Can you see...? | Lorette D. Lefoy

por **Agathe Duval** Miér Nov 14, 2018 5:39 am

Echaba de menos el sol. Lo echaba mucho de menos. Vivir en una oscuridad constante hacía que su alma a veces se marchitara un poco. Daría todo lo que pudiera por unos momentos paseando al sol sin ningún peligro mortal.

Salir de noche no era algo que las damas hicieran a menudo, y mucho menos solas. La noche era para las ratas, las clases bajas y los hombres. Agathe sonrió, comparando en su mente a las primeras y a los últimos. Los hombres eran como ratas, no hacía falta ser una vampira para darse cuenta de ello. Solo servían para divertirse y poco más, no podías fiarte de ellos, ni del más proclamado caballero.

Después de la caza, Agathe solía ir a reunirse con algún amigo o a los fumaderos de opio, a ver que podía encontrar, pero ese día había tomado una ruta distinta y, a decir verdad, un poco peligrosa.

Se hallaba en una plaza del centro de París donde solía ir a pasear cuando era humana, antes de partir rumbo a las colonias inglesas. Hacía más de 20 años de eso, y los recuerdos iban inundando su mente a cada paso. El suave tacto del traje que cubría el brazo de su padre, la clara risa de su abuela, las conversaciones de los parisinos, las miradas furtivas que se lanzaba con algún apuesto joven...

Todo aquello quedaba en el pasado, se hundió junto a su padre y su abuela en el naufragio. Agathe se deslizó por las sombras hasta detenerse en el banco en el que siempre se sentaban porque, según su abuela, "toda la plaza podía verte y tú podías ver a toda la plaza." Con calma se sentó, sus dorados rizos cascadeando por su espalda, deseando volver atrás en el pasado.

por **Lorette D. Lefoy** Miér Nov 14, 2018 6:39 am

Era una fría noche de Noviembre cuando Lorette salía del College. Se había quedado toda la tarde a trabajar, pues habían requerido su presencia para varios asuntos. Suspiró de lo más abatida cuando vio que ya era noche oscura y que había pasado el día entero allí. Desde luego le apasionaba dirigir el College y era algo que siempre había deseado, pero requería una implicación prácticamente completa y eso no le daba tiempo para conocer a muchas personas. Desanimada, comenzó a vagar por las calles con su hermoso vestido de encaje burdeos y el pelo recogido con un sencillo pasador. Lorette nunca vestía excesivamente recargado o con peinados muy elaborados, pero siempre iba impecable, como una dama que se precie.

Fue al pasar por la plaza de París cuando algo llamó sumamente su atención. Todavía no llegaba a comprender bien el alcance de sus poderes pero sabía que algunas personas tenían un aura diferente a la del resto, un aura con algún tipo de color diferente y que eso normalmente significaba que no se trataba de personas ordinarias. Y ella podía ver perfectamente esas auras. Aún no era 100% capaz de identificar que clase de criatura poseía cada aura pero había una jóven rubia y hermosa, de la clase de hermosura que parezca cincelada en piedra, sentada en un banco que desprendía un aura pálida de lo más peculiar.

Se detuvo en seco curiosa, preguntándose si debería interactuar con la desconocida y así tal vez averiguar a que corresponde su aura pálida. Se dio un golpecito en la cabeza con fastidio, pues sabía que sería de lo más descortés preguntarle algo así, no, tenía que acercarse a ella como si fuera una interacción normal y corriente entre dos damas distinguidas, tal vez invitarla al té y pastas de los martes, cualquier cosa menos preguntarle directamente "Eh, tu aura tiene un color especial, ¿qué eres?" Así que sintiéndose un poco idiota se adelantó hasta el banco y se sentó al lado de la muchacha, pretendiendo fingir que era una situación de lo más normal.

