Finalmente se llego (privado)

Había transcurrido apenas una semana desde que abandonamos con premura esas tierras italianas donde surgió nuestro idílico amor, y emprendimos el viaje de regreso hasta mi ciudad natal que cambiaría nuestras vidas para siempre. Sentimientos encontrados agolpaban mi pecho durante toda la travesía de vuelta a casa puesto que, a pesar de haber encontrado al amor de mi vida donde menos hubiese imaginado, no había conseguido avanzar en la investigación sobre la desaparición de mi padre que me llevó hasta Milán. Aunque tras conocer a aquel ser que decía haberse entrevistado con él semanas antes a que las autoridades lo diesen por muerto, me temía lo peor.

Cada noche me escabullía de mi camarote privado en el tren que atravesaría media Europa con nosotros a bordo, para dirigirme hasta el vagón donde se encontraban las pertenencias de los viajeros que por su voluminosidad no podían permanecer en los camarotes; asegurándome que mi amado continuaba a salvo en su escondite particular sin ser molestado. No era muy común que un ataúd fuese saqueado durante un viaje, pero corrían tiempos difíciles donde no solo la Inquisición parecía estar al acecho en cada esquina, sino que otros inmortales nos perseguían por ese acto de amor que llevo a Winston a matar a su Sire por mí.

Me resultó muy doloroso fingir ante multitud de familiares y amigos que el cuerpo inerte de mi padre viajaba en esa caja de roble conmigo, y que debido a su deterioro no podía ser abierto. En unos días se celebraría un triste funeral donde enterraría una caja vacía, y presentaría en sociedad al que había anunciado como mi prometido.

- En tres días todo tiene que estar dispuesto para el entierro de mi padre y la llegada de mi prometido.- ordené al ama de llaves que había mantenido la casa en óptimas condiciones durante mi ausencia.- Contrate durante este tiempo a más personal si es necesario. Después del funeral, recuerde que los hábitos de la mansión deben de cambiar debido a la enfermedad que padece mi prometido y que le causa graves heridas en la piel a causa de la luz solar. Por eso quiero que durante esos tres días se añadan nuevas  cortinas de la mansión que impidan el paso de la luz natural durante el día.- concluí mientras Melisa me seguía por el salón donde nos encontrábamos, deteniéndome frente a la chimenea.

Observé el crepitar del fuego, ensimismada en mis pensamientos. Sabía que tarde o temprano tendría que retomar mi vida en la ciudad, y fingir que seguía siendo esa joven e inocente estudiante que por desgracia había perdido a su padre.- En un mes anunciaremos el compromiso que mi padre se encargó de organizar antes de su muerte. Encárguese de todo, por favor.- apunté con hilo de voz, que denotaba que la conversación había terminado y que las órdenes estaban dictadas. Melisa había estado con nosotros desde siempre, de modo que no serían necesarias más indicaciones de como debía estar todo dispuesto cuando teoricamente llegase Winston, aunque en realidad ya se encontrase en la casa.

Esperé a que los pasos de la ama de llaves desapareciesen por el largo pasillo que llevaba a la cocina, para encaminarme a toda prisa hasta el sótano donde se encontraba el ataúd en el que descansaba mi amado y donde todo el mundo pensaba que se encontraban los restos de mi difunto padre. Corrí impaciente la distancia que me separaba del hombre que se había convertido en la razón de mi existir para abrazarlo con fuerza antes de regalarle un suave beso en los labios.- Bienvenue à Paris, mon amour.- susurré esbozando una cálida sonrisa, mientras observaba encandilada los bellos rasgos de mi amado.

El inmortal finalmente se sentía algo mas libre, aunque estaba confinado a aquel sótano hasta que su amada pudiera preparar todo para que el fuera visto con ella en la mansión, no era posible que se moviera con total libertad y eso lo molestaba un poco aunque junto en su cajón un par de libros para entretenerse, aunque estaba tan contento cuando finalmente escucho el aroma y luego los pasos de su querida que no demoro en bajar y apegarse a el este correspondió sus atenciones acariciando su cintura y pegando esta sobre su cuerpo y pego su frente con la de ella para luego unir sus labios en un prolongado beso que a ambos los conecto y se esmeraron en buscar profundizarlo de ambas partes, el adoraba la calidez de su cuerpo que le hacia sentirse mas vivo y mas cerca de lo que el en algún momento llego a ser antes de ser convertido en un muerto vivo.

-Grazie mía amada, aunque no puedo esperar el día en que pueda caminar a tu lado y tomarte frente a todos como mi amada mujer.

