AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Espíritu vs Cuerpo vs Sentimientos **Lionel**
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Espíritu vs Cuerpo vs Sentimientos **Lionel**
Cada dos semanas, tenía un día libre en la Taberna, y podía descansar o pasarlo con mi padre. La semana pasada mi padre parecía haber empeorado, pero a principios de esta semana la cosa parecía mejorar. No había estado devolviendo todas las noches, ni había sentido aquellos terribles dolores que le hacían despertarse en la mitad de la penumbra de la noche y maldecir a todos los dioses por haberle castigado de un modo tan injusto. Quizás para mí, lo más duro de la enfermedad, era escuchar a mi padre repetir día tras día, cuánto deseaba morir. Cierto es que era algo que ya tenía más que asumido, pero aún así, es doloroso ver a alguien tan importante en tu propia vida, implorando su muerte.
¿Egoísta? No lo creo, el buscar un día para poderme evadir de la realidad que había en mi casa, no lo consideraba algo egoísta, sino algo que realmente necesitaba, algo que mi mente me pedía. Salir de casa, vivir un poco, aunque fuesen sólo unas horas. Así que decidí salir, tras asegurarme de que mi padre estaba bien, y me vestí con un sencillo vestido de color verde oscuro, con detalles en burdeos, que cubría mis brazos con unas mangas ajustadas, un escote poco pronunciado dejaba entrever una muy leve curvatura pectoral y mi silueta, era marcada por la propia caída de la tela de la falda del vestido.
Tras despedirme de mi padre, me coloqué el abrigo abrochando todos los botones y salí de casa empezando a pasear campo a través hasta que a lo lejos divisé el circo gitano. ¿Cómo era posible que en aquel lugar se pudiese respirar tanta magia? Desde pequeña me habían encantado los circos gitanos, sobretodo por sus bailarinas, las cuales tenían un estilo muy personal y particular, pero no por ello menos elegante.
En pocos minutos alcancé el circo y me paseé entre sus calles, calles dispuestas entre casetas de entretenimiento y carpas. Me detuve frente a una carpa en la que la entrada estaba abierta, invitando a cualquier persona a entrar. Y así lo hice, y me encontré con un espectáculo que superaría la belleza de cualquier ballet. Bailarinas con unos trajes vistosos, llenos de brillos y tonos etéreos. Me quedé algo boquiabierta y me adentré más en la carpa sentándome en un lugar apartado, observando los movimientos de las bailarinas. ¿Las envidiaba? Mentiría si mi respuesta fuese no.
Ellas podía expresar sus sentimientos con la danza, y ganar dinero con ello. A fin de cuentas, habían cumplido a medias el sueño que yo tenía, mi máxima aspiración, poder llegar a formar parte del Ballet de París, y poder deleitar con mis danzas a las personas.
No pude resistirme más y terminé poniéndome en pie, imitando de forma disimulada algunos de los pasos de las bailarinas. Hacía semanas que no me movía de tal modo, mi estado de ánimo no me incitaba a bailar, y temía olvidarme de los pasos. Pero en ese instante, comprobé que realmente me acordaba de ellos, y con la misma soltura y agilidad que ellas podía mover mis piés.
Una de las bailarinas se fijó en mí y me sonrió, a eso yo respondí con una nerviosa sonrisa, deteniéndome al instante como si me avergonzase que me hubiese pillado imitando sus movimientos. Me sonrojé levemente y me volví a sentar dejando mis manos, con los puños cerrados, sobre mi regazo, tratando de contener las ganas de seguir imitándolas. Pero mis piés, seguían moviéndose de forma leve al ritmo de los de las jóvenes bailarinas.
¿Egoísta? No lo creo, el buscar un día para poderme evadir de la realidad que había en mi casa, no lo consideraba algo egoísta, sino algo que realmente necesitaba, algo que mi mente me pedía. Salir de casa, vivir un poco, aunque fuesen sólo unas horas. Así que decidí salir, tras asegurarme de que mi padre estaba bien, y me vestí con un sencillo vestido de color verde oscuro, con detalles en burdeos, que cubría mis brazos con unas mangas ajustadas, un escote poco pronunciado dejaba entrever una muy leve curvatura pectoral y mi silueta, era marcada por la propia caída de la tela de la falda del vestido.
Tras despedirme de mi padre, me coloqué el abrigo abrochando todos los botones y salí de casa empezando a pasear campo a través hasta que a lo lejos divisé el circo gitano. ¿Cómo era posible que en aquel lugar se pudiese respirar tanta magia? Desde pequeña me habían encantado los circos gitanos, sobretodo por sus bailarinas, las cuales tenían un estilo muy personal y particular, pero no por ello menos elegante.
En pocos minutos alcancé el circo y me paseé entre sus calles, calles dispuestas entre casetas de entretenimiento y carpas. Me detuve frente a una carpa en la que la entrada estaba abierta, invitando a cualquier persona a entrar. Y así lo hice, y me encontré con un espectáculo que superaría la belleza de cualquier ballet. Bailarinas con unos trajes vistosos, llenos de brillos y tonos etéreos. Me quedé algo boquiabierta y me adentré más en la carpa sentándome en un lugar apartado, observando los movimientos de las bailarinas. ¿Las envidiaba? Mentiría si mi respuesta fuese no.
Ellas podía expresar sus sentimientos con la danza, y ganar dinero con ello. A fin de cuentas, habían cumplido a medias el sueño que yo tenía, mi máxima aspiración, poder llegar a formar parte del Ballet de París, y poder deleitar con mis danzas a las personas.
No pude resistirme más y terminé poniéndome en pie, imitando de forma disimulada algunos de los pasos de las bailarinas. Hacía semanas que no me movía de tal modo, mi estado de ánimo no me incitaba a bailar, y temía olvidarme de los pasos. Pero en ese instante, comprobé que realmente me acordaba de ellos, y con la misma soltura y agilidad que ellas podía mover mis piés.
Una de las bailarinas se fijó en mí y me sonrió, a eso yo respondí con una nerviosa sonrisa, deteniéndome al instante como si me avergonzase que me hubiese pillado imitando sus movimientos. Me sonrojé levemente y me volví a sentar dejando mis manos, con los puños cerrados, sobre mi regazo, tratando de contener las ganas de seguir imitándolas. Pero mis piés, seguían moviéndose de forma leve al ritmo de los de las jóvenes bailarinas.
Therèse Mercier- Humano Clase Baja
- Mensajes : 52
Fecha de inscripción : 22/12/2010
Re: Espíritu vs Cuerpo vs Sentimientos **Lionel**
-Todo se convertía en una ajena entrevista con la monotonía, al principio querías que aquesta desapareciese y como un niño desesperado exigir por alguna que otra aventura...pero más adelante deseabas silenciosamente que siguiera la misma monotonía para no encontrarse con ninguna de las sorpresa que deparaba la vida, cierto era que muchas vestían de crueldad mientras que otras parecían dóciles a los designios del destino. Como cada mañana Lionel se levantó calentando sus manos con su aliento debido a que su tienda no tenia suficiente calor dentro, se habia acostumbrado al frío también era cierto ya que en todas las épocas era normal tener frío o calor.
