El invierno, ¿esta en tu corazón? [Ginebra]

por **Louis J. Bouquet** Lun Mar 07, 2011 10:27 pm

Hace tantos días, ya semanas, que no ponía un pie en aquel lugar, a pesar de mi amor por la naturaleza de los bosques, ese sonido misterioso, el olor de los arboles, el césped o la tierra apelmazada. La sensación de ser observado desde las ramas de los arboles, aún cubiertos por la nieve del invierno francés...
Era simplemente reconfortante volver totalmente recuperado. La linea rosada que aparecía en mi vientre, ya se difuminaba, y en unas pocas semanas, sería ya nada.

La camisa blanca que portaba, apenas me cubría del frio. El largo chaleco en color vino,con sus botones que reflejaban por momentos el titileo de las estrellas, y las miradas de la luna. Mi manía de pasear al cobijo de las sombras. ¿Acaso nunca pecaría por esa curiosidad gatuna?
Al parecer, hasta ahora, tal y como habia dicho hace dias a Kei, era un gato con suerte. El caracter sencillo y transparente, que poseía, me ayudaba, supongo. Al menos, seguía vivo, no?

Llegué a un punto donde el terreno descendía un poco, miré al suelo, metro más allá, el rastro congelado de un pequeño riachuelo. Parecía hecho de cristal... Sin más, me agaché y tome una piedra del tamaño de mi mano, y la arrojé.Quería escuchar el hielo quebrarse...

por **Ginebra Le Boursier** Lun Mar 07, 2011 11:00 pm

Durante varios días la nieve ha cubierto a Francia, bueno al menos solo algunos lugares. El frio comenzaba a molestar a la joven inmortal, en su hogar la nieve y las enfermedades habían declarado guerra contra sus sirvientes. Ahora todos se encontraban enfermos incluida Rossella, la jefe de los sirvientes y ella era de las que estaba mucho más grave, dado a su avanzada edad.

Necesitaba alimentarme, muchos animales murieron por el frio extremo y la sangre humana no sabe igual que en los tiempos de temporadas tibias. Ya se había vuelto sumamente molesto.

El olor de la humedad y de la nieve, obstruía mi olfato para saber si me encontraba indefensa o no. Caminaba por donde podía y trataba de tener mis sentidos alerta por si había algún peligro.

Una piedra salió disparada de algún lugar y caído a un lado mío, así dándome cuenta que estaba caminando sobre hielo, me aleje rápidamente hacia un suelo firme. Necesitaba despejarme, con lo de Rossella estaba muy preocupada. Cuando me aleje del hielo puede observar al que había tirado la piedra.

No pensaba con claridad lo que hacía, moví la cabeza hacia el agua que ahora se desquebrajaba desde un solo epicentro. Sentí furia comprimida que solo hice el ademan de guardarla dentro de mí, no es nada nuevo

por **Louis J. Bouquet** Vie Mar 25, 2011 9:49 pm

Aquel sonido me regresó a un episodio de hacia algunos años, habia acompañado de cacería a un viejo amigo del señor Lightner, hombre que habia sido de joven un esplendido militar, y que herido en una batalla, no habia andado muy bien. No asi su espíritu.
Recordé que me dijo que era “un crío demasiado idiota, jamás servirás para cazar en el bosque, haces mucho ruido. No sabes asechar.”
En esa ocasión, no habia sido un hielo resquebrajándose, al caso, un tronco golpeado, que dejó caer la nieve sobre la cabeza de sus mastines.

Como fuera, ahora no estaba en Inglaterra, sino en Francia, y no estaba con aquel hombre, si no casi solo en aquel bosque. Y con ese “casi”, me refería a aquella mujer que más allá me miraba con una expresión que no quise interpretar.
Podía sentir algo diferente con ella. Estaba algo lejos, no mucho, pero si de manera prudente. No entendía como era que no la habia visto antes. ¿Le habría pegado?

