Nunca jamas [Volex]

* Tenia trabajo era lo único que habia de conocer más tambien el nombre de la damisela que necesitaba la protección de Volex, el policia tenia una agenda en la cual tenia a sus protegidos pues aun cuando no quisiera aceptarlo el solo proteger a una persona no le daba el dinero necesario para sobrevivir por lo que su agenda se llenaba de lunes a domingo con todo tipo de trabajos que debia de acudir, a excepcion de unos dias que graciosamente llamaba festivos. Encendió su tabaco antes de llegar a la casa mirándose en el espejo de la comisaria, le habian comentado que una dama de alta clase debia de tener a un guardaespaldas de alta clase.

Tenía un traje de chaqueta, pantalones pegados pero dejando los tobillos libres de movimiento y las pantorillas sin estar muy apegadas a la tela del pantalón, de color negro, la camisa que llevaba estaba abrochada hasta el ultimo botón algo inusual en Volex que preferia siempre mostrar su piel al dejar los primeros botones sueltos, una corbata arreglada sin ningun defecto algo que aprendió temprano por las reuniones a las que habia tenido que asistir con corbata, el ultimo accesorio, una chaqueta que se apegaba contra su cuerpo.

Revisió el caso, alguien estaba amenazando a aquella dama y no se sentia para nada segura, además segun las fuentes no constaba que hubiera ninguna ayuda masculina tal como una pareja a la que acudir al menos por el momento, y...que demonios, el haria mejor trabajo que cualquier novio que se las quisiera dar de héroe, revisó con los digitos que el arma seguia en su bolsillo, no era mucho lo que llevaba pero si una navaja que siempre estaba apegada a él como una más de sus amantes, el horario, perfecto llegaba incluso con tiempo adelantado pero nunca habia tiempo de más cuando se trataba de su trabajo.

Llegó a pie, aprovechando el fresco que despejaba y otorgaba aquel efecto despeinado a su cabello, no era muy corto que digamos pero me aseguraba que encajase dentro de los perfiles clasicos y modernos de todo hombre Parisino. Labios humedos, voz clara, llegué al domicilio en el que debia de estar esperando mi cliente, parecia que el tiempo que habia aprovechado no habia sino en vano pues me abrieron la puerta ya conociendo de mi existencia me hicieron pasar a una habitación que supuso era la sala de espera*

Merci beaucoup

*Se sentó en el sillón, repasando mentalmente todo lo que habia en la casa, las esquinas, los espejos, cualqueir cosa que fuera una evidencia por muy estúpida e insignificante que se presentase seria una de las pruebas, variables que consistian en diagramas capaces de desmontar cualquier versión. Su vista se levantó, mirando a Karolina, era hermosa mucho mas que la foto habia comentado, presto se levantó inclinandose caballeroso para de nuevo sentarse comenzando con una sonrisa en los labios*

Volex, Mademoiselle Karpova ahora si es tan amable me gustaria que me comentase el problema, para de nuevo repetirle que su seguridad es lo primero, estará segura en mis manos nadie se podrá acercar a usted sin que yo lo vea.

* Escuchó más que atento a lo que se refería pero no ayudaba nada que la muchacha estuviera al borde de un ataque de nervios puesto que eso le causaba a Volex una sensación más profunda aún por querer protegerla, las mujeres eran peligrosas lo sabia tan bien que hasta con los ojos cerrados tenia pesadillas con ellas imaginando todo lo que podrían hacerle en cuando se negase a colaborar pero tambien eran uno de sus puntos más débiles porque alli estaba ella, temblando cual mariposa que se agita con el viento asi que no necesito mas incentivo para continuar escuchandola.

La mayoria de los casos con los que se habia encontrado eran puras burlas como chantajes que no eran más que una broma al final pero otras en cambio eran distinto como estaba siendo con esta mujer. Volex tomó el papel en sus manos notando la procedencia arrugada y el calor incluso que desprendia el trozo de papel por haber estado en las manos de la mujer, cuando lo miró { sin desentenderse claro está de la mujer que estaba hablando } continuó mirando todo lo que tenía experimentando una sensación por suspirar y comenzar con los interrogatorios que debía de hacer.