De desayuno un vaso de leche y un trozo de pan que estaba algo endurecido por las altas temperaturas que en el fondo se agradecían puesto que el pan duraba de esa forma un poco más aunque luego tuviese que prender una hoguera para calentarlo. Del mismo modop cuando terminaba de desayunar marchaba a una laguna cercana para lavarse la cara y si era necesario ducharse en aquella misma, habia aprendido a tomarse las cosas con calma dejando que el aire de la mañana y el agua hicieran su trabajo. Acudía luego al trabajo o lo que quedaba de él puesto que en muchos puestos nadie quería tener a un gitano trabajando para ellos...que la gente te juzgase o fueras una mera mano de obra barata era a lo que la mayoría tenía que contentarse.
Al fin despues de tanto buscar habia encontrado un trabajo para cargar cosas de una carreta debido a que el dueño tenia problemas de espalda, le pagarón como siempre lo necesario para sobrevivir un día más...se lo guardó en el bolsillo. Aquel día seguramente hubiera vuelto a la tienda para dormir una pequeña siesta despues de haber madrugado tanto pero de pronto quiso sentirse apreciado o rodeado de las personas que podrían hacerle sentir bien como los suyos. ¿Qué otro lugar había más que el circo gitano? donde los hombres mostraban su fuerza, donde las ancianas se sentían útiles y atractivas para los ojos de aquellos que deseaban preguntarles o sin duda alguna las bailarinas aquellos bailes que atraían a todo hombre y mujer dejando como premio algún que otro suspiro o como muchas veces monedas.
Cuando se acercó sonrió, habia personas que ya le conocían asi que le saludaron con tranquilidad, a él le habian propuesto trabajar en el circo gitano más de una vez pero debido a sus continuos rechazos ya tan solo quedaba aquella sonrisa en sus labios, le gustaba aquel ambiente era donde había crecido aunque algunos hombres no le aceptaban del todo debido a su color de piel, el maldito color de piel de su padre biológico aquel que habia tenido el descaro de abandonar a su madre...observó mientras caminaba como varios aplausos estaban ne el orden del día, las bailarinas estaban haciendo un buen trabajo.
De reojo admiró como una mujer también estaba bailando o imitando sus movimientos lo que podía decir que era verdaderamente buena, una sonrisa de satisfacción cruzó su boca mientras ignoraba al destino y como esta vez se vestía de blanco para alejar a la quejosa monotonía de aquel sitio. Lionel escondió las manos en los bolsillos aunque su atuendo no era del todo adecuado para acercarse a una mujer lo ignoró, su camisa entre-abierta que dejaba casi todo su torso al descubierto, unos pantalones por la cadera que mostraban su silueta masculina mientras sus manos estaban enfundadas en unos guantes viejos que no tardó en hacer desaparecer cuando se colocó al lado de la mujer. Al parecer una de las gitanas ya se habia fijado en ella y había sentido verguenza...con una sonrisa miró a la mujer susurrando cerca de su oído-
Soy un condenado admirador que ruega por un baile a vuestro lado...¿podríais satisfacer aqueste mi deseo mademoiselle?
-No quería asustarla, pero se sentía quizás emocionado en mucho tiempo, siempre habian mencionado lo torpes que eran los gitanos al acercarse a las mujeres ya que no sabian hacerlo con el indicado tacto ¿Sería aquello cierto? sonrió alejándose un poco queria que solo ella escuchase aquella invitación, sonrió a una de las bailarinas que conocía la cual solamente perdió el ritmo unos momentos para hábilmente poder continuar con él. Con una sonrisa Lionel esperaba la respuesta de la dama mientras seguia enterrando las manos en los bolsillos por si aquella mujer lo alejaba o se asustaba..."dios quiera que no se asuste" pensó mientras viajaba su mirada torpemente a otro lado-
De desayuno un vaso de leche y un trozo de pan que estaba algo endurecido por las altas temperaturas que en el fondo se agradecían puesto que el pan duraba de esa forma un poco más aunque luego tuviese que prender una hoguera para calentarlo. Del mismo modop cuando terminaba de desayunar marchaba a una laguna cercana para lavarse la cara y si era necesario ducharse en aquella misma, habia aprendido a tomarse las cosas con calma dejando que el aire de la mañana y el agua hicieran su trabajo. Acudía luego al trabajo o lo que quedaba de él puesto que en muchos puestos nadie quería tener a un gitano trabajando para ellos...que la gente te juzgase o fueras una mera mano de obra barata era a lo que la mayoría tenía que contentarse.
Al fin despues de tanto buscar habia encontrado un trabajo para cargar cosas de una carreta debido a que el dueño tenia problemas de espalda, le pagarón como siempre lo necesario para sobrevivir un día más...se lo guardó en el bolsillo. Aquel día seguramente hubiera vuelto a la tienda para dormir una pequeña siesta despues de haber madrugado tanto pero de pronto quiso sentirse apreciado o rodeado de las personas que podrían hacerle sentir bien como los suyos. ¿Qué otro lugar había más que el circo gitano? donde los hombres mostraban su fuerza, donde las ancianas se sentían útiles y atractivas para los ojos de aquellos que deseaban preguntarles o sin duda alguna las bailarinas aquellos bailes que atraían a todo hombre y mujer dejando como premio algún que otro suspiro o como muchas veces monedas.
Cuando se acercó sonrió, habia personas que ya le conocían asi que le saludaron con tranquilidad, a él le habian propuesto trabajar en el circo gitano más de una vez pero debido a sus continuos rechazos ya tan solo quedaba aquella sonrisa en sus labios, le gustaba aquel ambiente era donde había crecido aunque algunos hombres no le aceptaban del todo debido a su color de piel, el maldito color de piel de su padre biológico aquel que habia tenido el descaro de abandonar a su madre...observó mientras caminaba como varios aplausos estaban ne el orden del día, las bailarinas estaban haciendo un buen trabajo.
De reojo admiró como una mujer también estaba bailando o imitando sus movimientos lo que podía decir que era verdaderamente buena, una sonrisa de satisfacción cruzó su boca mientras ignoraba al destino y como esta vez se vestía de blanco para alejar a la quejosa monotonía de aquel sitio. Lionel escondió las manos en los bolsillos aunque su atuendo no era del todo adecuado para acercarse a una mujer lo ignoró, su camisa entre-abierta que dejaba casi todo su torso al descubierto, unos pantalones por la cadera que mostraban su silueta masculina mientras sus manos estaban enfundadas en unos guantes viejos que no tardó en hacer desaparecer cuando se colocó al lado de la mujer. Al parecer una de las gitanas ya se habia fijado en ella y había sentido verguenza...con una sonrisa miró a la mujer susurrando cerca de su oído-
Soy un condenado admirador que ruega por un baile a vuestro lado...¿podríais satisfacer aqueste mi deseo mademoiselle?
