Fernand Bellew

Nombre del Personaje: Fernand Bellew

Edad: 30 años

Especie: Humano

Tipo y Nivel Social: Clase Media

Lugar de Origen: Toulouse, France

Descripción Física:

Spoiler:

Descripción Psicológica: Todo lo que Fer realiza siempre está lleno de energía. Él parece siempre con ánimo y jamás se agota. A pesar de que por su trabajo trata de mantener una cara neutral o algo seria, es muy fácil arrancarle una sonrisa o una carcajada, aunque cuando algo va mal no le cuesta enfocarse y actuar acorde a la situación. Tiene un espíritu más bien soñador, no odiando su trabajo para nada (el cual decidió tanto porque lo quería como por tradición familiar), pero también deseando conocer un poco más de mundo, por eso llegó a París. Es algo ingenuo y compasivo, por eso a pesar de su edad sigue siendo policía de calle y nunca le ascendieron, aunque si le permitieron el traslado. Cuando desea algo puede volverse algo obsesivo, haciendo todo lo que puede por conseguirlo sin rendirse a menos que ya se dé cuenta de que su deseo es demasiado irracional y jamás podrá conseguirlo: hasta el momento nunca ha pasado.

Historia: Fernand nació en el seno de una familia pequeña en Toulouse, una ciudad no tan pequeña al sur de Francia muy cerca del linde con España, aunque por supuesto que jamás podría compararse con París. Su padre era el jefe del Cuerpo Policíaco de la ciudad y su madre era un hermosa joven española que se había ido a vivir a Toulouse no mucho antes de conocer a su padre que quedó embelesado por su belleza latina. Juntos tuvieron tres hijos, todos varones, siendo Fernand el menor de ellos. Desde niño fue el más activo de sus hermanos siendo el que más se metía en problemas y les causaba dolores de cabeza a sus padres hasta incluso más allá de su adolescencia. Cuando llegó la hora de decidir qué haría con el resto de su vida, Fer sorprendió a toda su familia indicando que se volvería policía como su padre y sus hermanos, a pesar de que desde que era un niño se había negado en redondo a continuar la tradición familiar, aunque pronto su padre deseó que hubiese mantenido su palabra y se hubiese dedicado a otra cosa, como volverse marino. A pesar de convertirse en el más dedicado de todos los policías de Toulouse, el viejo Bellew pronto notó que su hijo menor no tenía la dura madera que debía tener un servidor de la ley. Fernand dejaba ir a los ladronzuelos con tan solo que devolvieran lo que habían robado, pidiesen disculpas y dándoles una amonestación verbal, a los borrachos que encontraba en las calles les llevaba a lavarse la cara y les mandaba a sus casas, e se interponía en las peleas él mismo calmando a las partes recibiendo naturalmente él muchos golpes. Parecía que el joven tenía una meta personal de nunca meter nadie al calabozo, y aunque a su esposa le parecía encantador, él no podía aprobarlo. Sin embargo, justo antes de tener que decidir darle la baja algo ocurrió: Fernand apareció en la comisaría con un sujeto atado y con los ojos brillantes de ira. Aquel tipo se veía lleno de magulladuras y casi inconsciente, y cuando su hijo pudo tragarse toda la rabia y comenzar a decir que había ocurrido el viejo policía supo que realmente él sería un buen policía, puesto que reaccionaba con toda la fuerza necesaria cuando se necesitaba realmente. Doce años estuvo trabajando impecablemente pero tan blando como siempre, siendo naturalmente el policía favorito de todo Toulouse, pero entonces inesperadamente llegó una carta de petición de traslado en el escritorio del Jefe, el que ya pronto se jubilaría. Aquella que desde hace años había sido el amor de Fernand finalmente se había decidido a casar pero con un rico comerciante de la ciudad, rechazándole de una vez (ya que siempre antes le aceptaba los regalos y los coqueteos), dejándole con el corazón mucho más que roto y no creía poder soportar el verles siempre, ya que la pareja disfrutaba el dar largos paseos por todo el centro de la ciudad. Viendo esos ojos suplicantes y sabiendo cómo se ponía su hijo cuando algo que deseaba se le era arrebatado, el viejo Bellew decidió aceptar su traslado y haciendo uso de sus contactos le consiguió un puesto en el Cuerpo de París. Así, lleno de consejos de su padre y de buenos deseos y recomendaciones de su madre, Fernand partió a la capital, esperando poder reparar su corazón o al menos olvidar, y también cumplir su trabajo, aunque no necesitaba de los avisos de su padre para saber que en París no sería tan sencillo como en Toulouse.

Datos Extras:
+ Le gustan mucho los animales, especialmente los perros. No le tiene aversión a los gatos, pero encuentra que los perros son más entretenidos.
+ Adora a los niños pequeños, lo que más desea es tener a los suyos propios, aunque los ajenos de igual manera les encanta. Siempre que uno se le acerca le deja tocar su placa o se lo pone en los hombros a darle una vuelta, a pesar de que siempre era regañado por hacer eso cuando estaba de servicio.
+ Es algo caprichoso con la comida, no cualquiera le gusta, pero tampoco sabe cocinar nada.
+ Es muy bueno con las armas de fuego, a pesar de que no las utiliza continuamente. También es bueno con los golpes de puños y muy ágil.
+ La chica que le gustaba le regaló muchos años antes la punta de su trenza y él aún la guarda, a pesar de que ella ya se casó con alguien más.
+ No entiende las óperas (a las que su madre era aficionada), sin embargo le emociona ver el Ballet y los bailes sincronizados. El teatro (no opera) también le gusta bastante.
+ Por tanto jugar con sus sobrinos y niños, es algo ventrílocuo, sin embargo no tiene ningún títere ni nada por el estilo, solo haciendo hablar los muñecos de los pequeños.

Ficha aprobada!
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