Probar Nuevos Sabores [Engil]

por **Andrè Leroy** Miér Feb 02, 2011 7:55 pm

Sentía que había exagerado un poco en la Biblioteca pero cuando se enteró que iban a cerrar por Navidad y Año Nuevo no pudo evitar coger tantos libros como le permitieron, pero ahora que iba por la calle con más de diez libros amontonados hacia arriba en sus brazos apenas cargándolos comenzaba a pensar que no había sido muy buena idea.

París en diciembre se volvía de blanco y cristal. Las piedras de las calles por las mañanas se veían cubiertas por una delgada capa de hielo, mientras la escarcha cubría las ventanas de todos los locales y la nieve los techos de las casas. Gracias a Dios hace días que no nevaba, sin embargo el suelo, por la falta de luz solar aquel nublado día, se encontraba aún convertido en hielo.

Andrè no podía estar más abrigado, con mitones, sombrero y una bella bufanda azul cobalto que le cubría hasta justo antes de la nariz, la cual se veía algo roja por el frío, sin embargo tantas cosas no hacían más que dificultarle el camino hacia su casa, y ya dudaba el poder llegar en una sola pieza, o con todos los libros intactos. Eso era lo que más le preocupaba en realidad.

Sentía los brazos cansados de pronto y su respiración ya se hizo más pesada - Necesito parar un momento... - jadeó viendo como un poco más adelante había un café abierto con unas mesas afuera extrañamente, ya que con ese frío dudaba que alguien quisiera tomarse un café en el exterior, sin embargo era justo lo que él necesitaba.

Usando sus últimas energías, cuando llegó al lado de la mesa dejó caer los pesados libros sobre ella soltando un suspiro, casi gemido, de alivio, cerrando sus ojos claros un momento para luego abrirlos y solo ver como un joven con un elegante parche en uno de sus ojos le observaba con algo de sorpresa: había puesto sus libros justo en la única mesa ocupada.

- ¡Oh, Monsieur, excuse moi! - se disculpó aún con la voz algo quebrada por la falta de aliento, reconociéndole de golpe.

¿Cómo no lo había hecho antes? No es como si un hermoso ojo como el que tenía visible y esa figura se pudiese olvidar. Le había visto en más de una ocasión tomar café en el Café de París, del cual su querido amigo Rémi era propietario, sin embargo el joven siempre estaba rodeado de uno o más mayordomos, o eso le parecían a él por la forma que iban vestidos. Verle ahora, solo y en otro café, le llamó la atención un poco, pero sabía que no tenía derecho a preguntar.

- Excuse moi, monsieur - se disculpó nuevamente, quitándose el sombrero - Le he interrumpido... me retiraré enseguida... - suspiró volviendo a intentar coger sus libros.

[Privado]