AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Aquel hechizo de soledad.[Barbara Von Kürenberg]
2 participantes
Página 1 de 1.
Aquel hechizo de soledad.[Barbara Von Kürenberg]
Abrazo estas lagrimas, esta soledad que me alcanzo el día de hoy con mucho orgullo, bajo la lluvia de la primavera en el momento que los rayos de la luna tocan mi rostro, veo en el claramente la imagen destrozada de un congelante dolor que apuñala lentamente, me hace desmayar, se multiplica en cada parte de mi ser, mi respiración se congela junto a esta noche estando sin nadie, la soledad avanza, no puedo escapar de ella, los besos son fríos y se vuelven dulces y amargas ilusiones.
Camino cerrando los ojos a un encuentro, con la luna, el suave azul terciopelo que decora el cielo esta tan lleno de corrupción, que rechaza incluso la posición donde yo estoy, lo ha hecho durante tanto tiempo, pero está bien, esto es una ilusión… y yo soy una espada que refleja lo poco que es bajo la dirección de la luna, mi desierto es negro.
Sigo caminando, la gente es tan feliz les veo esas sonrisas el tiempo está cambiando, todo es tan diferente, no puedo seguir creyendo en la solidaridad, y a lo lejos observo el festín que tiene un pequeño junto a su perro, me anonado viéndolo, quisiera ser así un alma al viento tan frágil, tan feliz e inocente.
Seguro podre parar este sentimiento, me acerco de nuevo para contemplar a lo lejos al pequeño, no le importa nada, ni siquiera que yo un extraño se pare debajo de la sombra de la farola, para verle, para seguir guiado con el azul corrupto y la luna como mapa.
Me reflejo en aquel pequeño, quisiera abrazarle, pero… no puedo si tan solo hubiera un hechizo para deshacer la soledad.
Camino cerrando los ojos a un encuentro, con la luna, el suave azul terciopelo que decora el cielo esta tan lleno de corrupción, que rechaza incluso la posición donde yo estoy, lo ha hecho durante tanto tiempo, pero está bien, esto es una ilusión… y yo soy una espada que refleja lo poco que es bajo la dirección de la luna, mi desierto es negro.
Sigo caminando, la gente es tan feliz les veo esas sonrisas el tiempo está cambiando, todo es tan diferente, no puedo seguir creyendo en la solidaridad, y a lo lejos observo el festín que tiene un pequeño junto a su perro, me anonado viéndolo, quisiera ser así un alma al viento tan frágil, tan feliz e inocente.
Seguro podre parar este sentimiento, me acerco de nuevo para contemplar a lo lejos al pequeño, no le importa nada, ni siquiera que yo un extraño se pare debajo de la sombra de la farola, para verle, para seguir guiado con el azul corrupto y la luna como mapa.
Me reflejo en aquel pequeño, quisiera abrazarle, pero… no puedo si tan solo hubiera un hechizo para deshacer la soledad.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 4067
Fecha de inscripción : 26/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Aquel hechizo de soledad.[Barbara Von Kürenberg]
Aquella no era una noche como cualquiera, la oscuridad parecía acariciar mi curvas por encima de la ropa mientras estaba apoyada en una de las paredes del orfanato, con una ilusión a mi alrededor para alejar a la gente. Sentía un dolor en las entrañas y la imágenes acudían a mi cabeza como cuchillos haciéndome gemir de frustración y de tristeza.
Me había acostumbrado a no tocar a las personas, me había acostumbrado a mantenerme lo mas alejada posible haciendo uso de mi rango y de mi educación pero los roces a veces eran inevitables, y mi cabeza cada vez que rozaba a un inmortal se convertía en un campo de batalla dispuesto a acabar con toda mi cordura, conmigo en pocas palabras.
-Oh Santa Maria ... -uní las palmas de mi mano sobre mi pecho como si fuese a rezar a aquellos dioses que no atendían a nuestras suplicas y luego tome aire para aguantar la próxima cuchillada de imágenes, pero esa no volvió y mi cuerpo se relajo por completo, de alivio. Era como si los dioses hubiesen escuchado mis suplicas pero sabia que eso no era posible.
Los dioses no existían, lo había aprendido a las duras cuando des de pequeña, pero lo que si sabia es que existía la familia. Mi familia materna. Y mi propia marca me lo decía cada vez que la miraba por encima de las ropas. Los ojos de la pantera estaban fijos en mi y por ello ellos siempre sabrían donde estaba yo.
-Gracias -las palabras salieron inconscientemente de mis labios mientras intentaba incorporarme dejando la pared del orfanato atrás. En ese momento la luna llamo mi atención, no había podido verla des de mi anterior posición, pero ahora que la veía [...] aun que ella no parecía reparar en mi presencia. Todo su esplendor estaba puesto en un ser, un ser que me dejo sin aliento nada mas bajar mi vista a el. No era su belleza lo que me había hechizado, lo que había hecho que mi corazón se encogiese. Si no que era su soledad, tan palpable en sus ojos. Tan intensa, como la soledad de los míos muchas veces.
En ese momento quise alargar la mano y caminar unos pasos hacia el, tocar su rostro y ver mejor sus ojos. Un impulso totalmente desconocido que hizo que mi piel se estremeciese de miedo, miedo por mis propias reacciones pero no lo hice. Mi imagen sabia que no debía de ser la mas adecuada ante sus ojos, mi ilusión aun estaba presente así que me prepare dejandole de lado y fui caminando hacia el con mi propia forma. Sin ocultarme, aun que el vestido no era el mas adecuado para quillas calles y para ninguna que fuese tan oscura.
Iba a hablar des de la distancia en la que estaba pero algo me paro, algo ahogo las palabras en el fondo de mi garganta y supe al instante lo que era. El pequeño, al cual miraba hechizado como si fuese la cosa mas bonita del mundo y derepente tuve miedo por el. Mi cuerpo se estremeció y yo no pude hacer mas que caminar hacia el, agacharme y sacar mi monedero para darle unos pocos francos.
-Que te parece si vas a comprarte algo cariño. Algo mejor de comer, esta noche tendrás una cena buena o si no un desayuno copioso por la mañana -no tenia nada mas que darle, nada mas que pudiese hacer por el. Pero al ver sus gestos supe por que la criatura amante de la oscuridad se había fijado. Era tan inocente, un alma pura a pesar de tener las ciertas sospechas de que vivía rodeado en aquel orfanato de gente indeseable, gente que no merecía estar cerca de el. Gente con la inocencia ya perdida, llevada por el destino. -Vete! -le urgí antes de darle un beso en su ensuciada frente y sentir las lagrimas sobre mis mejillas.
Emociones tras emociones. Esas emociones me avergonzaban, me ahogaban, necesitaba salir pero no sabia como, así que me quede ahí agachada mientras veía el niño salir corriendo hacia otra calle y nisiquiera levante la vista mientras le hablaba aquel ser que sabia que no se había ido. Había tocado a tantos como el y había visto sus vidas pasadas atormentarme durante meses que el destino quiso que no hiciese lo mismo con ese.
