Kendra Shaire Vasiliev {Dementia}

Nombre del Personaje: Kendra Shaire Vasiliev

Edad: 21

Especie: humano

Tipo y Nivel Social: Clase baja

Lugar de Origen: Rusia

Habilidad/Poder:
Saber todo sobre las leyendas, tener un corazón congelado. Atreverse a jugar con el fuego sin estar consiente.

Descripción Física:


Descripción Psicológica:
Duendes, hadas, trolls, gnomos, sirenas, sílfides, dragones, enanos, gigantes, pegasos, unicornios, ángeles y demonios… Todo lo que la imaginación pueda crear, por muy insignificante que paresca para Dementie siempre será real. Ve cosas que otros no pueden y mientras los demás se burlan de ella, gritando con desprecio que es una loca más en este mundo, Dementia continúa con su cantata, en la cual suplica por las ánimas de los ignorantes. Su mente en una espirar infinita en donde cada curva te trasporta a un mundo diferente, lleno de magia y aventuras inimaginables. Sufre de paranoia como cualquier loco. Los impulsos por los cuales se rige, quizá, estén pensados, tal vez no ¿En realidad importa cuando se esta demente?
Mujer soñadora, alegre y entusiasta. Muy pocas veces se le verá sumergida en la tristeza, su falta de memorias le han convertido en una niña que peca de inocencia, en una dama que abusa de su estado para confundir a las mentes débiles, en un animal que se guía por sus instintos… El miedo es una de las razones por las cuales dejo atrás su cordura y ahora que no le presta atención a las pesadillas, esta lejana a esa absurda emoción. Fiel creyente de las festividades paganas, bruja en sus tiempos libres, aristócrata en sus tiempos de ociosidad. Quiere, estima y ama de forma incondicional, siempre y cuando sea un sentimiento fraternal. El amor filial está prohibido, no solo para ella y su locura, también para quien desee amarla. En la soledad encuentra refugio y las respuestas necesarias a preguntas incoherentes. En el silencio escucha la melodía más hermosa y en el ruido no puede sentir nada.
Vulnerable, fuerte. Sincera, mentirosa. Humilde, altanera.
Inmiscuida en su mundo, ella es Dementia…

Historia:

“¿Un corazón que ha sido destrozado puede seguir latiendo?”

Yo solo soy un narrador, quien ha decorado con letras, palabras y frases estúpidas una trágica historia. El porque de alguien que lo tuvo todo muere para despertar en la nada, las razones y los motivos que sobran ante las miradas llenas de juicios. Supongo que no importa, a nadie le interesa, siempre es igual, primero golpean al peón, después preguntan quién lo mando.
¿Alguna vez cambiará?

El amor destroza corazones y convierte en demonios a los ángeles del cielo, el amor transforma en su totalidad. Quien dijo que ese sentimiento es maravilloso y lo puede todo, no conocía el pasado de Dementia. Adoquinada con una belleza irreal, una sabiduría de envidiable y la herencia de toda una dinastía, Shaire era la hembra perfecta para desposar. Ezequiel…
Enamorada de quien aparenta y no de lo que era, ella le entrego todo lo que poseía, su corazón y su fortuna. Cada mísera parte que fuese marcada con el nombre prohibido de Kendra Shaire Vasiliev, le pertenecía a él, a su empedernido amante Ezequiel.