-Hola, bonita noche, aunque un poco fría, ¿verdad? -dijo con una amplia sonrisa, esperando a que ella contestara para decidir interactuar un poco más o no. Esperaba no haber perturbado ningún pensamiento con su presencia, pero era evidente que tenía mucha curiosidad por ella, se paró a observarla un poco, su piel parecía casi transparente de la palidez y además tenía una pose relajada pero que parecía que podía no ser así en cualquier momento.- Yo soy Lorette, por cierto, qué descortés por mi parte acercarme a ti y no haberme presentado lo primero.

por **Agathe Duval** Jue Nov 15, 2018 11:40 am

Mirada fija, al frente, ni un músculo de la cara en movimiento. La persona que se estaba acercando a ella no debía saber que Agathe sabía que venía desde antes de que apareciera por la plaza, ni que podía adivinar sus intenciones con solo leerle la mente.

Por el rabillo del ojo pudo distinguir su aura. Era diferente a la de los humanos corrientes, Agathe se había topado con alguno de ellos en su "vida", pero no solía frecuentar su compañía.

Sondeó su mente para averiguar lo que necesitaba: era una mujer joven, al parecer sin ninguna mala intención hacia ella. Estaba sorprendida de verla en la plaza a la vez que venía cansada del trabajo, parecía que tenía un puesto importante y ese era el motivo por el cual había salido tan tarde. Agathe sonrió para sus adentros. Una mujer en un puesto de poder era algo de lo que sentirse orgullosa.

Cuando estuvo suficientemente cerca giró la cara para mirarla, con una falsa expresión de sorpresa, como si acabara de enterarse de que no estaba sola en la plaza. Examinó sus bonitos rasgos y correspondió a su sonrisa sin abrir la boca para que no se vieran sus colmillos. En vida, su familia y amigos siempre le habían dicho que tenía una sonrisa muy amigable que invitaba a iniciar una conversación, y aunque al convertirse en vampira sus dulces rasgos se habían afilado un poco, todavía conservaba en su rostro algo de la inocencia de antaño.

-Encantada de conocerte, Lorette, yo soy Agathe. -se acomodó mejor en el banco y clavó sus penetrantes ojos en los de su nueva compañera. -En esta época es mejor no olvidarse el abrigo en casa, pero tienes razón, es una noche especialmente preciosa y por eso he decidido detenerme en la plaza de camino a casa. -alisó la falda de su vestido y sonrió de nuevo, esta vez con una sonrisa más afable. -Ya sé que no es de mi incumbencia, pero tengo mucha curiosidad, ¿qué te trae por aquí? No todos los días se encuentra a una joven paseando sola por la noche, aunque, para ser justa, lo mismo podrías decir tú de mí. -Agathe se rió tapándose la boca con la mano.

por **Lorette D. Lefoy** Jue Nov 15, 2018 1:15 pm

Se apartó el cabello de la cara de forma distraída y suspiró con un profundo alivio cuando se dio cuenta de que la muchacha no parecía molesta por su presencia. Había en ella algo ciertamente inquietante, aunque no sabría bien discernir qué era, tendría que preguntarle a Smerenda pues estaba muy pero que muy rezagada con sus poderes, a penas comprendía bien como usarlos y mucho menos distinguir las auras. Aun así la muchacha parecía cordial y amable y para Lorette eso era sencillamente suficiente.

Esperó no haberla sorprendido en exceso dado que parecía muy centrada en sus pensamientos pero al notar su instantánea sonrisa se sintió más cómoda y totalmente segura de que no la había inoportunado en exceso, observó las delicadas ropas de la chica, que había dicho llamarse Agathe. Le gustó mucho su porte y su forma de sonreír sin enseñar los dientes, casi con timidez, le recordó un poco a ella misma. Bueno o tal vez simplemente quería encontrar puntos de unión entre ambas muchachas, fuera como fuese, le gustaba la chica.

-Encantada Agathe, perdóname porque siento que te he abordado así de pronto, pero sentía curiosidad justo por la misma razón que tú, saber que hacía una joven tan bella a estas horas aquí -hizo un ademán pensativo cuando escuchó su pregunta y se dio cuenta de que su cara debía ser el puro reflejo del cansancio. Probablemente llevara unas ojeras importantes y tenía la sensación de que su piel empezaba a reflejar la falta de sueño, pero solo llevaba un año y tomarse días de asueto era lo que menos pasaba por su cabeza. No, con suerte las cosas se normalizarían pronto y trabajaría de forma más distendida.- Pues la verdad es que acabo de salir de trabajar... Si mis padres supieran que no solo ocupo un puesto de hombres, sino que además me paso el día en el trabajo en vez de volver a una casa con un marido o hijos, creo que les daría un infarto -y soltó una sincera carcajada al momento. La idea le parecía de lo más divertida, ella sacrificando su trabajo para tener un marido... no, quien la quisiera lo haría con todo.

