Collin Thomas Brightmore

por **Collin Brightmore** Vie Feb 11, 2011 12:29 pm

Nombre: Collin Thomas Brightmore
Edad: 24 años.
Especie: Humana
Nivel Social: Clase Alta
Lugar de Origen: Inglaterra

Familia:

Sir Thomas William Brightmore, contrajo matrimonio con Lady Mary Elizabeth Elliot, hija de Sir Collin James Elliot, hidalgo de South Park, en el condado de Gloucester. De esta señora, fallecida ya, nacieron: John, Elizabeth, Anna, un hijo nonato, y Collin, el menor.

Descripción Física:

Sol o quizás arena, sus rasgos más parecen la descripción de una playa paradisíaca. Nació en invierno pero el verano estaba arraigado en el dorado de su cabello. El mar en Inglaterra es oscuro, frío, Collin debió pertenecer al trópico, sólo explicaría la ausencia del color pálido de su piel. No era moreno, simplemente un suave tono cobrizo llenaba sus facciones destacando aún mar el azul de sus ojos que quería asemejarse al océano. Creció lentamente hasta superar fácilmente el metro ochenta de altura y de seguro las carreras escapando lo habían hecho mantener aquel físico atlético envidiado hasta por su propio hermano. Las manos demostraban que jamás en su vida había tenido que trabajar para vivir, eran suaves pero masculinas, su piel era un atractivo para aquellas mujeres que tanto adoraba.

Descripción Psicológica:

¿Cómo puedes estar triste cuando no tienes problemas o preocupaciones en tu vida? Fácil, lamentándote eternamente porque tus opciones se ven limitadas. De risa y sonrisa rápida, su mente vuela veloz a la hora de encontrar un halago o una excusa, si no fuera porque su padre ya conocía su repertorio habría seguido engañándolo un par de años más. Está acostumbrado a que otros decidan las cosas por él y no hacerse cargo de sus errores, es despreocupado, a veces algo despistado, un sinvergüenza a ratos. Jamás busca hacerle mal a alguien pero quizás lo hace sin querer, sus acciones por lo general son más rápidas que sus pensamientos. Es un casanova, un mujeriego o como el prefiere decir, un gran amante del género femenino. Vive el día a día y no comparte la filosofía familiar de planificar todo. Lo único que lo amarraba a su hogar natal era el recuerdo de su madre, pero fue también pensar en ella lo que lo haría buscar nuevos horizontes. No intenten hacerlo enfadar, es difícil, por lo general se molesta levemente pero jamás recurrirá a los golpes, a menos que deba defenderse. Perdona, pero no olvida tan fácil. La lealtad es lo más importante cuando de solidaridad masculina se trata, sabe que tendría algún amigo de poder controlar sus impulsos.

Historia:

Primera Parte
(Desde el día lluvioso hasta aquella mañana soleada)

El humo no podía parar de salir, todas las chimeneas de la mansión de Greenland Park debían estar encendidas siempre, las veinticuatro horas del día. Así lo había estipulado el médico y así lo mandaba Sir Thomas. La salud del último pequeño nacido y su madre eran frágiles, lo habían llamado Collin como el padre de Lady Mary, sólo la insistencia del dueño de casa habían logrado que el segundo nombre fuera el suyo.
Una semana había pasado desde que habían mandado a llamar a la mujer del pueblo que ayudaba en ese tipo de cosas, era demasiado tarde para intentar ir a buscar a Londres al médico que debía atenderla, el niño quería nacer y al parecer nadie podría impedirlo. Ahora, una nodriza debía alimentar a ese bebé llorón que parecía tener más hambre a medida que pasaban los días. La mujer, de unos treinta años, prácticamente tenía en un pecho a su hijo y en el otro al hijo de sus patrones.
El niño crecía con fuerza, mientras su madre parecía apagarse cada vez más, unas páginas del cuaderno de Collin lo reflejan muy bien…

