Arrolladora coincidencia.

Tenía una semana que me había enterado sobre los seres sobrenaturales como lo eran los vampiros. Generalmente estaba con hombres que tenían mucho dinero pero últimamente me tocaban estos últimos, había tenido suerte de que ninguno quisiera algo más que sexo, me rehusaba completamente a darles más que mi cuerpo aunque había prendido con el tiempo que si los hombres comunes tomaban lo que querían, los hombres ¿Muertos? Lo tomaban con más facilidad, igual no tenía miedo. Lo había superado. Salí del burdel, aunque muchos de los hombres presentes trataron de convencerme para que me quedara me disculpe con amabilidad y fingida y les dije que tal vez en otra ocasión, lo bueno de decir esa clase de cosas era que no les decía como encontrarme o con quien preguntar lo que me llevaría a escapar triunfante de irme a la cama con ellos.

La noche era una tentación para alguien como yo. Mire a lo largo de una calle que solo estaba alumbrada por los faros, me relamí los labios despreocupada y aun consciente de las criaturas que rondaban en las calles de Paris. Desde que conocí la verdad siempre tenía el dejo de incertidumbre e incomodidad mezclado con adrenalina. Sentía la sangre bombear en mis dedos, un continuo “bom, bom” golpeaba en mi pecho. Nunca me había sentido tan curiosa por algo como en ese momento de mi vida. Advertí que era una buena noche por la carencia de viento, era una simple brisa que rozaba mis mejillas como pluma de animal, no estaba de mal humor pero no era mi mejor noche, esa era la razón por la que me había alejado del burdel un poco. Antes siquiera de que acabara de llegar hasta el extremo de la calle pude ver a una pareja adinerada que se paseaba con aires de superioridad.

¿Cuándo seria como ella? Me ardió el estómago de solo pensar en cómo alguien tan feo pudiera tener todo eso dinero, definitivamente dios no era justo ¿Existía un dios? Observe con ahínco como la pareja se perdía entre la oscuridad, chasquee la lengua, algún día mi sed de poder y adquisición seria saciado, no tendría por qué vivir así si eso pasaba. Gire un poco para seguir mi camino, una leve sonrisa se hizo presente en mi rostro imaginando todos los placeres fuera de lo carnal que tendría cuando consiguiera alguien digno de tener todos mis servicios, mi madre estaría celosa, mis compañeras estaría aún más celosas. Acelere el paso, solo un poso sin perder la postura erguida y orgullosa con la que siempre caminaba. Rocé apenas el hombro de un joven que no había visto si no hasta ese instante, agradecí no haberlo golpeado-Lo siento-me detuve unos momento para hacer una reverencia en forma de disculpa, como las odiaba, y seguí mi camino, gire un poco el cuello para ver al joven esperando que mis acciones y actitudes no se volvieran contra mi.

Detuve mis pasos y volví mi mirada al joven. Sonreí imperceptiblemente cuando beso mi mano para después de escasos segundos retirarla-No se preocupe en verdad-mi atrevimiento me llevo a observar al chico con insistencia, esos rasgos no eran comunes por dos razones, sus facciones no parecían francesas y la piel pálida con aspecto gélido simplemente me decían una cosa: Vampiro. Estaba decidida, averiguaría todo lo que pudiera sobre ellos, no me importaba el punto hasta el cual tenía que llevar, tal vez lograra conseguir algo más que información, según lo que había visto esa última semana ellos tenían dinero, y mucho. ¿Se daría cuenta de que yo era una puta? ¿Lo parecía justo en ese momento? Seguramente no lo haría ¿Pero debía saberlo? Cuando salía del burdel gracias a un cliente o simplemente porque era mi noche libre siempre podía confundirme con cualquier dama de sociedad, con el cabello cayendo en cascada sobre mi espalda y el vestido entallado que a decir verdad pocas veces podía usar pues mi trabajo impedía el uso de mucha ropa. Me gire un poco sin dejar de mirarlo pero después volví a avanzar hacia él determinante mente-Pero ¿Sabe qué? Acepto su invitación-incline la cabeza un poco tratando de averiguar su siguiente paso.

