-Indomable-

por **Synnove Cannif** Dom Feb 17, 2019 12:31 am

Bruises...

Batalla tras batalla entre rebeldes y soldados del rey, estas se suceden unas a otras, son inevitables desde que logro recordar.

Pronto llegará otra, ya se ve venir, los ánimos de la gente se encuentran a punto de explotar, los soldados continúan con los abusos de poder, en nombre de un soberano hacen lo que quieren en detrimento de la población común. Así que no queda de otra más que luchar.

Padre es un luchador innato, lo sé a pesar de mis cortos años, lo noto por la manera en la que enseña a los demás, entre ellos, a mis hermanos, Hakon y Ubbe, a mi misma.

A veces ver a padre mover su bastarda se torna mágico, sigo con mi mirada sus movimientos y solo puedo esperar alcanzar esa agilidad en algún momento. Tengo este deseo de probarme a mi misma de alguna manera.

Ubbe se ha vuelto un gran luchador, padre lo alienta y le anima a dar más, no se puede decir que no sea exigente con sus hijos, aunque siempre fue más exigente con Hakon. Podría decirse que más de la cuenta, no logro comprender el por qué y a madre tampoco le gusta demasiado el hecho, de todas maneras mi hermano mayor tiende a apretar los dientes y a sacar fuerzas de adonde sea. Podría observarlo por horas cuando entrena y lo hago más veces de las que admito, cuando no anda muy pendiente de lo que sucede más allá del campo de visión que ocupa su contrincante.

La sangre Cannif corre fuerte, y en mi corre un deseo por mis venas cada día, uno que inevitablemente me mete en problemas, mi carácter sale a relucir, no me dejo amedrentar por nadie ni nada y si me pongo la fachada de luchadora es porque realmente no tengo otra manera de apaciguar mi alma. Así que de repente si a un pesado le da por molestarme no tardo en soltarle un buen golpe, aunque otras veces llego a la cantina y comienzo a beber tanto que termino más animada de lo que quería mientras mis ojos se desvían hacía donde no deberían para hacerme sangrar por dentro.

A veces los líos me siguen, de nada vale decir que no los causé, llega un insulto, me toman por menos y de repente estoy peleando con alguien que es el doble de mi tamaño. Voy camino a casa llena de moretones, me detengo y escupo sangre antes de limpiarme la boca. Llego a casa y me cuelo por la ventana, doy un salto para caer en el interior, doy unos pasos tambaleantes, y sé que voy a desmayarme pero un par de brazos salen de la nada y me sostienen, justo a tiempo, cálidos y fuertes, siempre aparecen para mi cuando los necesito.

Faniahh/Lala/Cyalana