-No quería asustarla, pero se sentía quizás emocionado en mucho tiempo, siempre habian mencionado lo torpes que eran los gitanos al acercarse a las mujeres ya que no sabian hacerlo con el indicado tacto ¿Sería aquello cierto? sonrió alejándose un poco queria que solo ella escuchase aquella invitación, sonrió a una de las bailarinas que conocía la cual solamente perdió el ritmo unos momentos para hábilmente poder continuar con él. Con una sonrisa Lionel esperaba la respuesta de la dama mientras seguia enterrando las manos en los bolsillos por si aquella mujer lo alejaba o se asustaba..."dios quiera que no se asuste" pensó mientras viajaba su mirada torpemente a otro lado-
Lionel D'Maine- Gitano
- Mensajes : 1639
Fecha de inscripción : 14/09/2010
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Re: Espíritu vs Cuerpo vs Sentimientos **Lionel**
¿Cómo era posible que gente que viviese con tal pobreza, como la mía, pudiese destilar tanto encanto, magia, elegancia…? Una leve sonrisa estaba dibujada en mis labios mientras seguía contemplando a las bailarinas danzar de un lado a otro, creando figuras con sus cuerpos, uniéndose las unas a las otras para formar otras figuras incluso más elegantes que las singulares.
Estaba tan centrada en observar cada uno de los gestos y movimientos de las danzarinas, que ignoraba el frío que hacía en la carpa, incluso ignoré algo que pasó casi desapercibido por el rabillo de mi ojo. Se trataba de una figura humana, que se situó tras de mí. La vi, es cierto, pero toda mi atención estaba posada en las jóvenes del centro de la pista que practicaban sus pasos y sus coreografías, y no presté ni la más mínima atención al joven que se situó tras de mí.
Pero, algo sí que hizo que me percatase de su presencia. Sentí su cálido aliento cerca de mi oído y una voz varonil y suave que me habló. Admitiré que aquello no me lo esperaba en absoluto, pues creía que pasaría desapercibida en la carpa.
Me levanté inmediatamente envarándome y me giré mirando al joven. Cuando me fijé en él, en su juventud, en su atractivo físico y en la piel que sus ropas no cubrían,… el rubor, sin más, acudió a mis mejillas de forma súbita.
Sentía el calor en mis carrillos, incluso en mis orejas, y luchaba por mantener una nerviosa sonrisa. ¿Por qué nerviosa? No era la primera vez que tenía tan cerca a un joven. En la Taberna siempre estaba rodeada de más hombres que mujeres. Pero la situación, sin duda, era algo peculiar.
-Yo…- Susurré desviando la mirada, y agachando el rostro con una vergüenza más que acentuada. Me pasé una mano por el pelo apartándolo tras mi oreja, desviando la mirada hacia el centro de la pista unos segundos intentando recuperar mi sonrisa.
Cuando me sentí más relajada, volví a entornar mi rostro hacia el joven gitano y le dediqué la mejor de mis sonrisas – Hace mucho tiempo que no bailo… creo que ya no se me da tan bien. Y no,… no me gustaría dejarle en ridículo monsieur – susurré con una voz suave, femenina y ligeramente melódica.
Sin saber exactamente el porqué, me vi obligada a apartar mis ojos de los suyos y volver a fijarlos en el centro de la pista. Puede que necesitase volver a relajarme, porque a decir verdad, seguía algo tensa. Y no había motivo por el que estarlo, no era más que un joven más. Podría ser perfectamente uno de mis clientes. Pero el hecho de que me hubiese dicho aquellas palabras, me daban a entender que me había visto moverme al mismo són que las bailarinas, y eso en cierto modo me avergonzaba.
Respiré profundamente y volví a mirarle aún con una suave sonrisa en mis labios. Alcé mi mano para presentarme, sólo que no lo hice del mismo modo que lo haría una señorita de alta o mediana cuna. Lo normal sería que una dama entregase su mano a un caballero con el dorso de ésta hacia arriba para ser besado. Pero yo le ofrecí mi mano de forma vertical para estrechar la suya. Quizás porque no estaba acostumbrada a la presentación como una dama, y lo más cercano que había visto a ese tipo de saludos o presentaciones, era el estrechamiento de manos entre hombres.
Sin más, pronuncié mi breve, pero clara presentación – Me llamo Therèse, un placer monsieur…- dejé la frase abierta en espera de su nombre.
Estaba tan centrada en observar cada uno de los gestos y movimientos de las danzarinas, que ignoraba el frío que hacía en la carpa, incluso ignoré algo que pasó casi desapercibido por el rabillo de mi ojo. Se trataba de una figura humana, que se situó tras de mí. La vi, es cierto, pero toda mi atención estaba posada en las jóvenes del centro de la pista que practicaban sus pasos y sus coreografías, y no presté ni la más mínima atención al joven que se situó tras de mí.
Pero, algo sí que hizo que me percatase de su presencia. Sentí su cálido aliento cerca de mi oído y una voz varonil y suave que me habló. Admitiré que aquello no me lo esperaba en absoluto, pues creía que pasaría desapercibida en la carpa.
Me levanté inmediatamente envarándome y me giré mirando al joven. Cuando me fijé en él, en su juventud, en su atractivo físico y en la piel que sus ropas no cubrían,… el rubor, sin más, acudió a mis mejillas de forma súbita.
Sentía el calor en mis carrillos, incluso en mis orejas, y luchaba por mantener una nerviosa sonrisa. ¿Por qué nerviosa? No era la primera vez que tenía tan cerca a un joven. En la Taberna siempre estaba rodeada de más hombres que mujeres. Pero la situación, sin duda, era algo peculiar.
-Yo…- Susurré desviando la mirada, y agachando el rostro con una vergüenza más que acentuada. Me pasé una mano por el pelo apartándolo tras mi oreja, desviando la mirada hacia el centro de la pista unos segundos intentando recuperar mi sonrisa.
Cuando me sentí más relajada, volví a entornar mi rostro hacia el joven gitano y le dediqué la mejor de mis sonrisas – Hace mucho tiempo que no bailo… creo que ya no se me da tan bien. Y no,… no me gustaría dejarle en ridículo monsieur – susurré con una voz suave, femenina y ligeramente melódica.
Sin saber exactamente el porqué, me vi obligada a apartar mis ojos de los suyos y volver a fijarlos en el centro de la pista. Puede que necesitase volver a relajarme, porque a decir verdad, seguía algo tensa. Y no había motivo por el que estarlo, no era más que un joven más. Podría ser perfectamente uno de mis clientes. Pero el hecho de que me hubiese dicho aquellas palabras, me daban a entender que me había visto moverme al mismo són que las bailarinas, y eso en cierto modo me avergonzaba.
Respiré profundamente y volví a mirarle aún con una suave sonrisa en mis labios. Alcé mi mano para presentarme, sólo que no lo hice del mismo modo que lo haría una señorita de alta o mediana cuna. Lo normal sería que una dama entregase su mano a un caballero con el dorso de ésta hacia arriba para ser besado. Pero yo le ofrecí mi mano de forma vertical para estrechar la suya. Quizás porque no estaba acostumbrada a la presentación como una dama, y lo más cercano que había visto a ese tipo de saludos o presentaciones, era el estrechamiento de manos entre hombres.
Sin más, pronuncié mi breve, pero clara presentación – Me llamo Therèse, un placer monsieur…- dejé la frase abierta en espera de su nombre.