-¿Y tu, Agathe, que te trae por aquí en esta noche fría? Pareces una muchacha muy distinguida y yo soy de familia de clase alta, no creo que nos hayamos visto nunca, ¿frecuentas poco los eventos de sociedad? -preguntó Lorette con genuino interés. Si había algo que sabía que la gente apreciaba de ella era su honestidad, jamás era una persona que tramara juegos o tretas para confundir o liar a otros, era una muchacha sencilla de carácter a la cual se le podía leer la expresión como si fuera un auténtico libro abierto.

por **Agathe Duval** Lun Nov 19, 2018 8:33 am

Le divertía esa humana. Le recordaba a las hermanas pequeñas de sus amigas cuando todas se juntaban a tomar el té: tanto ellas como Lorette tenían ese aire inocente a la vez que curioso, y sus ojos reflejaban que siempre estaban dispuestas a probar cosas nuevas.

Desvió la mirada cuando le llamó "bella", mostrando una modestia que no sentía en realidad. En vida había sido bella, pero ahora que era vampira, sus rasgos habían cambiado para ser de una belleza, digamos, sobrenatural. A pesar de que le gustaba vestirse con ropa cara y a la última moda, Agathe no era vanidosa, simplemente sabía que tenía la suerte de haber nacido con unos rasgos excepcionalmente bonitos y estaba agradecida por ello.

-¿Trabajas y ocupas un puesto de hombre a espaldas de tus padres? -estaba sorprendida de verdad. Le enorgullecía saber que las mujeres humanas estaban progresando, pero la verdad que no se había detenido a leerle mucho el pensamiento a la humana y eso le había pillado por sorpresa. Una vez supo que no era una amenaza para ella, dejó de intentar averiguar cosas de Lorette de manera ilícita. No le gustaba mucho leer la mente de la gente a no ser que fuera totalmente necesario, le quitaba la diversión a conocer nuevos amigos. -Cuéntame más, por favor, ¡tengo muchas ganas de saber cómo llegaste ahí superando a los hombres!

Su interés era real. Siendo humana no se había dado cuenta de que los hombres tenían más privilegios, pero al convertirse en vampira y abrir los ojos a la realidad, se indignó mucho con ese tema. Pero ahora no era momento de ahondar en ello, Lorette le había preguntado qué hacía ahí y tenía que pensar una excusa convincente a la vez que aburrida para no levantar sospechas ni generar más preguntas. A pesar de todo, le sorprendía que una hechicera no hubiera averiguado aun que era una vampira.

-Ay, querida, pues resulta que estaba en casa de una de mis amigas y ha caído enferma. Un resfriado, nada grave. He estado esperando a que llegaran sus padres, porque no quería dejarla sola, y me han invitado a cenar en agradecimiento. Se nos ha hecho muy tarde y aunque me han insistido para que me quede a dormir, he preferido volver a casa. -intentaba gesticular mucho al hablar para que la atención de su interlocutora fuera hacia sus manos y no hacia su boca. Puso cara de valiente y se encogió de hombros. -Me he parado aquí porque de día siempre está llena, pero de noche está tan tranquila que quería disfrutar un poco del silencio.

por **Lorette D. Lefoy** Lun Nov 19, 2018 1:24 pm

Lorette seguía observándola con curiosidad así que se dijo a sí misma que tendría que controlarse porque si no, empezaría a llamar la atención de la muchacha. Seguía preguntándose a qué clase de criatura correspondería su aura, porque le sonaba y le resultaba sumamente familiar pero era como cuando tienes una palabra en la lengua que no eres capaz de materializar. Sabes que en algún momento te acordarás de ello pero no realmente cuando. La chica se arrebujó un poco en su abrigo, hacía algo de brisa y las noches de noviembre cada vez eran más frías, se notaba que se acercaba la época de nieve.

