Pensar en la tentación, es estar a punto de caer en ella.

¿Cuándo te mordía uno de ellos que pasaba después? Pensé mientras escuchaba como eco los pasos que daba en el piso, eran huecos o tal vez solo era mi imaginación, esa que nadie conocía y que dudaba que alguien llegara a conocer. El día estaba nublado tal vez porque ya era tarde pero no veía nada de malo en eso, me gustaba los días nublados aunque las caras que veía pasar a mi lado fuera antipáticas y serías, muchas de ellas ni siquiera se detenían a mi cosa que me ofendía ¿Por qué no me miraban? Era lo suficientemente hermosa incluso más que las mujeres de alta sociedad que se paseaban con sus joyas ostentosas ¿Algo estaba mal conmigo en ese momento? Me lleve una mano a la cabeza y toque el tocado que llevaba, si, estaba en su lugar, baje un poco las manos tocando el corsé y las varillas que hacían que las costillas se comprimieran por dentro. Todo estaba como debía de estar y aun así a las personas que pasaban a mi lado no les importaba.

Hice un puchero mientras seguía caminando pero mis pasos ya no eran rápidos ni con ese ritmo con él que hace unos minutos caminaba, ahora era pesado y cansado como si tuviera pereza de seguir brindándole al mundo mi presencian ¿Para qué? Si ni siquiera se daban cuenta, lo otra cosa que más me molesta era que el vestido de color azul turquesa se ensuciara de la parte de abajo. Pocas veces podía salir a la calle con algo así y cuando lo hacía me molestaba que la tierra se impregnara en la tela, no tenía el suficiente dinero como para mandar a arreglar cada uno de los vestidos, solo podía arreglarlos yo o hacer que alguien más lo hiciera una vez cada dos meses. Daba igual. Camine hasta una de las bancas que estaba más próxima a mí, lo que pudo ser una tarde de paseo reconfortante se había vuelto algo que me hizo sentir mal, siempre confiaba en mi belleza y estaba vez me había defraudado ¿Ahora era fea? Por acto reflejo me tape los ojos al sentir un poco de agua en el cuello, una persona había pasado corriendo y a su paso había levantado el agua de un charco. Cuando se fue solo pude levantarme y mirar molesta a la persona que se había ido sin ni siquiera una disculpa-¡Oh no!-me queje al notar que una parte de la falda del vestido estaba empapada.

Trate de limpiarlo sin resultado alguno, solo esparcir el agua aún más en la tela. Algún día dejaría de escatimar por esa clase de cosas y podría ensuciar cuanto vestido caro tuviera, solo tenia que buscar a alguien que estuviera dispuesto a hacer lo que fuera por mi y no descansaría hasta obtenerlo, no me importaba si era vampiro y quería mi sangre o humano, eso era lo de menos.

El día corría de manera normal, monótona y aburrida, Marko no soportaba sentirse tranquilo y menos ese día, los días anteriores habían sido diferentes encuentros misteriosos, vampiros, gitanos, licántropos era primera vez en mucho tiempo que Marko se relacionaba con personas, e intentaba sociabilizar el creía que era madurez o el simple hecho que sabia que en algún minuto cambiaría, estaba cerca de su hermana las visiones constantes le advertían que el futuro seria un caoz y necesitaba hacerse de amigos mas que de enemigos. El día estaba nublado ni muy helado ni muy cálido, desvió su mirada hacia el cielo y solo vio el gris de las nubes. "En dias como estos, cuando hay pocas personas en las calles deberíamos divertirnos un rato Marko" ¿Estas pensando en lo mismo que yo? Ilusiones..., desde muy corta edad Eris le enseño a Marko a crear ilusiones, tan reales que cualquiera diría que eran de verdad. "Hace mucho que no lo hacemos, ¡A Divertirse!" dijo animada la voz de Eris en el interior de la cabeza de Marko.

Camino por las calles, preocupado por la cantidad de gente que había en aquellas zonas las miraba a todas con una sonrisa, si ese día el brujo andaba de buenos ánimos algo difícil de creer pero era posible. Avanzo por los callejones en silencio en su interior Eris revoloteaba le daba ideas ese día era para ellos y para nadie mas, Marko y Eris como uno solo una amistad que superaba lo imaginable, pero ahí estaban hablándose, queriéndose, apoyándose, cosa extraña ya que siempre se llevaban mal. Llegaron a la plaza estaba desolada, unas cuantas palomas se veían y se hacían notar "Marko esto esta muy aburrido, por que no ponemos personas a nuestro alrededor" dijo con alegría la voz femenina en su interior Marko entusiasmado con lo que decía Eris le respondió Claro, pondremos unas cuantas personas a rondar por aquí, a esto le hace falta vida. Y así el brujo se concentro y empezó a crear ilusiones, personas caminando, parejas de enamorados, niños jugando, preocupándose notablemente que se notaran lo mas real posible y de varios estatus sociales.

Mortales caminaban por la plaza y tanto Eris como Marko se reían haciéndoles bromas, como hacer que alguna ilusión se acercara y luego desapareciera, o mejor hacer que le robaban algo y luego solo era un presentimiento, Marko se divertía molestando a las personas aun cuando sabia que solo aquello era un juego de niños. El brujo estaba posado en un árbol mirando a sus ilusiones y controlándolas a cada una de ellas, pero fue en ese instante cuando vio y todo pareció vació en ese momento. Una flor, no no era una flor una joven de cabellera larga, labios prominentes y ojos... ojos como el cielo habían maravillado al brujo. Cosa que a Eris no le parecio nada y " Marko... Marko... ¡MARKO! no te le vallas a acercar es una Cortesana una mujer de mala clase y mala fama" el brujo no pudo quedarse en silencio para con su interior Eris, hacia tiempo que no veia a alguien que... que se pareciera a ti... a como te imagino, eres como ella. Claramente aquellas palabras no fueron del agrado de su querida Eris y fue esta que a modo de venganza movió a una de las ilusiones salpicando le algunas gotas de agua a la bella dama.

Marko enfurecido por lo que había hecho Eris fue sin mas remedio y se acerco a la dama, con algo de vergüenza se arrodillo frete a ella y le tendió un pañuelo negro de seda - Tome, séquese con esto - dijo con una voz calmada, aun cuando Eris seguía enfurecida reclamando en su interior, pero Marko, el no la oía en ese momento. - Hay personas que son muy descuidadas - intento disculparse por aquel extraño, que para el no lo era, era simplemente una ilusión mas. Y en un abrir y cerrar de ojos hizo que todas las ilusiones desaparecieran, dejando aquel lugar casi sin nadie mas que ellos dos.

Hubiera llorado de furia pero contuve, me trague esas lagrimas que casi siempre salían cuando me sentía ofendida e insultada. De solo pensar que después de un tiempo el vestido no tendría remedio me daban ganas de ir y matar al desgraciado que ocasiono eso en mí vestido, deje de tocar la tela con mis manos inútiles y me las lleve al cuello para secar con el dorso de la mano las gotas que habían caído sobre mi piel, en ese pequeño rocé pude sentir las dos cicatrices, tan pequeñas que se parecían a dos lunares diminutos, ya no dolían y tampoco estaba segura de que se notaran de todas formas tuve que remover el colgante de mi cuello, con que el esos últimos días escondía la mordida, y secarlo de igual forma. En el momento en que gire el torso para dejar el collar a un lado de mi un joven con aspecto avergonzado, o al menos eso decía yo, se arrodillo enfrente de mí y me tendió un pañuelo negro de seda. Deje el colgante en el banco con cuidado, volviéndome a girar mirando ese acto caballeroso.

Suspire mirando a ambos lados, no me había percatado que de un momento a otro, el parque que hasta ese momento estaba si no plagado con gente pululando de aquí allá ahora estaba desierto, solo con dos personas en él. El joven y yo. Me estaba volviendo loca o el enojo me cegaba, mis pestañeas aletearon varias veces de forma inconsciente mientras buscaba una respuesta en mi interior, una respuesta que no llego. En cambio lo que si llego fue una especie de triunfo interior, y ya no me importaba que nadie estuviera en el parque, volvía a probarme a mí misma que podía controlar mi entorno incluso cuando no hiciera algo al respecto. Un simple acto de mala educación había traído a un hombre apuesto a mis pies. Me regocije interiormente-Gracias que amable-tome el pañuelo con cuidado, sintiendo y grabando en mi memoria la textura de esa tela oscura, era suave y terso, por un momento sentí la necesidad de llevármelo al rostro para sentirlo de todas las formas posibles pero no lo hice, jale mi brazo para que la tela se deslizara por la mano del joven.

