Zane Kovacs

A diferencia de la mayoría de las familias en las que nacen gemelos, los Blackwood no tomaron a su heredero simplemente por nacer primero. Los deberes y responsabilidades que tal cargo conllevaba eran demasiado importantes como para ser dejado al azar, por ese motivo permitieron que los chicos crecieran y se educaran como iguales hasta la edad de doce años, momento en que la decisión tendría que ser tomada. A partir de ese momento, los destinos de ambos niños serían separados. Uno gozaría de poder, riquezas y reconocimiento, mientras que el otro de libertad y poder de decisión sobre su futuro. De cualquier manera, ninguno podría tenerlo todo.

Lo que ninguno de los infantes sabía, ni sabría aun a avanzada edad, era que había un motivo más por el cual la decisión no podría ser dejada simplemente al azar. La madre de los gemelos, rumana de nacimiento, no era cualquier mujer, era la hermana mayor del próximo regente de su país. Para el momento en que Adelina Kovacs declaró sus deseos de casarse con un inglés que, si bien tenía fortuna, no ostentaba ningún título, la familia real se opuso, lo que la llevó a huir de ellos, alejándose de su vida y su país, para casarse por amor con el hombre que quería. Pero Adelina nunca olvidó sus deberes. Entre sus hermanos, sólo uno era varón, y ella era la mayor de los 4, si su hermano no se casaba y no dejaba un heredero a la corona, sería alguno de sus hijos quien tomaría en el futuro el trono de su nación.

Para los infantes, a tan temprana edad, el motivo de la competencia o cuál era el premio no importaba en realidad, para ellos era un juego, incluso el estudiar más arduo que el otro resultaba divertido por el simple hecho de competir y ganar. Llegado el esperado doceavo cumpleaños, sus futuros, que habían sido decididos tan pronto nacer, les fueron asignados. Zane heredaría las propiedades y dinero de su familia, mientras que Xavier tendría libertad. Cada uno ganó y perdió algo aquel día.

Aunque sus estudios generales continuaron siendo compartidos; una vez terminados por el día, Xavier tenía permitido jugar, mientras que Zane debía permanecer con su padre siendo instruido en todo lo necesario para continuar con el manejo de los negocios familiares y, sin darse cuenta, también para gobernar. El joven heredero sintió envidia de su hermano cada día durante los siguientes tres años, pues mientras él estudiaba, Xavier jugaba con su madre en los jardines. A los quince, el futuro de su gemelo se convirtió en un misterio para él. Su hermano fue llevado lejos de su hogar, mientras que a él no le permitieron saber a dónde o por qué, viéndolo a partir de entonces únicamente en fechas especiales como festividades o cumpleaños y, aun así, cuando llegó por primera vez después de marcharse, Xavier había cambiado tanto que le era casi imposible reconocer en él a su propio hermano, irónico cuando físicamente eran idénticos.

Durante varios años la vida del heredero se redujo a estudiar y asistir a su padre en sus deberes, según el mayor porque la mejor forma de ganar experiencia era practicando. Cumplidos los 18 años, su padre comenzó a delegar en él cada vez más responsabilidades, así, con solo 24 años, ya estaba listo para tomar el lugar de su padre, siendo un orgullo para el mayor. Aunque no por eso renunció por completo a sus propios deberes tan pronto, se sentía aún fuerte y con energía como para renunciar por completo al trabajo de toda su vida. Sin embargo, incluso aunque Zane no conocía a ningún miembro de su familia materna más que una tía, un peso fue removido de sus hombros cuando llegó a su madre la noticia de que su hermano tuvo su primer hijo varón.

Un día, ya con 26 años, su padre le dijo que era momento de que sentara cabeza y que su compromiso ya había sido pactado con la hija de un viejo amigo en Francia. El problema era que en ese momento su prometida tenía 10 años, por lo que debería esperar al menos 8 años más antes de poder casarse. ¿Irónico? Tal vez. Pero al ver que su hijo no tenía la menor intención de conseguir esposa, no tuvo más opción que intervenir. Esa unión fue pactada cuando Zane era muy joven, un acuerdo entre dos amigos que deseaban unir a sus familias si llegaba a darse el caso que uno tuviera un hijo y otro una hija. La pelea fue tan desproporcionada que, esa noche, en lugar de irse a casa desde las oficinas con él en el carruaje, prefirió caminar. En ese momento no sabía lo mucho que se arrepentiría en el futuro de aquella simple decisión.