-Bueno, técnicamente a sus espaldas no porque ellos lo saben, pero sí en contra de sus deseos. Ellos quería para mi una vida con marido e hijos, una vida que a mi particularmente nunca me ha atraído en exceso si suponía renunciar a mi propia vida e independencia -le intrigaba bastante el hecho de que ella pareciera interesada en saber como había llegado a ser directora del College. La mayoría de mujeres en lugar de elogiarla o pensar que era algo admirable, la juzgaban con desprecio y la consideraban poco menos que un ser inferior. Al final los prejuicios eran más fuertes que cualquier palabra amable de Lorette y ella lo sabía perfectamente.

-Pues yo trabajaba como profesora adjunta de historia allí, me gradué en la universidad y solicité el puesto. Y bueno el año pasado el director, el señor Barns, se jubiló, porque era ya muy mayor. Necesitaban a alguien que se hiciera cargo de la dirección del College así que la junta educativa me ofreció el puesto... y lo acepté -admitió con una bonita y honesta carcajada, no era alguien nada altanero o pagado de sí mismo y Lorette agradecía la decisión de la junta cada día, por la posibilidad que le habían dado a pesar de ser mujer.

Cuando la muchacha comenzó a hablar de por qué ella estaba en aquella plaza escuchó con genuino interés, evidentemente una muchacha como ella tendría un montón de amigas femeninas, no como la propia hechicera, que podía contar las suyas con los dedos de la mano.- Probablemente sea ser muy atrevida, pero tal vez un día podríamos tomar pastas y te juntas, si quisieras -esperaba que ella no rechazara su ofrecimiento, pero nunca sabía lo que otras mujeres pensaban de ella, era la cosa menos intuitiva del mundo. Y justo cuando había acabado sus palabras, un pensamiento raudo llegó a su mente y lo trastocó todo. Había recordado a qué criatura pertenecían las auras pálidas, recordó aquella vez que Smerenda le indicó cómo reconocerlas y cual era cada color y entonces la miró con nuevos ojos, 100 veces más curiosos si es que era posible...

por **Agathe Duval** Jue Nov 22, 2018 9:18 am

Agathe puso los ojos en blanco. Su padre también había querido una vida con marido e hijos para ella, planeaba casarla en América con algún colono y, en aquella época, ella estaba convencida de que era lo mejor. Al fin y al cabo, era lo que le habían enseñado desde muy pequeña, era su labor como mujer. Menos mal que su abuela le abrió los ojos a tiempo.

-Eso es muy honorable. No importa la opinión de tu familia, solo la tuya, aunque tienes que entender a tus padres: solo quieren lo mejor para ti, pero si sus deseos van en contra de los tuyos, a veces tienes que ser un poco egoísta. -Agathe se encogió de hombros. -Ser egoísta no es malo, simplemente significa que buscas lo mejor para ti aunque tus seres queridos no lo aprueben.

Exploró un poco más la mente de la muchacha para enterarse de los detalles de su historia. Le parecía muy admirable la decisión de la junta educativa, pero más aún que Lorette hubiera estudiado y trabajado antes de acceder al puesto. Ella solo estudió las cosas que "toda señorita de bien" tenía que saber, como la costura, el canto, tocar el piano, poesía... Pasatiempos para entretener a los amigos de su padre. Desde que se convirtió en vampira se había cultivado mucho, con libros de historia, ciencia, geografía... y planeaba aumentar su colección poco a poco, lo cual era difícil teniendo en cuenta que no podía salir a la luz del día.

"Probablemente sea ser muy atrevida, pero tal vez un día podríamos tomar pastas y te juntas, si quisieras."

Tras esta invitación, los pensamientos de Lorette empezaron a ir más rápido de lo normal. Curiosa, Agathe clavó sus ojos en los de su interlocutora y se dedicó a leer lo que pensaba, cómo se daba cuenta de quien era ella de verdad y cómo iba hilando esta nueva información con la información que ya tenía sobre seres como ella.