-Creo que no tiene remedio-dije desinteresadamente, limpiando el vestido y al mismo tiempo haciendo como que no lo veía cosa que no era cierto pues le dedicaba miradas fugaces para poder ver sus facciones, era muy guapo, tuve que sonreí para quitarme las ganas de querer gritar a los cuatro vientos que seguía siendo igual de hermosa que el día de ayer, que mi belleza seguía atrayendo a los hombres aunque fuera solo porque me quisieran ayudar, eso en realidad no me importaba, me importaba que justo en ese lugar él se hubiera ofrecido a ayudar-Nadie ve más que por sus propios intereses-le dije después de unos momentos, tome el pañuelo entre mis manos y lo doble-Le prometo que le comprare otro pero por favor no se quede ahí-tantee el lugar en donde estaba sentada, encontré el collar y sin dejar de mirarlo lo quite para después señalarle que ya había y se podía sentar a mi lado. Recorrí mi cuerpo solo un poco, no quería que la puta que llevaba dentro se me saliera de buenas a primeras.

Hice rodar el dije entre mis dedos esperando a que se sentara, aunque ahora que me ponía a pensar él ya se había dado cuenta que yo era una prostituta y no se sentaría-Es extraño que la gente se esfumara…-recargue todo el peso en el respaldo del banco, sin perder la postura erguida y con clase que siempre tenía pero que especialmente con esos vestidos se hacia más notoria.

Si estaba en lo cierto Marko aquella dama le había sorprendido, su belleza era digna de toda admiración, estando cerca de ella pudo notar su perfecto rostro, mas su físico era despampanante, tras de aquellos trapos el brujo tenia fe que había unas lindas curvas, una suave piel y una belleza pero lo que mas lo llenaba de curiosidad si era todo superficial " Es una puta se gana la vida relacionándose con hombres, y sabes a que me refiero Markos, aléjate ya la ayudaste ahora vamos a seguir entreteniéndonos, Marko..." Eris, calla yo quiero saber de ella conocerla saber su nombre y "¡¡NADA... Sabes que no dejare que hagas nada con esa ramera!!" Si me vuelves a interrumpir te ira mal... recuerda en el bosque... ¿que nos paso? [/i]Eris tenia claro a lo que se refería Marko con eso, dolor, sufrimiento algo que ella no quería ni para el ni para ella.

- Lo que algunos nos interesa a otros no, ser educado es ser un caballero y en este mundo si no eres caballero no eres nada - dijo con total naturalidad, el brujo quería conocerla una parte de el quería saber mas y era claramente la parte que mas dominaba su interior, el día era perfecto para relacionarse con personas desconocidas, Marko nunca fue muy sociable pero hoy estaba de ánimos, se sentía ¿feliz? eso solo Eris lo sabia. Ellos dos estaban solos en la plaza y a el le parecía lo mas normal ya que siempre estuvo solo, solo eran ilusiones pero ahora esta acompañado de una dama, hermosa dama. - No me prometa nada, no es necesario que me compre uno déjeselo un regalo - le dedico una amplia sonrisa, seguidamente tomo asiento al lado de la dama - Las personas son como estrellas fugaces, vienen y van - dijo intentando arreglar su ilusión. Marko estaba nervioso e intento calmarse, se acomodo en la banca dejando cierto espacio entre los dos y la quedo mirando necesitaba estudiarle ver cuales serian sus miedos y sus fracasos. Era una puta, pero siempre había una historia detrás de todo aquello.

- Disculpe mi mala educación soy Marko Santini - dijo tomando la mano de la dama y le deposito un beso, tan solo era una excusa para acariciar su piel, quería saber si era tan suave como se veía, tal delicada como sus ojos creían ver. - ¿Y usted Madeimoselle que nombre se esconde detrás de su belleza? - si era un halagador nato y le gustaba serlo, era una forma de entrar en confianza con las personas aunque muy pocas veces ocupada aquellos dotes de galán, esta vez no desaprovecharía eso.

"Eres un maldito, ahora estas con amenazas... ya te las veras... ¡¡MALDITO!!" movió un poco la cabeza de lado y solo inspiro profundamente para no ponerse a discutir con su cabeza en ese momento.

-No conozco a muchos caballeros, es bueno encontrar a un cerca-le dije sonriendo, era muy raro todo lo que había pasado hace unos momentos, no había ruido, no había gente apática que ni siquiera se atrevía a mirarme, solo él y yo. Muy pocos hombres tenían la suerte de llamar mi atención y él se podía tener considerar afortunado, era muy guapo, de esa clase de hombres que tienes que mirar dos veces o no puedes dejar de mirar por el buen porte que arrastraban con ellos, igual no podía dejar que lo supiera ni que se diera cuenta de eso. No estaba en mí dejar ver mis debilidades. Negué con la cabeza de forma rápida, tendiéndole el pañuelo negro, aunque dentro de mí estaba deseando tenerlo no podía o por lo menos no ahora-No, no podría-dije fingiendo pena ¿Acaso el ya sabría lo que era? Y si lo sabía ¿Sería buena idea aceptar el pañuelo? Mis preguntas mentales no daban cavidad para preguntarme por qué ese chico estaba tan nervioso, lo único que sabía es que no era por mí.

-No estoy de acuerdo…las estrellas fugaces son especiales y la mayoría de las personas no lo son por lo menos no para mí-ladee la cabeza en un acto infantil. Una vocecita me susurraba que el ya sabía lo que era y que no le importaba, a la mayoría no les importaba lo que yo hacía siempre y cuando me acostara con ellos ¿Sería el caso? Seguramente solo era curiosidad, curiosidad para saber cómo era platicar con una como yo O no. Cada vez me confundía más, las hombres no te daban besos en la mano si no tenías un alto rango, solo hacían lo que tenían que hacer, te pagaban y se iban. A algunos no los volvías a ver a otros si pero ninguno tenía atenciones, ninguno así que cuando deposito un beso en el dorso de mi mano no pude hacer más que levantar ambas cejas sorprendida-Mucho gusto-sonreí-Mi nombre es Arianne-hice una mueca, ya era costumbre que solo con los clientes dijera mi nombre o a veces ni lo dijera porque no les importaba.

Escuchar de alguien que era bella era como escuchar para un católico devoto la misa. Tranquilizante y hermoso, no había nada mejor que las personas me aceptaran hermosa y que no escondieran lo que pensaban sobre todo si se trataba de mí. Tal vez pecaba con todos esos pensamientos ególatras pero literalmente mi belleza era lo único realmente mío, y si lo perdía entonces la mayoría de las cosas perderían sentido. Lo note raro, puse una mano sobre su hombro-¿Se encuentra bien?-incline el rostro para poder buscar su mirada, una vez que estuve lo suficientemente cerca, sin llegar a invadir el espacio vital, lo obligue a mirarme. Mi mirada podía llegar a ser muy pesada así que me hice para atrás pues no quería incomodarlo.

Off: Siento lo corto y feo, ando con tarea ._.

Una sonrisa se poso en los labios de Marko cuando escucho todo aquello que la dama, si a pesar de su condición era una mujer, no era de esos tipos respetuosos pero le gustaba apreciar la belleza y aquella que tenia enfrente era una belleza única, nunca había visto una mujer así como ella a pesar de su condición de prostituta. "Eso es lo único que tiene, una belleza superficial" ¿Eris... estas celosa?. Volvió a sonreír mirando a la mujer Arianne su nombre no se le olvidaría, estaba seguro de aquello. Extendió la mano para tomar el pañuelo y miro a los ojos celestes como el cielo y le tomo la mano con suavidad, tanto como si tomara la misma tela de ceda. - Es solo un pañuelo, déjeselo por favor - en ese momento el brujo quería decir muchas cosas pero no las diría, claro que no.

"Fracasado, eso es lo que eres un Fracasado" Bueno Eris somos un par de fracasados, quiso largarse a reír pero se contuvo la ocasión lo a meritaba. Dio un suspiro algo notorio esperando que Eris se quedara callada, no quería que la mujer que tenia enfrente se espantara por los actos de el, mas Eris estaba ensimismada en hacerlo quedar mal, pero claramente el no la dejaría actuara, No podía hacerlo. - Lindo nombre para tan linda dama, discúlpeme que sea tan halagador pero no puedo quedarme callado cuando mis ojos están atónitos con su belleza. - aquello había sido sincero, era un halagador por naturaleza y mas cuando creía en lo que decía. - Las personas son pasajeras en nuestras vidas, las mas importantes quedan en nuestros corazones las demás... son como el viento que va y viene. Pero sabe yo no quiero que usted sea eso para mi... alguien pasajero... - dijo mientras se acomodaba en el asiento queriendo acercarse mas aquella mujer habia hablado mas de la cuenta y casi queriendo decirle de Eris, de su parecido de que ella... pero se limito a solo ser lo que muy pocas veces era un caballero.