Me paré, apoyando todo el peso en una pierna con los brazos cruzados de manera desenfada sobre el pecho, soplando aquel mechón de mi cabello que caía
-Lamento si le he golpeado, la próxima vez no se esconda, señorita!
Le dije en tono amistoso, con aquella sonrisa de chico bueno que le encantaba a la gente que me rodeaba y me estimaba

por **Ginebra Le Boursier** Sáb Abr 16, 2011 8:16 pm

Mi mirada solo me permitía observarlo de una manera tenuemente, la nueve solo caía acompasadamente, blanca y fría. Los orbes del chico relucían una interesante inocencia sobre todo lo demás. Solo deje caer mi cuerpo sobre la pureza de la nieve, aun seguía cayendo a cada paso amoldándose en mi cuerpo.
Por una razón extraña, los ojos del joven me tranquilizaron de la furia interna dentro de mí. Dejándome una rara sensación de calma.

-¿Qué es lo que hace este niño? -susurre para mí misma, las malas condiciones del ambiente no dejaban que mis sentidos estuvieran al máximo.
Voltee hacia el joven, la nieve se derretía y comenzaba a empapar mi cuerpo de su liquido incoloro. Mis cabellos rubios se encontraban desparramados en la blanca manta de nieve que se encontraba debajo de mí, siendo vampiro no me enfermaría de alguna gripe pero también había que disimular.
No podía encontrar alguna escusa en la que no revelara mi secreto, estaba demasiado atontada por la tranquilidad que emanaba de todo el lugar para pensar en algo.

[OFF: me intriga la frase debajo de tu firma =3]

por **Louis J. Bouquet** Mar Abr 19, 2011 10:03 pm

Entorné la mirada, puesto la nieve volvía a hacer de las suyas. Mi amada, ¿me abrazas siempre que cae, verdad? Ese era mi mayor deseo. Observé el cuerpo de aquella mujer querer… desde mi punto de visión, fundirse con el manto puro, obra reciente de la pequeña nevada. No permití que mi mirada se apartara de aquella silueta. Quieto, como si fuera una de las estatuas del parque.

¿Acercarme era una mala idea? Podia estar perdida, o simplemente, aquello era un cuento, como el de las sirenas que cantaban, atrayendo a los marinos, solo para perderlos en las profundidades de un mar de oscuridad interminable.

Me acerqué de apoco, aún así, pasando saliva, odiandome por profanar aquella nieve virginal. Me detuve ante una mirada suya. ¿Asustado? No… solo era cautela. Yo no podia temer en ningún lugar donde hubiera nieve.
Por que yo vivía eternamente enamorado de ella.

Al final, avancé hasta estar a unos cinco o tres metros y medio de ella. Me dejé caer con suavidad, con las piernas cruzadas, y las palmas tras de mi, apoyando mi peso en ellas. A esa distancia, el olfato natural de mi especie, reconoció su aroma como uno no igual, pero si familiar, al de mi amo- el cual por cierto, decía que no tenian ningún perfume especial, lo que era más, en realidad, ninguno, pero el no percibía como yo.- Ladee la cabeza, permitiendo que los mechones de mi cabello volvieran a caer sobre mi rostro, el suelo se sentía humedo y frio, pero no importaba, era agradable.
-Debería cuidarse más… Se va a enfermar…

Off: oh...cual? XD ahmm la de letritas azules, es un codigo ><U

por **Ginebra Le Boursier** Miér Abr 20, 2011 10:55 pm

-Deberías hablar por ti mismo- sentencie de una manera cortante

El solo se notaba cauteloso a pesar de todo mis sentidos se adormecían cada vez más, no podía permitirme dejar mi cuerpo de una manera tan patética. Necesitaba alimentarme ahora mismo y mi única fuente era el hombre que se encontraba lejos de mí.

Empezaría como el cantico de una serpiente, primero lo acorralaría persiguiéndolo un poco para hacerlo más interesante para un paso siguiente empezar a jugar un poco con él, haciéndole pensar que no le queda otra salida más que la muerte para el final darle una muerte rápida a su débil presa y deleitarse con el sabor de su carne.

Cerré mis ojos con fuerza tratando de alejar todos esos pensamientos de mi mente, tenerlos lejos y desaparecieran. Todo esfuerzo fue totalmente en vano. Lamí lentamente mis labios y rozando mis colmillos, saboreando el dulce sabor de la sangre de un cambiaformas felino.

