Otro día, la misma mierda...

por **Hetfield** Dom Ene 09, 2011 3:03 pm

De nuevo me despierto desnudo, y aturdido. Empapado en sangre, otra noche de luna llena. Me levanto rápidamente del suelo, y corro con desenfreno hacia la arboleda del fondo del camino. En las afueras de la ciudad.. no suele haber gente. Si viesen a un supuesto chico de 16 años bañado en sangre y semidesnudo, no creo que pensaran grandes hazañas y maravillas de él. Llegué por fin al hogar, Cogí unos pantalones, mi ropa interior, las botas y una camisa y la dejé en la cómoda del cuarto de baño.
pasé como 15 minutos bajo el cálido chorro de agua. Esta casa la heredé de mis padres hace demasiado tiempo. Me convirtieron en... en lo que soy... con catorce años, hace demasiado tiempo. Mataron a mis padres, a mi y a mi hermano nos usaron para la caza humana, y conseguimos escapar.
Tras conseguir despejar mi memoria en la ducha, recordé hasta el momento en el que.. empecé a convertirme en "eso"...
Mi hermano no estaba en la casa, por lo que supuse que debía de estar en la ciudad, y decidí salir a dar una vuelta.
Hoy la ciudad estaba demasiado alborotada.

por **Etháin** Lun Ene 10, 2011 4:35 am

Había ido a recoger un collar en una de las joyerías más alejadas de París, pues se había roto el encaje. Sin saberlo, había atardecido y salí de la tienda con el collar ya arreglado.
Caminé pensativamente y casi distraída por las calles de las afueras de París, sintiendo de pronto, un estirón en mi zapato. Me volteé y miré el suelo, percatándome de que uno de mis tacones se había atascado en una de las ranuras por dónde se cuela el agua al llover.
Hice una mueca y me agaché para intentar quitarlo, aunque con el esfuerzo, el tacón se partió y me quedé con el zapato en la mano, refunfuñando y maldiciendo mi suerte.

por **Hetfield** Lun Ene 10, 2011 8:53 am

Continué caminando por aquella ciudad durante un tiempo, poco a poco el sol caía a la vez que la luna ascendía.
Me fije en la calle, en una tienda, tenían toda clase de panes, al parecer habían cambiado de dueño ya que los antiguos dueños, no solían decorar de aquella forma la tienda, ni los panes. Allí múltiples veces habíamos cogido prestados los desayunos mi hermano y yo; Acordándome de él, no le había visto en el pueblo, y me pregunté donde estaría.
Continué mi camino hacia la plaza, donde hay unos preciosos collares y pendientes, que a todas las damas de esta zona de la ciudad.. les encanta. Tenía planeado dar la vuelta y volver al hogar, debido a que estaba ya haciéndose demasiado tarde y yo estaba hambriento, no había desayunado ni comido, ya que me sentía saciado. Odio saciarme de esta forma, me encantaría recordar que ocurrió pero no puedo.... nunca lo hago. ¡¿Tanta memoria fotográfica para qué?! En fin... seguí calle arriba hasta llegar a la plaza, allí vi una joven realmente hermosa, tenía unos ojos color verde y un pelo castaño precioso y liso. Parecía tomar la calle de la derecha, por donde yo debía bajar para llegar a las afueras y ver si estaba mi hermano, así que disimuladamente me mantuve detrás suya siguiéndola, quería averiguar donde vivía y como hasta el anochecer no debía llegar a casa tendría tiempo casi de sobra para llegar bien.
Otro día, la misma mierda... Imgiy

por **Etháin** Lun Ene 10, 2011 8:59 am

Suspiré y me quité el otro zapato, pues no quería torcerme el tobillo andando desequilibrada. Caminé descalza por la calle solitaria, escuchando no muy lejos de mí unos pasos que me seguían, o que por lo menos, caminaban hacia mí.
Sin darle mucha importancia doblé unas cuantas esquinas y crucé varias calles, percatándome al poco tiempo de que realmente me seguía.
No estando asustada pero sí malhumorada, me giré para ver quién osaba seguirme, observando a un chico de cabello oscuro a una distancia prudencial.

- ¿Se te ha perdido algo?- le dije con brusquedad, volteándome hacia él y cruzando mis brazos a la altura de mi pecho.