- Yo me encuentro bien... mejor con su compañía - sonrió ampliamente, se levanto de aquel lugar, no era de estar quieto por mucho tiempo y se quedo mirando a la mujer, su escote, su piel, sus labios, sus ojos sentía un deseo por ella, pero no quería que se notara, desvió la mirada a una esquina he hizo aparecer a una pareja de enamorados a unos cuantos metros de ellos. "¿Enamorados, no se te ocurrió alguna otra porquería?" Déjame vivir, esas fueron las palabras de Marko. Y como en un comienzo ese dia seria su dia.

Mi mano intencionalmente acaricio la piel de su muñeca de forma rápida, sintiendo esas pequeñas arrugas que todos los humanos tenían cuando volteábamos la mano para enseñar la palma, ese acto fue rápido pero como todo en mí y en casi todas las prostitutas era preparado con anticipación, no porque él no me gustara pero casi era como algo que se tenía que hacer para medir el potencial de cualquier tipo de un hombre, era como un botón que se presionaba solo en mí. M mordí e labio prolongadamente lo fui soltando de mis dientes mientras me convencía de tomarlo de una buena vez, deslice los dedos por su piel al tomar el pedazo de tela y negro y lo hice bolita entre mi mano mientras todo mi brazo se encogía para alejarse de él-Gracias…¿Seguro que quiere que me quede con su pañuelo?-pregunte sintiendo como los dedos que estaban envueltos en la tela se movían para sentir la textura.

Sus movimientos corporales me llamaban mucho la atención todo el me llamaba la atención pero sobretodo esa actitud en la que parecía luchar con el mismo o con sus pensamientos. No quería verme como una entrometida así que, aunque la curiosidad me llamaba, decidí desviar la mirada y mover mi cuerpo de lugar solo un poco. Sonreí casi sin notarlo sus cumplidos hacían que mi alma se elevara por los aires y danzara feliz mientras mi cuerpo se movía ligeramente solo a causa de mis respiración calmada-Es un halagador nato, debo decir que estoy sorprendida-la verdad era que no lo estaba o por lo menos no estaba sorprendida de que el me encontrara hermosa pues eso ya lo sabía, todos los hombres me consideraban de esa forma. En todo caso me sorprendía que un hombre como él estuviera entablando conversación con una completa extraña. Escuche todo lo que tenía que decir con la cabeza baja, mirando mis manos y encantándome aparte de sus palabras con el pequeño pañuelo que acababa de regalarme. Mis ojos cambiaron de dirección hacia él, no moví la cabeza simplemente lo mire fijamente de forma divertida e interesada-¿Qué quiere que yo sea para usted? ¿Qué podría querer de una mujer que acaba de conocer?-sonreí de medio lado esperando su respuesta pero algo más llamo mi atención.

Una pareja de novios o tal vez esposo se paseaba a pocos metros de nosotros, estaba segura de que hace medio segundo no había nadie más que nosotros en ese lugar pero ahora parecía que pequeños grupos de personas se aparecían para ver lo que hacíamos o lo que no. Era extraño que a cualquier mujer el hecho de tener una pareja, hijos, una casa en el campo en general tener una familia las hacía sentirse completas, esa simple idea para mí no tenía espacio seguramente porque mi vida como prostituta me había hecho de esa forma algunas veces entregándome por puro placer carnal, otras por dinero, fingiendo orgasmos, teniendo orgasmos de verdad. En pocas palabras mi vida giraba en torno a conseguir dinero de cualquier forma, mi vida estaba en el burdel me gustara o no y siendo totalmente honesta, si me gustaba aunque a veces tuviera que revolcarme con hombres que podrían ser mis padres., mientras me dieran dinero. Suspire y volví a mirarlo, estaba de pie así que no dude en hacer lo mismo.

-No ha contestado ¿Qué parte quiere que ocupe en su vida?-enarque una ceja y di solo dos pasos para colocarme detrás de él, me crucé de brazos mientras seguía los pasos de esa pareja que a la vista parecía feliz ¿Por qué eran tan tontos? ¿No sabían que el amor era una de esas grandes mentiras? Se juraban amor, se acostaban, tenían un hijo y a los pocos meses ya estaban revolcándose con su amante.

Off: No te preocupes en serio, me quedo medio x_X lo siento

Se quedo mirando sus ilusiones, le gustaba crearlas y mas disfrutar de aquellas, por que eran solo eso ilusiones que iban y venían que como el viento hacia que todo cambiara de curso, que siguiera un rumbo diferente cada vez que se le viese, sonrió para el mismo y cambio a todas las personas que habían en aquel lugar, en ves de enamorados eran niños corriendo de un lugar a otro eso le divertía al brujo ver reflejado esa inocencia en ellos cosa que cuando grande era nula. Miro a su acompañante y le dedico una amplia sonrisa, si estaba feliz en ese momento. "La felicidad es efímera, es un estado y no es eterna" Eris... Eris déjame ser feliz solo un día... ahora. Aquello fue como una suplica de parte del brujo para su interior, pero no quería ser el loco de siempre, menos con la dama que tenia frente a el .

- Sonara extraño que lo diga, quizás piense que... no, mejor no... me gusta halagar a las personas por que la belleza es algo que se encuentra en todos lados, pero una mujer bella en esta ciudad sola... es difícil de encontrar. Me explico, las damas hermosas saben que lo son y les gusta que se lo hagan saber, la observe... y se que en su interior sintió algo cuando las personas pasaron y no se fijaron de usted... observo, suelo ser callado pero cuando alguien me interesa, me las juego aunque sea en silencio. - El brujo había aprovechado ese momento para decir lo que pensaba, quería que aquella mujer le entendiese, sentía una necesidad de contarle muchas cosas, de enseñarle que el era un brujo que podían ser mas mas que solo personas pasajeras en esta vida. "Cuando hablas demasiado me asustas, tu sueles ser cortante con las personas, yo soy la que no para de hablar. ¿Porque con ella?" Eris... ¿aun no lo entiendes cierto?... no te diré el porque, al menos no ahora.

Quedo unos instantes en silencio y casi sin pensarlo le paso un dedo desde la frente hasta los labios de la cortesana que tenia enfrente, le gustaba apreciar la belleza, eso lo repetiría por siempre... Era así y ni Eris lo podría cambiar - Quiero que seas mi tentación, para poder caer en ella las veces que pueda... Disculpe mi sinceridad pero no suelo ocultar las cosas que en realidad siento o deseo. - Se avergonzó con lo que había dicho y mas por lo que había hecho, bajo lentamente su mano hasta quedar a un costado de su cuerpo, se acerco a Arianne lentamente y puso uno de sus dedos en los labios de ella - Cuando uno siente el deseo...- sus palabras eran sinceras, no tenia que mentir no le gustaba hacerlo, pero lo que si le gustaba era esa sensación que aquella dama le hacia sentir, incomodo, feliz, aun sabiendo lo que era le gustaba eso - es cuando una esta en tentación.... y la mejor forma de librarse de ella es caer en la misma - termino por decir y para sellar sus palabras beso la comisura de los labios de la cortesana.

Y nuevamente hizo que tan solo quedaran aquellos dos y nadie mas a su alrededor, como desde el principio solos el brujo y la puta. Pero una cosa saltaba en la duda de Eris "Es una puta... le pagan por tener sexo y aun así quieres... ¿quieres desearla?" Aun no entiendes... ingenua. Solo esas fueron las palabras de Marko y se hecho hacia atrás para verle el rostro a Arianne.

Mis débiles ojos humanos examinaron minuciosamente a la pareja, escaneándolos y barriéndolos de arriba abajo ¿Celos? ¿Por qué yo iba a estar celosa de una mujer que pronto estaría panzona y fea? Rodé los ojos quitando ese recuerdo que tan malos recuerdos me traía, los labios se entreabrieron queriendo dejar escapar algo más que aire pero no pudieron simplemente se quedaron rozando mi lengua mientras mis ojos trataban de asimilar todo lo que en un momento dejo de ser real. Ya no era una pareja que se paseaba con aires estúpidos por el parque si no eran niños, niños de todas las edades que revoloteaban de aquí para allá sin darse cuenta de que alguien estuviera ahí. Pocas cosas me sorprendían después de enterarme sobre la existencia de vampiros y esa ilusión tan condenamente real de los niños o había hecho, mis labios se apretaron mientras veía las cortas piernas de una niña rubia saltar y hacer de los rizos que le coronaban la sien rebotaran una y otra vez. Me hubiera quedado viendo esa niña todo el tiempo pero la presencia de Marko me despertó de las divagaciones mentales sobre cómo sería mi hijo si viviera.

