, le confesó de manera genuinamente inocente, que se estaba enamorando de su amigo. Su hermana no lo juzgó, sólo le dijo que tuviera cuidado.

Pero entonces conoció a Beatrix Dion en una de sus escapadas a la ciudad. Una joven vendedora de flores con la que congenió bien, y de la que también comenzó a sentirse atraído. Se confundió, su seguridad, de por sí no muy buena, mermó, y se bloqueó para siempre en el plano amoroso y sexual. Más tarde entendería que ambos sexos le atraían, pero ya no importó.

Su amistad con Randall continuó, y sí, llevó a la cama a Beatrix, pero nada más, un día que la buscó, ella ya no estaba vendiendo flores en el mismo lugar de siempre. Todo ese tiempo, sólo Anna se enteró de cada pormenor en la vida de su hermano. Georgette, por lo que sabía, ocuparía el lugar que le correspondía a él como mano derecha de su padre. Era arriesgado, pues se trataba de una mujer, pero sabía que era una mujer muy capaz.

Se graduó con honores y continuó una carrera militar, integrándose al ejército inglés para cuando su padre se jubiló. Ascendió rápido, pero la gente solía decir que había sido por influencia de George, y eso no ayudó en nada a Leo a sentirse mejor consigo mismo.

Fue separado de Randall en un par de ocasiones, pero siempre lograban volverse a encontrar. No obstante, su amigo fue enviado a la India a un campamento militar, y durante la batalla de Mysore, para integrar el territorio por completo al imperio, Randall fue muerto. Leopold se enteró de esta noticia estando a salvo en Escocia, y se culpó por no haber estado ahí, peleando como el militar que era.

Heartbreak is a crown,
I wear it well.

La muerte de Randall lo deprimió enormemente, y por eso, con cierta resignación, aceptó los designios familiares de comprometerlo. Vio a su prometida, de nombre Lourdes Hurt,  hija de un noble menor y menor que él unos cinco años, unas tres veces, por mucho, antes de partir a un campamento militar en los Pirineos españoles. A su regreso, se casarían. En una de las pocas veces que pudo hablar con ella, le dijo que lamentaba que la hubieran comprometido con alguien como él, poco atractivo y bastante inseguro, pero que prometía respetarla. De ese modo partió... pero ya jamás regresó.

La vida en el campamento fue dura, el clima no ayudaba, pero se las apañó, aunque aún trastocado por la muerte de Randall, se alienó de sus compañeros, a los que pareció no importarles, les hacía un favor de hecho al evitarles lidiar con él.

Fue en una taberna del pueblo, en la que él, a su modo extraño, estaba coqueteando con un sujeto, que lo conoció. No era ese con el que se estaba mirando, era alguien más que lo observó desde la distancia: Yago Markov, un hombre tan impresionante que dejó aturdido a Leopold.

Se vieron varias veces, charlaron y Leo se sintió abrumado de todos los conocimientos de extraño, se sintió atraído casi al instante y al parecer, era correspondido. Por eso la siguiente sucesión de hechos pasaron rápido y sin mayores complicaciones.

I will always love you,
even with your hands around my throat
or especially then.

Leopold no recuerda con exactitud si Yago le dijo que era vampiro antes o después de enredarse con él, pero no importó en ninguno de los casos. Y cuando la posibilidad de convertirse en su esclavo de sangre se hizo presente, no lo dudó ni un instante. Yago es el único que lo hace sentir querido, apreciado y valioso, no importa lo que el vampiro haga, él siempre lo va a recibir en sus brazos, siempre lo va a amar. Porque lo ama con la intensidad que sólo un esclavo de sangre puede amar al vampiro que lo alimenta, de modo destructivo, impresionante y atroz.



→ Viaja con Yago a donde el vampiro diga. Se hacen pasar por primos ante la sociedad. Llevan unos diez años juntos.
→ No sabe nada de su familia, desapareció del campamento de los Pirineos sin dejar rastro. Los extraña, a todos a pesar de las vicisitudes, pero tiene la necesidad de contactarse con Anna, por sobre todas las cosas.
→ Al dejar la milicia, estuvo un tiempo sin rumbo, hasta que, ayudado de la fortuna de Yago, se dedicó a ser mecenas de artistas y a hacer muchas obras de caridad. De ese modo se siente menos abyecto.
→ Muchas cosas inherentes a él le dan vergüenza o culpa, extrañamente estar con Yago y ser su esclavo, no es una de ellas.