Lorenzo - The pacient

PSICOLOGÍA

Su temperamento tranquilo y su buen hacer son virtudes muy buscadas en alguien joven como lo es él, sin embargo, el azar hará que sus dones se conviertan en condenas y que su altruismo le lleve a sacrificarse en lugar de un buen amigo suyo, sacrificio que no se verá recompensado más que con traición. Eso pasa a hacer el bondadoso Enzo un hombre desconfiado, precavido y hasta paranoico.

Ahora mismo no se fía ni de su sombra y sufre brotes esquizofrénicos de persecución paranoide. Siempre más pendiente de lo que ocurre a sus espaldas que frente a sus ojos. Además, por cosas del azar o de su propia predisposición nefasta, empieza a considerarse un gafe que atrae la mala suerte. Todo lo que pueda salir mal, le saldrá mal, sin que sea nada científico ni probado, pero así ocurrirá.


HISTORIA

Ser de clase baja nunca fue un insulto para Lorenzo, al contrario, altruista como era desde pequeño, siempre dado a compartir lo poco que tenía y ayudar a los demás con todo lo que era posible, consideraba que su clase social era un privilegio ya que, al menos, no era un esclavo de esos que había visto en el mercado negro.

Apreciaba cada cosa que poseía, por pocas que fueran y en especial las amistades que había conseguido y mantenía con el pasar de los años. Muchos eran los que fallecían llevados por la peste y enfermedades que con su bajo nivel económico no podían conseguirles cura o que sufrían por las condiciones insalubres en las que vivían. Otros tantos se habían ido a otras ciudades o pueblos, incapaces de seguir en la ciudad de la luz por no encontrar trabajo o ser echados de las casas en las que habitaban. Así que le quedaban sólo dos o tres personas a las que podía llamar familia.

Por eso, cuando un día vio sucumbir al que consideraba su mejor amigo caer presa de un virus y la inquisición fue a buscarle para usarle para el estudio de la enfermedad, él se ofreció voluntario para que le inocularan sangre de él y estudiaran en su propio cuerpo la evolución y así pudieran encontrarle una cura.

Tardaron varios meses en descubrir lo que ocurría, cómo mutaba la bacteria en su sangre y cómo poder sanarla. Ofrecieron la cura a su amigo mas la inquisición no estaba dispuesta a soltarle ya que veían que en él las enfermedades parecían avanzar más despacio y desarrollarse de manera menos invasiva, lo que le hacía un paciente perfecto para futuros experimentos. Su amigo se marchó sano y sin mirar atrás, lo que le afectó más que cualquier cosa que le pudieran inyectar.

A día de hoy ha logrado escapar del laboratorio en el que le tenían encerrado, aprovechando el despiste de un guardia, pero es un bien preciado para sus captores y piensan darle caza.