Profanar la intimidad de las personas era su habilidad más acusada, por eso, sencillo era que fuera el mejor en su rango de guardaespaldas como policia como otros puestos que tenía allá en el departamento pero ya estaba desechando la idea de que fuese alguien pidiendo dinero, no eran tan "suaves" a la hora de lograr sus objetivos, en los otros casos que tenia los ladrones eran personas impacientes ante todo por la situación economica que llevaban arrastrando, era la misma situación la que los volvía torpes y fáciles de encontrar-

¿Ha notado que le faltan mas cosas? si fuera un ladrón que buscase su dinero ¿no cree que le hubiera robado algo más que una pertenencia?, Pues si yo fuera un ladrón no dejaria nota alguna sino que le exigiría o le robaría directamente.

-Aunque su tono era serio pretendia incentivar la tranquilidad, con un ladron ella habria sufrido mucho más y no le habria dado tiempo a Volex de acudir, sus mechones se habian apartado dejando su rostro con un tono anónimo y serio acariciando una vez más el papel como si en sus ojos tuviera ratos laser que le dirían "¿quien es el que escribió esto?" sabia por algunas de sus fuentes que el padre de la joven no fue lo que se habia de llamar un angelito, todo lo contrario como siempre habia un dicho que mentaba la caída de los ángeles en una u otra forma siempre acababan pecando como unos traviesos condenados, sería idiota si se hubiera expresado asi nada más abrir los labios-

Lamento rechazar su oferta, no bebo en horarios de trabajo. ¿Conoce usted a todos los empleados de la casa? ¿ha tenido alguna reciente adjudicación? ¿alguien que tuviera deseos de penetrar aquí, trabajar para usted?

-Se levantó, escuchandose el sonido de sus ropas que con un movimiento se encargo de alisarlas, odiaba todo ese tipo de ropa formal porque no le presentaba comodidad alguna cuando debia de sentarse y si lo hacia se levantaba con la chaqueta y la camisa arrugada algo que aunque muy comun en los hombres, no se permitia que eso sucediera a la hora del trabajo. La vió cuando se volteó, nerviosa, parecia una pequeña ave enjaulada y asustada...era su deber protegerla, debia de protegerla, le tendió el papel pronunciando con voz clara-

¿Le han comentado como trabajo Mademoiselle karpova? Puedo dormir a las afueras si lo desea más estaré las 24 horas del día con usted, si usted esta ocupada o ha de atender otros asuntos, yo me dedicaré a vigilar quien ha sido el que ha escrito la nota, los trazos se notan masculinos pues una mujer suele escribir más suave

-Se notaba mucho que tenia que decir algo más que le estaba escondiendo, ya lo sabia de sus informadores, de los papeles que habia leido antes de aceptar el caso pero era bueno que le dijera aquello por su propia boca aunque no era especialmente necesario atormentarla, no queria decirle mucho más que ella no supiera porque si le habia encargado su seguridad era casi imposible que se tratase de un mero ladronzuelo que estuviera esperando su oportunidad para meter la mano en la casa. Las cosas esenciales estan en su sitio, nadie niega que el objeto le falte, pero ¿cual era el objeto? ¿de quien era? ¿que valor poseía? ya habia descartado una salida de un ladrón pero no del todo esa opción podia aparecer de nuevo, ella la hermosa doncella nerviosa hizo de nuevo un contacto visual con volex quien serio estaba observandola.

Tenia sentimientos, muy en el fondo queria abrazarle y prometerle que nada malo iba a pasar pero no era de ese tipo de policias, no era un dios que podia prometer que nada iba a pasar, que todo iba bien, el no hacia ese tipo de cosas despues de lo que muchas veces habia sucedido, mirando no mas el pasado del que habia salido el rubio ya no se atrevia a pronunciar esas dos palabras hasta que hubiera encerrado el mismo a los ladrones. Se levantó caminando serio hasta la mujer ya que estabamos en su casa no podía quitarle la bebida mucho menos si le ayudaba a concentrarse por lo que prefirió tomarse la confianza de acariciar su mejilla haciendo que ella ahora le observara a los ojos-

Lais no tiene el rostro de una ladrona, lo he visto ya que antes de acercarme a usted he de acercarme a los que le rodean. Si fuera esto una broma, no me habria contratado e incluso si lo fuera duda de que lo sea.