-La luna te acaricia como desearía que me acariciase a mi. Envidia me das, pero no pareces contento. ¿O me equivoco? Hay tanto en tu miradas como tan pocos gestos de humanidad en tu cuerpo.
Me había acostumbrado a no tocar a las personas, me había acostumbrado a mantenerme lo mas alejada posible haciendo uso de mi rango y de mi educación pero los roces a veces eran inevitables, y mi cabeza cada vez que rozaba a un inmortal se convertía en un campo de batalla dispuesto a acabar con toda mi cordura, conmigo en pocas palabras.
-Oh Santa Maria ... -uní las palmas de mi mano sobre mi pecho como si fuese a rezar a aquellos dioses que no atendían a nuestras suplicas y luego tome aire para aguantar la próxima cuchillada de imágenes, pero esa no volvió y mi cuerpo se relajo por completo, de alivio. Era como si los dioses hubiesen escuchado mis suplicas pero sabia que eso no era posible.
Los dioses no existían, lo había aprendido a las duras cuando des de pequeña, pero lo que si sabia es que existía la familia. Mi familia materna. Y mi propia marca me lo decía cada vez que la miraba por encima de las ropas. Los ojos de la pantera estaban fijos en mi y por ello ellos siempre sabrían donde estaba yo.
-Gracias -las palabras salieron inconscientemente de mis labios mientras intentaba incorporarme dejando la pared del orfanato atrás. En ese momento la luna llamo mi atención, no había podido verla des de mi anterior posición, pero ahora que la veía [...] aun que ella no parecía reparar en mi presencia. Todo su esplendor estaba puesto en un ser, un ser que me dejo sin aliento nada mas bajar mi vista a el. No era su belleza lo que me había hechizado, lo que había hecho que mi corazón se encogiese. Si no que era su soledad, tan palpable en sus ojos. Tan intensa, como la soledad de los míos muchas veces.
En ese momento quise alargar la mano y caminar unos pasos hacia el, tocar su rostro y ver mejor sus ojos. Un impulso totalmente desconocido que hizo que mi piel se estremeciese de miedo, miedo por mis propias reacciones pero no lo hice. Mi imagen sabia que no debía de ser la mas adecuada ante sus ojos, mi ilusión aun estaba presente así que me prepare dejandole de lado y fui caminando hacia el con mi propia forma. Sin ocultarme, aun que el vestido no era el mas adecuado para quillas calles y para ninguna que fuese tan oscura.
Iba a hablar des de la distancia en la que estaba pero algo me paro, algo ahogo las palabras en el fondo de mi garganta y supe al instante lo que era. El pequeño, al cual miraba hechizado como si fuese la cosa mas bonita del mundo y derepente tuve miedo por el. Mi cuerpo se estremeció y yo no pude hacer mas que caminar hacia el, agacharme y sacar mi monedero para darle unos pocos francos.
-Que te parece si vas a comprarte algo cariño. Algo mejor de comer, esta noche tendrás una cena buena o si no un desayuno copioso por la mañana -no tenia nada mas que darle, nada mas que pudiese hacer por el. Pero al ver sus gestos supe por que la criatura amante de la oscuridad se había fijado. Era tan inocente, un alma pura a pesar de tener las ciertas sospechas de que vivía rodeado en aquel orfanato de gente indeseable, gente que no merecía estar cerca de el. Gente con la inocencia ya perdida, llevada por el destino. -Vete! -le urgí antes de darle un beso en su ensuciada frente y sentir las lagrimas sobre mis mejillas.
Emociones tras emociones. Esas emociones me avergonzaban, me ahogaban, necesitaba salir pero no sabia como, así que me quede ahí agachada mientras veía el niño salir corriendo hacia otra calle y nisiquiera levante la vista mientras le hablaba aquel ser que sabia que no se había ido. Había tocado a tantos como el y había visto sus vidas pasadas atormentarme durante meses que el destino quiso que no hiciese lo mismo con ese.
-La luna te acaricia como desearía que me acariciase a mi. Envidia me das, pero no pareces contento. ¿O me equivoco? Hay tanto en tu miradas como tan pocos gestos de humanidad en tu cuerpo.
Última edición por Barbara Von Kürenberg el Lun Abr 18, 2011 5:51 am, editado 1 vez
Barbara Von Kürenberg- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 01/04/2011
Re: Aquel hechizo de soledad.[Barbara Von Kürenberg]
El canto de la música de cuna, se vuelve en mis oídos acompañados de la voz de la presencia de una mujer, que me arrulla, que me observa y me sonríe a lo lejos, y yo sin preguntarme si es feliz como yo, tomo su mano, le hago dar vueltas acompañando su largo vestido a un baile con el viento de la noche, me abraza y me besa entre estos cabellos, me despeina y me los acomoda, me sonríe nuevamente y no me pregunto… ¿Por qué soy el único en este parque que sale a jugar de noche?... no me cuestiono, fue la vida quien quiso que yo fuera así de un momento a otro, ella sonríe, se estremece con el viento, su blanco vestido parece danzarme y me escondo debajo de ellos.
Hasta que llega aquel ser, quien me la arrebata, ¡Oh mujer!, mi amada, déjame una vez más escuchar su voz, dormirme en su hombros, deja que me arrulle con su voz, mi amada es arrebatada y soy dejado en este parque… solo columpiándome, sin aquella, amada mía, no puedo pronunciar palabra alguna, aunque ya estoy en edad, solo a ella le susurro, solo ella conoce mi voz, aquel me impide hablar en público, ¡Oh amada mía!... ¡Madre regresa!
Y de pronto solo me vuelvo a quedar, doy cuerda a mi cajita aquella que me heredo, y una pequeña se me acerca, me mira, me examina y me observa….
Un dulce… jamás he comido uno… y de nuevo mi padre regresa, me carga en su hombro con brusquedad y tira aquel caramelo que me pudo ser producto de mi felicidad. Y yo estiro las manos como intentando alcanzarlo.
Miro a aquella mujer y esta escena de mi infancia viene a la mente de mi presencia inmortal, el chico se va recibiendo una gran cantidad, contento sonríe, me reflejo un poco en él, aquella mujer que de lejos parece dulce, se acerca con un destello de fortaleza y me dirige unas palabras. Le escucho sin responder hasta que termine y no ser grosero.
- No solo la luna, sus ojos lo hacen, sus gestos, su presencia atraviesa mi poca alma, haciéndome un revoltijo de emociones, aquel niño también… la mirada es el reflejo de lo que somos, los ojos son la puerta de la vida, del alma, Madame, y de humanidad me temo ya no me queda nada en este cuerpo… mientras más avanza en tiempo… humanidad solo la que gane viviendo… felicidad… aunque no se note soy felizmente melancólico, porque por fin puedo volver al lugar donde estuve alguna vez de humano, me duele y me alegra poderme encontrar con aquellos recuerdos que mi presencia inmortal creyó borrar, pero no fue así porque mi presencia humana me hizo buscarlos nuevamente. A pesar de ser libre esta noche… solo quise venir a llorar mi muerte un rato.