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Sí, sí, ¡Sí! Amé todo cuanto pude, me sacrifiqué en su nombre y me pagaron con la traición. Aún recuerdo el día de su promesa, el cielo se encontraba en plena gloria, sin luna, pero con la infinidad de las estrellas observándonos, como ojos de Dioses en la inmensidad del universo. El viento soplaba lento, así es… nos acariciaba tranquilamente mientras dibujaba con sus delicados labios círculos frívolos en mi piel. A lo lejos el cantar de una cascada tranquilizaba mi ser, era tan mágico, miles de luciérnagas se desprendieron de la maleza cuando nuestros cuerpos en uno solo se fundieron. Destellos de múltiple color, mire pasar frente a mí cuando él, cuando Ezequiel me mostraba lo que era el amor. Durante un efímero instante logre tocar, ver, admirar, sentir el edén dentro de mí… La historia perfecta ¿Y el final feliz?
Desperté a su lado, aún reposando mi cabeza en su pecho y escuchando los latidos de su corazón, pero él ya no estaba vivo… El dolor que sentí en ese momento fue desquebrajador, un vacío infinito, me doblegue hasta el borde de la locura, una parte de mí había muerto, fue como si miles de cuchillos se abrieran paso en mi cuerpo para llegar hasta mi sangre. Como si las estacas atravesaran cada parte de mí hasta lograr asegurarse de que no era yo un vampiro, igual que si la hoguera en medio de una antigua aldea ardiera cual infierno desprendiendo en el humo negro mi nombre. ¡Ezequiel estaba muerto!
Yo que dormía a su lado aún respiraba, yo que estaba allí… ¡Maldición! Un grito ahogado por mi agonía interna, resucita de las tinieblas al ver un espectro alimentarse de él. Un monstruo con mirada profunda, lo esmeralda en sus pupilas aún puedo verlo gravado dentro de mi cabeza, ese par de ojos son mi pesadilla, la fuente de todos mis males y la razón por la cual casi no duermo. Su pelaje era obscuro al igual que el manto de la muerte, sus garras afiladas destrozaron en un instante a quien yo amaba más que a la vida misma. No lo advertí la luna le llamaba por su nombre ¿Dónde que antes no la vi? Las horas pasaron desde que en el crepúsculo me entregué a él, la madrugada había llegado y con ella la aparición de ese círculo plateado en el cielo. La fuerza de la bestia se disipo cuando por el horizonte un rayo solar nos alcanzo y yo empapada con su sangre me disputaba la vida. Mis entrañas deseaban salir de mi interior, mi locura estaba por aflorar. Me aferré a lo que quedaba de su cuerpo, me encadené a su recuerdo. La tristeza me estaba consumiendo por completo, el llanto demacraba mi pálida piel, el tiempo se tragaba mi belleza, quien una vez fue la más bella estrella en lo alto del cielo, ahora tan solo era una roca fúnebre y sin sentido.
Una vez, al revisar mi rostro en un espejo me di cuenta del fantasma en el que me convertí. Despechada acudí a la única esperanza que me quedaba, me refugié en las lejanías del bosque hasta perderme en la magia gitana, una vez allí se me confesaron las leyendas, tome todo el dolor que tenía y lo mute a odio, pero Ezequiel aún seguía siendo parte de mí; Emuel… un gitano común entre los demás, al menos eso era lo que para mí representaba, él no pensaba lo mismo y se enamoro de la chica equivocada, su obsesión hacia mi persona lo arrastro hasta la demencia, con él se fue mi cordura. Me utilizo, me engatuso, profano mi cuerpo, me vendió… Sí la aristocracia a la cual pertenecí compraba a sus esclavos y la desventura decidió que era mi turno.
Humillada por aquel quien se hacía llamar conde, perdí la humanidad que en mí yacía. Con la sangre que derrame tras haber sido brutalmente violada por un quinteto de zánganos, arrojé un conjuro al viento. Si mis recuerdos me atormentaban, entonces era tiempo de olvidar, si mi debilidad era el miedo, entonces era el tiempo perfecto para desvanecerlo, si mi conciencia y mi cordura me convertían en una prisionera de este mundo y sus infortunios, entonces era tiempo para perderme en mi propio universo… Dementia.

Mi maldición
Tú ya no tienes permitido amar, así que bajo ninguna circunstancia puedes enamorarte. No debes, no tienes, si rompes tu palabra, ese al que amas morirá y si en verdad crees amarlo, no lo sacrificarás. Tus ojos serán igual que el vacío, no se reflejará en ellos ningún atisbo de sentimientos o emociones, el corazón en tu pecho permanecerá con sus latidos constantes y en el calor de tu vientre, ni la adrenalina, ni el vértigo en el yacerán. Tu cabello será la cascada perfecta del tinte escarlata, sangre que por tu nombre fue derramada. Cuerpo albino, pureza perdida, ángel caído…
Petrificado tu rostro, siempre inescrutable, marmóreo… Serás la hermosa gárgola del cementerio a quien todos admirarán pero que nunca sentirá nada por aquella diabólica devoción. Ciega ante el amor, frívola e indiferente a los demás. El cielo ya no llorará tu nombre, el viento no te acariciará ni la tierra germinará con tu sangre. Tú ya no tienes permitido amar.
Obscuridad y penumbra constante, delirio, tortura y condena acechante. Amarte será el infierno por que de tus labios no se desperdiciará ningún cálido beso, solo el frío de tu aliento. Y si te atreves a sentir el calor de nuevo en tu piel, todo a tu alrededor perecerá, es tu maldición, la marca en tu eternidad. Gélida… Siempre sin piedad, la demencia cubrirá tus pensamientos y el abrigo de la soledad será lo único que te rodeará. Ama al demonio que te esclavizo, solo así terminarás con tu dolor…

Eres todo y nada a la vez. Todo cuando lo conociste, nada cuando lo perdiste.


Datos Extras:
- Profeta – Animal cantor – vestigio de vidas pasadas – Locura – Muerte – creyente – atea – Bailarina – Cantante - Músico – Poeta -