“Ya no era todo verde, ni amarillo Me eché a correr luego del golpe en la cabeza que había recibido Anne por mi culpa, la escuché gritar que le diría a Papá y luego otros gritos callándola a ella. Unas pequeñas flores blancas aparecieron por todas partes cambiando los colores. Tomé un puñado y corrí de vuelta a la casa, quizás ese día lograría que mamá pudiera sonreír o que su rostro tomara algo de vida. En la puerta de su habitación un hombre no me dejó entrar, a los segundos salió papá y luego de verme con las flores en la mano, me tomó del brazo y me llevó donde mis hermanos que esperaban como si supieran que él traía noticias. Lo escuché hablar y no entendí mucho de lo que decía, apenas pude comprender que no volvería a ver a mamá y que no podía llorar en público. Yo tenía sólo 9 años”

Segunda Parte
(Desde una cama ajena pero familia a detrás de los árboles)

Era un escandaloso, siempre lo fue, pero jamás fue su culpa. Como tampoco lo fue que la mujer de su hermano fuera de su edad y demasiado bella, como tampoco lo fue que ninguna de las empleadas de la casa se salvara de sus garras, claro, excepto esa que estaba vieja, la que lo había criado y alimentado cuando su madre no había podido. Collin podía ser algo ‘diferente’, un amante absoluto de las mujeres, pero frente a todo, las respetaba, a menos que ellas le pidieran que no lo hiciera por supuesto. Sir Thomas ya no se sentía capacitado para lidiar con todo eso, él ya habría enviado a ese chiquillo a la milicia de no ser porque él era un hombre de palabra y si le prometió a su difunta esposa que cuidaría de su pequeño y lo mantendría a su lado, lo haría. Aunque todo tenía su límite. No sería romper el compromiso enviarlo a otro país, menos cuando la excusa era que comenzara a conocer los negocios de la familia. A esa edad otros ya habrían sentado cabeza, pero él no. Ser el hijo menor no era algo que le hubiese ayudado.

“No creo que sea algo tan terrible. Manosear a una de mis primas detrás de la higuera era mi segundo pasatiempo favorito después de acostarme ahí mismo con ellas. Reconozco que no era fácil convencerlas, especialmente porque creían que prácticamente se abriría la tierra y el mismo diablo las vendría a buscar. Todo sería más fácil si Lady Jane Elliot, también conocida como mi tía, no les metiera esas ideas en la cabeza. Ahora tenía una advertencia sobre mí y ésta vez al parecer iba en serio, ya ni las promesas a Lady Mary o las intervenciones de Anne y Elizabeth iban a salvarme. A los 18 años ya tenía la soga al cuello. O enderezaba mi comportamiento, como decía Sir Thomas, o me enviarían a otra parte a hacer algo útil, algo más que molestar mujeres por estar simplemente aburrido.”

Tercera Parte
(Desde unas olas salvajes a más nieve de la que jamás haya visto)

El dolor de cabeza se intensificó. Era mejor hacerle creer a Vasilissa, la nueva ama de llaves, que estaba algo enfermo. Hacía dos días había visitado la casa de la viuda Ivashkov, esa que se había casado con un anciano y ahora tenía más dinero que gran parte de Londres. La casa en el centro de la ciudad era utilizada sólo de paso la mayoría de las veces, ahora tenía un huésped casi permanente. El joven Brightmore como solían llamarlo. El padre estaba algo cansado de él y el hermano mayor se negaba a continuar con una promesa que tildaba como ‘estúpida’. Si él se había empeñado en estudiar, casarse con una muchacha que tenía tanto dinero como él, ¿por qué tenía que mantener los caprichos de su hermano menor? Ya no era un niño, tenía la edad suficiente como para mantenerse por su cuenta, ser un hombre y dejar de ser el niño que vivía pegado a las faldas de su madre. Collin sabía que era cosa de tiempo antes de que los rumores que se acostaba con aquella mujer y otras cuantas más llegaran a Greenland Park. De todas ellas iba a extrañar a una en especial, a una que formaría parte de su vida aunque no lo quisiera. El sobre en sus manos y los baúles apilados era el más claro ejemplo de que las malas noticias viajan rápido.

