Hugh Willmerston

Nombre del Personaje:
Hugh Willmerston

Edad:
Aparenta 43 años, pero tiene 396

Especie:
Vampiro

Tipo y Nivel Social:
Extranjero, clase alta

Sexualidad:
Heterosexual

Lugar de Origen:
Inglaterra

Fecha de Muerte:
6 de diciembre de 1447

Habilidad/Poder:
- Encandilamiento -
- Persuasión -
- Telepatía -



Descripción Física:
Hugh es un hombre que suele pasar desapercibido entre la gente de forma muy sencilla. Ya no es tan joven como antes, los años hicieron mella en él cuando tan solo era un simple mortal. El hecho de ser un hombre atractivo pero nada fuera de lo común, es lo que hace que no demasiada gente se fije en él. Con esto consigue pasar desapercibido mucho mejor ante el resto de humanos que se encuentra en sus salidas nocturnas para buscar presas y divertirse.

Aún así, el viejo de Hugh es un hombre alto para su tiempo. Así, mide 1'80 metros de altura, lo cual hace que se sienta muy superior al resto, no solo de intelecto, sino también por estatura. "Dios ya sabía, incluso antes de darme esta vida mia, que estaría por encima del resto de los mortales", afirmaría con su ya típìca prepotencia y narcisismo. No tiene un cuerpo demasiado atlético, pero es delgado y hay algo que siempre llama la atención de él: siempre lleva un bastón puesto que su pierna fue lastimada hace ya muchos años. Una de las llamadas heridas de guerra que algunos vampiros antiguos no han podido eliminar y de las cuales se sienten orgullosos.

Su piel, al igual que la de cualquier otro ser maldecido por la noche, es pálida, como si estuviese hecho de mármol. "Pasaré a la historia por ser como las estatuas de los antiguos griegos, solo que yo...estoy 'vivo' aún". Como cualquier vampiro, al tacto produce una sensación helada y es que Hugh no es más que un no vivo más, un cadáver que perdió el calor de su cuerpo hace muchísimos años, ya casi 400.

En cuanto al color de sus ojos, parecen hechos de cristal. Son de un azul helado que puede dejar exactamente así a cualquiera que se encuentre con su furia. A su vez, su mirada es muy expresiva y sabe perfectamente cómo hacer para que ésta muestre diferentes sensaciones que, posiblemente, ni siquiera sienta. Es capaz de transmitir cualquier emoción a la persona que tenga delante con algo tan simple como es una mirada. Además, ésta le es de gran ayuda con cualquiera de los poderes mentales que posee, ya que le da ventajas sobre el adversario [OoC: Con esto no quiero decir que sus poderes sean más fuertes que los de los demás, solo que ya de por sí nació con una mirada expresiva y eso es de ayuda para controlar mejor lo que quiere hacer]

Su cabello es moreno y corto, además de liso. Debido a la edad a la que fue convertido en un vampiro, tiene alguna que otra cana, aunque eso hace que se vea mucho más respetable. Además, " Los ancianos son los que más saben, por experiencia y porque lo digo yo". Hubo un tiempo en el que lo tuvo largo, como se llevaba en su época entre los jóvenes. Sin embargo, poco a poco decidió ir dejando de llamar la atención y ser como cualquier otro aristócrata de clase alta de aquellos años en los que su corazón aún latía.

Su forma de vestir es muy variada, ya que no le gusta ir demasiado pomposo, ya que piensa que es algo ridículo, por mucho que príncipes y ricos vayan así vestidos. Prefiere ir de forma simple pero con ropas caras, lo suficiente como para que se note que es de una clase adinerada y por lo tanto, privilegiada. Eso no quita que en las fiestas de la alta sociedad, pueda arreglarse bastante más.




Descripción Psicológica:
Hugh es, por encima de todo, un provocador. Aunque los vampiros suelen ser seres muy respetuosos con el resto, él no es así en absoluto. La elegancia natural de su especie y de su clase, es algo que le acompaña siempre, incluso cuando desprecia a otra persona lo hace de una forma elegante.

Sabe perfectamente como dejar sin palabras a cualquier persona a la que se enfrente o con la que simplemente tenga una charla que no le apetece tener. Es un hombre de principios complicados y eso ha hecho que en su vida siempre se encuentre solo. No todo el mundo acepta ese carácter prepotente e incluso a veces chistoso que puede tener este aristócrata. Más aún porque en su clase social nadie se comporta del modo en el que lo hace él. Aunque ha sido criado en los mejores colegios desde que era bien pequeño, Hugh siempre ha tenido ese carácter revolucionario que le ha hecho diferente al resto de aristócratas. Y a su vez, le ha alejado de cualquier posible amistad que haya sido capaz de entablar.