Therèse Mercier- Humano Clase Baja
- Mensajes : 52
Fecha de inscripción : 22/12/2010
Re: Espíritu vs Cuerpo vs Sentimientos **Lionel**
-Sintió aquellos remordimientos que en muchas ocasiones amenazaban con perturbar la paz interior de Lionel sobre todo en aquellos instantes tan íntimos como cuando una persona conocía a otra persona, daba igual el sexo o la edad pero aquello era como un encuentro en el que no se permitían más allegados, la vió levantarse aunque era normal su comportamiento ya que si alguien le hubiera susurrado algo al oído Lionel estaba seguro que lo primero que hubiera hecho habría sido voltear el rostro para ver quien habia sido incluso aunque no hubiera sido con mala intención pero seguramente su rapidez hubiera sido mayor que en cualquier otro momento.
Pudo admirar de una manera más clara su belleza cuando se volteó a mirar al desconocido que le habia dicho aquello al oído, el gitano, aprovechó aquel momento para dejar que su mirada acariciase con disimulo a la joven puesto que no quería parecer cualquier pervertido de aquellos que se dedicaba a mirar de tal manera a las damas que estas se asustaban solamente con aquellas formas de observar. Unos mechones acariciaron los hombros de Lionel cual caricia que pasaba desapercibida debido a su cabellera...se detuvo para apreciar que no tenía excesivo maquillaje en su rostro, aquello era sin duda hermoso.
Ya que a sus lados, en el circo gitano sobre todo muchas mujeres escondían su rostro entre kilos y kilos de maquillaje en especial las mujeres que deseaban buscar a un hombre de aquellos que tanto habian escuchado hablar, pero se olvidaban de que a los gitanos les gustaba la simpleza y eran amantes del rostro al natural de las personas, dudaba bastante que a primera vista uno de su raza se fijase en alguien que tenia por rostro labios rojizos, unos orbes completamente pintados, perfume excesivo...étc.
Al fin la escuchó hablar, el gitano asintió un poco mientras dejaba que aquella dama terminase aunque aun no alcanzaba a comprender el porqué estaba nerviosa ¿habia hecho algo? mentalmente se recriminaba que habia sido debido a su falta de tacto en especial al dirigirse hacia ella de una manera tan vulgar-
No me lo ha parecido, el baile digo...lo ha seguido a la perfección llegando a dejar que mis ojos admirasen más su baile que el de las propias bailarinas
-Aquello lo dijo en voz baja con una sonrisa en la boca, no sería demasiado bueno si una de las gitanas le escuchase sobre todo porque el gitano tambien era orgulloso, con una sonrisa volvió a desviar de igual modo sus orbes mirando hacia todos los lados, habia menos gente de la normal ya que era habitual que tuvieran demasiados espectadores, tantos, que cuando querías pasar tu debias de estar preocupado por otras cosas ( carteristas, poder andar con normalidad, los empujones ) un gran cúmulo de étc. Se sorprendió un poco cuando extendió la mano de aquella forma hacia Lionel haciendole hasta abrir los labios al no saber como reaccionar-
Therèse es un placer poder conocerla
-Tomó su mano, basando aquel saludo en dos partes, la primera en formular una sonrisa en su boca mientras estrechaba la mano con la suya de una forma mas suave, era cierto que tan solo habia visto hacer aquello a los hombres pero muchas parisinas no se quedaban atrás, la segunda parte del saludo fué en dejar que su cuerpo se inclinase hacia delante sin haber soltado la mano de la muchacha, depositando un beso en la palma de la misma con una sonrisa en los labios-
Lionel D'Maine. Enchanté aunque no se si lo he dicho bien
-Rió con ternura, no era demasiado bueno en los idiomas y eso era fácilmente reflejado. Volteó un poco el rostro lo necesario para de nuevo ver si aquella sala estaba disponible, pidió un momento a la muchacha para correr a uno de los gitanos que regentaban el circo, era bastante frecuente que viajasen por todos los lugares para ver que todo marchase bien, Lionel, señaló entonces una de las carpas con una sonrisa en la boca señalando luego también a therèse. El hombre rió estruendoso captando la vista de algunos viandantes debido a tan tremenda risotada y asintió entregándole las llaves...Lionel tenia algo de vergüenza debido al ridiculo aquel del momento de cuando la risa habia llegado a niveles que habia hasta asustado al otro gitano...suspiró finalmente, indicando con un gesto de la mano a therèse que se acercase a donde estaba Lionel aun no sabía porqué iba a mostrarle a ella ese sitio, ese apartado del circo pero...bueno, queria ver de nuevo su mirada al bailar, aquella que sin duda habia cautivado un poco más a Lionel-
Ven, te va a encantar este sitio
Pudo admirar de una manera más clara su belleza cuando se volteó a mirar al desconocido que le habia dicho aquello al oído, el gitano, aprovechó aquel momento para dejar que su mirada acariciase con disimulo a la joven puesto que no quería parecer cualquier pervertido de aquellos que se dedicaba a mirar de tal manera a las damas que estas se asustaban solamente con aquellas formas de observar. Unos mechones acariciaron los hombros de Lionel cual caricia que pasaba desapercibida debido a su cabellera...se detuvo para apreciar que no tenía excesivo maquillaje en su rostro, aquello era sin duda hermoso.
Ya que a sus lados, en el circo gitano sobre todo muchas mujeres escondían su rostro entre kilos y kilos de maquillaje en especial las mujeres que deseaban buscar a un hombre de aquellos que tanto habian escuchado hablar, pero se olvidaban de que a los gitanos les gustaba la simpleza y eran amantes del rostro al natural de las personas, dudaba bastante que a primera vista uno de su raza se fijase en alguien que tenia por rostro labios rojizos, unos orbes completamente pintados, perfume excesivo...étc.
