Devlet-Şâh

Nombre & Apellido

Devlet-Sâh

Edad | Conversión

69 años reales, 35 aparentes y fue convertida a los 6 años

Especie

Licántropo

Clase Social

Clase Alta

Orientación Sexual

Bisexual

Lugar de Origen

Imperio Otomano, Estambul

Poderes

→ Fortaleza: Capacidad de resistencia extrema al dolor físico.
→ Aullido: Habilidad para aturdir y dejar paralizado, por algunos instantes, a sus enemigos por medio de un aullido ensordecedor. En ese momento, el sonido golpea fuertemente el oído del enemigo y en ocasiones puede llegar a destrozarle los tímpanos o incluso causarle algunas lesiones cerebrales. El aullido también sirve para llamar otros de su misma raza.

Muchos dicen que las personas no pueden cambiar, que lo que hacen es mostrar su verdadera personalidad tras un tiempo prudente pero Devlet-Şâh no está de acuerdo con esa teoría. Antes de convertirse en licántropo, y sobre todo antes de alcanzar la pubertad con esa condición, su personalidad era diferente. Se comportaba como se suponía que debía hacerlo una muchacha de su edad en una corte tan importante como la del Imperio y también cuidaba de su hermano pequeño con la misma devoción con la que su padre la mimaba. Su vida probablemente habría sido otra de no haberse convertido en lo que es y cada día que se levanta da las gracias por ello. No es una mujer ordinaria, no lo ha sido desde su nacimiento y actualmente opina que la maldición es lo mejor que le ha pasado en la vida.

Es muy cínica con todo aquel que la rodea menos con su hermano. Si algo no ha cambiado a lo largo de los años es el amor que le procesa a aquel muchacho que sobrepasa los límites de la hermandad rozando casi los maternales. No ha habido otra mujer más maternal para él y eso lo tiene presente cada día. Lejos de verlo como una debilidad, lo ve como una fortaleza porque si llega a perderlo alguna vez a manos de otro ser humano es capaz de devorar el mundo con tal de encontrar al culpable y eso todos los que la rodean lo saben. En cierto modo, lo que está intentando encontrar es a otra persona con necesidades iguales para cuidarla a su manera, que puede ser un poco diferente a la manera habitual.

Asimismo, matar no le produce ya ningún pavor. La primera muerte sí que removió un poco sus tripas pero a partir de ahí todo fue como la seda. Ha llegado un momento en el cual se siente a gusto con ello e incluso se divierte jugando con sus víctimas antes de hacerlas picadillo pero dado que en Paris está sola prefiere mantener un perfil bajo de momento. Nada de muertes por su parte, aunque no descarta los juegos crueles si le hacen las mismas preguntas de siempre por su color de piel o por su vestimenta claramente oriental.

El sultán se había enamorado de una “don nadie” y todos los supieron en cuando le vieron arrodillado ante la cama de su amada, que yacía encima de un mar de sangre, después de haber dado a luz a dos preciosas gemelas. Aquella mujer, de tez oscura y orígenes poco claros, se había metido bajo su piel y había robado todos y cada uno de sus pensamientos para quedárselos para ella sola. Todos esperaban el gran momento de su muerte, todos, menos el hombre cuyas rodillas fatigabas intentaban aguantar mientras acariciaba su mano con una ternura infinita. La sultana madre deseaba volver a ser su centro pero cuando la muchacha dio su último aliento y una de las niñas que había traído al mundo empezó a llorar con todas sus fuerzas, entonces, y solo entonces,  el sultán le prestó atención a las criaturas. Su amada se había ido pero le había dejado en cambio dos niña parte de los dos, parte de su amor bizarro. Desgraciadamente los médicos le dijeron que la más pequeña no iba a sobrevivir a la noche, y se la llevaron junto al cadáver de su madre para ahorrarle más sufrimiento al sultán. A la otra, la mayor, la llamo Devlet-Şâh, como una de sus antepasadas. Ya que todos habían dudado de los orígenes de la madre, no quería que nadie dudara de su hija y así quedo escrito en sus memorias. Devlet-Şâh Hatur, hija de Zahra del Cairo, era tan hija suya como todos los hijos que iban a nacer del vientre de la sultana madre y de sus demás concubinas.