Hay algo que me caracteriza, es mi “personalidad y mi pasado” quizá muchos pudieron leer mi pasado de niño y de adolecente, hasta el día de mi muerte, pero… no todo fue como parece, el pasado que tuve de inmortal jamás nadie lo ha podido revelar, ni siquiera yo puedo hacerlo, mi personalidad puede ser suave, mi naturaleza también, soy un caballero, pero con muchos secretos, juego con la gente no por nada me conocieron en algún tiempo como “el hijo del rey, aquel maestro del engaño”… sin embargo esta noche mi lado humano estaba más que nunca presente gracias a aquella mujer tan hermosa frente a mí.
- Asagi Dunkelheit Madame.
Me incline, y tome su mano besando el dorso de esta, sentí como me atravesaba una serie de sentimientos el alma y le solté sin inmutarme físicamente. Y le entregue una rosa que en mi abrigo portaba. Como siempre costumbre mía.
Hasta que llega aquel ser, quien me la arrebata, ¡Oh mujer!, mi amada, déjame una vez más escuchar su voz, dormirme en su hombros, deja que me arrulle con su voz, mi amada es arrebatada y soy dejado en este parque… solo columpiándome, sin aquella, amada mía, no puedo pronunciar palabra alguna, aunque ya estoy en edad, solo a ella le susurro, solo ella conoce mi voz, aquel me impide hablar en público, ¡Oh amada mía!... ¡Madre regresa!
Y de pronto solo me vuelvo a quedar, doy cuerda a mi cajita aquella que me heredo, y una pequeña se me acerca, me mira, me examina y me observa….
- A ti… ¿También te abandonaron?
Me rodea y me mira, y niego con la cabeza…
- Entonces…. ¿Qué haces aquí?
Señala el nombre “Orfanato” me aterra, le leo, le entiendo, ¿acaso me dejaron? Niego con la cabeza, me levanto y le enseño aquel pequeño obsequio, con la pintura de mi madre y yo.
- Tienes familia… ya veo y tu ¿papa?... es este.
Señala y le teme también…
- Es malo verdad…
Alguien le llama y no le puedo recordar, antes de irse extiende algo a mi mano y se va diciéndome…
- Es para que seas feliz…
Me rodea y me mira, y niego con la cabeza…
- Entonces…. ¿Qué haces aquí?
Señala el nombre “Orfanato” me aterra, le leo, le entiendo, ¿acaso me dejaron? Niego con la cabeza, me levanto y le enseño aquel pequeño obsequio, con la pintura de mi madre y yo.
- Tienes familia… ya veo y tu ¿papa?... es este.
Señala y le teme también…
- Es malo verdad…
Alguien le llama y no le puedo recordar, antes de irse extiende algo a mi mano y se va diciéndome…
- Es para que seas feliz…
Un dulce… jamás he comido uno… y de nuevo mi padre regresa, me carga en su hombro con brusquedad y tira aquel caramelo que me pudo ser producto de mi felicidad. Y yo estiro las manos como intentando alcanzarlo.
Miro a aquella mujer y esta escena de mi infancia viene a la mente de mi presencia inmortal, el chico se va recibiendo una gran cantidad, contento sonríe, me reflejo un poco en él, aquella mujer que de lejos parece dulce, se acerca con un destello de fortaleza y me dirige unas palabras. Le escucho sin responder hasta que termine y no ser grosero.
- No solo la luna, sus ojos lo hacen, sus gestos, su presencia atraviesa mi poca alma, haciéndome un revoltijo de emociones, aquel niño también… la mirada es el reflejo de lo que somos, los ojos son la puerta de la vida, del alma, Madame, y de humanidad me temo ya no me queda nada en este cuerpo… mientras más avanza en tiempo… humanidad solo la que gane viviendo… felicidad… aunque no se note soy felizmente melancólico, porque por fin puedo volver al lugar donde estuve alguna vez de humano, me duele y me alegra poderme encontrar con aquellos recuerdos que mi presencia inmortal creyó borrar, pero no fue así porque mi presencia humana me hizo buscarlos nuevamente. A pesar de ser libre esta noche… solo quise venir a llorar mi muerte un rato.
Hay algo que me caracteriza, es mi “personalidad y mi pasado” quizá muchos pudieron leer mi pasado de niño y de adolecente, hasta el día de mi muerte, pero… no todo fue como parece, el pasado que tuve de inmortal jamás nadie lo ha podido revelar, ni siquiera yo puedo hacerlo, mi personalidad puede ser suave, mi naturaleza también, soy un caballero, pero con muchos secretos, juego con la gente no por nada me conocieron en algún tiempo como “el hijo del rey, aquel maestro del engaño”… sin embargo esta noche mi lado humano estaba más que nunca presente gracias a aquella mujer tan hermosa frente a mí.
- Asagi Dunkelheit Madame.
Me incline, y tome su mano besando el dorso de esta, sentí como me atravesaba una serie de sentimientos el alma y le solté sin inmutarme físicamente. Y le entregue una rosa que en mi abrigo portaba. Como siempre costumbre mía.
[Perdona la demora tenía que arreglar algo en el foro]
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 4067
Fecha de inscripción : 26/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Aquel hechizo de soledad.[Barbara Von Kürenberg]
Sus palabras me llevaron lejos de ahí. Lejos de lo que quería ser un elogio por su parte pues ante mis ojos enseguida aparecieron los años atrás donde la crueldad de mi madrastra era otra. Mucho mas dura de lo que ahora era.
“-Cuando tu padre se de cuenta de que eres hija del demonio haré que te encarcelen, en los mas oscuros calabozos y luego te mandare cada noche a un hombre. Con algo tendrás que pagarnos a nosotros los años que te mantuvimos. Con algo tendrás que pagar tu ofensa de haber nacido […] Y luego tan vez dios se apiade de la alma de tu padre por haber permitido que estos ojos del diablo naciesen de las entrañas de su primera esposa.”
Todas aquellas palabras sonaban a lo lejos. Como si las hubiesen pronunciado en otra vida pero el dolor, el fuego que me consumía cada vez que las avivaba en mi, era igualmente intenso. Doloroso. El no sabia que mis ojos eran malditos, así que la reacción era injustificada pero aun así no quería que ellos le acariciasen si eso podía significar su maldición.
Aparte la vista de el entonces y me levante del suelo en donde estaba agachada con la miraba baja. Empezado a alisarme la falda con gesto nervioso mientras le escuchaba hablar. ¿Había muero ahí? ¿Había sido uno de esos niños del orfanato? Al instante en el que las preguntas se hicieron patentes en mi mente supe que no deseaba tocarle. No quería sumarle mas dolor al mio propio, pero ademas sus palabras eran tan encantadoras que no quería odiarle por el dolor que me podía infringir.