Al fin la escuchó hablar, el gitano asintió un poco mientras dejaba que aquella dama terminase aunque aun no alcanzaba a comprender el porqué estaba nerviosa ¿habia hecho algo? mentalmente se recriminaba que habia sido debido a su falta de tacto en especial al dirigirse hacia ella de una manera tan vulgar-
No me lo ha parecido, el baile digo...lo ha seguido a la perfección llegando a dejar que mis ojos admirasen más su baile que el de las propias bailarinas
-Aquello lo dijo en voz baja con una sonrisa en la boca, no sería demasiado bueno si una de las gitanas le escuchase sobre todo porque el gitano tambien era orgulloso, con una sonrisa volvió a desviar de igual modo sus orbes mirando hacia todos los lados, habia menos gente de la normal ya que era habitual que tuvieran demasiados espectadores, tantos, que cuando querías pasar tu debias de estar preocupado por otras cosas ( carteristas, poder andar con normalidad, los empujones ) un gran cúmulo de étc. Se sorprendió un poco cuando extendió la mano de aquella forma hacia Lionel haciendole hasta abrir los labios al no saber como reaccionar-
Therèse es un placer poder conocerla
-Tomó su mano, basando aquel saludo en dos partes, la primera en formular una sonrisa en su boca mientras estrechaba la mano con la suya de una forma mas suave, era cierto que tan solo habia visto hacer aquello a los hombres pero muchas parisinas no se quedaban atrás, la segunda parte del saludo fué en dejar que su cuerpo se inclinase hacia delante sin haber soltado la mano de la muchacha, depositando un beso en la palma de la misma con una sonrisa en los labios-
Lionel D'Maine. Enchanté aunque no se si lo he dicho bien
-Rió con ternura, no era demasiado bueno en los idiomas y eso era fácilmente reflejado. Volteó un poco el rostro lo necesario para de nuevo ver si aquella sala estaba disponible, pidió un momento a la muchacha para correr a uno de los gitanos que regentaban el circo, era bastante frecuente que viajasen por todos los lugares para ver que todo marchase bien, Lionel, señaló entonces una de las carpas con una sonrisa en la boca señalando luego también a therèse. El hombre rió estruendoso captando la vista de algunos viandantes debido a tan tremenda risotada y asintió entregándole las llaves...Lionel tenia algo de vergüenza debido al ridiculo aquel del momento de cuando la risa habia llegado a niveles que habia hasta asustado al otro gitano...suspiró finalmente, indicando con un gesto de la mano a therèse que se acercase a donde estaba Lionel aun no sabía porqué iba a mostrarle a ella ese sitio, ese apartado del circo pero...bueno, queria ver de nuevo su mirada al bailar, aquella que sin duda habia cautivado un poco más a Lionel-
Ven, te va a encantar este sitio
Lionel D'Maine- Gitano
- Mensajes : 1639
Fecha de inscripción : 14/09/2010
Edad : 34
DATOS DEL PERSONAJE
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Re: Espíritu vs Cuerpo vs Sentimientos **Lionel**
Mi cuerpo estremeció por completo cuando el gitano besó mi mano. Era la primera vez que alguien lo hacía, y mi cuerpo reaccionó soltando una bocanada de aire de forma lenta y suave, produciendo un leve sonido de conformidad, similar a un suspiro de encantamiento o encandilamiento. En mis labios se dibujó una leve sonrisa algo bobalicona, me sentí como una auténtica dama, una señorita respetada, un buen partido, alguien envidiable.
Ahora ya no podía sentir celos del trato que recibían siempre las jóvenes damas de la taberna, pues yo había acabado de ser tratada como una auténtica dama. Quizás, mi reacción fuese algo delatadora, pues mi mano apretó levemente la de Lionel cuando me besó ésta, y una leve sonrisa de mis labios quedó perfilada con melancolía intentando recordar éste momento como algo feliz, algo que sin duda no olvidaría con facilidad.
“¿A caso importa que lo haya dicho bien o mal? Lo ha dicho de corazón, con la mejor de las intenciones y eso es lo que importa”, pensé y enseguida reaccioné sonriendo algo más, retrayendo las comisuras de mis labios dejando mostrar levemente la hilera de dientes blancos – El placer es mío, sin duda monsieur Lionel – afirmé aún dejando que sostuviese mi mano, aunque quizás fuese yo la que se negaba a soltar la suya aún estrechándola con suavidad, anhelando seguir sitiendo aquella suave calidez que emanaba de la mano del gitano.
Aunque mis ojos estuviesen fijos en los de él, casi de forma hipnótica, podía apreciar su sonrisa con facilidad, una sonrisa que sin duda me transmitía una sensación agradable, benévola. Y la suavidad de sus labios sobre mi mano me provocaron algo de vergüenza, pues posiblemente habría notado que mis manos no eran suaves como las de muchas de las otras damas. Sino que eran manos de una persona trabajadora, acostumbrada a “mojarse” por otros.
Sin más, el joven gitano se disculpó y se marchó en dirección al exterior de aquella carpa, dónde comenzó a conversar con otro hombre, el cual juraría que era uno de los feriantes gitanos del circo. Mi oído no era lo suficientemente agudo como para poder entender lo que hablaban, sólo podía escuchar un leve murmuro intermitente, que llegaba a mis oídos cada vez que el aire soplaba en dirección al interior de la carpa. Me sentía ridícula, ahí plantada como una cebolleta. Sí, una cebolleta, porque una cebolleta no es algo que resulte muy atractivo a simple vista, de hecho parece vulgar y mal oliente, pero a la mayoría de personas le resulta algo agradable cuando lo prueban, incluso llegan a apreciar a la cebolleta. Quizás mi comparación sea tan ridícula como mi situación, pero me sentía más o menos así. Hasta que una fuerte y retumbante risotada se hizo eco en el lugar. Provenía del hombre que acompañaba a Lionel.
Poco tardo el joven en indicarme que me acercase a él. Y sin saber por qué, no me lo pensé ni un segundo y caminé entre los asientos con gracilidad acercándome hasta Lionel, situándome a su lado mirándole a los ojos con expectación, sin saber qué estaba tramando.
Entrecerré los ojos al escuchar las palabras del gitano y miré una llave en su mano. Debía ser algo más desconfiada, podría encerrarme en cualquier lugar y hacerme cualquier crueldad. Pero dicen que los ojos, son el espejo del alma, y la primera vez que le miré a los ojos vi nobleza. Pero debía cerciorarme de que no estaba equivocada, así que volví a alzar la mirada hacia sus ojos viendo en estos la misma nobleza, e ilusión.
Asentí levemente con la cabeza – Bueno… - dije sin saber muy bien qué más decir. Acababa de conocerle y ya me llevaba a algún lugar apartado y quizás privado. Pero esperaba que de algún modo, él hubiese notado en mi mirada que confiaba en él, y que esperaba que no me decepcionase – Iré con usted monsieur, pero si intenta propasarse, no dudaré en azotarle y dejarle inconsciente – afirmé amenazadoramente, manteniéndome seria durante unos segundos, terminando por sonreir para que supiese que se trataba de una broma. Aunque si se propasase, le azotaría, y con tal fuerza que le dejaría en el suelo sin titubear.
Me dejé llevar por el Gitano hasta la otra carpa, algo espectante y curiosa, por saber lo que me iba a mostrar. Estuve a punto de preguntarle de qué se trataba, pero prefería esperar a la sorpresa, ser algo más paciente y contener la curiosidad y sorprenderme mayormente.
Ahora ya no podía sentir celos del trato que recibían siempre las jóvenes damas de la taberna, pues yo había acabado de ser tratada como una auténtica dama. Quizás, mi reacción fuese algo delatadora, pues mi mano apretó levemente la de Lionel cuando me besó ésta, y una leve sonrisa de mis labios quedó perfilada con melancolía intentando recordar éste momento como algo feliz, algo que sin duda no olvidaría con facilidad.
“¿A caso importa que lo haya dicho bien o mal? Lo ha dicho de corazón, con la mejor de las intenciones y eso es lo que importa”, pensé y enseguida reaccioné sonriendo algo más, retrayendo las comisuras de mis labios dejando mostrar levemente la hilera de dientes blancos – El placer es mío, sin duda monsieur Lionel – afirmé aún dejando que sostuviese mi mano, aunque quizás fuese yo la que se negaba a soltar la suya aún estrechándola con suavidad, anhelando seguir sitiendo aquella suave calidez que emanaba de la mano del gitano.
