Cora Von Blumenthal

Nombre & Apellido

Cora Von Blumenthal

Edad | Conversión

35 años

Especie

Humana

Clase Social

Clase Alta

Orientación Sexual

Bisexual

Lugar de Origen

Alemania

Poderes

No tiene

A pesar de ser toda una señorita, tal como la educaron para ser, siempre ha sido una mujer fuerte e independiente. Poniéndose a si misma y a su familia ante cualquier otra cosa. Jamás traicionaría a su familia o a sus propios ideales por nada.

Su pasión por la historia y el arte siempre han estado muy presentes en su vida. Cora ya era la clase de niña que se pasaba horas con un libro entre las manos y hacía que un sirviente la llevase a ver museos cuando era muy pequeña para ir ella sola. Esa pasión la llevó a querer viajar y descubrir más. Es, por ende, una mujer muy curiosa e inteligente. Cuando habla de tales cosas que adora la pasión es más que evidente en su voz y modo de hablar.

También es apasionada y quizá incluso un poco descarada en la cama. Pero eso solo lo saben los amantes que han compartido cama con ella, la mayoría durante su estancia en las américas.

Aun cuando nunca ha tenido una relación larga ni se ha enamorado, no se siente vacía o como si le faltase algo. Simplemente considera que el amor le llegará cuando tenga que llegar y no teme por ello.

Cora fue la tercera en nacer durante un parte de 3 niñas. Parto que fue tan intenso que provocó la muerte de su madre. Aunque siendo realista durante la época los partos de varios bebes no solían dejar bien parada a la madre. Pero tanto ella como sus hermanas desconocen que su madre murió. Puesto que siendo muy pequeñas su padre se casó con otra mujer y ella ejerció como su madre prácticamente desde el principio. Además, tiene un hermano, solo dos años mayor. Aunque Friedhelm no es hijo biológico de su padre, por lo que no comparten sangre. Sin embargo, ni Cora, ni sus hermanas mellizas, ni su hermano mayor saben toda esta historia. Es decir, los cuatro muchachos se consideran hermanos biológicos y se han criado como tal.

Siendo hija del Conde del Sacro Imperio Romano Germánico nunca le faltó de nada. La criaron como una señorita. Tuvo una buena educación y desde bien pequeña mostró mucho interés por aprender. Tenía un profesor que le enseñó a escribir y leer, que le enseñó sobre matemáticas, ciencias y letras. Pero el interés de Cora estaba centrado en el arte y la historia. Con los años eso no cambió.

Dado que es una señorita de alta cuna su mano estaba más que solicitada y siendo poco más que una niña su padre ya recibía peticiones de su mano. Sin embargo, el hombre se negó a prometer a ninguna de sus hijas antes de que estas tuvieran al menos 15 o 16 años para elegir por si mismas. Aun así, cuando llegó el momento Cora habló con su padre, le explicó que no quería casarse. Al menos no por el momento. Ella quería seguir con sus estudios, seguir aprendiendo, viajar y descubrir todo lo que pudiera. Que quería enamorarse sin que se le fuera impuesto. Muy a su pesar, pues creía que su hija en su afán por el arte terminaría por quedarse sola, aceptó los términos que Cora le pidió.

Así pasaron los años. Cora siguió aprendiendo todo lo que podía sobre arte e historia. Devoraba libros, pasaba horas en museos perdiendo la noción del tiempo. Incluso logró formar parte de una expedición a las américas, pasando siete años al otro lado del charco donde descubrió el arte precolombino como nunca antes lo había visto. Eso sucedió entre sus 25 y 32 años. Su padre no estaba demasiado contento con la idea, desde luego, pero se lo permitió.

Durante su estancia en las américas Cora descubrió muchas cosas. Participó en excavaciones, estudió piezas antiguas. Escuchó historias de los indígenas y participó en sus rituales y celebraciones. El lugar era maravilloso para ella, disfrutaba como nunca antes. Mantuvo relaciones con algunos hombres autóctonos y también con alguna mujer. Hubo un joven que llamaba especialmente su atención, pero su relación secreta no duró demasiado porque él tuvo que casarse. Tras aquello, tuvo un romance con uno de sus compañeros de expedición pero tan solo era físico. Cora no logró enamorarse en ningún momento.

Cora pensó en pasar más tiempo en el lugar, pero recibió una carta de su hermano donde le decía que su padre se encontraba enfermo. Tomó el primer barco que encontró que viajaba de vuelta a Europa a los dos días. Por suerte llegó a tiempo para pasar con su padre los últimos meses de su vida y despedirse de él.

Después de aquello decidió quedarse en París con su familia y no volver a viajar, aunque es algo que le gusta mucho. Dados sus conocimientos al respecto logró conseguir el puesto de directora del departamento Arqueológico de Arte Precolombino del Louvre. Con su trabajo puede seguir investigando las obras y piezas que llegan al museo y descubriendo aun más sobre esa maravillosa cultura. Es decir, puede disfrutar de lo que le gusta y al miemo tiempo estar cerca de su familia.

La muerte de su padre fue un duro golpe para la familia, pero lograron seguir adelante. Su madre es quien peor lo lleva, pero se consuela con saber que sus hijos están bien. Aunque si es cierto que su madre lleva desde entonces insistiendo para que Cora se case, considera que si sigue así terminará por quedase soltera para toda la vida y nunca le dará nietos. A pesar de que es su madre y la quiere hacer feliz, ella sigue negándose.

→ Sabe disparar, su hermano la enseñó de pequeña.
→ Aunque quiere tener hijos y una familia, se niega a casarse con el mejor postor.
→ Sabe montar a caballo.
→ Le gustan muchas épocas históricas y artísticas, pero es experta en arte precolombino.
→ Tiene guardadas a buen recaudo un arma y una bala de plata que su hermano le entregó por si algún día perdiera el control.
→ No es racista y no soporta la esclavitud.
→ Aunque disfruta del sexo no le gustaría quedarse embarazada de cualquiera, así que suele tener cuidado.
→ A pesar de que siempre se ha centrado mucho en sus estudios y de que es una dama de clase alta, sabe cocinar y le gusta hacerlo de vez en cuando tan solo para relajarse.