A septette for the dead princess [Libre]

por **Al-Jabir Zalaquett** Vie Feb 25, 2011 3:22 pm

- Señor, te encomendamos el alma de tu sierva, Francisca Hidalgo de Castilla, y te suplicamos, Cristo Jesús, Salvador del mundo, que no le niegues la entrada en el regazo de tus patriarcas, ya que por ella bajaste misericordiosamente del cielo a la tierra.

El padre de turno leía aquella oración como si lo hubiera hecho ya miles de veces antes: De memoria, y de forma lenta y casi agobiada, algo bastante anticlimatico en comparación a la multitud de personas que se encontraban allí reunidas. Las lagrimas caían, rodando por sientas de mejillas hispanas, de los seres queridos, conocidos e interesados en la muerte de la señorita Francisca, que parecía ser una chica de muy alto cargo en la península. En el cielo hay otro ángel, decían todos para consolarse, pero yo no pensaba tan optimistamente. Quizás ellos no lo sabían, pero el espíritu de esta chica, una vital joven de 20 años, de largos cabellos castaños y ojos negros como la noche misma, había estado justo aquí, entre ellos, para presenciar su propio funeral. Mientras le daba los toques finales a la tumba, y el padre continuaba con su oración, le dedicaba algunas miradas indiscretas a aquella joven, con quien ya había hablado, y a quien solo le había permitido quedarse porque no tenia humor para discutir en ese mismo instante.

- ... Porque, aunque haya pecado... jamás negó al Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu Santo; antes bien, creyó, fue celoso de la honra de Dios y adoró fielmente al Dios que lo hizo todo. -el padre finalmente cerro la biblia que sostenía, y miro a los presentes- Vayan en paz ahora, mientras el cuerpo de esta doncella es finalmente devuelto a donde pertenece... de la tierra a la tierra... polvo eres, y al polvo has de volver

No pude evitar hacer varios gestos entre dientes mientras bajaba lentamente el ataúd a la fosa, acompañado por el sonido de un septeto, y los llantos de tantos Hispanos. Cuando finalmente estuvo hecho el tramite, la mayoría de ellos se retiro sin mas. Al cabo de unos minutos, solo quedamos la fosa, la chica y yo. Suspire, obviamente turbado por su presencia, mientras finalmente cubría la tumba de tierra. Me arme de valor finalmente, y sin mirarla a los ojos, alce la voz.

- Tienes que irte... si te quedas aquí solo te sera mas difícil acostumbrarte a esta vida -desvié la mirada hacia el árbol donde ella permanecía apoyada- pronto, lárgate de aquí antes de que me arrepienta y use tu alma para hacer voo-doo

La chica, asustada, rápidamente escapo corriendo, para luego desaparecer entre los arboles. Reí, entretenido por su reacción, y luego mire hacia el cielo. Estaba nublado, parecía que iba a nevar dentro de muy poco. La oscuridad en el ambiente, me hacia suponer que la noche se acercaba.

por **Lea De Lonval** Sáb Feb 26, 2011 9:30 pm

Los cascos de los caballos era el unico sonido que se lograba distinguir, alrededor reinaba un gran silencio, propio de los alrededores del cementerio. Tome los guantes negros para introducir lentamente mis manos en ellos, eran de seda fina, los habia comprado apenas esa misma mañana al igual que el vestido del mismo color que ahora vestia. Acomode el sobrero con velo que llevaba puesto mientras el cochero detenia la marcha de los caballos, asome la vista por la ventana del coche, vaya lugar mas triste.

Jamas habia sido una fanatica de visitar los cementerios, no, los cementerios siempre me parecian lugares demasiado lugubres, tristes y solitarios, lo que me llevaba a preguntarme que hacia en aquel lugar, ah, claro, ya recordaba, me habia entrado la idea de visitar la tumba de aquella joven. Era tan solo una chiquilla que era amadrinada por una de mis pocas amistades, tan joven, tan bella y con un gran futuro por delante, todo frustrado por una repentina enfermedad que le llevo a la muerte unas semanas atras. Pobre niña.

El cochero abrio la puerta y me tendio la mano para que pudiera descender del vehiculo. Mire al cielo tan pronto como estuve fuera del coche. Pronto la oscuridad cubriria el cielo y la noche comenzaria a hacer de las suyas, le hubiera visitado mas temprano sino fuera por los asuntos que reclamaan mi prescencia.
Camine lentamente desde la puerta de entrada, llevaba un ramo de flores entre los brazos, eran de un palido tono rosado, si mi memoria no me fallaba la chica adoraba aquel color, creo haberle escuchado decir en una conversacion durante alguno de los bailes donde coincidimos.