Aunque mis ojos estuviesen fijos en los de él, casi de forma hipnótica, podía apreciar su sonrisa con facilidad, una sonrisa que sin duda me transmitía una sensación agradable, benévola. Y la suavidad de sus labios sobre mi mano me provocaron algo de vergüenza, pues posiblemente habría notado que mis manos no eran suaves como las de muchas de las otras damas. Sino que eran manos de una persona trabajadora, acostumbrada a “mojarse” por otros.
Sin más, el joven gitano se disculpó y se marchó en dirección al exterior de aquella carpa, dónde comenzó a conversar con otro hombre, el cual juraría que era uno de los feriantes gitanos del circo. Mi oído no era lo suficientemente agudo como para poder entender lo que hablaban, sólo podía escuchar un leve murmuro intermitente, que llegaba a mis oídos cada vez que el aire soplaba en dirección al interior de la carpa. Me sentía ridícula, ahí plantada como una cebolleta. Sí, una cebolleta, porque una cebolleta no es algo que resulte muy atractivo a simple vista, de hecho parece vulgar y mal oliente, pero a la mayoría de personas le resulta algo agradable cuando lo prueban, incluso llegan a apreciar a la cebolleta. Quizás mi comparación sea tan ridícula como mi situación, pero me sentía más o menos así. Hasta que una fuerte y retumbante risotada se hizo eco en el lugar. Provenía del hombre que acompañaba a Lionel.
Poco tardo el joven en indicarme que me acercase a él. Y sin saber por qué, no me lo pensé ni un segundo y caminé entre los asientos con gracilidad acercándome hasta Lionel, situándome a su lado mirándole a los ojos con expectación, sin saber qué estaba tramando.
Entrecerré los ojos al escuchar las palabras del gitano y miré una llave en su mano. Debía ser algo más desconfiada, podría encerrarme en cualquier lugar y hacerme cualquier crueldad. Pero dicen que los ojos, son el espejo del alma, y la primera vez que le miré a los ojos vi nobleza. Pero debía cerciorarme de que no estaba equivocada, así que volví a alzar la mirada hacia sus ojos viendo en estos la misma nobleza, e ilusión.
Asentí levemente con la cabeza – Bueno… - dije sin saber muy bien qué más decir. Acababa de conocerle y ya me llevaba a algún lugar apartado y quizás privado. Pero esperaba que de algún modo, él hubiese notado en mi mirada que confiaba en él, y que esperaba que no me decepcionase – Iré con usted monsieur, pero si intenta propasarse, no dudaré en azotarle y dejarle inconsciente – afirmé amenazadoramente, manteniéndome seria durante unos segundos, terminando por sonreir para que supiese que se trataba de una broma. Aunque si se propasase, le azotaría, y con tal fuerza que le dejaría en el suelo sin titubear.
Me dejé llevar por el Gitano hasta la otra carpa, algo espectante y curiosa, por saber lo que me iba a mostrar. Estuve a punto de preguntarle de qué se trataba, pero prefería esperar a la sorpresa, ser algo más paciente y contener la curiosidad y sorprenderme mayormente.
Therèse Mercier- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 22/12/2010
Re: Espíritu vs Cuerpo vs Sentimientos **Lionel**
-Una sonrisa se habia formado incansable en los labios de Lionel, es más no habia forma de que se apartase de su rostro puesto que de reojo observaba o mejor dicho admiraba a la dama puesto que sin darse apenas cuenta el gitano estaba deseando que nadie más interrumpiesen aquellos momentos que tenía preparado para ella, era cierto que como habian dicho los gitanos no tenian sentido de la cercanía o la seducción que los franceses poseían, cuando veían a Lionel ser galante lo más que recibía era sonrisas en especial porque decían que a su edad y aún no habia podido encontrar a ninguna mujer...se decía que las mujeres gitanas se casaban incluso a la minoría de edad cosa que estaba realmente prohibida por muchos estados eso sin duda se sumaba a la lista de lo que los extranjeros no gustaban de los de su raza.
Sin embargo, ¿estaba actuando bien? acababa de conocer a aquella muchacha y ya estaba siendo muy importante para él, en el sentido de que le estaba mostrando o le iba a mostrar un sitio que nadie habia tenido la oportunidad de estar. En cambio, el dueño no habia vacilado ni un solo segundo en proveerle de la llave quizás porque pensaba que al fín el solterito de oro estaria a punto de ser todo un hombre lo cual hizo que chasquease la lengua, nadie pensaba nada bueno en especial cuando era para las otras personas, aún podía recordar cuando un hombre solamente se dedicó a hablarle de sexo o de como las hormonas de las adolescentes las hacía más deseables.
"Deja de pensar en eso"
Se gritó a si mismo mientras sonreía a la muchacha que se habia acercado, sin duda, era especial...las demas mujeres parecian estar en un circo en donde deseaban ganar, por ejemplo una morena estaba sonriendo a otra mujer mientras parecia sonreir diciendo "tengo más que tu" mientras la otra parecia mostrar sus atributos como el bolso, el paraguas, lo suficiente alto para que todos lo vieran...era una lástima que el baile de las bailarinas solo hubiera podido ser admirado por aquellos que o estaban interesados en la danza o simplemente aquellas mujeres que estaban aprendiendo a bailar-
O-oh no, no haría nada de eso...
-Colocó de pronto las manos por delante de él en un modo de auto-defensa...hasta que comprobo que lo que habia dicho era broma y le empezó a sonreir mordiéndose los labios, era obvio que se lo habia creído, es decir tenia razón se acababan de conocer eran desconocidos que se conocen un poco debido a que se conocían el nombre pero el no era de esos hombres que cuando conocian a una mujer hermosa se lanzaban hacia ella como hienas, incluso habia estado en muchas ocasiones donde habia tenido que meterse por medio ya que las mujeres solían ser más dulces, sentimentales y para nada deseaban que su primera vez fuera con un simple desconocido, se escapó una sonrisa de los labios cuando murmuró-
Prometo que si te hago algo puedes gritar, o si en cambio no te gusta lo que ves
-Le guiñó un ojo colocando con las manos sus cabellos hacia atrás, para abrir la carpa indicándole que entrase o bueno casi instándole con el dedo que lo hiciera, ya sabia como eran muchos ricos, se creían que por tener dinero podían estar en todos los sitios que ellos deseaban, por eso solo quería que ese lugar perteneciese a ellos dos, como una especie de "regalo" por parte de Lionel que parecia no ser demasiado especial. Sonrió, la carpa era espaciosa aunque tuvo que encender algunas luces para que se iluminase. Era como la carpa de circo en la que hacían los espectáculos de mayor embargadura ya que en ella habia gran cantidad de sitios donde sentarse, allí era donde practicaban las bailarinas la mayor parte de las ocasiones, con una sonrisa Lionel marchó para colocar uno de los discos de música que habia esparcidos por debajo de los primeros asientos, al principio sonó una música instrumental sobre todo de piano. Nadie conocería al autor de esa pieza puesto que era un gitano que habia sido grabado con el fruto de sus ahorros y sus esfuerzos. Se dirigió hacia el centro de la pista mientras sus cabellos como un dulce quejido rozaban sus hombros y su pecho sonriendo entonces de modo dulce pero al mismo tiempo elegante como aquellos bailarines que poseían una doble máscara, de pronto se inclinó hacia delante-
¿Me concedería este baile?
Sin embargo, ¿estaba actuando bien? acababa de conocer a aquella muchacha y ya estaba siendo muy importante para él, en el sentido de que le estaba mostrando o le iba a mostrar un sitio que nadie habia tenido la oportunidad de estar. En cambio, el dueño no habia vacilado ni un solo segundo en proveerle de la llave quizás porque pensaba que al fín el solterito de oro estaria a punto de ser todo un hombre lo cual hizo que chasquease la lengua, nadie pensaba nada bueno en especial cuando era para las otras personas, aún podía recordar cuando un hombre solamente se dedicó a hablarle de sexo o de como las hormonas de las adolescentes las hacía más deseables.
"Deja de pensar en eso"
Se gritó a si mismo mientras sonreía a la muchacha que se habia acercado, sin duda, era especial...las demas mujeres parecian estar en un circo en donde deseaban ganar, por ejemplo una morena estaba sonriendo a otra mujer mientras parecia sonreir diciendo "tengo más que tu" mientras la otra parecia mostrar sus atributos como el bolso, el paraguas, lo suficiente alto para que todos lo vieran...era una lástima que el baile de las bailarinas solo hubiera podido ser admirado por aquellos que o estaban interesados en la danza o simplemente aquellas mujeres que estaban aprendiendo a bailar-
O-oh no, no haría nada de eso...
-Colocó de pronto las manos por delante de él en un modo de auto-defensa...hasta que comprobo que lo que habia dicho era broma y le empezó a sonreir mordiéndose los labios, era obvio que se lo habia creído, es decir tenia razón se acababan de conocer eran desconocidos que se conocen un poco debido a que se conocían el nombre pero el no era de esos hombres que cuando conocian a una mujer hermosa se lanzaban hacia ella como hienas, incluso habia estado en muchas ocasiones donde habia tenido que meterse por medio ya que las mujeres solían ser más dulces, sentimentales y para nada deseaban que su primera vez fuera con un simple desconocido, se escapó una sonrisa de los labios cuando murmuró-
Prometo que si te hago algo puedes gritar, o si en cambio no te gusta lo que ves
-Le guiñó un ojo colocando con las manos sus cabellos hacia atrás, para abrir la carpa indicándole que entrase o bueno casi instándole con el dedo que lo hiciera, ya sabia como eran muchos ricos, se creían que por tener dinero podían estar en todos los sitios que ellos deseaban, por eso solo quería que ese lugar perteneciese a ellos dos, como una especie de "regalo" por parte de Lionel que parecia no ser demasiado especial. Sonrió, la carpa era espaciosa aunque tuvo que encender algunas luces para que se iluminase. Era como la carpa de circo en la que hacían los espectáculos de mayor embargadura ya que en ella habia gran cantidad de sitios donde sentarse, allí era donde practicaban las bailarinas la mayor parte de las ocasiones, con una sonrisa Lionel marchó para colocar uno de los discos de música que habia esparcidos por debajo de los primeros asientos, al principio sonó una música instrumental sobre todo de piano. Nadie conocería al autor de esa pieza puesto que era un gitano que habia sido grabado con el fruto de sus ahorros y sus esfuerzos. Se dirigió hacia el centro de la pista mientras sus cabellos como un dulce quejido rozaban sus hombros y su pecho sonriendo entonces de modo dulce pero al mismo tiempo elegante como aquellos bailarines que poseían una doble máscara, de pronto se inclinó hacia delante-
¿Me concedería este baile?
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Espíritu vs Cuerpo vs Sentimientos **Lionel**
La espectación que sentía por ver ese lugar al que quería llevarme Lionel, me mantenía más que ansiosa. En esos momentos era algo incosnciente de que podría resultar peligrosa la situación, tratándose de un completo desconocido. Pero la curiosidad me podía, y seguro que de ser una gatita, ya habría perdido alguna que otra vida.
Le miré escuchando sus palabras y asentí dibujando en mis labios una leve sonrisa de aprobación. Aunque me encontraba en la plenitud del dominio gitano, y si realmente quisiese hacerme algo, dudo que tuviese alguna opción de salir ilesa de la situación. Me ruboricé algo cuando me guiñó un ojo y me fijé en su lácio y azabache pelo el cual colocó tras sus orejas.
Tenía un aspecto suave y agradable, incluso mi mano se alzó unos centímetros de forma automática, llevada por la curiosidad de comprobar el tacto de su pelo, pero me contuve con rapidez.
Me cedió el paso hacia el interior de la magnánima carpa y avancé sintiendo mis labios separarse quedándome con una cara de asombro absoluto. Sentí mi piel estremecerse ante la frialdad del lugar, que denotaba ser sobradamente grande.
Seguí con mi mirada a Lionel el cual encendió las luces de la carpa para poderme mostrar con facilidad la embergadura de esta. Pude sentir cómo mi corazón encogía ante la magnitud de aquel lugar, sintiéndome pequeña en un mundo de gigantes- Cielo santo… - musité aún en mi asombro.
Lionel me sonrió y con su sonrisa me transmitió confianza y tranquilidad, incluso logró ruborizarme levemente. Seguí con la mirada los pasos del gitano y observé cómo colocaba un disco en un tocadiscos antiguo y una melodía anónima a piano inundó el lugar. Cerré los ojos escuchando aquellas primeras notas con deleite, sintiendo entrar cada una de ellas por mi piel hasta llegar a mi corazón.
Dicen que la música, realmente no nace en la mente, sino en el corazón.
Aún me encontraba en la entrada de la carpa cuando Lionel se acercó hacia el centro de la pista. Abrí los ojos a tiempo para poder ver sus pasos hacia la pista, y el movimiento hipnótico de su pelo rozando sus hombros y su pecho, invitando a revisar su cuerpo, cada uno de sus músculos.
Vi cómo se inclinó levemente hacia delante y me pidió de forma cortés y educada un baile.
Sonreí algo tímida y avancé hacia él sin perder la sonrisa de mis labios. Cuando llegué hasta él extendí mi mano hacia el gitano e incliné mi cabeza imitando una reverencia – Será un gran placer monsieur – susurré esperando a que él diese el primer paso en el baile, pues no sabía exactamente cómo quería danzar aquella sublime melodía cargada de sentimiento, que sin duda, hacía de aquella situación, algo agradable y memorable… Algo, épico.
Le miré escuchando sus palabras y asentí dibujando en mis labios una leve sonrisa de aprobación. Aunque me encontraba en la plenitud del dominio gitano, y si realmente quisiese hacerme algo, dudo que tuviese alguna opción de salir ilesa de la situación. Me ruboricé algo cuando me guiñó un ojo y me fijé en su lácio y azabache pelo el cual colocó tras sus orejas.
Tenía un aspecto suave y agradable, incluso mi mano se alzó unos centímetros de forma automática, llevada por la curiosidad de comprobar el tacto de su pelo, pero me contuve con rapidez.
Me cedió el paso hacia el interior de la magnánima carpa y avancé sintiendo mis labios separarse quedándome con una cara de asombro absoluto. Sentí mi piel estremecerse ante la frialdad del lugar, que denotaba ser sobradamente grande.