Sonreí al darme cuenta. Sus palabras […] Tan encantadoras. Hasta entonces no había visto la comparación. El era tan encantador como una serpiente de cascabel. Pero yo era la encantadora de serpientes ahí hasta que se presento y tomo mi mano sin darme nisiquiera tiempo a reaccionar. En el momento en el que sus gélidos dedos envolvieron mi piel las imágenes de su vida humana me azotaron. Vi a su madre, vi a su padre, y por ultimo todo acabo con unas mejillas llorosas de un cuerpo femenino envuelto en una tela de color azul clarito. Gemí de dolor intentando mantener la compostura aunque debía de reconocer que era menos intenso. Y sabia que eso debía de ser por haberle conocido antes de rozarle.
-No deberia de haberme tocado M. Dunkelheit. Nadie debería tocarme, ni mirarme a los ojos tan directamente como lo ha hecho usted. Aun que en esa parte también tengo la culpa y me disculpo -mi voz sonaba trémula pero eso era por la presión de sus recuerdos que aguantaba y en cierto modo también por su regalo. Una rosa. Frágil como su apariencia, roja como la sangre misma y con espinas como su interior, pero esas espinas no eran tan afiladas como otras. Así que una sonrisa tímida se curvo en mis labios al pensar en ello.
-Barbara Von Kürenberg a su disposición. Sobretodo si desea llorar su muerte a mi lado. No juzgo a los inmortales por que yo la hija del demonio como me solía llamar mi madrastra soy la menos indicada para hacerlo.
[No te preocupes! Soy de las que saben esperar por un rol bueno]
“-Cuando tu padre se de cuenta de que eres hija del demonio haré que te encarcelen, en los mas oscuros calabozos y luego te mandare cada noche a un hombre. Con algo tendrás que pagarnos a nosotros los años que te mantuvimos. Con algo tendrás que pagar tu ofensa de haber nacido […] Y luego tan vez dios se apiade de la alma de tu padre por haber permitido que estos ojos del diablo naciesen de las entrañas de su primera esposa.”
Todas aquellas palabras sonaban a lo lejos. Como si las hubiesen pronunciado en otra vida pero el dolor, el fuego que me consumía cada vez que las avivaba en mi, era igualmente intenso. Doloroso. El no sabia que mis ojos eran malditos, así que la reacción era injustificada pero aun así no quería que ellos le acariciasen si eso podía significar su maldición.
Aparte la vista de el entonces y me levante del suelo en donde estaba agachada con la miraba baja. Empezado a alisarme la falda con gesto nervioso mientras le escuchaba hablar. ¿Había muero ahí? ¿Había sido uno de esos niños del orfanato? Al instante en el que las preguntas se hicieron patentes en mi mente supe que no deseaba tocarle. No quería sumarle mas dolor al mio propio, pero ademas sus palabras eran tan encantadoras que no quería odiarle por el dolor que me podía infringir.
Sonreí al darme cuenta. Sus palabras […] Tan encantadoras. Hasta entonces no había visto la comparación. El era tan encantador como una serpiente de cascabel. Pero yo era la encantadora de serpientes ahí hasta que se presento y tomo mi mano sin darme nisiquiera tiempo a reaccionar. En el momento en el que sus gélidos dedos envolvieron mi piel las imágenes de su vida humana me azotaron. Vi a su madre, vi a su padre, y por ultimo todo acabo con unas mejillas llorosas de un cuerpo femenino envuelto en una tela de color azul clarito. Gemí de dolor intentando mantener la compostura aunque debía de reconocer que era menos intenso. Y sabia que eso debía de ser por haberle conocido antes de rozarle.
-No deberia de haberme tocado M. Dunkelheit. Nadie debería tocarme, ni mirarme a los ojos tan directamente como lo ha hecho usted. Aun que en esa parte también tengo la culpa y me disculpo -mi voz sonaba trémula pero eso era por la presión de sus recuerdos que aguantaba y en cierto modo también por su regalo. Una rosa. Frágil como su apariencia, roja como la sangre misma y con espinas como su interior, pero esas espinas no eran tan afiladas como otras. Así que una sonrisa tímida se curvo en mis labios al pensar en ello.
-Barbara Von Kürenberg a su disposición. Sobretodo si desea llorar su muerte a mi lado. No juzgo a los inmortales por que yo la hija del demonio como me solía llamar mi madrastra soy la menos indicada para hacerlo.
[No te preocupes! Soy de las que saben esperar por un rol bueno]
Barbara Von Kürenberg- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 01/04/2011
Re: Aquel hechizo de soledad.[Barbara Von Kürenberg]
Un roce hace que ella vea otra vez de mi, que irónico, el preludio que mi corazón anuncia solo trae a mi mente una gran especie de negrura, ya que nadie sabe de mi pasado, nadie sabe de mi, soy un misterio como el preludio mismo, él me lo repetía tantas veces y jamás le creí hasta que conocí lo que verdaderamente era. Era de entenderse… era de comprenderse. Recuerdo aquella vez, el “día antes del abandono” mucho antes de que pudiera crecer y mis memorias dicen otras cosas, solo les engañe… ¿creían que contaría mi historia? ¡Estúpidos! Eso solo me lo invente… Este… este… es mi verdadero pasado mortal… que irónicamente ya es inmortal… porque siempre estará ahí.
- Estas condenado… a vivir eternamente, dame la cara, no me temas, sabes que soy yo el reflejo de lo que serás, me odias tanto, como yo a ti.
Y entonces… me convirtió en lo que ahora soy, aquella mujer amada mía, la única que me amo, sin importarle esa transformación, perdonándole a su amado que me convirtiera en algo tan cruel, le perdono. Mi madre, mas tarde después de sus muertes, aquel hechizo, aquella mordida se activo justo en un día como hoy… sentí una especie de luz, una especie de luna llena como la de hoy, pero al despertar aquellas heridas y dolor ya no eran para nada agonizante.
Maldito por lo que soy me abandonaron… no le odiaba, tampoco le adoraba, solo quería terminar con él y su ejército en la tierra, pero después… le conocí… que ironía… ¿amor?... fue solo traición aunque eso… es otra historia que ya no entra en la vida mortal.
No era la primera vez que me cruzaba con los de su especie, aquel gemido de dolor tan único, revelaba mucho de mí, y también de ella.
- ¿Qué es lo que ha visto?
Muchos de su tipo me habían tocado, acariciado y tenido a veces el descaro de infiltrarse en mí, pero siempre resultaba mal, doloroso, quizá hasta la muerte en mis manos, para aquellos desobedientes, no había nada claro, solo sombras, solo eso, porque nadie más que yo mismo, soy el velo de mis recuerdos y vida… y yo soy el hijo de un maldito rey del engaño.
Le mire a los ojos, aquellos que muestran lo que verdaderamente somos, no es nadie diferente a mí, en cuanto algunos aspectos, no lo es por lo que ha mencionado. ¿Culpas?... palabras y mas engaños la gente sol juzga, eso es el humano, el humano es su mismo dios, el humano crea su mundo a diferencia de nosotros que ya no tenemos sueños utópicos.