También de una manera sanguinaria imaginándome su muerte, la primera acción seria romperle las piernas para evitar su huida seguida de unos incesantes cortes por todo su cuerpo. Sin embargo, empezaría con un poco de mutilación arrancando sus dedos primero, alargando el dolor luego de eso cortaría sus piernas y brazos. Al final me deleitaría con el festín de su sangre bebiéndola y observándola correr.

[OFF: por eso, me intriga como lo pusiste xD. Ya sabia que era un codigo]

por **Louis J. Bouquet** Dom Mayo 01, 2011 9:49 pm

Arrugué el ceño un poco, desviando la mirada ante ese tono. No me gustaba que lo emplearan. Era como si en lugar de saludar con una sonrisa, te saludaran con un hacha de guerra en riste.
Eso no estaba bien. Dejé escapar un suspiro, y alcé la mirada, sacudiendo mi cabeza un poco, los cabellos se movieron, obedientes, cayendo hacia atrás. El cielo nocturno se veía opacado por partes.

Quizás deberia volver a casa, y dejar a aquella mujer. Si. Eso estaria bien. Pero estaba algo comodo alli. No tenia que irme solo por una mirada como aquella. --Tengo buenas defensas. Me veras delgado, pero, te aseguro, que soy un hombre saludable….-Claro, ahora en más, comía de manera más abundante. No solo tenia lo que ganaba como actor, siempre que queria, podia pasar por la casa de mi amo y dejar que su mayordomo me cocinara algo. Sin dejar de mirar al cielo, proseguí, en un tono, amable, incluso, hasta suave.

-Si no perdiste… has venido de cacería?-Le pregunté. Ella no me engañaba, no podia hacerlo, no cuando yo tenía tanta familiaridad con ese tipo de presencias. Sonreí de medio lado, bajo ahora si, el rostro de nuevo en su direncción.

por **Ginebra Le Boursier** Sáb Jun 04, 2011 9:52 pm

Suspire y no le dije nada al hombre, era algo idiota además de que la ingenuidad y amabilidad del joven comenzaban a ponerme enferma. Era una vampiresa antigua ¿Qué rayos pasaba conmigo? No podía dejar que algo tonto como la nieve adormeciera mis habilidades con tanta facilidad.

-Si voy o no de cacería, ni te va ni te viene-

Comente mientras me levantaba de la nieve y comenzaba a caminar en dirección a mi hogar, Rossella y sus subordinados han de estar preocupados ya. No tienen que, nadie les pidió que lo hiciesen. Quería alejarme de este hombre gato que comenzaba a alterarme por su paciencia y amabilidad sin límite.

-Prefiero quedarme con la intriga sobre tus defensas, gracias-
Continúe caminando, no quedaba demasiado lejos. Los licántropos en invierno nunca salían o eso había oído, no me preocupaba si salían o no salían con solo llegar a mi hogar. Deseaba llegar lo más rápido posible pero aun la nieve tenia un efecto adormecedor en mi.

por **Louis J. Bouquet** Mar Jun 14, 2011 10:19 am

Louis enderezó por completo su cuerpo, poniendo cara de infantil ingenuidad, estupor inocente y puro. Con los labios entreabiertos, y sus ojos algo más abiertos. ¿En verdad, le estaba contestando de esa manera? Era… algo un poco… cortante… frio.
Y el cambiaformas no estaba para nada acostumbrado a que le hablaran asi. El, que era siempre tratado como un chiquillo dulce- aunque ya fuera un hombre- Aquel que siempre te doblega con su sonrisa de niño bueno.