Fue ese rango Hatur, “lady”, el que le salvo la vida en muchas ocasiones puesto que su tez morena entre una corte de consejeros, con rasgos prácticamente europeos, era un problema. Su padre lo sabía por lo que cuando nació su primer hijo, legítimo heredero del trono, les junto en las mismas habitaciones muy a pesar de las protestas de su mujer. Devlet era la encargada de cuidar a su pequeño hermano y lo cuido hasta casi dar la vida por él, muy a pesar de las palizas de muerte que recibía a veces sin que su padre lo supiera.

Fue precisamente debido al descuido de la sultana y a su inquieto hermano que la muchacha medio egipcia acabo condenada de por vida a una edad muy prematura, a solo 6 años. Su madrastra un día, previo a la luna llena, irrumpió en los aposentos de los dos hijos del sultán y dijo que se llevaría a su hijo con ella hasta la noche. Sin dar más explicaciones, así lo hizo y a la noche cuando Devlet fue a buscar a su pequeño hermano para acostarlo no se lo encontró en la habitación. Al preguntar, la reina se desentendió en todos los aspectos y, temerosa a lo que pudiese decir su padre, Devlet salió a buscar a su hermano. Los jardines del palacio eran grandes y detrás de ellos poseían un espeso bosque en el cual aquella noche moraba una bestia febril y hambrienta. Así acabó la pobre muchacha encontrando a su hermano y salvándolo al coste de su propia vida. Fue mordida cruelmente y habría sido asesinada de no haber aparecido los guardias, pero el destino quiso que ella viviera y así fue. Tras veinte noches de intensa fiebre y caminos entre la inconsciencia y el mundo de los difuntos, Devlet despertó para encontrarse rodeada de su padre y la pequeña figura de su hermano, además de la sultana madre. Al parecer el acto heroico había ablandado su corazón y su padre se sentía muy orgulloso de ella por haber salvado a su único heredero legítimo, pero nadie supo que el coste había sido demasiado alto.

La primera luna llena que Devlet pasó fue una tortura y sus sucesivas lunas llenas no fueron mejores, pero gracias a Allah su padre estaba a su lado y cada luna llena la encerraba en las mazmorras sin que nadie lo supiese hasta que su hermano fue lo suficientemente mayor para hacerlo por él. Entre los dos guardaron el secreto de Devlet y la cuidaron hasta que por una desgracia del destino el Sultán falleció. Su hermano tenía tan solo dieciséis años cuando se hizo cargo del Imperio de su padre. Devlet estuvo al lado de su hermano en todo momento, cuidándole la espalda mientras él le cuidaba la suya una vez al mes. A cada paso Devlet se volvía más insensible, con tal de cuidar a su hermano todo valía pero en parte sabía que su comportamiento también se debía al lobo. Cada noche encerrada, sin poder correr, sin ser libre, la estaba volviendo loca poco a poco y su hermano lo notó con el tiempo. Habían estado juntos desde siempre y era imposible no ver que su hermana se estaba consumiendo poco a poco.

Para hacerla feliz lo intentó todo, hasta que llegó un momento que la tuvo que dejar machar. Eso fue lo más duro que hizo y eso le permitió a Devlet mezclarse con la gente normal hasta que se dio cuenta de que había mucha gente conspirando contra su hermano y entre ellos se hallaban dos de sus otros hermanos, hijos de una concubina de su padre. Su primer asesinato fue desde luego el más duro de todos, pero no dudo ni un segundo mientras rebanaba el cuello de la mujer que había parido a aquellos desgraciados. Ella había sido la instigadora para que alguno de sus hijos se quedara con el poder y murió del único modo que merecía morir, como un perro. Sus hermanastros fueron encarcelados de por vida y ella intento seguir con su vida, pero al parecer había cabreado a las personas menos adecuadas. Aquella ramera que había matado, tras la muerte del antiguo sultán, se había vuelto la amante de un ser poco racional, un vampiro neófito. La venganza de aquel piltrafa no fue nada comparado con otros momentos de su vida donde era poco más que un saco de boxeo para las concubinas de su padre y la madre de su hermano. Había pasado más vida de la que podía contar con aquella maldición y empezaba a ver los beneficios de ello. Lo venció en no más de cinco movimientos y luego lo encadeno a un muro y dejo que el sol saliese para verlo achicharrarse.