-Me encantaría. -sonrió abriendo la boca del todo, enseñando sus blancos y brillantes colmillos que destellaron a la luz de la farola. -Podemos quedar cuando se ponga el sol.

por **Lorette D. Lefoy** Jue Nov 22, 2018 1:45 pm

Lorette sabía ya perfectamente qué era Agathe, sin embargo era extraño porque la chica parecía de lo más agradable y... viva. Se dijo que no debía dejarse llevar por ningún tipo de prejuicio, pues a ella no le gustaría que la juzgaran por sus poderes, pero desde luego era raro ya que Agathe era el primer vampiro que Lorette conocía en toda su vida. Aun así si eres buena persona, da exactamente igual tu condición y Lorie había decidido que ella le gustaba y que pensaba intentar ser su amiga, claro que no todo es tan simple como ella ve el mundo, la vampira tiene mucho que decir sobre si quiere a una bruja cerca de ella o no.

-No creo que mis padres quieran lo mejor para mi, más bien quieren lo mejor para la reputación de la familia. Aun así no les culpo ni guardo ningún rencor, ellos hacen lo que creen correcto y mientras yo recibo amor y tengo una figura materna de manos de mi tía, que es viuda y no tiene hijos -la chica siempre era un libro abierto, así que no le importaba lo más mínimo hablar sobre su pasado o sobre sus padres, de todas formas si quería ser amiga de Agathe acabaría contándole todo aquello. No era un secreto que los Lefoy tenían cierta reputación y a su padre no le gustaría lo más mínimo enterarse de que su hija era una bruja, hecho que por supuesto sus padres no conocían.

-Por cierto tu eres... bueno, eres la primera que conozco, como tú -esperaba no ofenderla con sus palabras, no sabía como debía dirigirse a ella, ¿No muerta? ¿Vampiro? ¿Hija de la noche? Ninguna le parecía especialmente cordial así que esperaba que la propia chica le indicara como le gustaba que les llamaran, no quería meter la pata en algo tan banal.- Me ha costado reconocerte, no soy muy buena aún con las auras, pero así como yo he tardado un rato seguro que tu has sabido desde el principio lo que era yo, ¿Me equivoco? Habrás pensado, menuda bruja de pacotilla, que no sabe ni reconocer a un vampiro....- Admitió en confianza y susurrando, descubriéndole lo que cualquiera sabría con conocerla un poco, que Lorette es lo menos peligroso del mundo.

La muchacha sonrió de forma abierta.- Mi ofrecimiento sigue en pie, pero tal vez en vez de merienda te gustaría quedar para cenar juntas en algún momento -cuando ella enseñó sus colmillos los miró con profunda curiosidad, como aquel académico que realiza un descubrimiento que encuentra de lo más fascinante. No había horror, miedo o repulsión en el rostro de Lorette pues todas las criaturas tenían un lugar en el mundo a su parecer, eso quería pensar porque si no fuera así, tendría que asumir que ella misma estaba condenada también.

por **Agathe Duval** Lun Nov 26, 2018 11:43 am

Agathe estaba segura de que si su corazón siguiera vivo, ahora mismo se calentaría por los pensamientos tan inocentes de la chiquilla. Debía ser verdad que era el primer vampiro que conocía porque no se molestaba en ocultar lo que pensaba de ella, y aunque a Agathe le importaba lo más mínimo la opinión del resto, conocía a varios vampiros que considerarían los pensamientos de Lorette una ofensa.

-Hija de la Noche es un mote que me ha fascinado siempre. -enredó el dedo índice en uno de sus dorados rizos. -¿Se consideraría entonces que los vivos sois Hijos del Día? Podéis salir a todas horas, entonces habría que buscaros otro mote. -echó su cabello hacia atrás y se sentó con las piernas cruzadas como hacían los nativos en las colonias británicas, todo sentido del decoro ya olvidado. -Vampiro es el nombre que se nos suele dar.

Sonrió con un atisbo de pena. Le caía bien esa humana, pero si no se andaba con más cuidado iba a pasarlo mal. Era un alma pura e inocente, demasiado para ese mundo en el que vivían, lleno de criaturas crueles. Los "Hijos de la Noche", como Lorette los llamaba, eran fáciles de evitar si no salías del calor de tu hogar cuando se ponía el sol, pero los humanos... Ah, los humanos. Llenos de rencor, envidia y ansias de poder. En su mundo había muchos vampiros que continuaban las rencillas de humanos, pero la mayoría se había liberado de la jaula de la cortesía, el decoro y el fingir que su vida iba como la seda.