Probablemente, si alguien hubiera estado a mi lado en aquél momento me hubiera dado un codazo en las costillas, por eso de no saber quién era aquél desconocido, por aquél temor a si era un psicópata o un ladrón. Pero a mí no me daba miedo.

por **Hetfield** Lun Ene 10, 2011 9:18 am

Cuando conseguí seguirla sin problemas cuando intentaba perderme por los callejones me habló de forma sarcástica insinuando que la dejara en paz.
Entonces decidida y enérgicamente le contesté: -Tranquila he visto lo que te ha pasado con tu tacón y bueno, venía a proponerte mi ayuda. Vivo cerca de aquí, a las afueras, si vienes un momento te puedo ayudar con ello Y terminé la frase con una media sonrisa. Aquella chica.. era profunda, sus pensamientos lo eran, sus ojos lo demostraban. Necesitaba conocerla.

por **Etháin** Lun Ene 10, 2011 9:29 am

Puse los ojos en blanco. ¿De veras necesitaba ayuda? No, yo me las había apañado siempre de maravilla sin la ayuda de nadie. Odiaba pedir ayuda, y odiaba tener que aceptarla.
- Deberías ser más directo.- le aconsejé con una sonrisa de suficiencia en mi rostro.
Resoplé y volví a reír, aunque pronto recordé que no tenía tiempo para admiradores, y me volteé de nuevo, caminando descalza hacia el lugar dónde me esperaría mi carruaje, aunque sin dejar de recordar el rostro de aquél muchacho. ¿Qué quería? ¿De veras me había seguido para ayudarme? Lo dudaba. Seguro que quería una cita. Sonreí para mis adentros.

por **Hetfield** Lun Ene 10, 2011 9:57 am

Aquella chica me dejó atónito con sus palabras. Sus labios eran color carmín,carnosos y de un tamaño que la mismísima diosa de la belleza debía haber hecho con sus propias manos. Antes de que siguiese su camino al darse la vuelta, le dije: - Hermosa dama eres, no puedo negarlo, y aún por ello no dudo que no necesites mi ayuda, aún así, se me dan bien los arreglos manuales, podría encargarme personalmente de tu tacón, como un favor personal, y miré fijamente sus ojos en busca de una respuesta de aceptación. Brillaban a la tenue luz del farol que colgaba a nuestro lado, en el muro de esa vieja casa. Tan solo 1 metro nos separaba, y aún de ese modo la sentía tan lejos... notaba que no era muy convincente mi propuesta, pero no perdería nada por intentarlo.

por **Etháin** Lun Ene 10, 2011 10:02 am

Solté una leve carcajada cuando el chico insistió. Me giré para verle y le sonreí casi fraternalmente.

- Más que mañoso o habilidoso, espero que seas un mago para poder arreglármelo.- reí, ofreciéndole el zapato con el tacón roto.
Me crucé de brazos y observé sus gestos.

- Si me lo arreglas, te deberé otro favor personal.- le reté con un guiño de ojos travieso e infantil, pero siempre efectivo con los hombres que me rodeaban.

por **Hetfield** Lun Ene 10, 2011 10:33 am

Está bien contesté a aquella joven. Le dije a continuación: -¿Vamos? Sígueme
Subí el lateral del labio de un modo interesante y me dí la vuelta esperando echando a andar acto seguido para que me siguiese, escuchaba sus pasos descalzos sobre la piedra de la calzada.

Caminé hasta la puerta con ella algo alejada de mi, como si desconfiase, y abrí la puerta invitándola a entrar, pasé después de ella. Era extraño, mi hermano no estaba, aun que era algo que esperaba, y de lo que me alegraba. Me senté y comencé a reparar aquel tacón una vez cogidos los utensilios necesarios.
De vez en cuando la observaba la observaba por el rabillo del ojo, y podía ver como me miraba fijamente con aspecto de interés. ¿Era por mí? ¿Por lo que hacía? ¿Por mi ropa? Acto seguido le pregunté : -Bien, y ¿Cuál es el nombre de la misteriosa dama? Y de nuevo hice una media sonrisa, sacando a la vez la lengua por el lado de la boca, ante la utilización de algo de maña, para terminar de colocar correctamente el tacón.

por **Etháin** Lun Ene 10, 2011 10:39 am

Asentí y le seguí a una distanci prudencial, no fuese que de golpe y porrazo me diera un bofetón y se llevara lo poco que llevaba encima.
Llegamos pronto a una especie de casa y él me invitó a entrar, lo cuál hice a regañadientes, pero igual lo hice.
El chico empezó a restaurar mi zapato y yo le miraba de vez en cuando, primero al zapato y luego a él, y así succesivamente.
Cuando preguntó por mi nombre, no pude más que sonreír, satisfecha, y sentarme en una de las mesas próximas a su estudio.

