Béatrice Lesauvage

por **Béatrice Lesauvage** Mar Mar 08, 2011 1:12 pm

Edad
Real: 58
Aparenta: 29

Especie
Licántropo

Tipo y Nivel Social
Nivel bajo

Sexualidad
Heterosexual

Lugar de Origen
Toulouse, Francia

Habilidad/Poder
Sentidos aumentados
Agilidad y reflejos sobrehumanos
Memoria sobrehumana
Sanación acelerada

Descripción Física

Béatrice Lesauvage Foto

Descripción Psicológica
Desconfiada. El primer rasgo característico de esta licántropo. Sólo confía en las personas más cercanas a ella, las cuales escasean. La única persona en la que realmente ha confiado fue Zacharie, y al morir este la lista quedó reducida a cero.
No le gusta hablar de sí misma, es callada y nunca dirá una palabra más de las necesarias. Le gusta observar todo a su alrededor, a aprendido a ver con los ojos cerrados, a oír con el olfato. Recuerda todo lo que le ha ocurrido desde la noche en la que se transformó, y eso la trastorna y le produce pesadillas. Le gusta pasar desapercibida entre la gente de la calle, no llama la atención y cada vez que ocurre algún altercado que pueda descubrirla relacionarse con ella huye sigilosamente.
Rara vez se enfrenta a los problemas, procura evitarlos y cuando llegan corre en dirección contraria. A pesar de su fuerza sobrehumana odia las peleas físicas, pero tiene claro que si alguien alguna vez la toca se defenderá con todas sus fuerzas.
En ocasiones mentirosa, sobre todo cuando se trata de salvar la vida. No dudará en contar medias verdades o mentiras completas, y es buena. Sólo los que verdaderamente la conocen saben distinguir si miente o no. ‘Honesta’ no es algo que se pueda decir de ella.
Lo único de valor para ella es su propia vida, por lo que no tiene nada más que perder que eso. No duda en robar para sobrevivir si es necesario, aunque procura apañárselas consiguiendo comida y dinero vendiendo pequeñas figuras de madera que talla ella misma. Ha aprendido a cazar pequeños animales que le sirven de alimento en los momentos de mayor penuria.
Es muy orgullosa.

Por otro lado, es cariñosa con los suyos. Si confía en alguien, lo hace de verdad, y dará todo por protegerlo. A esas personas son las únicas a las que no miente, pero si se guardará secretos si eso les puede llegar a poner en peligro. Una buena amiga en la que apoyarse.
Sabe escuchar a los demás, a veces demasiado. Puede llegar a sentir empatía por los que la rodean y no le gusta ver sufrir a los más cercanos. Si de verdad te aprecia, sabrá guardar todos tus secretos. Si por el contrario no le importas demasiado puede defraudarte con facilidad.

Historia
Béatrice nació el 6 de marzo de 1767 bajo el seno de una familia de clase alta en una mansión a las afueras de Toulouse, Francia. Sus padres Aurore y Pierre Thayer provenían de familias bien posicionadas y relativamente conocidas en Toulouse, por lo que el matrimonio entre ellos fue un gran acontecimiento que unió a dos de las más poderosas familias de entonces.
Movían una gran fortuna y estaban en posesión de innumerables terrenos y varias residencias repartidas por toda Francia. Sus vidas como matrimonio fueron monótonas y aburridas, en sociedad aparentaban felicidad, pero la realidad era otra muy distinta.
Pierre era un bebedor nato, pasaba gran parte del día en las tabernas y burdeles con la copa de coñac en mano hasta que estaba lo suficientemente ebrio como para no acordarse ni siquiera de quién era. Por supuesto, la llegada a casa no era mejor. Las noches que lograba encontrar la mansión buscaba enérgicamente a Aurore para satisfacer su deseo sexual o simplemente para golpearla hasta que no se tenía en pie. No necesitaba trabajar, su herencia era suficiente para sus lujos, sin contar que tenía personas que hacían su trabajo por él.
Aurore, al contrario, pasaba la mayor parte del tiempo en casa. Apenas salía a la calle, únicamente para asistir a bailes de sociedad (a los que estaba invitado Pierre) o cuando su marido quería llevar una presencia femenina en sus reuniones. Cuando fue a vivir a la mansión Thayer y comprobó lo que realmente era su marido intentaba zafarse y esconderse de él, pero sin ningún buen resultado. Él conocía cada rincón de aquella casa, y sabía bien donde podía buscarla. Unos años más tarde se dio por vencida, olvidaba cada altercado con él y dejó de resistirse.

Esta situación no cambió cuando nació Béatrice. Después de muchos años Pierre vio peligrar su descendencia. Necesitaba tener un hijo, especialmente varón, a quién dejarle todo lo que poseía.
En nueve meses que duró el embarazo no tocó a Aurore ni una sola vez, esperando que el bebé que esperaba fuera perfecto. Dio a luz a dos bebés, un varón y una mujer, pero sólo sobrevivió Béatrice.
Al ver sus deseos frustrados Pierre culpó primero a Aurore y luego a Béatrice de la muerte del bebé. Golpeó a su mujer como nunca lo había hecho y a eso se le sumó los golpes que iban dirigidos a su hija, que la protegió con su cuerpo. Cuando finalmente se cansó se marchó durante días en los que no dio ninguna señal de vida. Aurore sabía la vida que le esperaba a su vuelta (si volvía), así que cogió a Béatrice y huyó de casa. Dejó a la niña dentro de una cesta a las puertas de una familia amiga de su marido y nunca supieron de ella otra vez.
Béatrice creció en aquella familia, una familia normal. Nunca se encontró con su padre, desde que Aurore dejó la mansión se encerró y no volvió a salir.

