Jane Dunaid ID

→ Hechicería: Habilidad para hacer que cosas sucedan, ya sean a favor o en contra de alguna persona, por medio de conjuros, hierbas y pociones. Esto incluye altos conocimientos de herbolaria que les permiten hacer también curaciones.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder les permite reconocer a licántropos y cambiantes cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida.

→ Vigoris: Habilidad para insuflar energías a una persona, ya sea que esté moribunda o débil, traspasándole algo de su energía mediante un conjuro. Se requiere contacto físico y este poder no permite revivir a una persona muerta o evitar que muera si esta gravemente herida.

→ Nigromancia: Habilidad que consiste en la adivinación mediante la consulta a los muertos y sus espíritus o cadáveres. Permite controlar temporalmente a alimañas y criaturas muertas para sus propósitos. (No controla a Vampiros).

→ Titiritero: Capacidad para adherir un alma errante a un objeto inanimado y controlarlo a voluntad.

Imaginativa, cruel, pícara…le encanta rodearse de oscuridad y de muerte, casi que tiene su habitación como su madre quiere pero siempre procura tener una habitación para sus cosas de bruja, no le gusta que toquen lo que es suyo, es la mayoría de las veces bastante celosa y puede enterrarte viva si de verdad le tocas las narices, tiene muy mal temperamento, no cree posible lo imposible, es pesimista y sarcástica. Nunca conoció a su padre y su madre la quiere pero a su manera por lo que creó en Jane una personalidad distante y fría por no sentirse demasiado querida por su familia. Su tía, es decir, la hermana de su madre, se lleva mal con ella hasta el punto de comenzar una pelea entre ambas, pero luego sale a relucir su gusto en común con la nigromancia y se llevan la mar de bien.

Podría decirse que la bipolaridad también es una maldición en la familia Dunaid. En cuanto de amores, Jane tuvo una fugaz relación con un muchacho a temprana edad, pero este murió a causa del suicidio y Jane pensó en revivirlo pero salió mal. Fue entonces cuando se convirtió en una apasionada de la magia negra y de los muertos, se dedicó ir a los cementerios como  segundo hogar y su vestuario son solamente ropas de negro o tonalidades sangrientas como rojos borgoñas o de ese mismo tipo. Al ser atrevida, le gusta vestirse con escotes, melena despampanante, y labiales rojos oscuros que podría encontrarse en las mejores tiendas del Reino Unido.

Los Dunaid son descendientes puros de los druidas y los brujos nórdicos, pero las ramas se diferenciaron hasta los Dunaid que se quedó sangre brujil druídica pura, pero solo nacían con esa pureza mujeres, si nacía varón este no aguantaba y las mujeres van de dos en tres, y de los brujos nórdicos, solo nacían varones y si nacían mujeres, estas morían.

Eórann Dunaid se lio con un descendiente de los brujos nórdicos que se decía que tenía sangre mancillada o mixta, que tenia una mezcla de ambos tipos, pero el caso es que cuando nacieron gemelas, una nació sin poderes y la otra nació con sangre pura siendo así el deseo del padre que sintiendo la magia  de la pequeña este supo que no era un tipo de magia cualquiera y pura, sino era como la suya. Eórann y su esposo, a.k.a el padre de las niñas, tuvieron una pelea bastante grande ya que Eórann descubrió que si su retorcido esposo obtenía los poderes de Jane, este se volvería incontrolablemente poderoso y eso era algo que no podía permitir. En la familia había más mujeres de magia pura y al ser pura esa magia, para los descendientes de los brujos nórdicos era como la sangre para los vampiros y era sumamente poderosa por lo que estos mancillados brujos siempre querían más y más poder y si uno obtenía un poder como el de Jane, ese brujo se convertiría en el líder teniendo poderes y los recursos necesarios para acabar con los Dunaid.  

Eórann Freya Dunaid, engañó a su esposo dándole a su hija que no tenía poderes haciendo que esta era Jane y en cuanto vio la oportunidad, tomó a su otra hija en brazos y huyó de Escocia para instalarse con el resto de su familia Dunaid en las preciosas calles concurridas de Vienna. La pequeña Jane fue creciendo poco a poco, inocente e ingenua teniendo a su prima a su lado siempre cuando quería jugar con ella. Además de sus lecciones semanales en un internado para jóvenes señoritas brujas  en el norte de Ámsterdam, Jane descubrió que tenía poderes no demasiado normales por lo que solo se limitaba a las asignaturas corrientes y a las pociones y remedios caseros. Sin embargo, cuando iba de vuelta al internado tras pasar un maravilloso fin de semana con su familia en Vienna, vio a lo lejos un hombre de rasgos toscos, como si estuviera enfadado a lo natural, vio que la despedía desde bien lejos del andén de la estación de tren y le extraño demasiado pero estaba con tantas ganas de volver al internado que omitió esa rareza de un extraño hombre.