- May Cross.- respondió con un toque de seducción en mi voz.- ¿Y vos, caballero andante?- reí, alzando la vista hacia él después de cerciorarme de que mi zapato estaba quedando intacto. ¿Qué tipo de favor me pediría? Mordí mi labio inferior, llena de curiosidad.

por **Hetfield** Lun Ene 10, 2011 10:57 am

Por fin me dijo su nombre... May Cross... Se llamaba, a lo que yo le contesté:
-Me llamo... Hetfield, Hefield Caulfield. Y le dediqué de nuevo una sonrisa picaresca.
Por fin terminé la pequeña tarea, guardé las cosas, y lentamente me acerqué a ella.
Cuando estuve en frente, le dediqué una sonrisa, y extendí el zapato hacia ella.

Tan solo unos centímetros nos separaban, y deseaba aquellos labios como ningunos, besarlos, acariciarlos, morderlos. Quería estar junto a ella aquella tarde.

por **Etháin** Lun Ene 10, 2011 11:06 am

Asentí cunado escuché su nombre y le miré a los ojos cuando se acercó a mí para entregarme mi zapato, casi ignorando la peligrosidad de aquél acercamiento. Yo era una dama y no podía permitir que cualquiera me tocara... ¿no?
Bajé la vista hacia mis manos, en las que tenía el dichoso zapato. Le miré dando vueltas y examinando la pulcritud del trabajo que me había hecho, quedando el tacón perfectamente saldado.
Suspiré y alcé la vista hacia Hetfield con una leve sonrisa agradecida.
- ¿Qué deseas como favor?- susurré entre dientes, no muy acostumbrada a perder mis apuestas.

por **Hetfield** Lun Ene 10, 2011 11:10 am

En aquel momento, con una disimulada sonrisa, decidí pedírselo.
-Mi petición como favor personal... es veros mañana, aquí al atardecer. Llama a la puerta. ¿Te parece bien May? Y de nuevo, sonreí muy levemente a modo de espera de una respuesta. Necesitaba volver a verla.

por **Etháin** Lun Ene 10, 2011 11:19 am

¿Sólo eso? Rodeé los ojos y fingí un suspiro, culminando con una suave carcajada. Le miré, ya relajada y asentí con una sonrisa.
- Aquí estaré.- le prometí con un deje sensual, moviendo mi dedo índice hacia su cuello y acariciándolo con delicadeza y provocación.
Reí de nuevo e hice un gesto para marcharme ya.

por **Hetfield** Lun Ene 10, 2011 12:58 pm

Esperé totalmente quieto a que cerrara la puerta. En ese justo momento una enorme sonrisa apareció en mi cara. No pensaba parecer un chico fácil, tanto ella como yo sabíamos lo que pasaría si no lo impedíamos, y ambos lo hemos hecho de forma totalmente orgullosa como dos chiquillos que aguantan sin hablarse por orgullo.

Ahora se había ido, esta noche estaba cansado, en aquel momento llegó mi hermano Charlie por la puerta y sin parar un segundo me preguntó: -¿Quién era ese pedazo de joven? -La he conocido hoy en la plaza, necesitaba mi ayuda y se la otorgué. -Ya, y ¿Ella te ha recompensado no? -No! Tan solo mañana volveré a verla, es una chica muy agradable, me cae bien. Me voy a la cama hoy estoy agotado. Por cierto, ¿ Dónde has estado todo el día? He estado en el bosque, esta noche por suerte no ha habido humanos heridos hermanito, pero ¡te has cargado un jodido grupo de 4 bueyes! ¿A qué mente incluso descontrolada se le ocurre hacer algo así? Podías haber resultado herido, y te habrían culpado sin dudarlo... En serio Het, ten más cuidado. Por lo menos al despertar si estás allí evita correr por el sendero lleno de sangre y desnudo. En aquel momento mi hermano me miraba de forma burlona, lo que a mi tambien me hizo algo de gracia Aún viviendo en las afueras, esto es peligroso, no estamos a salvo, si se enterasen nos perseguirían hasta matarnos Entiendo y lo siento, sabes que no puedo saber lo que hice, ni controlarlo. ¡Esta maldita frustración de ser un novato! Demasiados años quedan para que podamos controlar esto. Así que, tiempo al tiempo. Gracias Charlie, ahora me voy a dormir. Me despedí de él, y tan solo esperé a que llegase el nuevo día.

por **Etháin** Lun Ene 10, 2011 1:27 pm

Off: Sigo, como si fuese el día siguiente??

