Catherine Dahlia Mountbatten.

— Hechicería: Habilidad para hacer que cosas sucedan, ya sean a favor o en contra de alguna persona, por medio de conjuros, hierbas y pociones. Esto incluye altos conocimientos de herbolaria que les permiten hacer también curaciones.

— Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder les permite reconocer a licántropos y cambiantes cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida.

— Encandilamiento: Esta habilidad hace que cualquier persona se sienta atraída ya sea físicamente o de cualquier otra manera a la persona poseedora del poder.

— Creación de Ilusiones: Habilidad que le permite crear ilusiones a su alrededor; imitará texturas, sonidos, olores, etc., desconcertando así a su oponente y brindándole una excelente arma defensiva. El poseedor de este don será capaz de entrar a la mente de su adversario con sus ilusiones.

— Alteración de la apariencia: La habilidad de cambiar la forma física. Los cambios son sólo temporales, duran solamente unas horas (máximo), no son permanentes.

Aún posee la inocencia infantil de todo niño pero sin caer en la idiotez o la simpleza. Disfruta de las cosas más pequeñas que uno se pueda imaginar y no es en absoluto ostentosa a pesar de su posición en la jerarquía social.

El hecho de ser princesa de Inglaterra no ha hecho mella en ella en cuanto al trato con los demás, no diferencia entre clases sociales y, de hecho, suele pasarlo mejor con sirvientes y gente humilde que con quien debería, los miembros de las cortes.

Es impulsiva e impredecible, no atiende a las reglas que se la imponen y salvo que su propia hermana(stra) pida lo contrario tiende a escapar de fiestas en palacios y grandes salones.

Gracias a su magia ha aprendido a cuidarse cuando está fuera de los muros de los palacios que poseen, disfruta con los poderes y los usa a menudo por lo que cada vez tiene más control y poder sobre ellos.

Respecto al amor no espera ni quiere casarse convenientemente con algún príncipe extranjero, la gusta pasarlo bien, salir y conocer a hombres sin llegar a ser una cualquiera. Se deja llevar y rara es la vez que se reprime de hacer algo que la apetece.

Catherine Dahlia Mountbatten, ese es el nombre completo de la princesa de Inglaterra, aunque desde que nació, todos se dirigieron a ella simplemente como Cath o Cat. No fue hasta la muerte de su padre cuando supo quién era este realmente.

Su madre, Lady Dahlia of York, se mudó a la corte inglesa una vez que quedó viuda. El que fuera su marido falleció en el frente, dejándola sin descendencia pero con una buena renta que la permitió mantenerse con el mismo ritmo de vida que llevaban juntos. En la corte, aun así, los gastos se redujeron pues no tenía que mantener una casa enorme y vacía, ni a los sirvientes pues de todo ello se ocupaba la corona. Los acontecimientos que marcarían su vida y la de su hija comenzaron varios meses antes de su nacimiento. La presencia de Dahlia en la corte coincidió con la fuerte crisis que pasaba la pareja reinante y la belleza de esta no pasó desapercibida para el rey, de esta forma pasó a ser oficialmente su amante y a acompañarle en recepciones y fiestas a las que no asistía su esposa. Como era de esperar tuvo que cuidarse mucho de familias que se oponían a esa relación pero gracias a la protección del rey y a su propia magia logró mantenerse a salvo. Los meses pasaron y el embarazo llegó, para entonces la reina había fallecido y este hacía vida marital con Dahlia por lo que prometió reconocer al bebé cuando naciera como hijo suyo y por lo tanto perteneciente a la familia real. Fue una época muy dura, muchos fueron los que culparon a Dahlia o al mismo rey de la muerte de la querida reina y tuvieron que tener especial cuidado tanto durante el embarazo como tras el parto.

Catherine vino al mundo tan solo deseada por sus padres, el resto la recibió con recelo y poca simpatía, pero la pequeña pronto se ganó el cariño de todos, inclusive de su hermanastra y heredera al trono, Lena. Ambas niñas se convirtieron en amigas, aunque sin ser conscientes de su parentesco. En cuanto tenían tiempo libre huían de todos y se escondían por los terrenos del castillo haciendo, muchas veces, enfadar al rey y a sus institutrices. Lo cierto es que Lena era mucho más responsable pero Cath siempre la animaba a escapar o hacer travesuras, eran el tándem perfecto.

Cuando su madre murió, Cath quedó a cargo de su padre, aunque este no vivió mucho más. Fue al leer su albacea el testamento cuando tanto ella como Lena descubrieron que eran hermanas. Ambas tardaron en procesar la noticia, Lena porque nunca se había podido imaginar que su padre hubiera mantenido eso en secreto y Cath porque su madre jamás la dijera quien era su padre. A partir de entonces, al estar solas, ambas se hicieron inseparables; pero Lena tenía una cantidad de deberes infinitos por ser coronada reina y ella empezó a usar los poderes que su madre la enseñó para escapar de la jaula a la que ahora pertenecía. Todos analizaban sus movimientos ahora que era princesa, debía vestir correctamente, usar las joyas que le habían sido asignadas y atender a fiestas y recepciones que la aburrían demasiado.

— Es la princesa de Inglaterra. Ella y Lena son hermanastras por parte de padre.

— Tiene un carácter impulsivo e impredecible.

— Disfruta más con la gente humilde que con la clase alta.

— Heredó de su madre la magia.