Aspire al aire tibio, dejando llenar mis pulmones de él, me había dolido pero tenía que reunir todo el valor que tenía para llegar a mi objetivo, cualquiera pensaría que había perdido mi sentido del peligro y de cierta forma así era pero no podía dejar de hacerlo, ahora que Paris me daba más oportunidades no lo dejaría simplemente porque sí. Como siempre ya todo estaba planeado y pre-fabricado pero a diferencia de cualquier momento del día esta vez tenía algo más….curiosidad y muchos decían que la curiosidad mataba al gato. Eso estaba a punto de verse-¿Puedo saber su nombre?-dije casi en un susurro meloso con la voz cantarina y con cierto modo infantil sin dejar de ser insinuante. Me lleve una mano al cuello, tocando con mis dedos la piel que dejaba expuesta el vestido, talle un poco con dos dedos la parte en donde se encontraba mi arteria haciendo círculos sobre esta, quería ver su reacción.

Estaba tentando mi suerte pero sería un desperdicio no precisar de mi encanto como con todos los hombres. Había olvidado que no me había presentado-Por cierto mi nombre es Arianne-dije sin sin mucho chiste, sin reverencias ni nada por el estilo, solo mi nombre, normalmente los hombres no querían reverencias. Estaba siendo presa de mi propia trampa, me mordí el labio simplemente pensando en las posibilidades que tendría esa noche de sacar algo de provecho.

Tras su invitación a tomar algo me comenzaba a plantear la idea sobre decirle o no que era una prostituta, al ser hombre cabía una posibilidad de que no le importara y que incluso me contratara pero siempre estaba la opción de que se sintiera ofendido porque yo no era totalmente honesta. Fue bastante atrevido al invitarme pero no podía esperar menos de un vampiro y a decir verdad uno bastante guapo, le sonreí de regreso pasando la lengua por mis dientes. No era muy mi cosa mostrarme mal educada a menos de que me trataran mal pero esta no era la ocasión, igual necesitaba saber de ese hombre, que no era cualquier hombre si no uno con cargo importante. Casi sentí que vomitaba al imaginar la suerte que algunas de nosotras teníamos, no todos los días te encuentras con alguien que ostenta un cargo de real pero sobretodo que te invitara a tomar algo.

Las posibilidades por lo menos de otra invitación o incluso algo mejor se abrían aún más pero también me sentía apenada pues, ningún hombre que quisiera mis servicios se acercaría solo porque si y él lo había hecho-N]o me atrevería a llamarlo de cualquier forma señor-me encogí de hombros-Su título sin lugar a dudas me lo impide-yo estaba muy consciente de muchas cosas, como por ejemplo lo bonita que era y que todo lo que quería lo podía conseguir si soltaba una de esas risitas falsas que ya me salían naturales. Entrelace mi brazo con el suyo respondiendo a su respuesta de llevarme de esa forma. Una sensación extraña me revoloteo en el estómago…De cierta forma no podía creer que eso me estuviera pasando a mí. Comenzamos a caminar y todo hubiera estado perfecto si no fuera porque menciono esa atención que pocos tenían sobre que yo escogiera el lugar.

Mi cuerpo se tensó ligeramente pero mi rostro seguía sin mostrar incomodidad, apreté un poco los dedos contra su brazo, comenzaba a maquinar ideas sobre que decir o que hacer. Simplemente no podía entrar a un lujar en donde el lujo brotaba de cada esquina pues las personas se darían cuenta que yo no era una noble aun con todo y vestido pomposo pero tampoco podía ir a un lugar de clase media-baja pues porque esa gente solía conocer a todo el mundo como ellos y me delatarían, estaba en verdad en una encrucijada-¿Tiene muy poco de haber llegado no es así?-pregunte desinteresada-Yo no soy de aquí pero durante este tiempo aprendí a conocer la ciudad y a encontrarla hermosa-mire a ambos lados de la calle por la que avanzábamos. Me obligue a respirar y a calmarme ¿Qué debía hacer?-Creo Mi lord que debe saber algo sobre mi…-me arme de valor pero justo cuando mis labios se abrieron yo me hice para atrás y dije otra cosa que en realidad no tenía planeado decir-No suelo frecuentar muchos lugares…Entonces le tengo una propuesta…¿Por qué no damos un paseo y más tarde buscamos un lugar más tranquilo? Claro si usted quiere ya que si no es de su agrado siempre podemos ir y pasarlo bien en algún restaurante-esa opción me pondría en problemas pero siempre tendría una excusa para ser perdonada.