- ¿Por qué no he de mirarle?... posee tan bellos ojos, tampoco me desagrada tocarle, ni que me toque, no le temo a nada, no oculto nada, es solo que el misterio solo está ahí.
Dije rodeándola un poco y susurrándole mientras le tomaba por los hombros.
- No soy yo… quien llora mi muerte, es solo el recuerdo quien llora… solo he venido para que me vea una vez más y que mejor que estar acompañado como aquella vez….
Recordé aquel capitulo, ella bien podría formar parte de aquel recuerdo en presente modificado.
- Madame tiene hermoso nombre, es digno de una hechicera como usted… digno en verdad y aunque tenga razón la gente dentro de las estupideces que suelen decir, tienen razón seremos los hijos de aquellos demonios, de aquellas criaturas… pero supongo estamos orgullosos porque hay una parte de nosotros que no lo es… aunque este muy, muy escondida.
“Era la hora de jugar” Me repetí… una y otra vez… mientras esperaba que tan hermosos labios aquellas palabras me hicieran girar.
Aquel niño se columpia, despacio mientras le arrebatan a su madre, hay una presencia que le interroga mientras canta y espera jugar… Recita un hechizo que endulza su soledad…
- Estas condenado… a vivir eternamente, dame la cara, no me temas, sabes que soy yo el reflejo de lo que serás, me odias tanto, como yo a ti.
Y entonces… me convirtió en lo que ahora soy, aquella mujer amada mía, la única que me amo, sin importarle esa transformación, perdonándole a su amado que me convirtiera en algo tan cruel, le perdono. Mi madre, mas tarde después de sus muertes, aquel hechizo, aquella mordida se activo justo en un día como hoy… sentí una especie de luz, una especie de luna llena como la de hoy, pero al despertar aquellas heridas y dolor ya no eran para nada agonizante.
Maldito por lo que soy me abandonaron… no le odiaba, tampoco le adoraba, solo quería terminar con él y su ejército en la tierra, pero después… le conocí… que ironía… ¿amor?... fue solo traición aunque eso… es otra historia que ya no entra en la vida mortal.
No era la primera vez que me cruzaba con los de su especie, aquel gemido de dolor tan único, revelaba mucho de mí, y también de ella.
- ¿Qué es lo que ha visto?
Muchos de su tipo me habían tocado, acariciado y tenido a veces el descaro de infiltrarse en mí, pero siempre resultaba mal, doloroso, quizá hasta la muerte en mis manos, para aquellos desobedientes, no había nada claro, solo sombras, solo eso, porque nadie más que yo mismo, soy el velo de mis recuerdos y vida… y yo soy el hijo de un maldito rey del engaño.
Le mire a los ojos, aquellos que muestran lo que verdaderamente somos, no es nadie diferente a mí, en cuanto algunos aspectos, no lo es por lo que ha mencionado. ¿Culpas?... palabras y mas engaños la gente sol juzga, eso es el humano, el humano es su mismo dios, el humano crea su mundo a diferencia de nosotros que ya no tenemos sueños utópicos.
- ¿Por qué no he de mirarle?... posee tan bellos ojos, tampoco me desagrada tocarle, ni que me toque, no le temo a nada, no oculto nada, es solo que el misterio solo está ahí.
Dije rodeándola un poco y susurrándole mientras le tomaba por los hombros.
- No soy yo… quien llora mi muerte, es solo el recuerdo quien llora… solo he venido para que me vea una vez más y que mejor que estar acompañado como aquella vez….
Recordé aquel capitulo, ella bien podría formar parte de aquel recuerdo en presente modificado.
- Madame tiene hermoso nombre, es digno de una hechicera como usted… digno en verdad y aunque tenga razón la gente dentro de las estupideces que suelen decir, tienen razón seremos los hijos de aquellos demonios, de aquellas criaturas… pero supongo estamos orgullosos porque hay una parte de nosotros que no lo es… aunque este muy, muy escondida.
“Era la hora de jugar” Me repetí… una y otra vez… mientras esperaba que tan hermosos labios aquellas palabras me hicieran girar.
Aquel niño se columpia, despacio mientras le arrebatan a su madre, hay una presencia que le interroga mientras canta y espera jugar… Recita un hechizo que endulza su soledad…
Hola señorita ¿A través de tus ojos de cristal que clase de sueño podrás ver?
Estas viendo le agujero de mi corazón hago que mis…
Recuerdos puncen y de nuevo te desgarren alejándote
Otra vez vuelve a ver… en mi caliente corazón dime, dime…
¿Por quién suspira amor? Mis palabras giran en tu cabeza…
Mi amada canción, que soy incapaz de cantar…
Y aun así tú no me
respondes
Estas viendo le agujero de mi corazón hago que mis…
Recuerdos puncen y de nuevo te desgarren alejándote
Otra vez vuelve a ver… en mi caliente corazón dime, dime…
¿Por quién suspira amor? Mis palabras giran en tu cabeza…
Mi amada canción, que soy incapaz de cantar…
Y aun así tú no me
respondes
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 4067
Fecha de inscripción : 26/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Aquel hechizo de soledad.[Barbara Von Kürenberg]
Cuando las palabras salieron de los labios del inmortal preguntándome que había visto no supe que contestarle. Nadie, ningún inmortal me había preguntado hasta ese momento que es lo que veía de sus pasados. Pero mi poder estaba tan poco desarrollado, era tan mala en ese campo que con voz trémula y algunas veces casi tartamudeando le dije la verdad.
-No lo se, no se lo que he visto por que no soy experta en este poder. Por ahora solo veo imágenes sueltas aun que mas tarde por las noches me seguirán, mientras duerma soñare con su pasado y el pasado de otros inmortales mezclados haciendo que mi cabeza estalle. -me lleve la mano al pecho mientras hablaba, sentía como las piernas me flaqueaban, y el cansancio hacia mella en mi, pero no era solo eso. Si no que el dolor de pecho se hacia también presente y maldecí interiormente.
Iba a volver a hablar, pero sus ojos atraparon los míos y me quede mirando durante un largo rato en aquellas maravillas. Algo había que me atraía como un imán hacia el, y sabia que debía de ser su atracción vampirica pero también algo mas. Mas profundo. Pero me negaba. Retrocedí un paso y continué hablando mientras me masajeaba la parte de arriba del pecho pues estaba empezando a dolerme como nunca.
-Mientras duerma sera como si usted me tocaras constantemente. Como si me acariciaras mientras el dolor de las imágenes se hace paso en mi mente...
Estaba dispuesta a seguir hablando pero el hablo y yo me mordí el labio. No podía hablar sobre el, no podía interrumpirle y hacerle callar aun que era eso lo que deseaba y sus ojos parecían fijos en los míos. No se apartaban cosa que me hacia sentir enormemente incomoda. Por Santa Maria quería echar a correr de ese lugar por que casi reconocía eso. El estaba jugando. Conmigo y al rozar mis hombros, al tomarme por ellos no tuve duda alguna. Pero no pude hacer nada salvo estremecerme ante su tacto mientras lo seguía escuchando hablar.