Sin embargo, esto cambió con el paso del tiempo. ¿La razón? Convertirse en vampiro y hacer así que su forma de ser atrajese a la gente y le produjese cierta curiosidad. Su carácter no es otra cosa que una característica que define su personalidad. Cada cual tenemos algo que resalta en nuestro carácter: unos son amables, otros son unos grandes actores... Hugh no es más que un prepotente narcisista que se cree superior al resto. Piensa que él puede hacerlo todo sin ayuda de nadie y su orgullo es muy superior al resto de mortales y de seres fantásticos que habitan sobre la faz de la tierra. Esto no es más que algo que todos ven "diferente" y el vampiro lo aprovecha para acercarse así a ellos. Tener como aliado a alguien como él, es una gran ventaja y es algo que hay que tener en cuenta.

No le gusta ser engañado, aunque él engaña, manipula y tergiversa todo cuanto cae en sus manos. Nunca dirá lo que realmente piensa o siente, y si se da ese hecho, desde luego será un milagro. Intenta mantener ese trato de respeto entre los que son de su clase y no acercarse más de lo debido a nadie. Su frialdad supera el límite de su cuerpo y está incrustada también en su cabeza.

Odia perder y no llevar razón. Hasta aquí llega su prepotencia, ya que piensa que él es uno de los entes más poderosos que han existido. O al menos, eso es lo que siempre afirmará. ¿Quién sabe si su cabeza dice algo diferente a lo que sus labios pronuncian? Siempre intentará rebatir diferentes teorías, es decir, que aunque no lleve razón, intentará por todos los medios, ya sea con poderes o sin ellos, demostrar que sí que lleva razón.



Historia:
Hugh nació en tierras Inglesas hace exactamente 1404 años. Por aquel entonces, su padre, Miles Willeston de Carlstrain era uno de los más poderosos aristócratas de las islas británicas. Desde ya muy pequeño, se crió en los mejores colegios y jamás le faltó de nada. Era el niño mimado que tenía todos los caprichos que quería y quizás este hecho sea uno de los más importantes para el futuro: sus ansias de conseguir todo aquello que le gusta puede estar ligado al hecho que se acaba de mencionar.

Hijo único, heredó toda la fortuna, las empresas, los terrenos y los bienes que poseía su padre cuando este falleció por culpa de su avanzada edad. Gracias al dinero que tenía, Miles había conseguido casarse con una mujer muchísimo más joven que él y cuando Hugh cumplió los 10 años, su padre ya había fallecido de causas naturales. No pareció importarle demasiado a su madre, aunque el joven jamás descubriría el por qué de esto. Aunque su padre no estaba ya presente, él continuaba teniendo esa vida de lujo y privilegios que le habían dejado como legado familiar. Sin embargo, su madre no parecía ser la misma persona una vez que su padre hubo muerto.

Años más tarde, cuando el chico cumplió los 16 años de edad, su madre, Christine, desapareció en extrañas circunstancias. Nadie volvió a saber nada de ella nunca más y, aunque Hugh se lo ha propuesto una y mil veces, casi 400 años después no ha sido capaz de encontrar ni siquiera la tumba de su madre desaparecida.

Su vida de joven aristócrata continuó en las islas británicas. Uno de sus tios, hermano de su padre, fue el encargado de tutelar al chico, aunque este ya sabía perfectamente lo que hacía sin ser tan siquiera mayor de edad aún. Parecía ser que era demasiado maduro para su edad y quizás sea por esto por lo que más adelante y en la actualidad, se comporta como si fuese un niño, algo de lo que no pudo disfrutar cuando tuvo la oportunidad de ello.

Los años pasaron así y, del mismo modo que había aparecido en este mundo, desapareció. Fue una noche oscura y lluviosa en la que el chico había tenido que salir de casa para reunirse con un familiar. Hugh jamás llegó a la cita, puesto que en el camino, perdió su caballo y su vida. Jamás olvidaría el profundo dolor que sintió cuando aquellos colmillos afilados se le clavaron en el cuello y tomaron toda su vida. Y el primer trago de su nueva vida, teñido de un rojo fuerte.

A partir de ese momento, al ya crecido Hugh no le quedó otra más que ir vagando de lugar en lugar, cambiándose de nombre a veces, con su riqueza a cuestas, ya que vivía más de lo que cualquier humano podría entender. Jamás podía estar más de 20 o 30 años en un mismo lugar, por lo que se puede afirmar que es un vampiro que conoce mundo. Ahora ha llegado el momento de desembarcar en la capital de la moda, en París, de la cual todos los vampiros y humanos hablan tan bien. ¿Será cierto que conseguir una presa es trabajo complicado en la capital francesa? Pronto lo descubriremos...



Datos Extras:

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