Algunas horas más tarde, cuando por fin se calmó, llegó finalmente a casa para encontrarse con una escena sangrienta. Tan pronto entró, las miradas de tres hombres desconocidos se clavaron en él, confundiéndolo con Xavier. Intentó explicarles que no era él, pero no le creyeron. Los golpes vinieron de todas las direcciones, sin darle oportunidad de defenderse. Tendido en el suelo, con algunas costillas rotas, el rostro amoratado e inflamado y hematomas en todo el cuerpo, Zane maldijo a su gemelo durante cada segundo que duró la golpiza. No sabía qué había hecho para que lo buscaran pero, si vivía para contarlo, estaba seguro que sería él quien acabaría con su hermano.

Siendo que ya no podía moverse, uno de los hombres le arrancó la manga del brazo izquierdo, finalmente creyéndole, aunque eso no lo entendió del todo en el momento, luego le haría comprender que su hermano ahora llevaba alguna marca distintiva en el brazo. No muy contentos con su error, los hombres se apartaron un poco, Zane creyó que se marchaban, que por fin lo dejarían en paz, pero no. Un lobo al que no había visto antes salió de las sombras y Zane pensó estarse volviendo loco, el animal era enorme y parecía salvaje, pero de alguna forma también le hacía sentir que tenía cierto control de sus acciones, ¿Sería eso posible o estaba alucinando? «Espero que le entregues un pequeño mensaje a tu gemelo» fue la "petición" de uno de los hombres, antes de recibir un zarpazo en el pecho -de parte del lobo- que le dejaría una cicatriz para el resto de su vida.

Al despertar, agradeció descubrir que su madre estaba solo inconsciente, pero este sentimiento se desvaneció rápidamente un instante más tarde al darse cuenta de que su padre estaba gravemente herido. Logró un minuto de consciencia en el mayor, durante el cual su padre se disculpó por motivos que Zane desconocía, y sus últimas palabras fueron: « Busca a los Leroux, la joya te ayudará a... » Pero el joven nunca escucharía el final de aquella oración, viendo a su progenitor fallecer en sus brazos.

De aquella terrible situación, Zane aprendió muchas cosas. Su madre le explicó sobre la existencia de los seres sobrenaturales, le contó también sobre el pasado de su padre como cazador y que el "guardaespaldas" que solía acompañarlos en sus viajes a otras provincias o países era realmente un vampiro, y especialmente comprendió lo insignificante que era ante tales bestias. Por inútil que pudiera resultar, durante el siguiente año entrenó mejor su cuerpo, pues sabía que en una pelea incluso contra otro humano, tendría las de perder. Lamentablemente, una mente brillante no le ayudaría a proteger a sus seres queridos. Desde antes ya sabía a usar armas de fuego, ya fueran pistolas o rifles, pero fue demasiado débil para la pelea cuerpo a cuerpo. Eso no volvería a ocurrir, al menos no contra alguien de "su mismo tamaño".

Satisfecho con los resultados obtenidos, y presionado por su madre que quería mudarse a París para vivir con su hermana menor ahora que ambas eran viudas, Zane emprendió el viaje a la capital francesa con el propósito de dejar a su madre establecida y pedir ayuda a los Leroux con la joya mencionada por su padre. La joya, que resultó ser un anillo con una piedra preciosa que parecía un diamante a simple vista, poseía un hechizo que le permitiría a la piedra cambiar de color según el aura de quien estuviera cerca, pudiendo así identificarlos como humanos o sobrenaturales. Quizá no podría defenderse del todo, pero al menos sabría a lo que se enfrentaba. A partir de entonces estuvo viviendo entre París y Londres durante 9 años. Por mutuo acuerdo entre él y su futuro suegro, su presencia y su compromiso se ocultaría de Elizabeth, su prometida, hasta que ella cumpliera 20 años, para darle oportunidad de vivir su vida con normalidad hasta entonces. Momento en que se presentaría ante la joven y la boda se llevaría a cabo.