Dijo volviendo a pegar su frente con la de ella mientras sus yemas con cuidado acariciaban su mejilla suavemente, sintiendo el calor que su agradable y atractiva piel le permitía sentir a el que era frió como un cubo de hielo el calor y el corazón de ella palpitando de forma constante acelerándose al estar junto con el lo enloquecían y hacían que cada día la amara mas y deseara pasar todo el tiempo que pudiera junto a ella incluso deseaba inmortalizarla aunque no tuviera el coraje para decírselo luego de todo lo que habían pasado y como de forma engañosa su sire le había vuelta una esclava, una mujer adicta a la sangre de vampiros.

Cada centímetro de mi cálida y sedosa piel se erizaba al sentir el tacto de mi amado, que probablemente había anhelado tanto como yo ese reencuentro íntimo después de varias semanas de viaje. Me dejé llevar por ese apasionado beso en el que me demostraba cuanto me amaba, y lo mucho que me había echado de menos; más teníamos que ser conscientes de que los problemas que nos perseguían no estaban del todo resueltos, y que todavía nos quedaba a ambos un largo y tortuoso camino que recorrer para poder vivir una vida tranquila.

A pesar de no haberlo compartido con él todavía, durante nuestro viaje desde tierras italianas hasta París, había ido cavilando un complicado plan para librarnos de la amenaza que probablemente terminaría dando con nosotros, tambaleando nuestra identidad y la posibilidad de ser felices. Pero antes de confesarle mi enrevesado plan, necesitaba hablar con varios conocidos de mi padre que esperaba que no pusiesen inconveniente en armar una pequeña partida de caza con la que tener vigilados durante la noche los bosques que lindaban con la ciudad, así como caminos principales  y secundarios. Quería dar caza a esos vampiros que venían tras mi amado antes de que diesen con él, y que mejor forma que convencer a un grupo de Inquisidores que mi padre había muerto a mano de un grupo de inmortales cuyo fin era terminar con la vida de la única testigo de su existencia, es decir, yo. Pero esto podría esperar, al menos unos días.

-También yo cuento las horas hasta que eso suceda, cuando nuestros caminos se unan para siempre en uno solo; pero no debes preocuparte. Tengo casi todo ya organizado, y por fortuna no deberás permanecer oculto mucho más tiempo.- susurré deslizando mis labios por su cuello con suavidad, juntando nuestros cuerpos al tiempo que acariciaba su espalda a la altura de la cintura.- Te mostraré donde está la bodega, donde tendrás más espacio para moverte y podremos instalar allí tus cosas y un pequeño dormitorio en el caso de que la situación se complique. Además, necesitamos el ataúd  para el velatorio por el alma de mi padre que comenzará esta noche.

Miré de reojo la caja fúnebre en la que mi amado había viajado durante todo el trayecto, suspirando con cierta melancolía al pensar que lo más probable es que jamás encontrase a mi padre, ni supiese a ciencia cierta qué era lo que le había sucedido.- Sería buena idea que colocásemos un cuerpo irreconocible ahí dentro, por si alguno de mis familiares decide abrirlo o quieren comprobar si  hay algo dentro. ¿Qué opinas?- pregunté deslizando la mano que acariciaba su espalda por el interior de su camisa, rozando con la yema de mis dedos su fría piel. Nuestras miradas se cruzaron con complicidad; y es que no me era necesario pronunciar con palabras lo mucho que lo deseaba.

El vampiro disfruto del tacto femenino que se extendía sobre su fría piel al igual que este recorre su rostro pudiendo sentir como desprendía ese aroma tan delicioso y dulce que le había vuelto mas que adicto a su sangre, este suavemente y de forma lenta como si tuviera todo el tiempo del mundo, el cual realmente tenia recorrió sus labios y prosiguió besando estos de forma lenta y suave para luego rodearla nuevamente por la cintura sonriendo levemente pregunto a la joven.

-Un cuerpo irreconocible me haré cargo de conseguirlo, ya me servirá para conocer el lugar, tiene que tener algo en especial, quemado mutilado algo que te ayude con tu historia??

Dijo mientras observaba el lugar que la joven había mencionado que seria su hogar por algún tiempo hasta que todo el tema del padre de ella se calmara y todo quedara en paz y algo de tranquilidad para ambos, quizás solamente así el podría dejarse ver con ella sin correr riesgos a crear sospechas.

Se separo unos instantes de ella caminando hasta el punto donde seria su lugar de descanso observando la decoración el lugar, era una mente artística así que estaba pensando en como mejorar aquello, en cuestión de instante realizo unos cambios que para la joven seguramente parecieron a increíble velocidad y luego se giro y la miro.

-Ahora solo falta una cosa, el toque femenino de mi musa

Dijo sonriendo amplia mente dejando ver sus colmillos, sin la necesidad de tener que ocultarlo como siempre debía hacer y guiñándole el ojo izquierdo.