Cuando volvió a la semana siguiente, le recogieron su tía y su prima y no fueron a ninguna mansión, si no que fueron directamente al hospital. Al parecer un desconocido había incendiado la mansión en la que ambas vivían, más su madre que ella y a su madre por poco muere en el incendio pero parte del cuerpo salió malogrado. Jane se quedó en casa de su tía y su prima hasta que le dieran el alta a su madre. Cuando esta salió, Jane volvió al internado para así aprender un poco más de la magia y profundizar en sus aprendizajes.

Cuando ya se graduó en el internado de señoritas brujas, volvió a Vienna  con su familia y en la fiesta de bienvenida, con sus 16 añazos mostraba que se había convertido en una muchacha maravillosa. Congenió con un joven y leyendo el aura de este, Jane solamente suspiro de manera sarcástica, aquel joven solo quería jugar con ella, podía notar esa intención en cualquier lugar del salón y prefirió salir de aquel lugar para irse a sus aposentos. Cuando se dirigía hacia su habitación se cruzó con el sirviente de la mansión, con su amigo más leal y con quien podía contarle cualquier cosa.

-¡Kleiton! – Jane abrazó a su amigo y este la correspondió terminando sonriéndose el uno al otro. Comenzaron a hablar en el jardín de lo que había pasado en su ausencia y de cómo estaba su madre. Kleiton le dijo que su madre estaba cada vez más animada pero igual de traumada, que sus poderes no eran lo mismo que antes, que eran como si hubieran sido debilitados. Jane intuía que esos miedos le bloqueaban a su madre de poder hacer magia en su total esencia. Estuvieron hablando un poco más y Jane subió a su alcoba para poder descansar.

Al día siguiente, Kleiton desapareció sin dejar rastro y para cuando lo encontraron al cabo de una semana, lo encontraron pálido y con una soga en el cuello colgado de una viga en lo alto de una cripta en el cementerio. Jane estaba muy triste con la noticia por lo que estuvo en el funeral y esa misma noche, con ayuda de otra gente sacaron el ataúd de Kleiton, esta lo intento revivir con un oscuro ritual que había cogido, más bien robado de la biblioteca de aquel internado en el que estuvo, pero nada sirvió. El alma de Kleiton había pasado a otra vida y habría pasado a la luz, pero a cambio, cuando creyó que había cerrado el ritual, el cuerpo inerte y vacío de Kleiton se abalanzo hacia ella, le arrancó su ojo izquierdo e inmediatamente, los que estaban con Jane, acabaron deteniendo a lo que fuera en ese instante. Cuando se cerró el ritual, la criatura maligna había sido quemada en la hoguera, a Jane le pusieron un ojo de cristal mágico. Fue entonces cuando fue castigada de por vida. Su madre le explicó que la magia siempre tiene que haber algo de retorno y magias tan oscuras como la que realizó en el cementerio con el cuerpo de Kleiton dejó restos de magia que controlaron al cuerpo y le llevo a que se comportara de ese modo y le arrancase el ojo izquierdo. Es más, se había cumplido el equilibrio en el orden de la magia. Siempre, SIEMPRE la magia lleva un precio a pagar y por la magia de tan alto nivel, Jane pagó un precio alto.


Finalmente, sus años de confinamiento en el interior de la casa de su tía y su prima junto con su madre, llegaban a su fin. Jane, practicando adivinación mediante las calaveras y plantas muertas que tenía en su habitación, le salió una tirada que la puso tensa y nerviosa. No hizo caso hasta que por la noche, soñó con aquel hombre que vio en la estación de tren, pero luego se vio a si misma vistiendo ropas más ligeras o prácticamente de menos clase. Se puso a pensar en la familia Dunaid, de que estas siempre habían sido gemelas o trillizas exceptuando a su prima quien había nacido solo ella. Fue cuando entonces pregunto a su madre sobre su pasado. La verdad salió a la luz. Aquel hombre que vio en sus sueños y en la estación de tren, era su padre y la muchacha que era igual que ella, era su hermana!  Por lo que cuando cumplió los 19 años de edad, se escapó de casa para ir a buscar a su hermana ya que sentía que aquel hombre no traía nada bueno.

Con su tirada de cartas decidió que el primer destino era París y allí se encaminó hasta poder encontrarla.