Goodbye to the circus (libre)

por **Meredith** Jue Ago 30, 2018 8:09 pm

Como el príncipe del agua abraza a una ninfa que en el universo pasa a uno paralelo. Uno como si no hubiera nacido o ni hubiera existido jamás. Pasando cerca de lo que era un circo, Meredith seguía con su sonrisa. No quería perder ni un solo detalle a lo que estaba aconteciendo. Sus pasos eran ligeros y rápidos, deseosa de llegar al circo.

- Jaime, mi padre, antes de calmarse y abrir su tienda Casa Ukrania, había trabajado como artista de circo. (...) Podría pensarse que en mi infancia fui más influido por Jaime que por Sara, mi madre. Sin embargo, no es así. Si la severidad era la base de la educación que yo debía recibir, por ser hombre y no mujer, mi madre se esmeró en aplicarla. – Escuchó de la mano de una pareja de adolescentes que se encaminaban al mismo lugar que ella. La verdad sobre el mundo, dijo, es que todo es posible.

Si no lo hubiera visto desde el juego de manos barato, un sueño febril, un éxtasis poblado de quimeras sin analogía ni precedente, una feria ambulante, un circo migratorio cuyo destino final después de muchos montajes en otros tantos campos enfangados es más calamitoso y abominable de lo que podemos imaginar. El universo no es una cosa acotada y su orden interno no está limitado, en virtud de ninguna latitud de conceptos, a repetir en una de sus partes lo que ya existe en otra. Incluso en este mundo existen más cosas sin que nosotros tengamos conocimiento de ellas que en todo el universo y el orden que observamos en la creación es el que nosotros le hemos puesto, como un hilo en el laberinto, para no extraviarnos. Pues la existencia tiene su propio orden y eso no puede comprenderlo ninguna inteligencia humana, siendo que la propia inteligencia no es sino un hecho entre otros.

- Vaya cuantos colores – Dijo entusiasmada por lo que veían sus ojos de par en par. ¿Qué vería en el interior del circo? ¿Sirenas? ¿Mujeres barbudas? ¿Qué vería? ¿Enanitos de cuento? Sabía que podía encontrarse con un montón de gente e incluso con sus traidores, tan solo que contaba como siempre con la protección de su amiga bruja, aquella que se camuflaba entre las personas, aquella que no le quitaba el ojo de encima y siempre y cuando Meredith no hiciera ni un sonido extraño, ni un punto alto para destacar. No digas que el tiempo pasado fue mejor que el presente; las virtudes son las que hacen los buenos tiempos, y los vicios los que los vuelven malos. El pasado es una colección interminable de horrores que sólo merece el más completo de los olvidos; el futuro, una incógnita poco confiable que es preciso asegurar; el presente, el campo de batalla donde hay que garantizarse la vejez. Lo que dejamos atrás y lo que tenemos por delante no son nada comparado con lo que llevamos dentro.

Por un segundo Meredith se había quedado quieta, paralizada y fue despertada, devuelta a la realidad por el roce impropio de alguien que se había chocado contra ella y simplemente se apartó, no quería que nadie la viera, aquel además que ayudaba a la bruja y protegía a Meredith de posibles conocidos del pasado la tomó de un brazo para que se dieran prisa para poder entrar al interior del circo. Con el protector estaría segura a la vez que la bruja veía con el espejo que llevaba el protector de Meredith.