Era fácil ver la vida cuando habías nacido en cuna de oro e incluso el día de tu muerte lo habías tenido todo. Para mí el punto de vista de que todos éramos iguales simplemente no me convencía en lo más mínimo, yo había nacido sin nada y a la gente en verdad no parecía importarle eso sobre la igualdad. Todos me trataban como la puta que era pero él no podría decir eso y ni siquiera estaba segura de que algún día lo viviera o no pedía mucho, no esperaba que lo entendiera. Me limite a quedarme callada mientras él hablaba, interrumpirlo solo haría que me descubriera ¿Qué haría si se enterara? ‘¿Me contrataría? ¿O le daría pena y me dejaría? De solo pensar en que pudiera darle pena estar con una prostituta me hizo un nudo en el estómago, me dañaría en lo que más me dolía pues aunque se enterara no había hombre que me dijera que no-Mucha gente no piensa como usted lo cual es lamentable-le sonreí sonando calmada cosa que me sorprendió. Si hubiera sido otro momento seguramente me hubiera importado poco ser descubierta y le hubiera dicho incluso de lo que se podía volver a morir.

Últimamente me sorprendía a mí misma. Di un respingo ante su idea no porque me asustara si no porque me parecía genial, no creía que en zonas alejadas alguien pudiera hablar de mi o me conociera y menos con esa ripa que reflejaba pulcritud hasta en la caída de la falda. Generalmente en el burdel no nos dejaban usar ese tipo de cosas, siempre llevábamos ropa o más bien casi no llevábamos ropa para despertar las fantasías más oscuras de los clientes por lo cual pocas veces tenia momentos para presumir regalos como ese que llevaba puesto. Me sentía bien con esa ropa, como si siempre la llevara y de hecho yo estaba segura de que debí de nacer en alguna buena familia-Me parece perfecto-me gire para verlo fugazmente y como un juego de m8iradas mi vista volvió a tocar el piso-Y no, no quiero comer…de hecho ya lo hice solo era una sugerencia-me acomode la melena rizada a un lado del cuello-¿Puedo preguntarle algo?-dije mientras miraba la calle y contaba mis pasos mentalmente-¿Por qué me invito? ¿No cree que es peligroso?-busque su mirada y después de unos segundos levante la mano para que no dijera nada-No me lo tome a mal, yo estoy rncantada, solo es curiosidad.-

Off: Post corto, lo siento.

Comenzaba a plantearme la idea de aparte de prostituta ser podría ser una clase de escort, los hombres me pagarían más y ese hombre a pesar de su condición vampírica parecía estar muy solo, de nuevo pensaba si era bueno decirle o no, era extraño que un vampiro no se hubiera dado cuenta ya. Tal vez quería jugar conmigo, no lo sabía hasta que el me lo dijera o me dejara ahí botada medio muerta. De todas las formas posibles me alegraba de que tal vez y con suerte el me adoptara o algo así, aunque fuera vampiro ahora entendía porque me convenía volverme su muñeca de sangre y no precisamente solo de él, con cualquier hombre que succionara sangre mi ofrenda se vería recompensada. Mi cabeza se giró al escuchar ya demasiado cerca el sonido delas ruedas de una carroza avanzar por la oscura calle, me hice para atrás solamente un poco, teniendo cuidado para no caerme y tropezar. La carroza se detuvo cuando mi acompañante silbo, el sonido arrastrado y pesado de la tela que ahora llevaba puesta interrumpió el momentáneo silencio que se había hecho presente entre nosotros.

Tome la parte de abajo del vestido con cuidado de no acabar con la pulcritud de mi apariencia y subí tratando de no perderme no ningún detalle dentro de ese vehículo, el lugar alejado debería estar muy alejado como para rentar los servicios del chofer, me alegre de que no me obligara a caminar. Mi cuerpo se movió hasta una esquina, guardando un espacio considerable entre el hombre y yo, no quería parecer más ofrecida de lo que era. Eso podía arruinar todo lo que había cosechado hasta el momento. Levante una ceja interesada en eso que había mencionado-¿Le parezco una criatura peligrosa?-pregunte ensañada con querer que él me dijera la verdad-La verdad es que…no estoy segura de esas historias pero si el río suena es porque agua lleva, de una forma u otra esas historias deben de tener algo de verdad-me encogí de hombro desinteresada aunque por adentro mi sangre palpitaba queriendo saber más y más.

-Bueno-lo mire sonriendo-Para su tranquilidad…No soy peligrosa-una frase con doble sentido, si podía ser muy peligrosa pero no de la forma en la que él podía serlo-Y no se preocupe me agrada su forma de querer conocer personas, pero no me gustaría que se llevara un sustos los Parisinos son…diferentes-arrastre la última palabra, pegando la lengua por detrás de los dientes frontales. Fue un milagro que no me mordiera la lengua en ese momento, la carroza pasó por un bache el cual nos hizo saltar. Tuve que aferrarme al borde de una de las ventanillas de la carroza para no moverme mucho y salir disparada al otro lado del auto, presione mi pecho con una mano, reparándome del susto.