Friedhelm von Blumenthal

Nombre & Apellido

Karl Maximilian Jürgen Friedhelm von Blumenthal, conde de Brandenburg.

Edad

37 años / Nacido en 1.763. // 35 aparentes. // Mordido a los 33.

Especie

Licántropo

Clase Social

Realeza

Orientación Sexual

Heterosexual.

Lugar de Origen

Prusia. Sacro Imperio Romano Germánico.

Poderes y Habilidades

— Habilidades básicas: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad, fuerza sobrehumana, sanación acelerada, transformación y percepción del aura.

— Memoria fotográfica: Capacidad de recordar cosas oídas y vistas con un nivel de detalle perfecto. Las personas con esta habilidad no olvidan nunca escritos, sonidos, imágenes y los recuerdan mucho tiempo después como si lo hubieran escuchado/visto apenas unos días antes.

— Aullido: Habilidad para aturdir y dejar paralizado, por algunos instantes, a sus enemigos por medio de un aullido ensordecedor. En ese momento, el sonido golpea fuertemente el oído del enemigo y en ocasiones puede llegar a destrozarle los tímpanos o incluso causarle algunas lesiones cerebrales. El aullido también sirve para llamar otros de su misma raza.

— Telepatía y comunicación con los animales: Habilidad para comunicarse con otros licántropos por medio de la mente (cuando están transformados) y con otros animales que no sean parte de su raza (incluidos los cambiantes). Funciona únicamente a cortas distancias.

Nadie quiere conocer el lado oscuro de Friedhelm, pues es un hombre de apariencia afable, serio y parco en palabras.

No hay mucho más, al menos no a ojos profanos, pues Fred es desconfiado por necesidad, muy reservado e introvertido. No le importa hablar siempre que no sea sobre él mismo, aunque tampoco le agradan las conversaciones vacías.

Dicen que es difícil de tratar, que nunca se sabe que pasa por su mente, y eso es cierto, rara vez deja traslucir sus emociones o sus opiniones si no son procedentes.

Se le da bien seguir órdenes, es obediente, pero critico con la gente con la que trabaja y en ocasiones espera un compromiso tan grande como el suyo de los demás.

Es leal y valiente, seguro de sus propias capacidades. Normalmente mantiene la cabeza fría, aunque desde que fue convertido se ha vuelto especialmente irritable, sobre todo cuando se acerca la luna llena y vive con el miedo constante de perder el control algún día. Por lo que tiene a reaccionar con cierta agresividad si se siente provocado o amenazado, es algo que no puede evitar.

Además siempre está alerta, le cuesta relajarse y no le gusta quedarse sin tener la última palabra en ninguna discusión.

El padre de Friedhelm desapareció antes de que él naciera, había sido un hombre importante de la corte, un consejero apreciado, sin título alguno, pero con el respeto suficiente como para procurar una cómoda y lujosa vida para su joven y devota esposa.

Nadie sabe lo que le pasó, se desvaneció una mañana y todos los intentos por encontrarlo fueron en vano. Su esposa jamás perdió la esperanza de que que él regresaría algún día, pero las autoridades le dieron por muerto.

Friedhelm nació tres meses después y durante tres años, su madre se negó a considerarlo un huérfano. La fortuna del hombre desaparecido, sería algún día para su hijo, pero hasta entonces era responsabilidad de la madre hacerse cargo del dinero... tal cosa llamó la atención de pretendientes de todo el imperio, pero ella los rechazó a todos.

Entonces llegó el conde, Otto von Blumenthal también había perdido a su esposa y aunque la madre de Friedhelm lo rechazó como a todos los demás, terminó enamorándose de él, al contrario que los demás, él hombre parecía interesado en ella realmente, tenía tres hijas que habían nacido poco tiempo atrás y era lo bastante encantador como para que ella aceptara la propuesta.

Se casaron y unieron las familias de inmediato. Las hijas de Otto pasaron a ser sus propias hijas y el conde adoptó a Friedhelm, le dio su apellido y lo nombró su heredero.