por **Etháin** Lun Ene 10, 2011 1:46 pm

Me fuí de casa tras calzarme y corrí hasta la esquina en la que un carruaje negro me esperaba ansioso. Subí sin dar explicaciones del porqué de mi demora y le dije al chófer que me llevara a casa.Una vez allí, cené en silencio y me retiré a mis aposentos, pues estaba exhausta.
Me puse mi camisa de seda y me escabullí entre las sábanas de mi lecho, acomodando el cojín bajo mi cabeza y cerrando finalmente mis ojos para dejar que el sueño me controlase a su antojo.
La luz del día desperezó mis párpados y me incorporé de la cama de buen humor, algo extraño en mí. Me vestí con uno de mis vestidos predilectos y después de que transcurrieran algunas horas, pedí al chofer que me regresara a la ciudad.
Allí, caminé directa hacia la puerta y piqué en ella con mis nudillos, esperando que la puerta se abriera de par en par y apareciese Het, usando esos segundos para preguntarme por qué me había citado de nuevo.

por **Hetfield** Lun Ene 10, 2011 1:58 pm

Tenía claro que quería verla más que a ninguna otra chica nunca.
Mi hermano había salido y yo esperaba ansioso.
Escuché la puerta sonar, cogí la chaqueta y la puse sobre mi torso.
Abrí y la vi, allí estaba, su vestido, y su precioso pelo cayendo en cascada sobre los tirantes del mismo. La saludé y nos quedamos mirando ambos a las pupilas.
Cuando hubo pasado, agarré su cintura con suavidad, que gran sensación, ella movió la cabeza un momento hacia atrás apoyando la nuca sobre mi hombro, no sabía como reaccionaría, pero comencé a besar su cuello con delicadeza, a la vez que mis manos rodeaban su estrecha pero increíble cintura.

por **Etháin** Lun Ene 10, 2011 2:04 pm

La puerta se abrió y de ella emergió al chico, Het, quién después de sostenerme la mirada unos segundos, se aferró a mi cintura y me atrajo hacia él para luego besar mi cuello con delicadeza. Mi piel se erizó y por unos momentos, me dejé querer.
Sin embargo, aquello no era posible. Yo era toda una mujer que esperaba algo impaciente a su príncipe azul, alguien ideal, perfecto, adinerado y demás adjetivos positivos.
Aquél muchacho no parecía ser nada de todo eso.
Me alejé de él con suavidad, con un leve empujón y frunciendo el ceño como si estuviese enfadada. Si me tocaba un pelo más, desde luego que se acordaría de mí.
- ¿Éste era tu favor personal, Het? Cumplido.- dije molesta, echando una furtiva mirada a su rostro y empezando a caminar para alejarme del lugar cuanto antes.
Nada de errores, me había prometido.

por **Hetfield** Lun Ene 10, 2011 2:19 pm

No entendía de lo que ocurría. Quedé en trance unos segundos, mientras veía a la chica correr calle arriba. Cuando volví en mi, sin dudarlo un momento dirigí mi mirada a la iglesia, que sobresalía por encima del tope de la calle y las casa calle arriba. Podría alcanzarla. Eché a correr dejando su chaqueta allí, y apenas cerrando la puerta.
-Vaya, por fin una buena utilidad a mi martirio. Corría como ningún humano podría, ¿cuanto tiempo estuve quieto? ¿30 segundos? ¿Quizás un minuto? No importaba, tenía que encontrarla, continué hasta la plaza de la iglesia. Esto era París, no podían verme correr así y menos sin chaqueta con aquella temperatura mientras la neblina acechaba entre cada uno de los faroles de los edificios. Empecé a esconderme entre columnas, y vi su vestido,era ella. No entendí donde iba, pero continué tras ella. Subió a una carroza negra, preciosa, los bordes estaban decorados con plata o algún metal dorado, las ruedas de madera parecían realmente de la carroza de la realeza, y cuatro preciosos corceles negros esperaban a que el conductor les diera orden de continuar.
Decidí seguir a la carroza, esta hizo el recorrido hasta el lado noroeste del pequeño distrito de las afueras de la gran París.
Entró en una casa de tamaño medio, tenía tres plantas,era blanca preciosa, con un jardín lleno de flores y algunos juguetes infantiles. Debía de tener algún hermano pequeño.

Los siguientes 4 días sucedieron sin noticias de la joven, cada noche acudía allí y observaba la luz de su habitación antes de subirme a un alto pino que había en el ala oeste de la casa, donde se encontraba su habitación. La observaba arreglarse, leer, cada paso y movimiento me parecía angelical.
Aquella chica humana era excepcional. Al cabo de dos semanas en esta situación dejé de acudir a observarla, perdiendo toda esperanza de que volviese a hablar con ella.
Y tres más pasaron hasta que volviese a verla.

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