Me adentre en las lapidas frias, un escalofrio recorrio mi espalda, algo no me gustaba del lugar, pero no podia darme la vuelta y salir corriendo como si hubiera visto algun espanto.
"Vamos, solo dejare las flores y marchare a casa" ese pensamiento me ayudaba a seguir caminando a donde estaba la lapida de aquella pobre chica. Finalmente llegue, un angel de marmol blanco estaba esculpido sobre la lapida marcada con su nombre.
Me arrodille para poder dejar las flores en su lugar, acaricie levemente la inscripcion en la piedra y una sonrisa miserable se dibujo en mi rostro, me preguntaba si cuando muriera alguien llevaria flores a mi tumba. Volvi a ponerme de pie, sin quitar la vista de la lapida.
-Dichosa tu que estas en un lugar mejor...-dije en un murmuro que solo yo pude escuchar.

por **Al-Jabir Zalaquett** Dom Feb 27, 2011 8:00 pm

La neblina cubría suavemente el ambiente del cementerio, mientras la oscuridad lentamente se apoderaba del lugar. Suspire contrariado, dándole unos leves golpecitos a la tumba para asegurarme que el trabajo estaba terminado, y luego encendí un farolillo que había dejado a un lado. Era el momento de encender las luces, para evitar que llegaran los borrachos y evitar algunos accidentes. Así fue como, a paso lento y flojo, empecé a recorrer los senderos del cementerio, prendiendo los faroles que encontraba, usando la llama de mi pequeña lampara. Pero aquellas tenues luces no hacían mas que otorgarle al lugar un aspecto aun mas tenebroso.

- Al menos me dejan ver por donde voy -susurre, mientras seguía mi camino por el lugar- Odio mi trabajo...

Me hizo falta un poco de tiempo de caminata, para percatarme que no era el único ser "vivo" en el cementerio. Allí, arrodillada frente a la lapida de otra joven fallecida hace poco, se podía ver la figura de una mujer, quizá ya entrada en años, pero que emanaba un aura de gran vitalidad, por lo que supuse que su apariencia ocultaba varias cosas. Lentamente me acerque a ella, atravesando la oscuridad y la niebla, guiándome con mi lampara, para ponerme a su espalda y empezar a encender un farol cercano a aquella tumba.

- Es algo tarde para visitar a viejos amigos ¿No lo cree?

por **Lea De Lonval** Mar Mar 01, 2011 7:27 pm

Un ligero suspiro logro escapar de mis labios mientras seguia observando la ultima morada de aquella pobre chica. Fue entonces cuando me percate de la tranquilidad que me rodeaba y poco a poco el temor que se encontraba en mi interior se fue desvaneciendo en la neblina. ¿La muerte seria igual de tranquila? La gente tenia tantas teorias diferentes para la muerte. Personalmente jamas pensaba en la muerte, era algo que realmente no me preocupaba, despues de todo ¿De que podria temer?

Una voz me saco de mis pensamientos, me volvi para encontrarme con un hombre que encendia el farol mas cercano. Ladee la cabeza un poco, levantando la ceja ante su pregunta.
-Bueno, la apreciacion del tiempo es algo muy subjetivo-conteste finalmente-Ademas, siempre se tiene tiempo para los amigos

por **Al-Jabir Zalaquett** Miér Mar 02, 2011 4:24 pm

No pude evitar sonreír ante la respuesta de la mujer, pensé que lo que haría seria evitarme, ignorarme o, en el peor de los casos, asustarse y pegar un grito. Parecía de lo mas tranquila en este lugar, a pesar del ambiente tan tétrico que se estaba presentando de a poco. Lentamente continué encendiendo los faroles que se encontraban a su alrededor, dándole un poco de luz a aquel páramo tan deprimente. Cuando finalmente hube terminado aquella labor, deje mi linterna en el suelo, me senté sobre una piedra aledaña y mire a la mujer, sonriente, mientras trataba de analizar disimuladamente la tumba que visitaba, intentando recordar a el, o la, moradora de la fosa, y pensando en el destino que había tenido aquel espíritu.

- Todo es subjetivo, señorita~ -dije, sonriendo- Me sorprende que permanezca en este lugar, a pesar de querer visitar a su amiga... la mayoría de la gente ya no tiene el respeto que debería a los muertos

Y realmente, eso estaba pasando. Era triste, pero realmente las personas habían dejado de lado a aquellos que ya nos habían abandonado, cosa que se notaba al observar las pocas visitas que se veían al cementerio. Ademas, muchas de aquellas visitas solo buscaban un lugar donde ocultarse de los ojos de la sociedad. Deje escapar un suspiro, mirando hacia el cielo. Seguía nublado.

por **Lea De Lonval** Miér Mar 09, 2011 1:59 pm

Observe atentamente a aquel hombre mientras encendia los demas faros que se encontraban alrededor hasta que finalmente se sento en una piedra cercana. Un frio viento comenzo a soplar y un escalofrio recorrio mi espalda, me habia olvidado el abrigo en el coche ya que no pensaba mas que dejar las flores pero bueno, una leve brisa no me haria regresar corriendo al coche, realmente este era un lugar mas tranquilo y pacifico de lo que haia pensado.

-Bueno, este no es un lugar tan malo despues de todo-dije sonriendo, dirigiendo mi vista nuevamente hacia la lapida, finalmente volvi a hablar despues de guardar silencio un rato-Nos tratamos muy poco-dije refiriendome a la chica-Coincidiamos en algunas fiestas pero nada mas... Es bueno saber que ahora podre visitarle sin temor a que no se encuentre en "casa"

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