-¿Que estas haciendo M. Dunkelheit? Es usted un inmortal pero no tiene derecho a jugar con mi cabeza, con mis pensamientos y conmigo de esta manera … -¿De verdad estaba jugando o me confundía yo misma? Intente alejarme en ese momento pero mis pies parecían no contestar- Una persona que se cuestiona su humanidad es una persona que ya no es humana Asagi …
Me atreví por primera vez a pronunciar su nombre mientras enfrentaba su mirada. Decidida interiormente aun que por fuera estaba hecha un manojo de nervios.
-Así que no se engañe por favor, usted y yo dejamos de ser humanos hacia mucho tiempo. Usted des del momento de su no muerte y yo, des del momento de mi nacimiento. Des de que la marca del aquelarre de mi madre se marco a fuego en mi muslo. -el viento soplo y todo mi pelo se echo encima de mis ojos al igual que el suyo. Eche despacio a un lado mis pelirrojos cabellos y luego tendí la mano para quitarle los suyos. Sonreí entonces aun que me costase horrores. El soplo de mi corazón hacia de las suyas, en una noche como esa era inevitable que no me dejase vivir- Pero yo me siento sola e incomprendida aun en mi especie. No se usted. Aunque tengo el consuelo de que la muerte me llevara pronto al lugar donde pertenezco.
Puse mi mano a su frente y le acaricie intentando hacer que olvidase su pasado aun que luego me iba a atormentar a mi si le seguía tocando de aquella manera.
-Olvide ya su pasado, por esta noche libérese de el y déjemelo a mi, deje que yo lidie con todos sus problemas. Al fin y al cabo fui concebida para eso.
-No lo se, no se lo que he visto por que no soy experta en este poder. Por ahora solo veo imágenes sueltas aun que mas tarde por las noches me seguirán, mientras duerma soñare con su pasado y el pasado de otros inmortales mezclados haciendo que mi cabeza estalle. -me lleve la mano al pecho mientras hablaba, sentía como las piernas me flaqueaban, y el cansancio hacia mella en mi, pero no era solo eso. Si no que el dolor de pecho se hacia también presente y maldecí interiormente.
Iba a volver a hablar, pero sus ojos atraparon los míos y me quede mirando durante un largo rato en aquellas maravillas. Algo había que me atraía como un imán hacia el, y sabia que debía de ser su atracción vampirica pero también algo mas. Mas profundo. Pero me negaba. Retrocedí un paso y continué hablando mientras me masajeaba la parte de arriba del pecho pues estaba empezando a dolerme como nunca.
-Mientras duerma sera como si usted me tocaras constantemente. Como si me acariciaras mientras el dolor de las imágenes se hace paso en mi mente...
Estaba dispuesta a seguir hablando pero el hablo y yo me mordí el labio. No podía hablar sobre el, no podía interrumpirle y hacerle callar aun que era eso lo que deseaba y sus ojos parecían fijos en los míos. No se apartaban cosa que me hacia sentir enormemente incomoda. Por Santa Maria quería echar a correr de ese lugar por que casi reconocía eso. El estaba jugando. Conmigo y al rozar mis hombros, al tomarme por ellos no tuve duda alguna. Pero no pude hacer nada salvo estremecerme ante su tacto mientras lo seguía escuchando hablar.
-¿Que estas haciendo M. Dunkelheit? Es usted un inmortal pero no tiene derecho a jugar con mi cabeza, con mis pensamientos y conmigo de esta manera … -¿De verdad estaba jugando o me confundía yo misma? Intente alejarme en ese momento pero mis pies parecían no contestar- Una persona que se cuestiona su humanidad es una persona que ya no es humana Asagi …
Me atreví por primera vez a pronunciar su nombre mientras enfrentaba su mirada. Decidida interiormente aun que por fuera estaba hecha un manojo de nervios.
-Así que no se engañe por favor, usted y yo dejamos de ser humanos hacia mucho tiempo. Usted des del momento de su no muerte y yo, des del momento de mi nacimiento. Des de que la marca del aquelarre de mi madre se marco a fuego en mi muslo. -el viento soplo y todo mi pelo se echo encima de mis ojos al igual que el suyo. Eche despacio a un lado mis pelirrojos cabellos y luego tendí la mano para quitarle los suyos. Sonreí entonces aun que me costase horrores. El soplo de mi corazón hacia de las suyas, en una noche como esa era inevitable que no me dejase vivir- Pero yo me siento sola e incomprendida aun en mi especie. No se usted. Aunque tengo el consuelo de que la muerte me llevara pronto al lugar donde pertenezco.
Puse mi mano a su frente y le acaricie intentando hacer que olvidase su pasado aun que luego me iba a atormentar a mi si le seguía tocando de aquella manera.
-Olvide ya su pasado, por esta noche libérese de el y déjemelo a mi, deje que yo lidie con todos sus problemas. Al fin y al cabo fui concebida para eso.
Barbara Von Kürenberg- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 01/04/2011
Re: Aquel hechizo de soledad.[Barbara Von Kürenberg]
No me veas llorar, no me veas sufrir, por favor… [Aquel pequeño grita dentro de mí, en una escena oscura y triste, muda y tétrica, me alza su manita en medio de la oscuridad, desea que tú “Ángel” que te infiltras en mis sueños le tomes con una sonrisa]
Hace algún tiempo, yo estaba “viajando” por las afueras de parís, cuando en una noche encontré en riesgo a un grupo de gitanos y brujos, todos juntos y entre ellos “una mujer” de clase alta, de la misma procedencia que yo, del mismo continente, sin embargo ella era humana, y en aquella lucha, contra unos licántropos les ayude, me disponía a marchar cuando aquella mujer me invito a viajar con ellos, fueron meses de aprendizaje, de risas quizá, de felicidad, ella estaba enamorado de un gitano del grupo, había huido solo para estar junto a él, los brujos decían que sus pasados eran crueles, pero que ahora estaban más que felices, sin embargo todo tenía un sacrificio, entre ellos alguien se atrevió a leer mi “pasado” como si de un libro maldito se tratara, lleno de oscuridad que llamaban al mismo Satanás. Su trance fue grande… jamás pensé hacer tanto daño con aquellos recuerdos de mi pasado, desde ese momento todos, excepto la dama que me invito y aquel gitano amado suyo, no atrevieron a tocarme. Al menos de esa manera, hasta el día de hoy.
- Le aseguro entonces que esas imágenes pronto se borraran, quizá mi rostro sea difícil de olvidar pero mi pasado, las imágenes y rostros que lo conforman se irán y de no ser así yo hare que descanse sin ver semejante dolor o atrocidad, no soñara conmigo… Madame le juro que le protegeré al menos de un dolor más del cual soy el causante. Ya lo hice una vez, sé que soy un ser “Maldito y aborrecido” Hasta por mi padre quien me heredo esta maldita transformación.
