Maisie Mountbatten

Si se tuviera que definir a Maisie con cinco palabras, estas serían:

-Refinada: Es una mujer que le adjudica mucho valor a las primeras impresiones, a la educación y a la higiene. Así mismo, ella es el ejemplo perfecto de lo que espera de los demás.

-Astuta: Educada por los mejores profesores, no sólo es inteligente y tiene la memoria que requiere el leer y releer los apuntes y libros una y otra vez, sino que es suficientemente lista como para poner en práctica aquellas teorías que en su día se le enseñaron. Además, es curiosa, lo que le otorga puntos extras a la hora de las ciencias.

-Detallista: Es muy observadora y siempre se fija en los pequeños detalles. También es muy detallista con los demás en el sentido de preocuparse por ellos, recordar sus gustos y desagrados. Procurar que todos se sientan a gusto en su compañía es algo a lo que le da mucha importancia.

-Habladora: Le encanta charlar. Era líder en el grupo de debate en el colegio mayor al que asistió y adora las discusiones bien argumentadas. Los silencios suelen incomodarla y es por ello que en según qué convenciones sociales, se siente completamente fuera de lugar hasta que llega el momento de intercambiar opiniones y socializar.

-Familiar: Antepone la familia a cualquier otra cosa. Por aquellas personas a las que quiere haría cualquier cosa y está encantada de saber que es algo recíproco y que cuidan de ella tanto como lo haría ella de invertirse la situación.



Siendo hija del hermano del padre de Lena Windsor, actual reina de Inglaterra, porta el apellido Mountbatten y queda fuera de la linea sucesoria al trono. Aún así, su padre, Richard, siempre la ha tratado como si fuese una princesa, colmándola de atenciones y regalos. Su madre, Anne, antigua profesora, siempre le ha inculcado la importancia de estudiar para que nunca nada la encuentre desprevenida. Así pues, arropada en todo sentido posible por ese matrimonio, creció siendo una niña feliz y llena de curiosidad.

Se crió casi como si fuera una hermana más con las princesas por todo el tiempo que solían pasar juntas, pero siempre existió esa línea divisoria que dejaba bien claro que ella, no era realmente una más, y no precisamente por la familia, sino por aquellos con poder que se sentaban a una gran mesa a debatir el futuro del país. El consejo siempre fue y sigue siendo como un horrible monstruo en la cabeza de Maisie, pues se creen con el poder suficiente como para dictar cómo deben vivir todos, pero sin juzgar como ellos mismos llevan sus propias vidas.

Dentro de lo posible, ella siempre se mantuvo al margen de todo lo que tenía que ver con la corona, sólo inmiscuyéndose para dar apoyo a sus primas o ayudarlas en todo aquello que podía.

Jamás le importó lo estricto del protocolo, al contrario, se adaptó muy bien, excepto cuando la oblgiaban a mantener silencio por tiempos prolongados, pero aún y con esas, tuvo una juventud plena y con suficiente libertad como para evolucionar como persona. Hasta que llegó a sus oídos que el consejo había arreglado un matrimonio para ella y su prima, la reina, viviendo en carne propia lo que eso significaba, la instado a huir de Inglaterra y refugiarse en el norte con un buen amigo suyo que le debía un gran favor.

De ese modo, ha empacado cuatro cosas, subido al primer barco que salía del puerto e iniciado un viaje que no sabe muy bien lo que le depara. Si bien conoce al hombre que va a ocultarla del poder tentacular del consejo, hace muchos años que no ve a Höor Cannif y en el último recuerdo que tiene de él, ella lloraba a mares y él sonreía.



-A pesar de no tener derecho alguno al trono por ser hija del hermano del anterior rey, su padre siempre la ha llamado princesita.

-Siente un apego especial por su prima Lena, la actual reina.

-No soporta cuando hace mucho viento y se le enreda el pelo que tanto le gusta cuidar.

-Es alérgica al marisco.

-Le dan miedo los perros que ladran mucho.