Llegado el momento, Zane se presentó finalmente ante Elizabeth y terminaron comprometiéndose formalmente. Fue estando en París en esa oportunidad, cuando recibió la noticia que cambió por completo el rumbo de su vida. La familia de su madre, de quienes apenas conoce a una hermana menor, aparece por primera vez en su vida, dejándole saber que su tío ha fallecido junto a su esposa y sus dos hijos, siendo él siguiente en la línea de sucesión al trono rumano. Aunque debió viajar al país de su madre, donde apenas descubrió que había nacido, ha tenido que volver a París para concluir el asunto de su matrimonio, sólo para descubrir que el padre de la menor, al ver el descontento de su hija con la unión, terminó liberándolos a ambos de la promesa que dos hombres se hicieron tantos años en el pasado.

Aunque desde pequeños a ambos hermanos les gustaba la competencia en los estudios, siempre fue más que evidente que Zane era el único que realmente disfrutaba estar horas centrado en sus libros y cálculos, mientras que Xavier siempre fue más inquieto y se sentía más cómodo con juegos de esfuerzo físico que mental. Sin embargo, no significaba que a Zane no le gustasen los juegos, simplemente comprendió antes la preocupación de su padre por tener un heredero capaz de continuar con el trabajo de toda su vida, y se cargó a sí mismo con responsabilidades y deberes que quizá no le correspondían a su edad, demostrando con ello un gran sentido de la responsabilidad.

Desde niño, siempre se mostró centrado y comedido con la intención de ser elegido heredero y darle a su hermano el regalo de la libertad. Aunque fue su propia decisión, crecer a partir de entonces con un destino pautado es un peso que no cualquiera podría soportar, pero Zane lo llevó de la manera más madura que su padre hubiera podido esperar. Sin embargo, el exceso de deberes y escacés de diversión en su vida, hicieron de él un hombre introvertido a quien le cuesta relacionarse ene ambientes meramente sociales, especialmente con extraños o involucrando sus propios sentimientos; por el contrario, en ambientes más formales y relacionados a negocios se desenvuelve con soltura envidiable.

Sus únicas distracciones, en los pocos momentos que tiene para sí mismo, son muy tranquilas: leer algún libro, tocar el piano -únicamente para sí mismo o cuando cree que nadie escucha-, o simplemente sentarse al aire libre y mirar las nubes pasar. Recurre a esto último especialmente cuando se siente sobrecargado y necesita despejarse.

La mezcla de todas estas características lo hacen ver a simple vista como alguien frío, egoísta y calculador. Y quizá lo es un poco, pero bajo todas las capas superficiales que lo rodean, vive un hombre que, aunque es seguro de sí mismo en muchos aspectos, en otros no lo es tanto. Por este motivo son realmente pocos los que pueden llamarse sus amigos fuera del ámbito laboral.

Por mucho odio que pueda sentir hacia su hermano al culparlo de la muerte de su padre, en ocaciones importantes no puede evitar el deseo de compartir ese momento con él, como compartieran todo cuando sólo eran niños.

» Lleva en su pecho la cicatriz que le dejó el zarpazo del licántropo que asesinó a su padre, como constante recordatorio de la noche más horrible de su vida. En algunas ocasiones todavía tiene pesadillas con lo ocurrido.
» Después de la muerte de su padre, el mismo día en que discutieran por haberlo comprometido en matrimonio sin pedir si quiera su opinión, decidió cumplir con la palabra de su padre, sintiéndose culpable por su muerte. Aunque finalmente Phillip Leroux terminó liberándolo de ese compromiso.
» Aunque se siente parcialmente culpable de la muerte de su padre, por no haber podido defenderlo y, principalmente, por la pelea que tuvieron justo esa noche, también culpa a su hermano, pues fue algo que él hizo lo que provocó el ataque en primer lugar.
» Es una persona muy culta que nutre su mente con constante lectura.
» Desde el ataque en el que murió su padre ha cultivado también su cuerpo, fortaleciéndolo y entrenándolo para ser capaz de proteger a sus seres queridos, al menos un poco más de lo que hacía antes. Lista que, por el momento, sólo ocupa su madre.
» Hace más de 12 años que ni él ni su madre ven a Xavier.
» Desde que tomara el cargo como Rey de Rumanía, tuvo que tomar como apellido el nombre familiar de su madre, dejando el Blackwood de lado para convertirse en Zane Kovacs.
» El anillo que obtuvo de la familia Leroux no funciona cuando hay más de una persona en un radio de un metro al rededor de Zane, pues tiende a confundirse, en especial si cada ser es de una raza distinta.