No deseaba que nadie más se destrozara por aquello, las emociones de los recuerdos podían atravesar de manera dolorosa por su delicado ser, aunque me mirara de esa forma, con aquellos deseos, no me atreví a preguntar, quería averiguar hasta donde éramos capaces de llegar…
Mi señorita, la Alicia de mi país, invítame a aquella casa de cristal, donde tu mirada se pierde encadenada, al océano de mis ojos, donde tus emociones gritan, mientras las hundo en una ola de intranquilidad, déjate llevar por la corriente de mis palabras, vamos a entrar a aquella casa tuya y ver como el mar se lleva la tierra del océano.
- Ya le dije que no permitiré que el dolor se apodere de usted, sin embargo no con un roce debe ponerse tan vulnerable al dolor ajeno, y no Madame, no estoy jugando, quizá lo haría, quizá lo estoy haciendo, nadie nunca sabe con el maestro del engaño, pero esta vez seré honesto, no me atrevería a jugar con usted, eso no sería ético de mi parte, aunque creo que ya viole la privacidad de su mente y le pido mis más sinceras disculpas.
Le solté y me absorte tanto en su mirada, como observando atreves de una ventana los más bellos paisajes, tanto que los quería devorar, de un momento a otro terminaría haciéndolo. Paciencia, eso me repetía mientras más me miraba de ese modo, esta noche resolveríamos muchos enigmas, que eran tan misteriosos para nosotros hace ya muchas noches, esto cada vez se tornaba al menos interesante para mí.
- No me engaño, de eso estoy consciente, admito ahora con seguridad lo que soy, desde aquel tiempo que supe que mi padre lo era, así que ambos estamos marcados desde el momento que fuimos concebidos, eso es lo que tenemos en común, aun siendo niños no teníamos ni siquiera la más remota idea de lo que el destino nos depararía, pero aquellos que se dicen “padres” si, no teníamos la culpa de nada, de ser juzgados por otros, no lo entendíamos, pero de esa manera crecimos, al menos la muerte le acunara, sin embargo aunque más que quiera morir, aun no soy capaz, porque mientras esté aquí y sea lo que sea, la criatura aborrecida en la que me convertí, sé que puedo cambiar un poco de mi, un poco en la gente, quizá tenemos una “misión” por muy pequeña que sea.
Apenas y dibuje una sonrisa, hacía tiempo que los tiempos cambian, algo que yo no entendía, y me quedaba ahí, en lo mismo de siempre, preguntando una y otra vez, ¿Por qué yo?... añorando lo que se fue, ahora solo lo recuerdo, como si fueran cosas hermosas de una vida que ya no florece.
- No dejare que nadie cargue con mi cruz, lo único que yo puedo hacer tanto para usted, como usted para mí, es aminorar el peso de esta, tratando de solucionar aquel dolor, quizá hablando, quizá creando nuevos recuerdos. Nuevos tiempos utópicos aunque sean “episodios cortos”, no tenga miedo de tomar la mano de alguien deje de pensar en que cada vez que me toma de la mano observara mi pasado. Quizá solo podemos platicar y reír, tal vez hasta aprender de lo que hemos pasado, eso hace que el dolor se haga menos, al menos en mi podrá encontrar alguien en quien confiar, eso es lo que deseo ahora, tal vez hasta un amigo, un colega, alguien con quien tener un negocio, pero no quiero que me vea como “su terror”, “tampoco deseo ser su pensamiento, su sueño, su voz”… Solo un conocido, quizá solo eso.
Empecé a recitarle después un pequeño pensamiento, quizá no un soneto, pero algo un poco bello, no para convencerle, si no por sinceridad.
- “Vamos señorita toma mi mano” deseo llevarte lejos… donde nadie te encierre, donde nadie te castigue por tan hermosos ojos que posees, aquello ojos donde puedo reflejar un poco de felicidad, vamos ángel mío, toma mi mano y deja que esta criatura oscura te muestre un poco de felicidad, porque él está peor que tu, lo que fueron “vidas” en el pasado hoy serán la fuente de nuestra felicidad, no te alejes, no llores mis penas, mejor cuéntame las tuyas y yo las mías, para reír, en tus cristales no deseo ver aquellas gotas escurrir, solo quiero la transparencia de algo bello, de algo hermoso, vamos juntos a construir un mundo para los dos, donde podamos huir de vez en cuando, donde nos encontraremos cuando nos deseemos ver, toma mi mano sin miedo, deja tu mente en blanco y traza un nuevo lienzo en color… Por favor… no tengas miedo, que ya no hay nadie quien te pueda gritar… Deja aquellas voces e imágenes y acompáñame a reír… Al menos por esta noche.
Sin embargo aunque me absortara en sus ojos y le hablara con mucha belleza no era capaz de ser completamente sincero, no después de lo que vio en mis recuerdos, pero eso… Eso era vida, eso lo fue, al menos un sueño utópico, ahora debo conformarme, pero hacer más por reírme de esta nefasta eternidad, vi como sostenía aquella rosa y recuerdo una historia… que “ella me conto” mientras dormía a su lado. Y decidí musitársela, solo por aquella hermosa forma en la que lucía la rosa en sus dedos.
- ¿Sabes porque la rosa tiene espinas?... Eso es porque la princesa Rosa se enamoro de un humano, tenía el don inusual de curar todas las heridas o enfermedades a quien pidiera su mano en matrimonio, y todos le pedían matrimonio… sin embargo, se enamoro y no puedo curar.. aquella enfermedad tan misteriosa… “La del amor” y entonces se sintió inútil, haciendo que ella crecieran espinas, así cualquiera que la tocara quedaría herido… y no curado, su don según ella no servía ya de nada, si no podía curar a aquel a quien amaba.
Recite hasta el final la historia con un poco de nostalgia, pero al final vería su hermosa expresión, al menos eso deseaba ahora.
Hace algún tiempo, yo estaba “viajando” por las afueras de parís, cuando en una noche encontré en riesgo a un grupo de gitanos y brujos, todos juntos y entre ellos “una mujer” de clase alta, de la misma procedencia que yo, del mismo continente, sin embargo ella era humana, y en aquella lucha, contra unos licántropos les ayude, me disponía a marchar cuando aquella mujer me invito a viajar con ellos, fueron meses de aprendizaje, de risas quizá, de felicidad, ella estaba enamorado de un gitano del grupo, había huido solo para estar junto a él, los brujos decían que sus pasados eran crueles, pero que ahora estaban más que felices, sin embargo todo tenía un sacrificio, entre ellos alguien se atrevió a leer mi “pasado” como si de un libro maldito se tratara, lleno de oscuridad que llamaban al mismo Satanás. Su trance fue grande… jamás pensé hacer tanto daño con aquellos recuerdos de mi pasado, desde ese momento todos, excepto la dama que me invito y aquel gitano amado suyo, no atrevieron a tocarme. Al menos de esa manera, hasta el día de hoy.