“Tengo entre los bolsillos y mis cosas el dinero suficiente como para comprar un pequeño país, pero hoy no tengo ganas de lidiar con el protocolo, aunque en realidad nunca las he tenido. Da igual si el viaje es en primera clase, se que están pagando para evitar los rumores y que yo no siga ‘ensuciando’ el nombre de la familia. Es seguro que John seguirá los negocios el día que Sir Thomas muera, aunque me hayan enviado con la excusa de que también tenemos cosas que tratar en otros países, también estoy seguro que sólo mis hermanas me escribirán. El barco zarpa en unos minutos, tuve que sobornar al cochero para que no revelara el cambio de destino de mi viaje. Es otoño y el mar está más agitado que de costumbre. Se que llegaré en pleno invierno, se que estará nevando. Diciembre y cumpliré 20 años.”

Cuarta Parte
(Desde una piel muy curtida por el sol a una falsamente pálida)

No era Marruecos, era Francia, ¿entonces por qué la mujer en su cama parecía hecha de canela? Incluso su aroma le recordaba la dulce cocina de los domingos en su antigua casa, ese día cuando el postre era más elaborado y por lo general incluía esos palitos que le abrían el apetito tan salvajemente. Su cama no, era la cama de la empleada de su casa, con la que se había estado acostando prácticamente desde el momento en que encontró esa mansión vacía. No había mermado su presupuesto comprarla, era sólo una pequeña cosquilla en la gran cantidad de dinero que traía con él. Collin era un vividor, pero no un vividor estúpido. Tenía claro que debía invertir o perdería todo, hasta los calzoncillos que ahora descansaban en el suelo. Aurora era su nombre y él sabía que era un dato fundamental jamás olvidarlo. Las mujeres amaban detalles como ese y mantener a la servidumbre feliz era parte de su labor. Se deslizó fuera de esa cama buscando algo de tabaco para meter en la pipa, fumar le llenaba el espíritu además de los pulmones, y aquellas nuevas hierbas que alguna vez había probado hacían de esa rutina algo más placentero. Mañana vería a otra muchacha, una que había encontrado camino al mercado, él no hacía las compras, él sólo frecuentaba esos lugares buscando otro tipo de artículos.

“Era oriental, estoy seguro. Fue como una pequeña geisha dispuesta a atender todos mis deseos. La piel entre sus piernas no era tan clara como la de su rostro, pero no podía revelarle que era sólo ese lugar el que me interesaba de ella. Olía diferente, no tan dulce como Aurora y menos intenso que Mikhaila. Quería saber si sus mejillas se ruborizaban pero el maquillaje me impedía conocer sus verdaderas sensaciones, en vez de coartar mis acciones me hicieron poner más empeño. Aoki se transformó en el desafío de mi semana, pero como con todo, una vez que conseguía la meta perdía el interés. Mañana buscaría a otra, una que pudiera entretenerme por más que un par de días, otra que no albergara la secreta esperanza de terminar de dueña definitiva de la cama en la que nos revolcaríamos. Quizás necesitaba buscar una chica de mi clase, una que se escandalizara cuando le susurrara lo que pretendía hacer con su corsé.”

Datos extra:
-Jamás ha trabajado en su vida.
-Cuida por sobre todo el cuaderno donde garabatea en las noches.
-La mayoría de las pinturas en su casa han sido hechas por él mismo… y todas son mujeres desnudas.
-Sabe que en algún momento tendrá que casarse, pero por ahora prefiere evitar el tema.
-Tiene una hija de la que desconoce su existencia.
-Dos cicatrices en su espalda le recuerdan que debe evitar frecuentar mujeres casadas.

por Invitado Vie Feb 11, 2011 12:32 pm

Ficha aceptada, bienvenido

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