-Lorette. -dijo con voz seria. Consideró si cogerle la mano o no, su temperatura corporal era bastante fría, pero teniendo en cuenta lo que estaba a punto de decir, igual era mejor que su acompañante conociera mejor a qué se enfrentaba. -Nosotros somos capaces de leer las auras, como los hechiceros. Y además, cuando te conviertes en vampiro adquieres ciertos poderes, algunos son comunes a toda nuestra... digamos, raza. -le cogió la mano para que notara lo fría que estaba. -Y otros son especiales, no todos los tenemos. -soltó su mano y ordenó con voz más alta. -Levántate, da una vuelta sobre ti misma y vuelve a sentarte donde estabas.

por **Lorette D. Lefoy** Lun Nov 26, 2018 1:47 pm

Lorette procesaba y asimilaba todo lo que ella decía con sumo cuidado, ya sabía que al menos hijo o hija de la noche era un término bastante poco acertado y que mejor no volviera a... Espera un momento, ella no había dicho en ningún momento en voz alta que hija de la noche fuera un término que se planteara usar, pero si lo había pensado. Con asombrosa pasmosidad y dado que Lorette era una persona bastante inteligente se percató sin necesidad de que ella lo dijera después, de que le leía la mente. Aquello si bien no la inquietó, pues se consideraba carente de pensamientos perturbadores o malos, la hizo preguntarse qué más cosas hacían los vampiros.

-Vampiro usaré a partir de entonces, aunque me ha costado percatarme de que me leías la mente. No es que me produzca rechazo porque la gente suele decir que soy un libro abierto, pero espero que no leas en mi cabeza nada que no te guste -exasperantemente buena, era una forma de llamarla, porque solo alguien como Lorette sería capaz de preocuparse por como sus palabras (o pensamientos en este caso) podían afectar a la otra persona incluso aunque ésta estuviera leyendo su mente sin su consentimiento. Por suerte era ya tan de noche que a penas había nadie en aquella plaza y si pasaba una persona se marchaba enseguida, tenían relativa intimidad en su conversación.

Sin ninguna duda sentía aún más curiosidad que antes por su especie y Agathe en sí le parecía especialmente atrayente. No solo era agradable y hermosa, además parecía lo suficientemente compasiva como para estar perdiendo su tiempo en darle consejos a una humana. Claro que Lorette tampoco era una humana corriente e insignificante, a priori parecía menos ofensiva que una mosquita muerta, pero ella misma sabía que sus poderes podían ser terribles si los usaba con un fin diferente. Cosa que jamás había hecho y esperaba no hacer nunca.

Agathe le tomó la mano y Lorette sonrió por el contacto, tonta ella pues no sabía lo que la vampiresa iba a decirle entonces. Su mano estaba muy fría pero su piel tenía la suavidad de la seda. Iba a contestar que ella no tenía miedo, que jamás osaría enfadar a un vampiro pero de pronto y sin saber muy bien el por qué se encontró a sí misma levantándose, dando una vuelta sobre sí misma y volviendo a sentarse en el banco donde estaba, y aquello que acababa de hacer no le extrañó lo más mínimo. Parpadeó un poco, eso sí.- Tus poderes parecen impresionantes, debo admitirlo, también yo se hacer algunas cosas aunque no esperes nada maravilloso, soy una hechicera novata...

Fue ella esta vez la que tomó la mano de Agathe y con delicadeza y cuidado se metió en su cabeza e instaló en sus pensamientos una ilusión, una que esperaba fuera de su agrado y trajera sentimientos positivos. En aquella visión la joven era aun una vampiresa, pero caminaba bajo el sol de París en una plaza igual de enorme que aquella. En la ilusión la joven Agathe podía sentir perfectamente la cálidez del sol sobre su piel, los rayos de luz rozando todo su cuerpo e iluminando sus hermosas facciones. Pero al contrario de lo que pasaría en la realidad no se quemaba ni le ocurría nada, y en ese momento sentía felicidad. Y Lorette deshizo la ilusión de su mente.

por **Agathe Duval** Sáb Dic 08, 2018 10:50 am

La sonrisa de Agathe se iba haciendo más amplia según escuchaba sus palabras. Cada vez le caía mejor aquella humana y cada vez le daba más pena. Menos mal que había pillado con ella y no con otro vampiro, pues de lo contrario yacería en el suelo con la garganta abierta ante tanta, aunque inocente, imprudencia.