- Le aseguro entonces que esas imágenes pronto se borraran, quizá mi rostro sea difícil de olvidar pero mi pasado, las imágenes y rostros que lo conforman se irán y de no ser así yo hare que descanse sin ver semejante dolor o atrocidad, no soñara conmigo… Madame le juro que le protegeré al menos de un dolor más del cual soy el causante. Ya lo hice una vez, sé que soy un ser “Maldito y aborrecido” Hasta por mi padre quien me heredo esta maldita transformación.
No deseaba que nadie más se destrozara por aquello, las emociones de los recuerdos podían atravesar de manera dolorosa por su delicado ser, aunque me mirara de esa forma, con aquellos deseos, no me atreví a preguntar, quería averiguar hasta donde éramos capaces de llegar…
Mi señorita, la Alicia de mi país, invítame a aquella casa de cristal, donde tu mirada se pierde encadenada, al océano de mis ojos, donde tus emociones gritan, mientras las hundo en una ola de intranquilidad, déjate llevar por la corriente de mis palabras, vamos a entrar a aquella casa tuya y ver como el mar se lleva la tierra del océano.
- Ya le dije que no permitiré que el dolor se apodere de usted, sin embargo no con un roce debe ponerse tan vulnerable al dolor ajeno, y no Madame, no estoy jugando, quizá lo haría, quizá lo estoy haciendo, nadie nunca sabe con el maestro del engaño, pero esta vez seré honesto, no me atrevería a jugar con usted, eso no sería ético de mi parte, aunque creo que ya viole la privacidad de su mente y le pido mis más sinceras disculpas.
Le solté y me absorte tanto en su mirada, como observando atreves de una ventana los más bellos paisajes, tanto que los quería devorar, de un momento a otro terminaría haciéndolo. Paciencia, eso me repetía mientras más me miraba de ese modo, esta noche resolveríamos muchos enigmas, que eran tan misteriosos para nosotros hace ya muchas noches, esto cada vez se tornaba al menos interesante para mí.
- No me engaño, de eso estoy consciente, admito ahora con seguridad lo que soy, desde aquel tiempo que supe que mi padre lo era, así que ambos estamos marcados desde el momento que fuimos concebidos, eso es lo que tenemos en común, aun siendo niños no teníamos ni siquiera la más remota idea de lo que el destino nos depararía, pero aquellos que se dicen “padres” si, no teníamos la culpa de nada, de ser juzgados por otros, no lo entendíamos, pero de esa manera crecimos, al menos la muerte le acunara, sin embargo aunque más que quiera morir, aun no soy capaz, porque mientras esté aquí y sea lo que sea, la criatura aborrecida en la que me convertí, sé que puedo cambiar un poco de mi, un poco en la gente, quizá tenemos una “misión” por muy pequeña que sea.
Apenas y dibuje una sonrisa, hacía tiempo que los tiempos cambian, algo que yo no entendía, y me quedaba ahí, en lo mismo de siempre, preguntando una y otra vez, ¿Por qué yo?... añorando lo que se fue, ahora solo lo recuerdo, como si fueran cosas hermosas de una vida que ya no florece.
- No dejare que nadie cargue con mi cruz, lo único que yo puedo hacer tanto para usted, como usted para mí, es aminorar el peso de esta, tratando de solucionar aquel dolor, quizá hablando, quizá creando nuevos recuerdos. Nuevos tiempos utópicos aunque sean “episodios cortos”, no tenga miedo de tomar la mano de alguien deje de pensar en que cada vez que me toma de la mano observara mi pasado. Quizá solo podemos platicar y reír, tal vez hasta aprender de lo que hemos pasado, eso hace que el dolor se haga menos, al menos en mi podrá encontrar alguien en quien confiar, eso es lo que deseo ahora, tal vez hasta un amigo, un colega, alguien con quien tener un negocio, pero no quiero que me vea como “su terror”, “tampoco deseo ser su pensamiento, su sueño, su voz”… Solo un conocido, quizá solo eso.
Empecé a recitarle después un pequeño pensamiento, quizá no un soneto, pero algo un poco bello, no para convencerle, si no por sinceridad.
- “Vamos señorita toma mi mano” deseo llevarte lejos… donde nadie te encierre, donde nadie te castigue por tan hermosos ojos que posees, aquello ojos donde puedo reflejar un poco de felicidad, vamos ángel mío, toma mi mano y deja que esta criatura oscura te muestre un poco de felicidad, porque él está peor que tu, lo que fueron “vidas” en el pasado hoy serán la fuente de nuestra felicidad, no te alejes, no llores mis penas, mejor cuéntame las tuyas y yo las mías, para reír, en tus cristales no deseo ver aquellas gotas escurrir, solo quiero la transparencia de algo bello, de algo hermoso, vamos juntos a construir un mundo para los dos, donde podamos huir de vez en cuando, donde nos encontraremos cuando nos deseemos ver, toma mi mano sin miedo, deja tu mente en blanco y traza un nuevo lienzo en color… Por favor… no tengas miedo, que ya no hay nadie quien te pueda gritar… Deja aquellas voces e imágenes y acompáñame a reír… Al menos por esta noche.
Sin embargo aunque me absortara en sus ojos y le hablara con mucha belleza no era capaz de ser completamente sincero, no después de lo que vio en mis recuerdos, pero eso… Eso era vida, eso lo fue, al menos un sueño utópico, ahora debo conformarme, pero hacer más por reírme de esta nefasta eternidad, vi como sostenía aquella rosa y recuerdo una historia… que “ella me conto” mientras dormía a su lado. Y decidí musitársela, solo por aquella hermosa forma en la que lucía la rosa en sus dedos.
- ¿Sabes porque la rosa tiene espinas?... Eso es porque la princesa Rosa se enamoro de un humano, tenía el don inusual de curar todas las heridas o enfermedades a quien pidiera su mano en matrimonio, y todos le pedían matrimonio… sin embargo, se enamoro y no puedo curar.. aquella enfermedad tan misteriosa… “La del amor” y entonces se sintió inútil, haciendo que ella crecieran espinas, así cualquiera que la tocara quedaría herido… y no curado, su don según ella no servía ya de nada, si no podía curar a aquel a quien amaba.
Recite hasta el final la historia con un poco de nostalgia, pero al final vería su hermosa expresión, al menos eso deseaba ahora.
[Siento la tardanza estaba hospitalizado ¬¬ y ya tenia el post]
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 4067
Fecha de inscripción : 26/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Aquel que no debe ser confundido con un ilusionista común
» No me arrepiento de mi castigo { Barbara Von Kürenberg }
» Pasando por aquel lugar...
» Completando aquel rompecabezas...
» Sangre de loba ||Privado
» No me arrepiento de mi castigo { Barbara Von Kürenberg }
» Pasando por aquel lugar...
» Completando aquel rompecabezas...
» Sangre de loba ||Privado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour