Anya la asesina

PODERES:

-Sanación acelereda
-Percepción del aura
-Rastreo
-Levitar
-Ilusión

PSICOLOGÍA:
Anya es una mujer fría, con nervios de acero. Aslim, su maestro la apodaba "Chita", que en sánscrito significaba "guepardo", porque se le antojaba similar a un felino: silenciosa, rápida, letal... y rencorosa. Jamás olvida un agravio pero su temple la lleva a saber posponer las vendettas para más adelante. En su caso la venganza se sirve fría, tan helada como las hojas de sus silenciosos puñales.

Es inteligente, previsora, siempre tiene varios planes por si el principal sale mal. Es concienzuda en su trabajo, no deja cabos sueltos, meticulosa y eficaz. Es competitiva, no le gusta perder, pero la gloria tampoco es su objetivo, ya que debe pasar desapercibida y ser sólo una sombra. Que conozcan su nombre y la teman, en los círculos de los mejores asesinos, es toda una cuestión de método, se afana para que así sea.

Es leal a su secta, la de los Asesinos de Alamut, su juramento inquebrantable la ha llevado a lo largo de los siglos a erigirse como la mejor de entre los suyos. No se casa con ningún credo, ya que sus servicios se compran con prohibitivas tarifas y ante todo es una buena profesional, pero en su fuero interno opina que la protección de la Humanidad es algo necesario para su supervivencia y que los vampiros locos que quieren una guerra descubierta deberían ser aniquilados.

HISTORIA:

Armenia, año 309 a.C.

Sobre la cima de la colina de Arzhakan el general Casandro decapitó a Roxshana, la esposa legítima del gran Alejandro Magno, muerto doce años antes posiblemente envenenado. Poco tiempo antes Roxshana había asesinado a Barsine, una de sus concubinas que le había dado un hijo, así como a su hermana Dripetis​ y a Parysatis, tercera esposa de Alejandro. Nadie podría arrebatarle el trono a su hijo Alejandro, nacido poco después de morir el ilustre padre, y para proteger su legado, la persa creó en secreto una orden de asesinos que establecerían su base en el Alamut, una fortaleza enclavada en el desierto, rodeada de piedra roja y caliza al abrigo de una cordillera reseca y de mal acceso.

Los asesinos del Alamut durante siglos serían los guardianes del legado de Alejandro, con sus técnicas de combate tan depuradas y eficaces se convertirían pronto en los ejecutores entre las sombras más cotizados entre los ricos y poderosos.

Anya era la hija de un sobrino-nieto de Roxshana, llevaba la sangre bactriana de aquella que deslumbró al más grande general griego, y como muchos de sus familiares, ingresó en la orden de los asesinos desde bien pequeña. Entrenó y entrenó hasta el agotamiento y el límite del dolor, hasta que sin fuerzas apenas podía clamar por un sorbo de agua. Su técnica con los cuchillos era digna de admirarse, se movía como un felino, tan veloz que parecía casi sobrenatural.

Pero ese "casi" encontró remedio cuando con 23 años en una misión fallida para asesinar a un sátrapa convertido en vampiro, cayó en una elaborada emboscada y acabó siendo mordida por Artajerjes, que quería recuperar sus territorios en Sidón y necesitaba algo más que una asesina humana.

Al principio se rebeló contra el persa, no aceptaba su nueva naturaleza sobrenatural, pero después de algunos años de castigos y luchas se dio cuenta que abrazando sus nuevas habilidades todo le iría mucho mejor. Artajerjes le enseñó a dominar sus dones vampíricos y a usarlo a voluntad y durante quince años le procuró grandes logros, ganándose la fama entre los vampiros. Pero cuando supo controlarlos, mató a su sire y se guardó un vial de su sangre, que tiene almacenado en una caja fuerte en la fortaleza del Alamut. Regresó con los suyos, que jamás renegaron de ella y siguió adelante con la labor de elevar a su secta de sicarios como la mejor de entre todas las que existían.

OTROS DATOS:

- Colecciona un vial de sangre de cada víctima que ha asesinado (de las principales, no de los muertos colaterales). Son sus trofeos.
- Sus cuchillos están grabados con inscripciones que le dan suerte.
- Le gusta experimentar con los venenos para dar muertes más creativas.