Al que no puedes negarle. Al que te dan ganas de abrazar y que te abracé con toda la fuerza que sus brazos delgados, puedan dar. Ese era él.
-Perdona, no debí… ¿soné grosero? Mis disculpas madame por ello-Dijo con una leve inclinación. Quizas habia sido fuerte su pregunta, no lo sabia.Pero la verdad, que si era de interés de Jérémie, por que, aquella mujer, bien podía optar por un bocadillo oriental…

El muchacho se quedó callado, mientras la miraba ponerse de pie. Torció el gesto. ¿Era terca? Sacudiendo sus cabellos, mientras ella se retiraba, el de manera insistente, la siguió. Pasos amplios y le tomó por la muñeca -N-no p-pareces estar m-muy b-bien….- No sabia por que lo hacia, cuando ella parecía no querer nada más. Pero era su propia naturaleza. Aún si ella lo arrojaba contra un arbol, para después caer sobre la nieve, el se arrastraría para preguntarle si estaba bien. Ganas de morir? Era una posibilidad

por **Ginebra Le Boursier** Miér Jul 20, 2011 12:34 am

-Por favor no te disculpes, das pena-

Sentencio de una manera violenta pero no llegando a grito, la blancura del hombre llamaba su interés pero a la vez lo orillaba a alejarlo de su pecadora existencia. La preocupada mirada del joven le daba ternura pero un su necedad la hacía odiarlo.

-Déjame en paz, me enferma tu manera de ser-

Recordaba que su padre a veces le decía nero, por su personalidad negra cuando se enfadaba. Era capaz de matar, aunque en realidad no lo consideraba como una segunda personalidad. Solo pensaba que esa era su verdadera personalidad. La caminata a la deriva la llevaba en varios caminos a su hogar, si se desmayaba en ese lugar no pasaría mas.

-Da igual, solo déjame sola. Pareces un mocoso insolente siguiendo un perro-

Por sus palabras gritaba a gritos que se vaya, pero no entendía la razón de por qué no huía. La vista se le nublaba durante segundos y volvía a la normalidad, el cuerpo le dolía, se sentía débil e indefensa. Especialmente su orgullo se había roto, demostrarse así ante un cambiaformas.-

-Si, sigues siguiéndome. Te matare-

por **Louis J. Bouquet** Mar Jul 26, 2011 11:39 pm

El chico paso saliva y bajo la mirada de manera un poco sumisa. ¿Acaba de decirle aquella mujer que él causaba pena? ¿Cómo era eso? Se sintió extraño. No mal, no, vaya, ni siquiera ofendido. Solo que era la primera vez que le trataban de esa manera en todo lo que llevaba viviendo en la capital francesa. Era posible que de alguna forma se le halla hecho costumbre el escuchar que es un buen chico, uno con corazón noble y alma de poeta. Que de alguna forma, en más de una ocasión le habian dicho que el era como ángel. No era pretensión… o tal vez solo un poco.
Quizás…. Aunque le costara admitirlo, le habia tocado un lado de su vena orgullosa que no sabia que poseía.

-No puedo hacer nada, soy como.., ve… Lo siento si le… molesta…- Alli iba de nuevo, disculpándose, aunque ella le decía aquello, pero no podía hacer nada! Le… causaba la necesidad de hacerlo. No para molestarla, no, el estaba convencido de que ella tenia un mal dia o algo asi.

Siempre creyendo lo mejor de todos… Dejó ir el aire de sus pulmones con un suspiro. -En todo, caso, seré un gato, madame, no un perro. Y mocoso… puedo serlo, usted puede haber vivido ya varios cientos de años, no lo sé.

Pronunció con el mismo tono tranquilo y servicial de siempre, incluso, con un atisbo de sonrisa en la comisura de sus labios. El no se iría, ¿Lo creía idiota? Ella no parecía estar bien. Y el la ayudaría. Se aproximó un poco más. -No lo harás. No puedes. Mirate, no estas bien. Dejame ayudarte…

por **Ginebra Le Boursier** Miér Jul 27, 2011 12:49 am

-Careces de carácter pequeño….gato- Dudo durante unos segundos se sentía extraña diciéndole pequeño en vez de intentar alejarlo de manera abrupta. De ninguna manera tenía el derecho de portarse de esa manera pero era lo mejor, no deseaba manchar el corazón puro con la negra locura que la sentenciaba a solo manejarse por sus instintos. Su ingenua preocupación podía llevar a desencadenar su lado oscuro sin ningún contratiempo a disfrutar una matanza tenue y lenta. –No necesito tu ayuda, gracias- comento de nuevo en un tono claro y un poco amenazante, deseo enmendar su error al ser tremendamente grosera al principio y tratar de ser un poco más suave con el muchacho.