Sonreí, no por el momento si no por él, mi acompañante. No me importaba en lo más mínimo lo que esos niños pudieran hacer, en realidad no me importaba lo que el mundo hiciera mientras yo estuviera involucrada en sus acciones. Dedique toda mi atención a sus palabras, escuchando y pensando exactamente lo que diría después-¿Entonces usted cree que solo me importa mi belleza?-enarque una ceja inquisitiva pero más bien en forma de broma, no quería asustarlo. ¡Al diablo con seguir fingiendo! Al fin y al cabo él ya sabía que yo era una golfa así que no tenía caso seguir dándomelas de mustia-Debo de ser totalmente honesta con usted…-aspire el aire frío del ambiente sintiendo como me dolían los pulmones al inflarse dentro de ese corsé tan pulcramente elaborado-Si, se sintió mal…Las personas se abren como el mar rojo cuando yo pasó-admití de forma poco modesta-Y sentirme no deseada simplemente me hizo sentir como si no existiera-hice una mueca que trato de ser una sonrisa mientras me encogía de hombros ¿Por qué le contaba eso? Se suponía que ninguna clase de sentimiento debería estar implicado en mi persona, no debería contarle mis temores pero ahí estaba yo abriendo mi gran boca y dejando que viera una parte de mí ser que en realidad pocos conocían y una menor cantidad entendía. Suspire, si nadie entendía esa parte de mí-¿Entonces le intereso? ¿Qué le interesa una mujer como yo? ¿El sexo? ¿Mi cuerpo? ¿Qué?-la respuesta no se hizo esperar y de nuevo la sensación de triunfo y poder se revolvió en mi estómago.

-Tentación-repetí como si fuera tonta pero no, lo había hecho a propósito haciendo sonar la palabra melosa. Lo mire fijamente mientras las yemas de sus dedos recorrían desde mi frente y el tabique de mi nariz hasta mis labios los cuales se juntaron para dibujar una diminuta sonrisa que apenas era perceptible-Me gusta su sinceridad-Cierto, me gustaba la sinceridad aun cuando yo muchas veces no fuera del todo sincera pero en una profesión así fingir un orgasmo era lo más normal del mundo y retorcer palabras siempre eran una buena forma de salirte con la tuya. Seguí todos sus movimientos con precaución casi moviéndome a la par suya, sin perderme de vista sus ojos acuosos y esos labios que casi podían ser una exacta replican de los míos. Mis dedos se aproximaron hasta los suyos que seguían sobre mis labios, ahora que los dos sabíamos en donde estábamos parados no tenía caso esconder lo que exigía ser liberado.

Mi dedo pulgar acaricio su piel, tallando constante y lentamente. Apenas hice que mis labios rozaran los suyos, no tocaron más de lo debido su piel, aun cuando el había iniciado ese intimo contacto mis labios no se dirigieron a los suyos como lo habría hecho en otra ocasión, generalmente aunque fuera un cliente cualquier ya no era la niña a la que golpeaban para poder hacer lo suyo ahora era yo y solamente yo la que llevaba las riendas de todo-¿Esta dispuesto a dejarse llevar por ese remolino de emociones? Lo veo muy decidido a entregarse a una desconocida ¿Lo está? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar?-le sonreí y me aleje solo un poco percatándome que de nuevo estábamos solos. Solté su mano, dejando apenas un cosquilleo entre nuestros dedos después de tan sublime rocé mientras que con la otra mano dejaba ondear el pañuelo negro.

Ella era asertiva, sabia como manejar este tipo de situaciones claro era su trabajo pero que era ser un puta, de donde provenía aquello, cuando había nacido la primera de su clase, no pudo quedarse quieto menos cuando ella ya había dado un paso cuando entraron en ese contacto tan sutil tan suave, tan propio de ser llamado caricia. Sonrió suavemente no queriendo hacerlo por respeto a la dama a su tentación, hacia mucho tiempo que no sentía eso estar tentado con alguien y ella había llegado así como si el destino quisiera jugarle una broma mostrando le aquel rostro, tan perfecto y tan bien esculpido. - Arianne, dulzura - dijo suavemente disfrutando de pronunciar aquel nombre, que quedaría grabado en su memoria.

- La belleza, siempre importa a mi me gusta la belleza y se que usted igual disfruta de ser bella, Espero no me malentienda - dijo suavemente y no pudo resistirse así que volvió a acariciar la mejilla ajena, con sumo cuidado casi sin rozar del todo la piel suave de la prostituta, dio un suspiro se sentía relajado mirar esos ojos celestes le tranquilizaban le hacían idearse un mundo lleno de deseo, de tentaciones tanto carnales como de caprichos. Detuvo su mano en la mejilla de Arianne y pensó si todo su cuerpo seria así de suave así de cálido, deseo tomarla en ese momento. Pero sabia controlar aquellos deseos, hace mucho que no estaba con una mujer y sentía como decirlo algo de miedo y hasta se podría decir que era un poco de inseguridad, pero claro no lo haría saber ni mucho menos le diría aquello a su acompañante. No supo en que momento dejo de tocarle la piel de sus mejillas pero sus brazos ya estaban en su lugar.

La plaza se volvió un desierto un oasis en el paraíso llamado París, le gustaba estar solo con ella aunque fuera la primera vez que la veía, que la sentía pero muy dentro sabia que algo mas sabia de ella. Nunca la había visto en visiones y eso era casi algo demasiado extraño, por que todos a los que conocía ya sabia que lo haría. Por eso tenia inseguridad no sabia que hacer, solo tenia la opción que la dama le estaba dando - Acostumbro a dejarme llevar por las emociones mas si la emoción es la verdadera tentación, si uno no esta seguro en esta vida... no puede avanzar y yo quiero seguir. El limite no existe en las tentaciones... Pero le digo algo... Quiero que me enseñe a caer en sus brazos, me enseñe a tocarla... me muestre su mundo y yo le mostrare el mio. - miro directo a los ojos a la puta en ningún momento dejo de mirarle, ya que lo que decía siempre era verdadero, hablaba con sinceridad.

Se puso detrás de la prostituta y se acerco a su mejilla - Le mostrare algo... no temas - le susurro a la altura de su oído muy suavemente, tomo una de las manos de la dama con delicadeza y la alzo haciendo un gesto de vaivén sobre su rostro... - mira fijamente tu mano - le indico mientras esta seguía moviéndose como un pañuelo al viento, con el brazo completamente estirado. Y como si fuera un espejo apareció frente a ambos ellos dos haciendo lo mismo, la misma pose, el mismo color todo era igual parecía un espejo - Fíjate quien esta frente de nosotros - espero que la mujer se diera cuenta y deposito un beso en el cuello de la dama mientras la ilusión desaparecía con el viento que empezaba a soplar en aquel lugar.

"Le muestras a una desconocida lo que eres... le muestras tu poder, le muestras el juego que solamente compartías conmigo... le enseñas un pedacito de nuestro mundo... ¡¿Por que?! necesito respuestas... necesito saber que tiene ella. Por que necesita tu atención, es linda pero no es para ti... no es para ti Marko... no es para ti" Eris... eso lo se... pero entiende... hay cosas que tu no sabes de mi y ella sera como si secreto... mi secreto para ti. " ¡¡Marko!! ¡¡Sabias que puedo meterme en tu cabeza, que puedo saber todo!!". Las primeras palabras de Eris sonaron tranquilas pero luego se enfureció el celos hacia la puta crecia... "No dejare que ella te toque... No lo permitiré... Mal nacido...¡¡¡ aléjate de esa golfa!!!. Poco le importaba lo que Eris hablara y discutiera en su cabeza ya lo había decidido.

Las palabras de Marko no podían haberme alegrado más por dentro, y no es que me importara mucho si pensaba que yo era una superficial pero ser totalmente honesto conmigo le daba una buena cantidad de puntos a su favor. Pude tomar su mano de nuevo y sentir como de nuevo ese control que yo emanaba sin siquiera saberlo se hacía presenten en el momento en que nuestras pieles se tocaran pero eso se los dejaba a las golfas aburridas que hacían lo que fuera para que las quisieran un poco, para que las desearan tan siquiera una mínima parte de lo que me deseaban a mí, lo dejaba a ellas que se encelaban simplemente por el hecho de verme ondear el cabello. Yo era mucho más complicada que simplemente follar y listo, las cosas sencillas eran aburridas pero los juegos y el camino que tienes que recorrer para llegar al final de tu meta o por lo menos acercarte, ese era el interesante-Agradezco que sepa apreciar lo bueno de esta vida-si eso era yo, una obra de arte, era todo lo bueno, espectacular, hermoso que existía sobre esta tierra, todo eso concentrado en mi .

Ni dudaba que había mujeres en el mundo muy hermosas pero alguien como yo nunca se encontraría, yo era única en todos los sentidos en los que un hombre pudiera pensar. Ni siquiera el sueño más perfecto alcanzaba a hacerle justicia a mi persona-Yo también se apreciar las cosas que valen la pena cuando las tengo enfrente-una clara y simple indirecta ¡Si, me gusta ¿Y eso qué? No es que me fuera a casar con él y tener hijos, a lo muchos tendríamos sexo y como una nueva persona en su vida podía darme el lujo de presumirlo, nadie me podría refutar nada. No había pedido a un hombre noble al momento en que salí a dar un paseo pero ahora que lo tenía enfrente no pararía hasta verlo envuelto totalmente en los placeres que mi cuerpo le podía ofrecer. Todos saldríamos ganando y extremadamente felices.