Otto von Blumenthal siempre trató a Fred como a su propio hijo y él siempre creció considerando al conde como su padre. No supo, ni sospechó nunca, sobre el pasado de su familia, por lo que siempre estuvo convencido de que sus hermanas eran sangre de su sangre.

Los cuatro estaban muy unidos, aunque Friedhelm era el más distinto de los cuatro, no solo por ser un chico, también era el más distante, sus constantes lecciones, responsabilidades y el tiempo que solía pasar con su padre lo mantenían lejos bastante a menudo.

De todas sus hermanas, su favorita siempre fue Augustine, algo meramente inocente que dejó de serlo cuando ambos crecieron. Friedhelm la adora, aunque su relación ha sido un secreto desde los diecisiete años.

A los dieciocho años se comprometió y casó con una joven dama de la corte imperial. El matrimonio fue del todo concertado por las familias de ambos y para Friedhelm fue un alivio saber que su esposa tampoco estaba interesada en él de forma romántica. Los se hicieron buenos amigos, un hecho que facilitó bastante su vida en común.

Sus vidas no cambiaron demasiado en los siguientes diez años, pero cuando Friedhelm alcanzó los 31 pues uno de sus encuentros con Augustine acabó con el embarazo de ella, por lo que Fred se vio obligado a convencer a su padre el conde de que había llegado el momento de que una de sus hijas contrajera matrimonio. La joven se casó con un caballero tan pronto como fue posible y al nacer la niña todos asumieron que el matrimonio había sido bendecido muy rápidamente.

Friedhelm tuvo que distanciarse un tanto de su hermana, aunque hacía cuanto podía por visitarla y ver a su hermosa hija.

Dos años más tarde, a sus 33, su padre dio una fiesta a la que varios miembros de la nobleza asistieron. Era una noche de Luna Llena y Friedhelm salió a dar un paseo, ignorante del peligroso que eso supondría... Fue atacado aquella noche por una criatura que monstruosa, aunque el joven trató de defenderse, no pudo hacerlo y el animal lo mordió antes de que Fred pudiera escapar.

Aunque fue atendido por un profesional que intentó convencerlo de que solo había sido un lobo, Friedhelm sabía que era otra cosa y la voz del incidente se corrió en el castillo, porque aquel mismo día, la duquesa Ilona Szèkely lo visitó para advertirlo de que con la próxima Luna Llena se convertiría en una bestia igual a la que lo había asaltado y se disculpó, pues aseguraba haber sido ella quién lo había causado.

Friedhelm no tomó en serio a la mujer hasta que un mes más tarde, pero un mes más tarde, con la próxima Luna Llena, lo que ella dijo se hizo realidad por lo que, en cuanto hubo pasado, acudió a ella en busca de explicaciones. Fue así como descubrió que ahora era un licántropo y que su condición nunca se curaría.

El joven cambió después de eso, tuvo que volverse más precavido y trató de guardarlo en secreto, pero cuando sus hermanas lo descubrieron insistieron en ayudarlo.

Se tomaron las medidas necesarias para asegurar que el hombre no sería una amenaza para nadie durante sus transformaciones. Friedhelm empezó a dudar de su capacidad para ocupar el puesto de su padre, pero el hombre confiaba plenamente en él y aunque no lo hubiese hecho, no había alternativa, Otto von Blumenthal murió por causas naturales dos años más tarde y Friedhelm heredó su título y sus responsabilidades.

— Solo hace cuatro años que es un licántropo.
— Ha ordenado acondicionar uno de los sótanos del castillo para convertirlo en mazmorra y poder encerrarse allí en las noches de Luna Llena.
— Una de sus hermanas, Cora, tiene un arma y una bala de plata para detener a Friedhelm si alguna vez pierde el control. Él mismo le enseñó a disparar.
— Su madre sigue con vida y no sabe la verdad.
— El hogar de Friedhelm está en Prussia, pero a menudo visita París para estar con sus hermanas o para representar al emperador.
— Le gusta pasar tiempo con Augustine y su hija, aunque procura mantenerlas lejos cerca de las Lunas Llenas.