-Deja de seguirme- dijo agarrándose de un árbol sabía que su hogar podía ser encontrado por cualquier camino que siguiese al centro siniestro del bosque. Debía evitar que alguien lejano a sus amigos, los cuales eran poco, conociesen donde quedaba su fortaleza. Era muy vulnerable durmiendo al amanecer y no se imaginaba no despertar al anochecer. –Está bien, haz lo que se te venga en gana- comento suspirando impaciente por que el joven se fuese por su propio pie. Los animales estaban ahora refugiados en donde podían ocultarse del frio extremo del invierno, la única fuente de sangre era el exquisito joven cambia formas. –No deseo beber su sangre- pensó mientras tomaba fuerzas para seguir su camino hacia adelante.

Al poco tiempo gracias a su terquedad llego a donde los arboles abrían paso para llegar al centro del dichoso bosque, a estas hora sabría muy bien que estaría sola. Sus criados se iban media hora antes de iniciar el crepúsculo. Aun sintiendo el aroma del joven detrás de ella, con la agilidad de un marionetista movió sus dedos como si hilos desprendiesen del cuerpo del cambia formas y cambiase el movimiento de su cuerpo a la voluntad de la inmortal. Su corazón en ocasiones podía ser duro pero no de piedra, guio al joven junto con ella hasta adentro de la casa. La criada que en ocasiones actuaba como su madre, Rossella, siempre dejaba preparado todo para su regreso. Sin embargo, trato de alejar el joven y por su preocupación lo mantendría alejado del frio hasta que el quisiese marcharse.

por **Louis J. Bouquet** Vie Ago 12, 2011 6:11 pm

Bajó la mirada al suelo. Si, el lo sabia, no era idiota. No tenía el suficiente carácter la mayoria de las veces. De tenerlo, el no estaría alli, en Paris, en medio del bosque nevado con aquella vampireza. Quizás en Londres, con Ari. Pero habia sido demasiado idiota, y ahora, ya la habia perdido. Pero, regresando al momento, ella… estaba derritiendo, un poquito, su tono por demás hostil de antes. El la miró casi como haría en su forma gatuna para conseguir algo de comida, o quizás un “apapacho”. Y cuando le dijo aquello, se permitió sonreir. Eso estaba mejor, avanzó un par de pasos pequeños por la nieve y el terreno inseguro, en dirección a la dama, pero se detuvo en seco, mirandola casi con inocente desconcierto
.
¿Acababa de decirle que no deseaba beber su sangre? A el no le importaba. Si ella precisaba de un “mordisco” el… no se opondría. ¿Tentar la muerte? Era posible, después de todo, era parte de su instinto suicida. Era una relación bastante peculiar, la suya con el rondar cerca del peligro. Como si se creyera de goma. Era extraña su psicología.
Prefirió no agregar nada al respecto. Se encogió de hombros, y cuando la miró avanzar, la siguió, como una especie de mascota fiel. No sabia ni cual era su nombre, y alli estaba, siguiendola, como si no tuviera nada mejor que hacer. Siendo el incordio que parecía ser. La siguió en silencio, a esa distancia prudente para su pellejo, dadas sus palabras, pero tambien respetuoso. No invadiendo su espacio personal del todo.

Asi estaba, hasta que se percató de una sensación extraña en su cuerpo. ¿Qué era? Lo hacia sentirse… muy muy raro. Su cuepo no obedecia al cien sus propias ordenes, pero avanzaba, y ya estaban dentro de lo que deducía, era la vivienda de aquella mujer. ¿Habia sido ella quien lo habia hecho? La miró con curiosidad, frotó su brazo derecho, entrando en calor, mirando un poco aquí y alla, antes de volver a hablarle
¿Qué me hiciste?- no en tono acusador, si no más bien, solo queriendo saciar su curiosidad.

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