¿Por qué era que los hombres no se resistían a tocar a una puta cuando la tenían enfrente? ¿Por qué no se resistían a tocarme? Era como una clase de mandato divino, aunque yo no creyera en dios, los hombres no pensaban exactamente con el cerebro pero enfrente de una dama de clase alta parecía que ellos tuvieran congelados hasta la última vertebra de su espalda, el panorama cambiaba cuando se les paraba enfrente una prostituta, aun cuando luchaban por no aventarse como animales siempre tenían el acto de tocarnos aunque fuera solo un poco. Estaban tan acostumbradas a esa clase de caricias que note como mi respiración seguía su curso normal, soltando y haciendo entrar aire cálido a mi pecho que se movía rítmicamente bajo las varillas del corsé que dejaban entrever el canalillo de mi escote. Por mucho que yo estuviera tranquila una punzada en el estómago se hizo presente cuando su mano dejo de tocarme, mi lucha interna por tomar su mano y llevarla de nuevo a mi piel no se hizo esperar pero como siempre tome aire guardando ese capricho y deseo por tenerlo cerca dentro de los más hondo de mi ser, esperando un buen momento para poder sacarlo a flote.

-Creo que está pidiendo mucho ¿Mi mundo? ¿Qué le podría mostrar yo cuando mi mundo es simplemente dejar que los hombres me posean? Es lo único que existe en mi vida, sexo y hombres-negué con la cabeza apretando las labios de forma traviesa-No creo que eso sea muy interesante a menos de que lo experimente-me acerque a él con un pequeño balanceo pero no llegue hasta donde quería llegar, simplemente se limitó a una especie de trampa y coqueteo de esos que muchas veces salían mal pero mal para mí era excelente, eso me demostraría cuanto en verdad quería que yo lo acompañara por esos caminos carnales que embriagan, que traicionan al cuerpo y que solo una puta sabría cómo llevarlo y dejarlo caer, revivirlo y volver a matarlo con esas alucinaciones efímeras-Yo te puedo enseñar todo lo que quieras, quiero aprender de tí, puedo condenarte a eso pero recuerda que las tentaciones son peligrosas-una sonrisa victoriosa se dibujó en mi rostro mientras que sus ojos azules desaparecían para dejar paso al horizonte en el cual clavé mi mirada, sin mirar un punto específico, solo mirando sin más ni más. Esperando que de nuevo su cercanía me volviera a hacer sentir indispensable, de nuevo su mano hizo acto de presencia sobre la mía, recargue mi espala ligeramente sobre su pecho e hice lo que me pidió pero después de eso fue imposible que acabara de escucharlo.

Como si fuera un reflejo de espejo pude vernos, dos perfectos calcos de nosotros mismos enfrente de mis ojos. Eso sí me había sorprendido, él era diferente ya lo sabía y eso hacía que me gustara mucho más de lo que ya lo hacía. Me vi, tan extrañamente perfecta que temí enamorarme de mi misma, mire su reflejo tan sencillamente atractivo que ni siquiera yo parecía la puta inalcanzable. El escalofrío que me recorrió al sentir sus carnosos labios sobre una parte diferente de mi piel casi me acomodo los huesos del cuello. Todo eso había tenido una mezcla extraña de fantasía, poder, placer era algo que simplemente me había dejado anonadada-Eres muy especial-susurre mientras me giraba dejando que esta vez lo que estuviera apenas recargado en su pecho no fuera mi espalda-Y muy…valiente-enfaticé la palabra, haciéndola tan larga como pude-¿Estás seguro de que quieres jugar a esto conmigo?-de nuevo solos, solo acompañados de esa tensión sexual que iba venia de un ser al otro.

Off: Siento si fue muy largo u.u es que me emocioné xD No te presiones y responde como quieras y cuando quieras

"Con la puta jugaras el juego del demonio, caerás en la tentación que ella representa y lo peor sera que lo lamentaras, Marko, Si yo te lo digo es por que así sera" Eris... tu eres yo... y hay partes donde uno tiene que escoger... y entre tu y ella, sinceramente ella. ¿Por que? te preguntaras simple ella es real, la puedo tocar, sentir... y tenerla entre mis brazos, cosa que contigo no se puede, ni ahora ni nunca. "Cuando... cuando te arrepientas ¿Quien estará para ayudarte? YO" Eris... shhh.

Marko con una leve mueca en su rostro disfrutaba de todo lo que veía, las expresiones de Arianne le hacían sentí aun mas deseo del que ya tenia por ella pero aun así se mantenía con cierta lejanía, no quería invadir del todo a su especial acompañante aun cuando sus cuerpos de cierta manera estaban juntas, se mojo los labios lentamente mientras su vista se posaba desde el escote hasta los ojos de la dama ¿ Podría llamarle dama?, claro que si en la cabeza de Marko todo era posible, TODO. Con una suave sonrisa se dedico a contemplar el silencio a mirar una y otra vez a la Puta, queriendo decir muchas palabras pero sin poder decir ninguna en ese mismo momento. Al fin dio un suspiro notorio - Tu mundo tiene mas vida que el mio, quizás sea solo tu trabajo... tienes en algo en que ocuparte... yo solo he vivido en una búsqueda... y poco de placer se. Tu mundo es diferente al mio y quiero conocerlo créeme. - termino de decir mientras se llevaba uno de sus dedos a su labio, si tenia mas que decir pero por una extraña razón no podía hacerlo.

"Marko déjate de tonterías... a cabo de escuchar lo que dijiste y por ¡Dios! ¿donde quedo yo? nuestra vida no es monótona... claro que no la es" la voz enfurecida de Eris retumbaba en la cabeza del brujo a el en ese momento poco le importaba lo que decía su vocecita. Era uno de esos momentos que los quería disfrutar de principio a fin. - Arianne, Quiero que me enseñes... quiero jugar contigo, ya eres mi tentación y caer en ti es mi condena... Seré un loco o un brujo como quieras llamarme ... pero tengo claro lo que quiero y te quiero a ti. - la voz de Marko sonaba decidida, como si de un segundo a otro todo había cambiado, ya no estaba jugando estaba hablando de verdad, con el corazón como solía hacerlo siempre pero ahora estaba siendo mas, como decirlo... mas formal. "¿Ser formal con una Golfa? espera que me reiré.¡¡¡Como se te ocurre!!!" pero por mas palabras que dijera Eris, Marko no le hablaría, tenia toda su atención en la bella que tenia en frente.

- Estoy dispuesto a mucho mientras tu seas mi maestra - Sentía la necesidad de tocarle, pero alguna vez escucho que resistirse al deseo hacia que la tentación creciera y aquello quería. Sentir mas tentación, aunque todo su cuerpo quisiera acariciarla, tocarla, besadla solo se dedicaría en ese momento a desearla. "Algo se te olvida... mi ingenuo Marko, es una puta y por sus servicios se paga..." Eris... eso es lo de menos... tengo con que pagar y lo sabes... déjate de hablar e intenta ver el mundo con mi ojos y no con los tuyos. " Y el filosofo habla" Y su alumno escucha... fueron sus ultimas palabras para Eris.

Marko dio un paso hacia atrás y camino al rededor de Arianne inspirando, llenándose de aquel aroma que emanaba de ella, aquel aroma que le hacia volar tenia un olor único y poco a poco quedaba clavado en su cabeza, pero algo empezó a rondar en su cabeza y no pudo evitarlo de ninguna de las formas posibles. Los gritos en su cabeza se volvieron mas fuertes no eran de Eris si no que de... sus visiones... se agacho y aferro su cabeza con ambas manos... mientras imágenes paganas y sin sentido y coherencia pasaban una tras otra.... < Una mujer corriendo... una hoguera donde quemaban a alguien vivo... Sangre correr por un rio... el vampiro a quien amo... > nada era lógico... nada... - ¡No ahora... no... para! - dijo en un grito y todo se silencio de un momento a otro. Sus ojos habían cambiado de color poniéndose de un verde oscuro y su pupila totalmente dilatada... Mil imágenes en tan solo un segundo o dos... se quedo un rato mas en esa posición y luego se levanto algo ¿Avergonzado?, Claro que era vergüenza... dio un suspiro y miro a la prostituta, sin decir ninguna palabra...