Seguí con mi mirada a Lionel el cual encendió las luces de la carpa para poderme mostrar con facilidad la embergadura de esta. Pude sentir cómo mi corazón encogía ante la magnitud de aquel lugar, sintiéndome pequeña en un mundo de gigantes- Cielo santo… - musité aún en mi asombro.
Lionel me sonrió y con su sonrisa me transmitió confianza y tranquilidad, incluso logró ruborizarme levemente. Seguí con la mirada los pasos del gitano y observé cómo colocaba un disco en un tocadiscos antiguo y una melodía anónima a piano inundó el lugar. Cerré los ojos escuchando aquellas primeras notas con deleite, sintiendo entrar cada una de ellas por mi piel hasta llegar a mi corazón.
Dicen que la música, realmente no nace en la mente, sino en el corazón.
Aún me encontraba en la entrada de la carpa cuando Lionel se acercó hacia el centro de la pista. Abrí los ojos a tiempo para poder ver sus pasos hacia la pista, y el movimiento hipnótico de su pelo rozando sus hombros y su pecho, invitando a revisar su cuerpo, cada uno de sus músculos.
Vi cómo se inclinó levemente hacia delante y me pidió de forma cortés y educada un baile.
Sonreí algo tímida y avancé hacia él sin perder la sonrisa de mis labios. Cuando llegué hasta él extendí mi mano hacia el gitano e incliné mi cabeza imitando una reverencia – Será un gran placer monsieur – susurré esperando a que él diese el primer paso en el baile, pues no sabía exactamente cómo quería danzar aquella sublime melodía cargada de sentimiento, que sin duda, hacía de aquella situación, algo agradable y memorable… Algo, épico.
Therèse Mercier- Humano Clase Baja
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Re: Espíritu vs Cuerpo vs Sentimientos **Lionel**
-¿Cómo se sentirían los caballeros que preparaban un regalo para una damisela? quizás era este el sentimiento que poseían cuando descubrían que la damisela estaba prendada con lo que le habian regalado, ahora mismo era el sentimiento aqueste el que acudía al pecho de Lionel mientras sus orbes vagaban hacia thèrese para una vez más egolatrarse de su sonrisa...sabía que si decía al exterior cualquier palabra por simple que fuera ya habria desaparecido aquel aura mágica que los manipulaba a ambos, era como si estuvieses en el momento perfecto para hacer algo pero al final lo único que conseguías era un suspiro cuando la otra persona hablaba. Nadie sabia cuando llegaba el momento perfecto pero ocurría como ahora.
Si hubiera tenido una cámara hubiera pedido que les fotografiasen a ambos porque parecía una pelicula sin guión escrito lo que estaba manipulando los movimientos de ambos en especial los de Lionel, un gitano con corazón de romantico deseando hechar abajo aquel mito sobre que los gitanos eran gente ruda ya que si, era cierto que un gitano no tenía tantos modales que un hombre de nacionalidad francesa { aunque Lionel fuera poseedor de aquestos modales } pero era romantico como el que más puesto que siempre era un cortejo...en eso no nos diferenciábamos de los animales puesto que todo para los hombres era un continuo cortejo para conseguir a la dama.
Ahora la misma sonrisa se formaba en los labios del gitano emitiendo un suspiro débil mientras en su interior iba componiendo aquella música que habia escuchado tantas veces cuando le dejaban usar el espacio, él no era un gran bailarín podía verse nada más con mirarle a pesar de la sangre gitana que corría por sus venas se consideraba un torpe bailarín de pies no demasiado vivos para entenderse en la pista de baile, la luz que les acariciaba gradualmente sin que ellos opusieran ninguna resistencia comprobando de primera mano lo hermosa que era la mujer cuando se le observaba de una manera especial, ahora que se fijaba...thèrese no era alguien que tuviera "solo un lado bueno" sino que a la luz de la mañana, a la luz de la carpa, era igual de hermosa o incluso más con aquellas mejillas sonrojadas, aquella sonrisa que estaba seguro prendaba a muchos hombres como ahora mismo el estaba embrujado-
Oui Mademoiselle
-Tomó la mano que el habia ofrecido colocando la mano izquierda en su pecho e inclinándose hacia delante sin procurar que fuera una inclinación excesiva de ese modo parecia que se iniciaban los preparativos para el baile, una vez finalizó la inclinación tomó la cintura de la dama marchitando aquella distancia que tenían ambos...no tenian mucha diferencia de alturas pero eso le gustaba de ese modo podía mirar sus ojos sin ser demasiado fijo solamente disfrutando de la vista que le ofrecian sus orbes. Primero inicio un movimiento hacia la izquierda para que comenzasen el baile mientras la música clásica losenvolvia a ambos creando una sonrisa en la boca de Lionel que estaba disimuladamente fijando su vista en los pies por si lo estaba haciendo bien-
Si hubiera tenido una cámara hubiera pedido que les fotografiasen a ambos porque parecía una pelicula sin guión escrito lo que estaba manipulando los movimientos de ambos en especial los de Lionel, un gitano con corazón de romantico deseando hechar abajo aquel mito sobre que los gitanos eran gente ruda ya que si, era cierto que un gitano no tenía tantos modales que un hombre de nacionalidad francesa { aunque Lionel fuera poseedor de aquestos modales } pero era romantico como el que más puesto que siempre era un cortejo...en eso no nos diferenciábamos de los animales puesto que todo para los hombres era un continuo cortejo para conseguir a la dama.
Ahora la misma sonrisa se formaba en los labios del gitano emitiendo un suspiro débil mientras en su interior iba componiendo aquella música que habia escuchado tantas veces cuando le dejaban usar el espacio, él no era un gran bailarín podía verse nada más con mirarle a pesar de la sangre gitana que corría por sus venas se consideraba un torpe bailarín de pies no demasiado vivos para entenderse en la pista de baile, la luz que les acariciaba gradualmente sin que ellos opusieran ninguna resistencia comprobando de primera mano lo hermosa que era la mujer cuando se le observaba de una manera especial, ahora que se fijaba...thèrese no era alguien que tuviera "solo un lado bueno" sino que a la luz de la mañana, a la luz de la carpa, era igual de hermosa o incluso más con aquellas mejillas sonrojadas, aquella sonrisa que estaba seguro prendaba a muchos hombres como ahora mismo el estaba embrujado-
Oui Mademoiselle
-Tomó la mano que el habia ofrecido colocando la mano izquierda en su pecho e inclinándose hacia delante sin procurar que fuera una inclinación excesiva de ese modo parecia que se iniciaban los preparativos para el baile, una vez finalizó la inclinación tomó la cintura de la dama marchitando aquella distancia que tenían ambos...no tenian mucha diferencia de alturas pero eso le gustaba de ese modo podía mirar sus ojos sin ser demasiado fijo solamente disfrutando de la vista que le ofrecian sus orbes. Primero inicio un movimiento hacia la izquierda para que comenzasen el baile mientras la música clásica losenvolvia a ambos creando una sonrisa en la boca de Lionel que estaba disimuladamente fijando su vista en los pies por si lo estaba haciendo bien-
Lionel D'Maine- Gitano
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