-El trabajo de Volex no era dar esperanzas falsas, una madre se encargaba de decir a su pequeño que no existía peligro ninguno en la vida hasta que un peligro real se situaba entre ellos y no podía esconderlo más, él, habia aprendido que haciendo eso conseguiria llevarle a problemas. La joven Lais, aquella hermosa mujer no tenia cara de estar cometiendo delitos por su propia cuenta asi que eso fue rechazado de inmediato, el chofer estaba teniendo una agradable vida. No podía negar que los extranjero con dinero era muy mal vistos por los parisinos pobres e incluso de las mas altas esferas causaban un cierto resquemor pero tambien una docil curiosidad. Los ricos no supondrian problema ninguno despues de que ellos fueran los que más tendrian que perder-

No dudo que su padre pudiera ser buena o mala persona, hiciera lo que hiciera trato bien a su familia. Ahora bien, señorita si fuera una extorsión los mensajes serian mucho mas groseros. Por ejemplo pondrían en las paredes "largo extranjera" algo parecido a eso, habrian roto ventanas, habrian hecho lo posible para que usted no se sintiera muy comoda...como mencioné antes, esto es mucho más peligroso.

-Cuando dijo aquello de tener que acompañarla ya estaba sacando su agenda mirando todos los compromisos que tenia, sentia curiosidad insana por ver de que se trataban esos compromisos pero lo escondió dirigiendose una vez más al sillón para sentarse silenciosamente colocando en orden sus pensamientos, mientras ella miraba la agenda pensaba que no era muy factible marcharse cuando el suceso estaba reciente, el vino, estaba actuando rapido por lo que estaba comprobando que los nervios estaban siendo solucionados. Volex no tenia mucho tiempo, serian unos dias con ella otros con sus otros protegidos, guardó silencio hasta que el movimiento de su cuerpo aun recto se escucho del sillón mirandole fijamente a los ojos-

Señorita Karpova, no le estoy preguntando, más bien le estoy diciendo que estaré con usted unos dias. No me verá pero si estaré vigilandola para que nada le vuelva a pasar. Soy experto en ese tipo de seguimientos mademoiselle.

-Seguramente estaba devatiendose entre perder la intimidad que poseia dandosela a un desconocido como lo era el rubio, no podia negarle que en el estado en el que ella se encontraba el habria reaccionado igual e incluso peor pero otras veces habia descubierto que los hombres eran incluso mas reticentes a que un guardaespaldas estuviera detrás de ellos, cuando sucedia solian utilizarle para presumir o señalarle como si fuera una especie de objeto al que tenian todos que respetar si no querian que les fuera mal...era gracioso ver como se comportaban todos aunque por ahora no era precisamente una sonrisa lo que habia en su rostro, se negaba a portarla en horas de trabajo.

Arqueo una ceja, podia ver todos sus movimientos intentando descifrar que su cuerpo decia una cosa mientras su voz habia salido clara, permanecio en silencio mientras ella empezaba a decir que quizás no era necesario pero que al fin acabaria por satisfacer los deseos de volex, el ya habia descartado a una sospechosa, Lais, aunque claro a menudo eran los que menos pensabamos quienes nos traicionaban ya que en una ocasion habia acudido a una especie de paradigma en donde un hombre que se habia enamorado de una mujer era el causante de las amenazas a su esposa porque no sabia como decirle que queria divorciarse de ella.

Se levantó cuando ella le indico que si gustaria de ver la casa, seria lo suyo poder sentirse uno mas en el ambiente que alli habia...por eso asintió hasta que una sonrisa la primera aparecia en su rostro, al contrario de lo que el estaba mostrando ahora, no era tan serio pues en su tiempo libre se dedicaba a emborracharse, reirse, hacer bromas con todos los parisinos que pasaan debido a su aspecto de extranjero cuando en verdad habia estado en Paris durante toda su vida. Apartó un mechón colocando su mano en el hombro de la mujer con una sonrisa un poco mas ancha en sus labios-

Mademoiselle, Ruego que disculpe mi actuación, es cierto que tengo mas clientes que esperan de mis servicios pero tambien es necesario que trate a todos de la misma forma, eso tambien implica el cuidarles, asi que, Karolina, ¿Seria tan amable de guiarme por su casa?

-Tomó la palma de su mano inclinandose como todo un caballero para depositar un beso en la palma de su mano con la más absoluta tranquilidad, el no tenia que ser como los demás que temblaban o que cuando alguien les daba la oportunidad de intimar ya se tomaban excesivas confianzas, le estaba diciendo desde un primer momento que no tendria ni un solo trato especial pero que tampoco seria un trato meramente distintivo. Le guiñé un ojo un poco mas calmado en mi posicion seria volviendo a vigilar el hogar de la señorita esperando que ella diera los primeros pasos, de mala educacion seria empezar la andanza sin que la dueña de la casa se hubiera movido antes-

tiene una casa preciosa, igual que su dueña.