Cuando cumplió quince años sus padres adoptivos la prometieron con un chico de una familia de su mismo círculo. Fue entonces cuando pasó a llamarse Béatrice Lesauvage. Su vida era aburrida, pero al menos no era como la que tuvo su madre. Zacharie Lesauvage era callado y misterioso. Vivían en la misma casa, pero hacían vidas completamente separadas. Parecía como si el matrimonio entre ellos fuera una simple tapadera de algo. Béatrice pasó muchos años como un fantasma en aquella casa, acompañando a Zacharie en los ratos que pasaba en casa y en los eventos que debía asistir, siempre en silencio.

Notó que ciertas noches se ausentaba y no volvía hasta pasado uno o dos días. Al principio no le dio importancia, la poca actividad que había entre ellos le hacía pensar que se desahogaba en los burdeles. Hasta que una noche lo siguió.
Se adentro en un bosque cercano y llegó a un claro. La luna llena brillaba en el cielo. Béatrice se escondió detrás de un árbol y observó a Zacharie en el centro del claro. De pronto, su cuerpo comenzó a deformarse hasta que finalmente se convirtió en algo que parecía un lobo. No entendía lo que pasaba, pero sabía que no debería estar allí. Después, todo pasó muy rápido.

Se despertó en el claro cuando el Sol ya había salido. Sus ropas estaban rasgadas y la camisa llena de sangre. Se palpó el cuello y el cuerpo en busca de heridas, pero no encontró ninguna. Recordaba imágenes sin sentido que no podía explicar. Notaba cada movimiento del bosque, cada olor y cada sonido. Su vista había mejorado hasta límites insospechados y tenía una sensación que no era capaz de entender. Caminó inconscientemente en una dirección que desconocía y después de horas llegó hasta la puerta de la casa donde vivía. Seguía viviendo en la misma realidad, pero había algo distinto. Entró en casa, todo parecía normal. Zacharie no estaba allí, por lo que aprovechó para cambiar su ropa y limpiar la sangre que tenía seca en su cuerpo. Su marido no dijo nada, y ella tampoco habló sobre lo ocurrido aquella noche.

El día que comenzaba la siguiente luna llena empezó con normalidad, pero en el momento en que el Sol empezaba a ponerse Zacharie habló por primera vez a Béatrice, un momento que ella recuerda a la perfección. Con un simple -Béatrice, acompáñame- ella le siguió hasta el mismo claro en el que estuvo 28 días ante. Todo le resultaba conocido, todo estaba grabado en su memoria. -No tengas miedo, estoy contigo- dijo Zacharie poniéndole las manos sobre los hombros. Esa noche se transformaron juntos, se vieron el uno al otro en su forma más bestial, incluso se pelearon un momento. Pero pasaron la noche, y vivieron para contarlo. Desde entonces acudían al mismo claro a transformarse las noches de luna llena. Tenían un secreto compartido, y eso hizo que se unieran más de lo que nunca pensaron.

Pasaron los años y aquella noche fueron al claro como siempre. Vagaron por el bosque, transformados, cada uno por su lado. De pronto, Béatrice oyó un disparo. De inmediato supo que alguien había abatido a Zacharie y supo que este había muerto. Le oyó caer al suelo desplomado y olió la sangre que brotaba de la herida. Voces de humanos le llegaban y se acercaban, sus olores rozaron su nariz. Se mantuvo allí, esperando. Oía las voces cada vez más cerca, y para cuando se dio cuenta estaba rodeada. Miró a cada humano a los ojos, sabía que habían matado a su amado, y quería venganza. Tan rápida como el rayo mató a todos menos a uno que consiguió escapar y que daría la voz de alarma.
Corrió y corrió, huyendo de allí. ¿Qué había hecho? No podía seguir viviendo en Toulouse, la siguiente luna llena todo el pueblo estaría buscando a la bestia que había matado a todos esos hombres.

Con las primeras luces de la mañana y transformada en humano otra vez visitó su casa por última vez. Cogió ropa, todo el dinero que pudo y algo de comida y se marchó de Toulouse para siempre.

Datos Extras
~ Llegó a enamorarse de Zacharie, pero no se lo ha confesado a nadie ~
~ Vive en una habitación (de la cual paga el alquiler) de una mujer que le da trabajo de vez en cuando ~
~Le gustan los niños, pero no cree estar preparada para ser madre~
~ Suele acudir al mercado para vender piezas talladas en madera ~

por Invitado Mar Mar 08, 2011 2:19 pm

Tu edad no concuerda con la descripción que se les da a los licántropos, ésta se calcula al 50% o sea que si quieres representar 29 tendrías que tener 58 años, por favor modifica ésto y postea aquí mismo para que un administrador pase a aceptar tu ficha.

por **Béatrice Lesauvage** Mar Mar 08, 2011 2:24 pm

Ficha modificada

por Invitado Mar Mar 08, 2011 2:33 pm

Ficha aceptada, bienvenida

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