La que estaba corriendo peligro y la que estaba en un terreno peligro de la cual no sabía cómo saldría era yo y no él. Me estaba dejando llevar, guidaba por la curiosidad, vanidad y por la ambición –si porque no, por esa también- él me podía otra cuando le dejara de interesar, cuando decidiera que no era suficiente hermosa me cambiara por otra, como todos los hombres y como hacían con las prostitutas. Yo había logrado que en mi trabajo fuera una de las mejores si no es que la mejor y que por esa misma razón siempre estaba en la punta de la pirámide, nadie me desechaba, al contrario. Pero cuando yo era la que buscaba la atención que no había obtenido en otras personas las cosas podían o no salir como yo quería. Hice un puchero lo suficientemente tierno y conmovedor por sus palabras-¿Vida? ¿Qué es la vida cuando tienes que fingir todo el tiempo?-lo seguí con la mirada mientras me alejaba, solo un poco-Pero bueno, no me puedo quejar…Algo me debe de gustar de ese ambiente-¡Si, claro que te gusta algo! El dinero fácil. Solo movía las caderas, esperaba que un hombre terminara y tenía miles de ganancias.

-¿Me quieres? ¿Cómo lo sabes? ¿Me acabas de conocer?-¿Cuánta tentación podría soportar ese brujo? Quería probarlo, solo un poco. No pensaba jugar mucho con él, me gustaba si, y era bastante gratificante que alguien como él estuviera casi rogándome para que yo aceptara enseñarle un mundo lleno de placeres carnales y perdición. Marko era la clase de hombre que me atraía, no podía decirle que no, iba en contra de mi “ética” de trabajo pero desde hace mucho esa ética no existía así que daba lo mismo-Digamos que acepto ¿Qué obtengo yo a cambio? Me usaras y me tiraras ¿Qué garantía es esa para mí? Si al final puede que encuentres a otra puta-arrastre las palabras haciendo que la palabra sonara aún más mal de lo que ya sonaba. ¿Con que estaba dispuesto a todo? Eso se varía con el tiempo.

Mis ojos siguieron su figura bien trabajada, mientras me rodeaba como si fuera yo una clase de pescado o un pedazo de carne, de cierta forma lo era, solo eso, todas las prostitutas éramos un objeto, algunas objetos más simples que otros pero al final eso pero yo lo obligaría a que él me viera como algo más, así me costara sangre lo haría-Si estás dispuesto entonces lo único que me queda por decir es que acepto-hubiera sonreído si el tiempo me lo hubiera permitido pero todo fue tan rápido que incluso un dolor en le cabeza muy fuerte me hizo retroceder. Me apreté el pecho con una mano como queriendo que el aire escapado volviera a mi cuerpo así nada más, no sabía si echarme a correr y dejarlo ahí o ayudarlo pero no sabía cómo. Aquella escena había sido demasiado aterradora incluso más que un vampiro. Mire para ambos lados, sabía que el chico era diferente ¿Pero qué tan diferente? Parecía que lo estuvieran torturando con recuerdos demasiado dolorosos y vividos. Abrí la boca cuando al parecer el dolor ocasionado por algo simplemente se esfumo así como había llegado.

Estaba avergonzado, lo podía notar en su rostro. No salía ningún sonido de sus carnoso labios-¿Estas bien?-pregunte alzando los brazos para poder tocarlo, no se veía exactamente lucido-¿Qué paso? Siéntate…creo que deberías ir a tu casa-le alenté a que camina hacia atrás y sus piernas toparan con el borde de la banca. El aire había regresado a mis pulmones-¿Necesitas algo?-nunca me preocupaba por nadie que no fuera yo pero esta vez todo había sido tan…extraño que no podía ir por la vida y dejar desapercibido ese suceso. Mire a todos lados, esperando que alguien viniera a socórrenos pero nadie, solo él y yo.

Off: No me gusto el post, lo siento u.u el próximo será mejor.

"Arianne, un mujer con prominentes pechos, labios carnosos, suave piel y ojos misteriosos... Cuantos hombre habrán pasado por ese cuerpo Marko. Cuantos hombres habrán tocado esa piel impura... besado esos labios... No eres el primero y tampoco seras el ultimo. Entiende aquello Marko, su cuerpo es una maldición" Eso no me importa, es su trabajo y yo estoy pidiendo por sus servicios siempre podre volver para estar con ella de nuevo, pagar lo haré el costo no me importa y no te preocupes por eso Eris. Yo se lo que hago. Las palabras eran claras el brujo muy pocas veces dudaba de sus actos y esta vez no tenia duda alguna de lo que estaba decidido hacer. No podía ser indiferente con aquella belleza que tenia a su lado, sus palabras eran claras y el no dejaría pasar las cosas así por que si. - Estoy bien, solo fue un dolor de cabeza - le dijo mirando a los celestes ojos de aquella dama que le seguían cautivando aun mas de lo que ya estaba. Sonrió ampliamente al sentir aquella preocupación venir de ella, hacia mucho que nadie se preocupaba así por el. Se tomo unos minutos para pensar en todo lo que su querida tentación había hablado y ordeno todas aquellas ideas en su cabeza.

- Arianne te he visto antes en mis sueños, desde la primera vez que te vi, te quise y te desee nunca pensé que serias de verdad. - añadió con total tranquilidad le daba igual si le creía o no, pero era en gran parte la verdad sus visiones le habían advertido que se juntaría con aquella cortesana, mas no sabia lo que pudiera llegar a pasar. - Tu dulzura ganaras todo lo que quieras, no te puedo negar nada y dime loco o aprovéchate de mi persona... pero de verdad eres una verdadera joya de ser apreciada y no iré en busca de ninguna otra puta... por que la que quiero ya esta frente a mi. - acerco su rostro a ella y le dio un beso en sus labios, rompiendo toda compostura que tenia pero algo era verdad la deseaba y quería tenerla a ella, en ese momento y por muchos momentos mas. La beso con delicadeza pero no siendo un beso largo si no uno corto, alejo lentamente sus labios de los ajenos y volvió a mirar tanto sus ojos como aquel escote. "Eres un maldito, desgraciado y mas encima osas besarla estando yo ¡¡¡aqui!!!" Marko solo ignoro la voz en su cabeza y se quedo en silencio deseando caer entre aquella suave piel .

Se levanto de donde estaba sentado y le tomo una de las manos de su hermosa tentación... - Vamos... a donde tu quieras, hoy seré todo tuyo - le dijo arriesgándose a que Eris se enfadara por completo, pero aquello ya no importaba. Quería aprender de aquella cortesana, quería conocerla tanto física como sicologicamente... podía imaginarla desnuda pero no quería, esperaría a que ella cediera... a que ella empezara con aquel juego de seducir y enseñarle a tocarla. " ¡Pervertido!". Se mordio el labio mientras su mente imaginaba un sin fin de situaciones con ella.

-No pareció un simple dolor de cabeza-entrecerré los ojos ahora no estaba preocupada, bueno solo un poco pero más que nada me había interesado como en fracciones de segundo él era totalmente el mismo, igual de guapo y racional, sin gritos de por medio. Todas las palabras que salían de su boca parecían fascinarme y encantarme como una suave melodía que se mezclaba con el viento, podría ser que no era como yo, él era una persona especial. De esas que no te encuentras a menudo y que debes aprovechar por conocer pero había alcanzado un punto en mi ser que no solo lo quería conocer, quería poseerlo como mío y reclamarlo de la misma forma. Sin importarme que yo fuera una piruja, de un buen burdel pero al fin y al cabo una piruja. Temía estar haciendo algo mal pero ya no podía separar lo que era correcto y lo que no, lo que debía hacer y lo que no. Simplemente lo quería a él y listo-¿Cómo sabes eso? ¿Cómo es que me viste? ¿Qué viste antes de conocerme?-mucha preguntas, poco tiempo. El poder que tenía sobre él ya no me importaba, solo quería saber.

-No se puede querer a una mujer como yo ¿Cómo puedes quererme?-antes de que mi pregunta fuera contestada ya me había besado como si los únicos que centellaban en ese momento fuéramos nosotros, el mal momento y las horribles imágenes que había presenciado simplemente se fueron con el aire, fue un beso corto que dejo la huella de sus labios en los míos, jamás creí que una adicción se pudiera obtener así de rápido. La vanidad de tocar a alguien como yo, no existía o tal vez un poco. El poco recato de mi persona se había ido con el beso, ahora no podía pensar en otra cosa más que en tenerlo, de todas las formas posibles en que se puede tener a alguien. Pero todos los buenos momentos en todas las personas duraban poco, el periodo instantáneo de gentileza interna se evaporo cuando tomo mi mano y me dio el control…de él. No había otra cosa que me gustara más que tener el control, de la situación pero sobretodo de los hombres. Estaba claro que no dejaría que lo notara, no quería que se arrepintiera.