-No te preocupes. No eres una amenaza para mi, y veo a mi yo joven reflejada en ti. Llena de alegría, inocencia y... vida. -ante esto último dejó escapar una carcajada.

El rostro de Lorette cuando se dio cuenta de lo que acababa de hacer produjo un extraño sentimiento de culpa en Agathe. A pesar de que no lo había hecho para reírse de ella, le pareció que así se lo había tomado la hechicera, por eso cuando le cogió la mano Agathe estaba dispuesta a retirarla hasta que...

¿...era eso... calor? ¿Podía ser que estuviera sintiendo calor en su piel? No un calor que le ardía y le quemaba la delicada piel de vampira, sino un calor agradable, como aquellos días de primavera que tanto le gustaba aprovechar con su abuela. Notó como su cuerpo se iba calentando, y su frío y muerto corazón experimentó también esa sensación. Miró hacia arriba mientras caminaba y pudo ver y sentir el sol en su rostro, eliminando las preocupaciones, sus temores y toda su tristeza...

...y tan pronto como vino, se fue. Agathe parpadeó y la visión del sol se difuminó, dejando lugar a la agradable cara de Lorette.

-¿Porqué has hecho eso? -exclamó con una mezcla de ansiedad y tristeza.

por **Lorette D. Lefoy** Lun Dic 10, 2018 7:37 am

Lorette rara vez usaba sus poderes con nadie, pero la mujer que tenía en frente sabía de sobra lo que era ella y no se sorprendería porque los empleara. Le gustaba la idea de conocer en persona a un vampiro, sobre todo después de que Smerenda le hubiera contado un montón de historias sobre ellos, aunque no había podido comprobarlo con sus propios ojos. Ella sabía que aun siendo humana tenía un pie dentro del mundo sobrenatural y que no podía ignorarlo durante más tiempo...

-Eso te lo puedo confirmar sin necesidad de que indagues en mi mente... Yo jamás haría daño a nadie que no tenga malas intenciones contra mía. Pero no te preocupes, no me molesta que lo hagas, no hay nada en mis pensamientos o en mi ser que me haga temer que me los leas, soy demasiado transparente siempre -confirmó, como si no estuviera suficientemente claro. Agathe habló de que se parecía a ella y no pudo evitar preguntarse que edad tendría la vampira, vamos la edad real. Decidió no preguntárselo pero suponía que ella lo leería en su mente y si le apetecía contestar lo haría.

Lorie sintió una punzada en el pecho, bastante fuerte cuando ella la miró con cara de tristeza y le preguntó por qué lo había hecho. Ella pensaba que invocaba una ilusión agradable y deseada, una forma de demostrarle que podían ser amigas pero había conseguido justo lo contrario. Se mordió el labio, dubitativa y culpable.- Yo... lo siento muchísimo, no pretendía entristecerte... pensé que tal vez te gustaría rememorar la sensación del sol... Uffff, lo siento tanto, soy una idiota.

Se llevó las manos a la cara consternada, acababa de hacer una tontería cuando su única intención era despertar en ella sentimientos hermosos. A veces se comportaba como una niña, le afectaba tanto hacer daño a los demás que su propio pecho solía reflejar ese dolor y por ende fastidiarla el doble. Su tía siempre le decía que era excesivamente empática, quizá por eso podía perdonar y comprender a los demás con tanta facilidad. Pero se había equivocado y seguramente Agathe no querría volver a verla en la vida.- Lo siento de corazón, será mejor que te deje en paz, mis deseos de te y galletas se quedarán en mis sueños... Perdóname. -dijo mientras se levantaba del banco, turbada y dispuesta a marcharse.

por **Agathe Duval** Sáb Dic 15, 2018 12:30 pm

Agathe se levantó rápidamente y teniendo en cuenta sus reflejos vampíricos, casi se puso de pie antes que Lorette.

-¡No! Quiero decir... No te vayas.