No creyó hasta el último momento de que se trataba de un vampiro y cuando solo quedo la ceniza de él sonrío de manera perversa mientras pasaba la mano entre los restos para asegurarse de que ya no sería un problema. Su carácter ya había dejado de ser lo que era y solo mostraba la dulzura cuando estaba junto a su hermano. Todos se dieron cuenta de ello y empezaron a temer a la hermana del Sultán que era una “bruja” dado que no envejecía de igual manera que los demás. Supo, tras escuchar esos rumores, que no le quedaba mucho tiempo más en la corte y cogió sus cosas para marcharse como debería haberlo hecho la primera vez. A cualquier lugar que iba le mandaba una carta a su hermano y le contaba lo que había encontrado. Le conto sobre todas las criaturas que conoció a lo largo de aquellas tierras y también le contó que más de una vez perdió el control de misma. A pesar de ello aquel hombre que ella había criado nunca la juzgo.
Su camino fue largo pero a Devlet-Şâh Hatur, hija del viejo Sultán y hermana amorosa, le dio tiempo a recrearse, tener unos cuantos hijos convertidos y otros tantos adoptados. La fortuna que tenía de su padre y las mensualidades de su hermano le permitían vivir como una reina mientras hacía de otros hombres lobo su familia. Así fue como llego a París, buscando más “familia”.

→ Sabe que tuvo una gemela pero que murió al nacer.
→ Tiene muchas cicatrices en la espalda y el torso de cuando la pegaban de pequeña sin que se enterara su padre. Esta llena de ellas y algunas son muy feas pero no duda en enseñarlas si es necesario. Por otro lado, tiene el mordisco del licántropo en su hombro izquierdo y no lo tapa cuando se ve con la ropa que lleva puesta.
→ A pesar de todo, Devlet es una mujer muy inteligente. Le encanta la lectura de manuscritos antiguos y sobretodo el estudio de las monedas. Es coleccionista y nadie lo sabe. Colecciona todo lo que tiene el suficiente valor histórico y la suficiente historia como para emocionarla.
→ Sabe hablar varias lenguas, entre ellas se cuenta el ruso, el árabe, el latín, francés gracias a sus tutores, e inglés.
→ Es bisexual aunque tampoco esta del todo segura. Realmente las personas le dan igual y solo ha llegado a disfrutar del sexo un par de veces con un licántropo que la ha intentado someter en la cama. Al parecer ceder el control le excita pero fuera de la cama es muy celosa con su control.
→ Está muy unida a su lobo, tanto que a veces habla con él entre luna y luna. Lo siente en su interior devorándola con ganas de salir y cada luna llena se alegra de dejarlo.
→ Fue con anterioridad a París pero fue una visita express y no se quedo lo suficiente como para encontrar lo que a ella le habría gustado. Por aquel entonces tenía otro lugar en mente y primaba por encima de esta magnifica ciudad, que fue realmente donde mordió y convirtió a uno de sus hijos.
→ Tiene un hijo que siempre va con ella, a todas partes, pero que tiene una historia de amor muy extraña para ella, pero mientras no la salpique la desgracia de los dos todo esta bien.
→ Su hermano es Selim III y su padre fue Mustafá III. Se parece mucho a su padre sobre todo en las fracciones de la cara aunque es más oscura de piel, como su madre.
→ Quiere como familia a Abraham y Sive