Un acto previamente pensando, apreté sus dedos con los míos casi mostrando un afecto mayor. Si quería llegar hasta un punto en donde él simplemente decidiera que era indispensable en su vida, esa sería la ocasión en que yo le daría mi cuerpo, antes no, claro que no. ¿Jugaba mucho? Si, ahora que lo pensaba podría describirse como un juego de mentiras piadosas pero nadie le mentía nadie, yo le gustaba, el me gustaba, solo marcaría una prórroga para que él se esforzara por lo que quería y si lo que quería era a mí pues tendría que hacer un gran trabajo. Simplemente le dejaría indicios de lo que tenía que hacer para tener a mí, completamente-¿Por qué no vamos a tu casa? Así sabré donde buscarte la próxima vez-aunque ahora que lo pensaba el fácilmente podía encontrarme a mí ya que de un momento a otro me había convertido en su zorra personal pero que más daba. Todo era parte de un plan.

Atrevidamente o tal vez no ya que él había dado el primer paso, me levante en las puntas de los dedos para alcanzar sus labios y mordisquear ligeramente antes de plantar un pequeño beso sobre ellos. Solo un frágil y minúsculo beso.

"Y ahora le contaras que es la mas hermosa de las mujeres que has visto que..." No ahora te callas por que lo que yo sueño lo guardo en un baúl dentro de mi mente, un lugar donde tu no puedes indagar, donde esta mi parte racional donde tu no existes. "¿ Así que en tu loca cabecita existe un lugar donde yo no puedo entrar? veremos... si después de esto lo puedo hacer, para mi cuando se trata de ti no hay nada imposible y haré lo mismo que hice con Kazu... Alejarte de ella... Engañar tu mente... y apoderarme por completo de cada pensamiento tuyo... tu tienes tus trucos y yo los míos... no te fíes de mi" No juegues conmigo que yo soy mas fuerte mentalmente hablando, se como hacerte callar y aunque me doliera lo haré... tu eres una simple voz... ella es real. Recuerda eso Eris. La voz en su interior siguió aclamando y amenazándolo pero de algo estaba seguro con Arianne no seria igual que con Kazu, eran personas diferentes y maneras diferentes de ser.

- Te vi, así como ahora hermosa, bella una verdadera mujer a la cual admirar, con vestidos de alta costura rodeada de toda esa sensualidad que me ha encantado desde el primer momento en que te vi - cierto muy cierto cada palabra que decía en ese mismo momento Marko lo llevaban al recuerdo de la primera vez que la había visto, en un principio pensó que era la personificación de Eris... pero con el pasar de las visiones pudo ver que era tan real como el mismo. Continuo mirando a Arianne con la misma mirada de estar a punto de caer en tentación pero se dejo estar y solo la escucho, ya con sus palabras se había entregado y constara lo que costara estaba decidido a hacerlo - Si te puedo querer... y aunque no me creas es verdad, que seas una cortesana no me importa... me importa que conmigo seas tu y nadie mas que tu - le dijo sin medir sus palabras pero al brujo solo le importaba esa mujer en ese momento y espacio.

- Yo te puedo encontrar en cualquier lugar... créeme que si no lo supiera en este momento no hubiera estado esperándote.... - le acaricio el rostro suavemente, le gustaba sentir esa suavidad de la piel de aquella dama, parecía ceda en su plena juventud su casa... ¿Dios mi casa?" ¿Que temes dejar entrar a la golfa a tu gran mansión?" No ese no es el problema... el problema es que sabes que no voy a mi mansión desde que llegue a estas tierras... solo por miedo al pasado... debe estar todo lleno de polvo y esas cosas "Para que veas que soy buenita... creo que una vez oí a tu tío decir que habían dos sirvientes residiendo en la casa de empleados y de seguro... esta en buenas manos. Ademas tu eres el único heredero de la fortuna SANTINI" No se que traes con esa ayuda pero si recuerdo que me llego una carta con la dirección... - Bueno pues... pero primero tendré que pasar por el hotel a buscar unas cosas... vera que vengo de Italia y no visito La mansión Santini desde mi llegada... espero no le moleste aquella parada, creo que la espera hace que tanto la tentación y el deseo crezcan. - termino por añadir, en el hotel tenia su carroza y podrían ir al lugar especificado en la carta, de niño Marko visito aquel lugar en vacaciones... conocía la casa todo su interior pero no sabia como llegar a ella.

Aquella mordida repentina y aquel beso todo lo cambio en ese momento, no podía resistirse mas... necesitaba un beso... si uno como Dios manda, aprovechando su fuerza que tenia hizo un movimiento y quedo su pecho pegado al de la cortesana y sin decir, preguntar o musitar algo la beso. Sintiendo aquella calidez de los labios ajenos, abriendo la boca y ladeando la cabeza para sentir así mejor aquello, introdujo su lengua buscando la de Arianne y cuando la encontró le dio un suave masaje... no sabia en ese momento si de verdad quería separarse de ella o no... solo siguió besándola posando una de sus manos por la nuca de la puta haciéndole suaves masajes... y la otra apoyada en su espalda para que no se le escapara. Cuando el beso termino... se alejo dándole una mordida en el labio inferior de Arianne -Vamos -

Sus palabras me recordaban a algo pero no estaba muy segura de lo que era. No medaba la oportunidad de ver adentro de Arianne, no me quería encontrar y admitir que aparte de solo un cuerpo y cara bonita él tal vez veía en mi otra clase de cosas. Era demasiado dura de roer como para que yo aceptare que movía cosas en el centro de mi estómago, por lo que fingía internamente calambres por el frío o simples incomodidades-¿Cómo sabes que al ser yo no te desilusionaras?-mi rostro siguió el movimiento de la palma de su mano cuando toco mi piel, al instante me hice para atrás repasando las metas que debía conseguir aunque poco a poco esas metas eran suplantadas por otra cosa de la cual no estaba muy segura. Tomaría las cosas con calma, observaría y actuaria, si al final del día resultaba que Marko no era precisamente lo que yo creía siempre podía ir a donde me llevara el viento.

Pasar al hotel no tenía nada malo, lo único que seguramente se armaría un gran escándalo, cuchicheos y demás que podrían ser incomodos para él ¿Yo? ¿Con otro cliente generoso? –no era mi culpa tener tanta suerte y ser tan asquerosamente bella-Me importaban poco las habladurías, mientras más hablaran de mi yo seguía creciendo pero sobretodo Marko no era un simple cliente, ahora y por sus palabras yo era algo más que una puta cualquiera para él y él era más que un desconocido que me llevaba a la cama y listo. Había mucho trasfondo detrás de todo eso. Rodee su cuello, haciendo que el peso del mismo cayera ligeramente sobre mi pecho y hacer de ese beso más intenso, más largo. Sus labios eran tan carnosos que simplemente y por pura curiosidad tome su labio inferior y lo succione despacio, era casi como morder una fruta pero sin la molestia de la hinchazón y comezón, roce mi lengua con la suya cuando deje de entretenerme con sus labios y el beso termino con una mordida que me erizo la piel dejando una sensación de sed pero no sed de alguna clase de líquido si no de otro beso.

-Déjame recordarte que desde ahora…-jale de su brazo antes de que nos pusiéramos en marcha, apreté su mano con tal fuerza que por un momento incluso yo sentí un pequeño dolor en las yemas de los dedos. Era posesiva y no me importaba demandar atención.-No tienes por qué preguntarme si está bien para mi hacer esto o aquello…Soy como de tu propiedad por así decirlo-¡Jamás diría que yo le pertenecía! Era al contrario, había firmado un contrato muy pesado cuando dejo que entrara en su vida, la mayoría de las veces mis palabras tenían tantos sentidos que era difícil reconocer y señalar el verdadero. Podía buscarme, encontrarme y llevarme a donde él se le antojara pero la guía del trayecto era yo, yo decía que le pertenecía del todo o no. Le sonreí y solté su mano lentamente fijándome en las líneas de esta misma.-Vamos ya, o nunca llegaremos a nuestro destino.-

Llegaría a ser lo que él quería, tierna, amable, cariñosa siempre y cuando me correspondiera di no de la misma forma por lo menos que lo intentara. No sabía a qué caminos llegaría mientras avanzaba por el de camino al hotel, no sabía si después de unas semanas lo dejaría de ver pero más que nada no sabía porque justo en ese momento pensaba en tanta idiotez que nunca antes me había dado el tiempo de analizar ¡Vamos Arianne mantén la entereza! me grite a mi misma, no quería sentirme encandilada a nadie, a nadie que no fuera Louis pero al parecer ni siquiera mi mente podía controlar eso.