Con la vista nublada se apoyó en el banco. En su piel no sentía nada debido a que las ilusiones solo ocurrían en la mente, pero deseaba tanto volver a sentirlo... Hacía más de 15 años que no sentía calidez en su frío y muerto cuerpo, y la ilusión de Lorette casi había sido como volver a la vida. No sabía si los vampiros podían llorar, pero ella sentía en su pecho la misma sensación angustiosa que sentía cuando era humana.

-Yo... necesito recomponerme. Ha sido tan de repente que no me ha dado tiempo a darme cuenta de lo que pasaba, y una vez se ha acabado... -susurró. Un mechón rizado se interpuso en su vista y Agathe lo recogió detrás de la oreja. -Siento haberme puesto así, Lorette.

Con mirada triste se dirigió a la hechicera. No había conocido a muchos de ellos en su vida, pero a esta se le veía que no tenía mucha experiencia a pesar de que solo quisiera obrar el bien. Pero a veces la impulsividad tenía un precio, y no había cosa que Agathe quisiera mostrarle más que eso a su compañera.

-Deseo tener tu don para poder mostrarte que pasará si haces esto con otro vampiro. No quiero importunarte, ni decirte que hacer con tu vida. -suspiró y dio un pequeño paso hacia ella. -Solo quiero protegerte.

por **Lorette D. Lefoy** Dom Dic 16, 2018 9:42 am

Lorette se puso en pie dispuesta a marcharse, no por dramatismo o por capricho sino porque pensaba que realmente era necesario para que su interlocutora se sintiera mejor. Aunque le sorprendió muchísimo que la chica se levantara con velocidad y se plantara justo frente a ella, creía que la había ofendido y que lo que menos querría la vampiresa en semejante momento era verla... ¿Tal vez se equivocaba? Tendría que preguntárselo para saberlo, así que eso hizo, dio un paso hacia delante deteniendo su marcha y habló.

-Pensé... pensé que te había ofendido, ¿No es así? -dijo con una mueca extrañada en su cara, habiéndose detenido en medio de la calle justo frente al banco. En aquel momento la plaza estaba completamente desierta así que tenían relativa intimidad al hablar. El frío se volvía más intenso a cada minuto que pasaba y la noche estaba ya completamente cerrada. Lorie se dijo que su tía se preguntaría muy pronto donde estaba... Pero no podía irse, quería saber exactamente lo que había pasado con Agathe y aprender de ello.

Lorie sintió una punzada de terrible culpabilidad cuando ella se disculpó pues ni quería semejante disculpa ni pensaba que hubiera en aquella plaza nadie con la culpa más que ella, negó con la cabeza con insistencia.- Agathe la que debe una disculpa soy yo, no tú... Perdona que te tutee pero es la verdad. Pensé que creaba un momento agradable y no me he detenido ni un solo segundo a valorar las consecuencias de mis actos o como podrían sentarte a ti. Suelo ser una persona poco compulsiva y contigo lo he sido, tal vez la emoción de conocer a alguien de tu raza me ha nublado demasiado el juicio... -musitó visiblemente molesta consigo misma por lo que acababa de hacer, aunque fuera con la mejor intención la había hecho daño por culpa de su maldita ignorancia sobre los seres sobrenaturales como ella... Tendría que ponerse las pilas con Smerenda y aprender a mayor velocidad.

Cuando la joven vampiresa avisó a Lorie de que lo que acababa de hacer podía ser peligroso, la francesa asintió enérgicamente. Lo había comprendido al instante, había podido ver que ella no era agresiva ni intimidatoria pero la estaba dando un aviso que gritaba claramente "No todos son como yo" y la hechiera haría bien en recordar su advertencia si no quería acabar muerta antes de lo debido.- Tienes toda la razón... Es tan poco lo que se sobre vosotros, he sido siempre tan ciega a todo esto. Y encima soy una novata con mis poderes, a penas los controlo a mi voluntad. -admitió con turbación, mientras volvía a sentarse en el banco con pesadez y malestar por todo: la situación, haber ofendido a Agathe, el miedo por su advertencia y su control inexperto de sus poderes...

por Contenido patrocinado

Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy

Re: Can you see...? | Lorette D. Lefoy