Desde el momento que el brujo había llegado a la plaza sabía que su destino cambiaria del cielo a la tierra, el por qué solo él lo sabía y por más que su voz hablara lo que importaba era lo que sentía en ese momento era la primera prostituta que conocía que había llamado su entera perspectiva de lo que quería claramente tenía claro que también seria a la última que visitaría. Eso lo dictaba su corazón porque muy en el fondo latía con fuerzas al sentir aquella sensación de no saber qué hacer, los nervios lo invadían de todos lados pero aun sintiendo todo en su contra había encontrado la flor de su jardín, este era el primer paso de muchas e importantes decisiones que comenzaría a tomar. Ariane ya le pertenecía incluso de antes de conocerla. “Arianne… Arianne… la perra más grande, la golfa de las golfas, la puta donde el pecado no existe y aun así caerás es sus garras. Es ambiciosa te sacara todo cuanto tengas y mucho más. Ten cuidado Marko porque esto no es pasajero… Al final la que siempre queda para tu consuelo soy yo. Tus decisiones menos asertivas yo las e solucionado y con esto que acabas de hacer… estas cavando la tumba de tu propio ser” Eris, cuando alguien sea el correcto para mi… tu ni siquiera lo notaras ¿sabes por qué? Si, que lo sabes… tu no velas por mi si no por tus intereses… ahora solo aprende que se puede amar y querer a cualquier persona ya sea su raza, su situación social y su naturaleza. “¿Amar, querer? De QUE hablas Marko tu solo la quieres para entrar y salir de ella, sentir que puedes poseer a alguien… que necesitas el sexo para liberar tus emociones… pero con ELLA lo pagaras caro… Yo también observo, veo y siento… y lo más importante es que presiento más cosas de las que te puedes imaginar… ahora entraste en la trampa de ARIANNE”

Marko sabia y entendía lo que Eris hablaba y discutía en su mente pero acaso aquella voz ¿no era el mismo? Comprendía que una parte de el rechazaba el hecho de sentir algo por una cortesana pero lo que más importaba era que la parte más presente y predominante la amaba de una forma que jamás pudo imaginarse, no lo daría a conocer. No ahora, tampoco mañana quizás nunca pero él sabía que su interior al final sedería a ella, a sus encantos, a su belleza a esa aura que quizás el fuera el único que la pudiera ver. ¿Pero que importaba el mundo en ese momento? El brujo había encontrado ya un punto donde sabía todo cambiaria para siempre. Con el primer beso había pactado un contrato indescifrable para él y al parecer también para ella.

Tú lo has dicho eres como de mi propiedad de ahora en adelante – No supo por qué pero sintió la necesidad de decir aquello. Comenzaron a caminar por el momento no tenía que pensar en mucho las cartas estaban puestas sobre la mesa ahora solo había que ver que tan bien tiradas estaban en ese mismo momento. Caminaron cuadras, risas, miradas, comentarios los envolvieron pero el brujo hizo caso omiso a todo aquello sabía que estaba con la dama más hermosa y tentadora de Paris. La puta más codiciada según lo que él creía. Llegaron al hotel, miro con seriedad a su acompañante y entro con ella ofreciéndole el brazo para que ella se posara en el. Los murmullos crecieron y él quería dejar en claro que no sería de una noche, claro que no. – Espérame aquí – rozo sus labios con los de ella suavemente un contacto casi invisible para cualquier espectador pero decía más que mil palabras. Los murmullos se apagaron cuando el subió a su habitación solo. Tenía fe que Arianne podría con las miradas y todo aquello que la envolviera; Es una mujer fuerte “ Fuerte y puta”, pensó para el mientras recogía el libro donde escondía la llave de su mansión, donde estaban los títulos de propiedad y mas donde certificaba a él como único heredero de las tierras de los Santini. Salió de la habitación mirándola por última vez, dejando un pasado y presente que jamás olvidaría.

Llego junto a ella con una sonrisa sutil, queriendo hacerla de el frente a las miradas de todos en ese lugar, le extendió la mano para besarle a modo de saludo la de ella. – Es hora de irnos – dijo cuando vio su carruaje afuera del hotel. El carruaje era guiado por dos caballos color vallo un chofer que llevaba un sombrero de copa y el carruaje color negro azabache que tenía el escudo familiar. Llevó a su Arianne hasta la puerta del carruaje y le abrió para que aquella subiera. – A la mansión Santini – ordeno al chofer que parecía saber el lugar donde se encontraba. – Pensar en la tentación es estar a punto de caer en ella – dijo como últimas palabras cuando ya se alejaban del hotel.

El camino por el que me ponía a nadar con Marko era peligroso e incierto, habría fantasmas a los cuales no podría enfrentarme sola y no estaba muy segura de porque todo se me amontonaba en la frente como una ventisca salvaje. La decisión ya estaba tomada eso era más que obvio pero ¿Y qué tal si…? No debía ponerme a divagar mentalmente en cosas que pudiera suceder dentro de lo que yo llamaba mi fortaleza, debía apegarme a las normas que yo misma había dictado, necesitaba ir dos pasos delante de todos y la obstrucción de mi cerebro justo en ese momento me lo impedía. Sabía lo que quería, sabia las heridas de mis besos en la piel de ese hombre pero no sabía porque me preocupaba tanto lo que yo pudiera ocasionarle. Mientras más caminábamos y dejábamos la soledad del lugar de nuestro encuentro mucho más orgullosa y apegada me sentía a él, el mundo nunca me había importado mientras tuviera cosas que darme pero los pasos que daba a su lado me protegían del mundo exterior.

Caminar a su lado me hacía mucho más impermeable de lo que ya era, todo resbala como gotas de agua en un cristal enfrente de mis ojos. Me hacía sentir poderosa que los comentarios y miradas por encima de los abanicos de color borgoña fueran y chocaran con la perpetuidad de Marko, no le importaba que las mujeres desearan estar con él porque me tenía a mí a su lado. Tener un lugar importante en él seguramente en ese momento me volvía una de las golfas más odiadas y envidiadas de todo Paris ¿Quién tenía un hombre como él a su lado? ¿Quién poseía de una belleza tan extraña que incluso era intolerable? ¡Nadie! Solo yo, solo yo poseía de todo eso y ni siquiera la misma reina de Francia que con su toque divino podría engendrar a alguien como yo. Mire por el rabillo de ojos a un grupo de “señoritas” respetables que comenzaron a cuchichear dos tonos arriba más de lo debido cuando Marko y yo entramos al hotel ¡Esas putas de closet! Eran las peores en la escala social, se regodeaban de sus lujos, del dinero que poseían, de sus buenos títulos y educación pero eran peores que incluso las pirujas más baratas, les gustaba coquetear, irse a la cama con quien aceptara sus ruegos de mártir y hacer como que seguían siendo puras y nobles con títulos como condesas, duquesas, las "pobres víctimas" no aceptaban que eran más putas que todas en el burdel. Y podrán ser unas vírgenes ofrecidas pero no eran ni tan buenas en la cama ni tan hermosas como ninguna otra o más especifico, no eran como yo.

Yo no tenía nada que ocultar, ni siquiera tenía el recato de esconder lo que era, no como ellas que se ocultaban detrás de sus tiaras con zafiros. Después de todo no las culpaba, eran jóvenes urgidas, ¿Bellas? Tal vez pero no lo suficiente, igual se me hacía muy bajo de su parte que quisieran ocultar a las zorras que llevaban dentro, debían dejarlas salir aunque no les serviría de mucho seguirían siendo igual de patéticas y arrastradas, las reconocía a metros de distancia, las peores pirujas que Paris pudo parir. Dedique una cínica sonrisa cuando pasamos a su lado, Marko estaba tan absorto en otras cosas que seguramente ni lo había notado. Los murmullos cesaron solo pequeños instantes en los que Marko rozo mis labios y se perdió entre unas columnas de hotel, suspire pensando lo que un hombre hacía por mí. Es decir, dejaba su hotel para enseñarme su desolada mansión.

Me incline un poco, como si con eso pudiera seguir su cuerpo, me gire altanera cuando de pronto el bullicio me volvió a sumergir. Todos miraban, seguramente sorprendidos de que no fuera a utilizarme por una noche, ahora como su “propiedad” tenía derechos y todos los hipócritas del hotel lo sabían, no hice ningún comentario solo me dedique a intimidar con la mirada, sonrisas tímidas que no eran más que una burla por todo lo alto a los demás que se jactaban de su posición y de la mía. Le sonreí a Marko ampliamente mirando por encima de su hombro al grupo de mujeres que se empeñaban en gritarle lo que era, no podía ser más feliz en ese momento-Estoy lista-comente. Estaba lista para todo lo que pasara, me gire como excusa de que la parte trasera del vestido se me había enredado con la misma tela, solo quería ver la cara de todo mientras partía de ese lugar. Tenía el lujo de elegir con quien acostarme y de quien ser protegida y ahora todos mis ojos estaban puestos en Marko, estarían puestos en Marko mientras él me mantuviera contenta.

Subí a la carroza con sumo cuidado sonriendo ligeramente, lo tenía en mis manos y el extrañamente también se había apoderado de mi de una forma poco racional a mis sentidos. Me gire y me incline un poco para besar la comisura de sus labios y regresar a mi lugar de origen, quería ver las calles Parisinas de una forma distinta.